La relación entre arqueología de la arquitectura y restauración del patrimonio arquitectónico está reconocida desde hace tiempo. Tras una introducción inicial a la cuestión, este artículo presenta cuatro casos concretos de estudios, proyectos y obras de restauración y rehabilitación donde se refleja esta relación entre las dos disciplinas con variantes derivadas de las diferencias del patrimonio construido en cuestión como de metodología de estudio y planteamiento de intervención. El recorrido propuesto describe un abanico variado de las posibilidades de aplicación y respuesta a una intervención arquitectónica con mentalidad estratigráfica. Los casos presentados permiten extraer una reflexión sobre el crecimiento común de las dos disciplinas en los treinta años de andadura, donde cada una ha aportado a la otra una forma de mirar e interpretar, además de los avances científicos concretos que han venido a completar y enriquecer la visión.
The relationship between architectural archaeology and restoration of architectural heritage has long been known. Following an initial introduction, this paper presents four specific case studies on designs and work in restoration and rehabilitation, which reflect the relationship between these two disciplines, as well as variants resulting from differences in built heritage in terms of study methodology and intervention proposals. The proposed plan describes a wide range of possibilities for application and response to an architectural intervention focusing on stratigraphy. The case studies support an analysis of the shared growth of both disciplines over the past thirty years, and of the specific scientific advances which have completed and enriched this vision just as their views and interpretations have complemented each other.
La arqueología constituye una disciplina que, por su propia naturaleza de investigación histórica de la cultura material, tiene una amplia aplicación al estudio y la conservación del patrimonio histórico arquitectónico ya sea arquitectura monumental, arquitectura vernácula, paisaje cultural, conjuntos urbanos y rurales, etc. Su aplicación como seguimiento arqueológico y excavación arqueológica se ha ido fortaleciendo en el tiempo hasta incluirse de pleno derecho en los procesos de documentación relacionada con la intervención. Las normas y leyes obligan a emplear estos métodos sobre todo en la fase de seguimiento de una obra que pueda afectar al subsuelo. Sin embargo, la arqueología, o la
La forma de plantear un proyecto de restauración está ligada a la concepción de arquitectura histórica, tanto como al reconocimiento de los valores y a las aspiraciones culturales. No existe una forma unívoca de plantear un proyecto y por ello, a menudo, parece que el resultado de las intervenciones dependa de la sensibilidad de los proyectistas (
Las cartas de restauración aprobadas por ICOMOS, los documentos internacionales (
Por todo ello, ya en 1883 se definieron los criterios y principios generales a aplicar en las actuaciones que se tradujeron en la necesidad de la realización de un estudio y una documentación del edificio, la conservación del mismo merced a una mínima intervención y a la distinguibilidad de la intervención respecto a las partes antiguas (1883). Estos principios se ampliaron sucesivamente: evitar las restituciones integrales y realizar una anastilosis, respetar de las diversas épocas históricas de la construcción, mantener el edificio en uso, respetar el carácter histórico y artístico, emplear una metodología multidisciplinar (1931); integrar la intervención dentro del respeto de la distinguibilidad (1932); dotar el edificio de una función útil y compatible y no añadir partes a la obra que no respeten lo existente (1964); tener en cuenta el papel del turismo y la puesta en valor del patrimonio (1967); conservar la pátina (1972); practicar la conservación integrada del edificio y el conjunto urbano, implicar la sociedad en la intervención (1975); defender la investigación científica, la formación, la participación social y la información, respetar la trama y el parcelado, los espacios urbanos y la población (1985); emplear los materiales, técnicas y oficios tradicionales (1999); utilizar los materiales del contexto, actuar según el principio de la reversibilidad de la intervención y realizar actuaciones de prevención (2003); tener en cuenta y propiciar la necesidad de la gestión del patrimonio, así como la educación y la formación (2010).
El registro y la investigación de la
No siempre, por lo menos en el contexto español, la restauración incorpora mecanismos y acciones para la correcta conservación de las huellas materiales y esto sucede independientemente de que se haya realizado su estudio, registro y documentación e interpretación. Existe un salto entre el estudio del edificio y el proyecto de restauración. Los principios y criterios definidos en los documentos internacionales para la intervención deberían ser capaces de regular este salto, pero a menudo su aplicación se ve sujeta a las interpretaciones o tergiversaciones de los términos y los conceptos.
A partir de finales de los años ochenta, como es bien sabido, se trató de conectar directamente la arqueología y la restauración y, en especial el análisis estratigráfico y el proyecto de restauración arquitectónica. Aunque no falten experiencias de interés en otros países, el contexto italiano aportó ya a partir de finales de los años ochenta, una reflexión específica sobre el tema. En 1987, Francovich abogó claramente por la colaboración entre la figura del arqueólogo, normalmente relegada a la fase de estudio y conocimiento previa al proyecto, y la figura del arquitecto restaurador, muy a menudo ocupado sólo de la fase proyectual
Fue Doglioni quien, en una serie de publicaciones aparecidas sobre todo entre finales de los años noventa y principios del 2000
El análisis estratigráfico aplicado a la arquitectura se ha desarrollado, en España, un poco más tarde que en Italia, según las afirmaciones de los propios protagonistas del debate (
A partir de ese momento, el estudio estratigráfico de la arquitectura, a pesar de carecer todavía de un nombre consensuado y de ser a veces no comprendido por algunos arquitectos que revindican la superioridad de la interpretación constructiva y estructural de la arquitectura
La mayoría de los artículos presentan solo la parte de registro e interpretación, realizados casi siempre en ocasión de una intervención, pero no abordan el problema de la conservación de esa misma materia que es la arquitectura. Al parecer, el estudio multidisciplinar, tan apreciado y necesario para la correcta comprensión del edificio, todavía no es capaz de generar verdaderos resultados si el proyectista o el grupo de proyectistas no comprende y no integra todas las piezas del puzle en el proyecto de restauración. Realizar un estudio con métodos y resultados que no se acaban de dominar no permite su verdadero aprovechamiento. En este sentido, es fundamental la labor de formación de los futuros arquitectos independientemente de si serán los que finalmente realicen el estudio. Se trata de contribuir a la formación de la
La arquitectura es un objeto inanimado, evidentemente mudo, pero la
Los cuatro casos que se presentan a continuación, no se ofrecen como ejemplos paradigmáticos, sino como casos que permiten mostrar posibles puntos de contacto, colaboración y relación entre la arqueología y la concepción y la realización de una restauración de un edificio o conjunto histórico: casos donde la
Los cuatro casos que se presentan abarcan intervenciones desde rehabilitación de una sala en la Alhambra, hasta la recuperación de unos restos arqueológicos para un jardín público, pasando por la rehabilitación de una humilde vivienda. El último caso muestra también el peligro del prurito del conocimiento y su conflicto con la conservación. Las cuatro intervenciones son diferentes entre ellas porque los objetos y las metas mismas han sido muy diversos, pero todos ellos se rigen por el reconocimiento de la autenticidad de la materia del patrimonio arquitectónico como uno de los valores irrenunciables del mismo. Para el estudio de cada objeto se ha empleado diferentes herramientas ajustadas a los diversos casos, pero siempre persiguiendo los objetivos del conocimiento, de la conservación de la materialidad y de la puesta en valor del patrimonio arquitectónico en la actualidad como documento de la historia y como experiencia de identidad y cultura.
La sala denominada “Barbería” se encuentra colindante al Mexuar en los palacios nazaríes de la Alhambra. Los autores de este artículo estuvieron desarrollando en este espacio un trabajo en varias fases que abarcaron desde el estudio estratigráfico de las fábricas y un estudio histórico y arqueológico, hasta el proyecto y la obra de rehabilitación del espacio para el uso de oficina, pasando por la consolidación y restauración de las fábricas y estructuras de la sala. El estudio estratigráfico, compuesto por la lectura de la UE y las relaciones estratigráficas y su periodización, se realizó conjuntamente con un estudio de los materiales y técnicas constructivas basado en la catalogación de estos elementos y el análisis granulométrico y caracterización de los morteros.
El estudio desarrollado (
El primer periodo, que correspondiente a las obras realizadas entre mediados del siglo XIV y finales del siglo XV, se ha identificado en los restos de una jamba policroma actualmente embutida en la parte este del paramento norte (una fábrica de ladrillo de color rojo oscuro recibida con un mortero de tierra y recubierta con un guarnecido de yeso con una franja policromada), en las fábricas que se encuentran en la parte superior del paramento este y ligadas al gran arco que se encuentra en el mismo y que conserva la cara interior de dos capiteles de yesería. Las huellas de este periodo hacen pensar que se tratara de una estancia interior de cierto calado.
El segundo periodo (1492-1528), que corresponde a las obras de adecuación de los palacios realizadas desde la entrada en Granada de los Reyes Católicos hasta los primeros años del reinado de Carlos V, se manifiesta en las fábricas de ladrillo de la mitad inferior de los paramentos este, oeste y en el muro que divide la sala. En este mismo periodo, también se construyó el paramento adosado por el sur al paramento este del cuerpo principal de la sala, creando posiblemente un patio exterior adosado a la sala ya existente. En este segundo periodo es cuando la sala principal adquiere una configuración parecida a la que actualmente podemos ver, mientras que la sala pequeña todavía era un espacio abierto.
El tercer periodo (1528-1923), sin claras referencias históricas, consiste probablemente en una suma de acciones de mantenimiento y transformación ligadas al periodo de abandono de los palacios y su ocupación más o menos estable por diversos tipos de ocupantes. En una primera fase (entre 1528 y 1626), se cerró el pequeño edificio adosado por el sur al cuerpo principal de la sala, puesto que la sala aparece como un patio abierto en el plano realizado en 1528 por el arquitecto Pedro Machuca (1490-1550) y se tiene noticia de la construcción del forjado en la parte superior de la sala de mayor dimensión ya en 1626. También corresponden a este periodo las fábricas que conforman la parte superior del paramento norte posiblemente derivadas de la fijación de la chimenea-altar realizada alrededor de 1630 en la capilla instalada en el Mexuar.
El cuarto periodo (1923-1936) está muy definido a nivel de datos históricos, ya que corresponde a las obras realizadas por Leopoldo Torres Balbás en esos años, que están ampliamente documentadas en su Diario de Obra y que se identifican claramente a nivel estratigráfico: apertura de vanos y tapiado de puertas, sustitución del forjado de la habitación meridional, etc. A este periodo corresponde una actuación importante de sustitución de los ladrillos del arco de descarga correspondiente al vano adintelado central del muro meridional. También existen una serie de otras actuaciones ejecutadas a posteriori según el proyecto del mismo Torres Balbás.
El quinto periodo corresponde a obras realizadas después de 1936 ligadas sobre todo a la adaptación del espacio para uso de sala de museo: el tapiado de diversos vanos, la apertura de otros y sobre todo la realización de diversos revestimientos del interior de las salas.
La compleja historia de esta sala, las sucesivas configuraciones, los elementos pertenecientes a diferentes momentos y periodos de la construcción se manifiestan en la actualidad en fragmentos no necesariamente relacionados entre ellos (
La fragmentación de las fábricas se integró posteriormente en un proyecto de rehabilitación del espacio destinado a oficina (
En el año 2001 el Convento de San Francisco de Vinaroz (Castellón) fue demolido por la municipalidad de forma deliberada con la intención de ocupar el solar derivado de la demolición por edificios de viviendas en altura. En el momento de la demolición estaba en trámite la declaración del conjunto como bien de interés cultural y su incauta demolición desencadenó una fuerte reacción por parte de la administración autonómica responsable de su protección que obligó a la municipalidad a destinar obligatoriamente el solar para uso público. Desde ese momento el solar, asfaltado sin más atención, se empleó como aparcamiento en superficie (
El convento de San Francisco, construido en el siglo XVII, había sido desamortizado en el siglo XIX y utilizado como cárcel a partir de 1843 y hospital desde 1867 (
El cometido del proyecto, encomendado a los autores de este texto era la evocación de un convento que ya no existía y que, además, había sido destruido en circunstancias muy dudosas. La demolición había arrasado el convento y los sillares y restos que debían haberse salvado tras la misma también se habían perdido en extrañas circunstancias. De las piedras del convento solo quedaban un escudo y la piedra fundacional, olvidados en una esquina de un jardín de carretera, y las lápidas antaño integradas en el pavimento de la iglesia que, para protegerlas tras la demolición, se habían arrancado de su situación original para acabar en el almacén municipal a la espera de un destino mejor. Dado el triste panorama de la situación, se decidió emprender el complejo camino de la recuperación de la memoria del convento a través de sus posibles huellas en el solar y de sus escasos fragmentos. Se tenía amplia constancia de las configuraciones que había tenido el convento en el siglo XX gracias a los planos existentes:
En primer lugar, se emprendió la eliminación del asfalto que, como una capa de olvido, cubría completamente el solar. La eliminación de este estrato se realizó con un atento seguimiento arqueológico
El espacio del claustro apareció perfectamente definido por el pavimento de guijarros, que se encontró prácticamente completo, el pozo central de planta circular y a los sillares de piedra caliza de las bases de los muros del perímetro que todavía permitían la perfecta identificación de los pilares del pórtico y los cuatro accesos que daban paso del pórtico centro del claustro. La iglesia estaba completamente definida en su planta por los muros perimetrales, las huellas de los pilares y, por supuesto, por el muro norte, que quedaba todavía parcialmente en pie con sus revestimientos y restos de policromías que, aunque muy deterioradas por la falta de mantenimiento y por su exposición a los agentes atmosféricos, podían todavía dar una idea de cómo tuvo que ser la decoración interior de la iglesia.
Tras el estudio y la intervención arqueológica realizada se planteó un proyecto dirigido a la recuperación de la memoria del convento
El nuevo jardín (
El pequeño edificio de viviendas situado en la calle Maldonado al número 33 en Valencia era tan humilde e insignificante que no gozaba de ningún tipo de protección (
El edificio, en el momento que se desarrolló el estudio, estaba en parte enlucido por lo que, para la lectura e interpretación de las fases constructivas, se emplearon diversos métodos de lectura cruzada. Las interpretaciones se pudieron en parte confirmar durante la obra de restauración. Se realizó, por una parte el estudio histórico documental con un minucioso vaciado del archivo histórico municipal que proporcionó los datos históricos de las intervenciones realizadas a partir del siglo XIX y, por otra parte, el estudio de la materialidad del edificio mediante un preciso levantamiento métrico descriptivo, un estudio de materiales y técnicas constructivas, un estudio estratigráfico de las fábricas, un estudio cronotipológico de las fábricas, de los forjados y las cubiertas y un estudio de los problemas materiales y estructurales. Se catalogaron todas las fábricas de ladrillo (aparejos, tamaño de ladrillos, grosor y composición de los morteros, acabado de las juntas, etc.), las vigas, viguetas y revoltones de los forjados y las cubiertas (tamaños de los elementos y secciones, cortes y huellas de las herramientas, marcas de carpintero, dimensiones del entrevigado, apoyos, encuentros, acabados y policromías, etc.) (
A través de este amplio estudio (
Esta intervención de traslado hacia delante de las fachadas explica el hecho que todas las correas de los forjados y cubierta recayentes a la fachada principal estén suplementadas en el último metro hacia la fachada. El arquitecto Arnau, a la hora de adelantar la fachada, no demuele el resto del edificio, sino que coloca una viga que, apoyada en dos ménsulas encajadas en la nueva fachada, soporta los antiguos forjados y cubierta (
En definitiva, tras unos acabados debidos a las últimas reformas del edificio entre finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX (pavimentos de baldosas hidráulica, falsos techos de cañizo, carpinterías de media caña, etc.), se escondían unas estructuras más antiguas y a su vez estratificadas (muros, forjados, cubiertas, etc.) que elevaban el edificio a un verdadero testigo de la historia construida del tejido residencial de la ciudad de Valencia (Figs.
El Palacio del Barón de Herbés se sitúa en la parte alta de la colina que domina la población de Herbés en la provincia de Castellón (
En el año 2011 se encargó la restauración de la cubierta a los arquitectos que escriben este texto. En esa circunstancia se aprovechó para desarrollar un primer estudio del palacio. Además del estudio detallado de la cubierta que era el objeto principal de la intervención, se realizó un estudio histórico y de los elementos arquitectónicos y decorativos, un levantamiento métrico-descriptivo, un estudio estratigráfico, un estudio de los materiales y técnicas constructivas y un estudio de los problemas de conservación material y estructural (
Esta primera fase de estudio que, vista la complejidad del objeto, requeriría ulteriores fases de profundización, ha puesto en evidencia cómo el palacio, en la actualidad, es el fruto de continuas remodelaciones debidas a los diversos dueños que se sucedieron, con el objetivo de demostrar su poderío a través de la arquitectura. El palacio manifiesta su vocación de arquitectura-imagen a través de los diversos escudos presentes en los muros, ventanas, pavimentos, carpinterías. Se trató en varios casos de intervenciones orientadas a dignificar una arquitectura que era sencilla de partida a través ‒por ejemplo‒ de la recolocación de ventanas de diversa época probablemente a mediados del siglo XVII. Estas ventanas, dispuestas en L en los lados norte y este, configuran el que tuvo que ser el salón principal y sobre todo confieren cierto empaque a los dos lados del palacio que se perciben desde el camino de entrada al mismo.
Una importante operación de remodelación fue la que se llevó a cabo a mediados del siglo XVI en las estancias del entresuelo. Se trata de cuatro estancias, probablemente remodeladas entre 1536 y 1559 cuando Bartomeu Valls fue señor de Herbés, con forjados de vigas de madera y revoltones de yeso vertido sobre molde con decoración renacentista, pavimentos de baldosas de cerámica con el escudo de los Valls y puertas de paso con molduras de yeso y carpinterías con diseños propios de la cultura renacentista
Poco antes de la realización de este estudio, se habían realizado unas obras de “restauración” en algunas salas de la planta baja del palacio para acondicionar estas zonas para un posible uso público. Las estancias intervenidas en la planta baja del ala este del palacio se configuraban por amplios arcos fajones de sillería y muros de mampostería transversales respecto a la longitud de la sala. Los responsables de la intervención entendieron que la misma estructura debía de encontrarse también en el cuerpo oeste del palacio y picaron en varios tramos el revestimiento de las salas renacentistas (
La colaboración interdisciplinar entre restauración arquitectónica y arqueología de la arquitectura, que se desarrolló a partir de los años ochenta, ha contribuido al avance de ambas disciplinas. La restauración arquitectónica ha desarrollado desde sus inicios la necesidad de la aplicación de una metodología como base del estudio del edificio que tiene que guiar el proyecto
Por otro lado, el estudio atento de las diversas fases constructivas y de los mecanismos de estratificación ha afianzado en el arquitecto restaurador la conciencia de la necesidad de la conservación de todas las fases de la construcción que ya existía como principio de la disciplina en la Carta de Atenas de 1931 aunque siguen existiendo en la actualidad intervenciones que eliminan los “añadidos” bajo la presión de un juicio de valor. Sin embargo, de una forma cada vez más general, se entiende el patrimonio arquitectónico como la suma de todas las fases constructivas y su restauración está ligada a la conservación de esta transformación, más que solo de una etapa concreta y representativa en la historia. La propia restauración arquitectónica se entiende en la actualidad como una fase más de esta cadena de transformaciones. La
De una forma totalmente paralela a la lectura de la estratificación, la intervención puede consistir en añadir o quitar materia respecto a lo preexistente. Esta conciencia de la arquitectura en continua transformación se refleja en el proyecto de restauración que debe sumarse como una fase más de la historia, que no constituye el acto último y definitivo sino uno de los muchos periodos de la historia y que debe procurar permitir su lectura e interpretación en el futuro por lo que tiene que ser legible y posiblemente reversible, como se viene diciendo desde hace tiempo en las Cartas y documentos internacionales. Un ejemplo claro en este sentido es la restauración de la sala de la Barbería en la Alhambra, donde no se pretende transmitir una Alhambra solo islámica o renacentista, o romántica, o… Por el contrario, se quiere transmitir una Alhambra inclusiva: islámica y renacentista y fruto de la intervención del XIX y del XX, y… El valor de este lugar es la suma de sus transformaciones, incluida la restauración que se realiza y las que se realizarán. Se plantea una historia compleja que tiene como resultado un lugar complejo que acoge y compatibiliza las diversas historias culturales, políticas, estéticas constructivas, sociales, de uso, de gusto, etc. En definitiva, una compleja y rica herencia del pasado valiosa para el futuro, una “topografía de las complejas constelaciones cotidianas de la sociedad” (
La arqueología de la arquitectura ha favorecido claramente la fundamentación de estas reflexiones ya presentes desde los inicios de la disciplina que se apoyan en la concepción de la arquitectura histórica como documento material
La observación directa de las fábricas, de las relaciones estratigráficas, de la microestratigrafía relacionada con los procesos constructivos, han favorecido una relación de contacto directo con el edificio y la formación de una mirada específica, la
Por otra parte, la arqueología de la arquitectura, gracias a las intervenciones de restauración y rehabilitación, tiene acceso cada vez más a edificios que estudiar ampliando así sus bases de datos y posibilidades de estudios cruzados. La realización de un proyecto de restauración es la ocasión para desarrollar unos estudios completos y amplios que involucren especialistas y disciplinas para que aporten sus contribuciones en el estudio del caso concreto, pero que a su vez puedan afinar sus propios métodos y procedimientos, ampliar sus datos y compararlos, crear nuevas relaciones y experimentar con técnicas y herramientas nuevas. Las intervenciones a menudo se desarrollan muy rápidamente creando unos límites en las posibilidades de desarrollo de los estudios y sus tiempos de maduración, pero por otra parte crean nuevas posibilidades y ocasiones de colaboración. Estas ocasiones se generan en el patrimonio monumental y con grandes presupuestos, pero también se crean en el día a día y en edificios más modestos. En este sentido, es interesante el caso del edificio de la calle Maldonado donde en una actuación de rehabilitación de un edificio de viviendas no catalogado la aportación de la arqueología de la arquitectura ha permitido entender el edificio en sus transformaciones y ponerlo en valor justamente como fruto de su estratificación. El estudio de este pequeño edificio se enlazó con otros estudios, catalogaciones, cronologías, etc. sobre edificios similares que permitieron avanzar en el conocimiento de la edificación residencial histórica de la ciudad de Valencia (
La restauración arquitectónica y el estudio constructivo y estructural de la arquitectura también han favorecido la interpretación arqueológica donde el conocimiento de los materiales y los procedimientos de la construcción ayudan a la explicación de la transformación del propio edificio. En este sentido, la interpretación correcta de las técnicas constructivas con sus procedimientos, de los mecanismos de degradación y comportamiento estructural del edificio permiten entender e interpretar correctamente las huellas materiales y las transformaciones. Aunque el foco de atención de la arqueología sea el conjunto de los procesos sociales y culturales que generan las transformaciones, por otro lado, en el caso del estudio de la arquitectura, es fundamental tener en cuenta los mecanismos de la propia arquitectura como la construcción, la concepción estructural y espacial, el uso, las lesiones, los mecanismos de degradación material y estructural, etc. La técnica constructiva como fruto de un saber hacer de una determinada cultura ha sido un elemento de gran importancia del estudio arqueológico de la arquitectura desde sus inicios, aunque paralelamente se han explorado otros caminos como los estudios de la arqueología de la arquitectura relacionados con los mecanismos de degradación material y lesiones estructurales (
La colaboración entre arqueología de la arquitectura y restauración arquitectónica y, sobre todo, con la concepción de la restauración que valora la materialidad como documento y testigo de cultura material, permite una visión de una “arqueología conservativa”. La necesidad de conocer no puede nunca prevalecer respecto a la conservación de la materialidad. Por tanto, la arqueología de la arquitectura no puede ser una disciplina de excavación, procedimiento que conllevaría la destrucción progresiva del propio edificio, objeto de estudio y conservación. También es necesaria la protección de las superficies de acabado y de los revestimientos que, aunque impidan la lectura directa de la fábrica, constituyen un elemento patrimonial a menudo de gran valor porque transmite los datos de una cultura de la producción material y constructiva, de su configuración arquitectónica y de los usos y modos de ocupación de los espacios. Aunque estos conceptos deberían estar plenamente asumidos por el sector de la restauración arquitectónica, a menudo se encuentran intervenciones que por diversas razones siguen perpetuando la práctica de la eliminación de los revestimientos bien por “sanear” la fábrica (expresión ampliamente utilizada en los proyectos de intervención) bien por “ver” la fábrica detrás del revestimiento. Un buen ejemplo de estas intervenciones es el estudio realizado en el Palacio del Barón de Herbés, donde detrás de la búsqueda de una información arquitectónica y de una configuración concreta se ha dañado irreparablemente un conjunto de estancias interiores de gran valor arquitectónico y patrimonial.
Por último, arqueología de la arquitectura y restauración arquitectónica están en los últimos años recorriendo un mismo camino hacia la ampliación del concepto de patrimonio que se está desarrollando en la cultura contemporánea. La arquitectura es una disciplina que amplía sus horizontes paralelamente a como se ha ido ampliando el concepto de patrimonio arquitectónico (monumental, vernáculo, paisajístico, cultural, materia e inmaterial, etc.). Restauración arquitectónica y arqueología se están enfrentando a un ámbito de trabajo cada vez más amplio donde lo material y lo inmaterial son cada vez más inseparables, donde caen las barreras temporales, donde los confines físicos del objeto de estudio se amplían hasta la escala paisajística y territorial y donde el trabajo de estudio, análisis, interpretación, proyecto, intervención se imbrican con la valorización, la promoción cultural, la gestión patrimonial, la participación social, la difusión y la comunicación. En esta perspectiva, los estímulos mutuos contribuyen al crecimiento y al afianzamiento, a la apertura de nuevas perspectivas y horizontes, al estímulo de nuevos caminos y posibilidades de recorrido.
cami2@cpa.upv.es / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-6987-8802
fvegas@cpa.upv.es / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-0315-6839
Se recogen aquí, de una forma esquemática, los términos y conceptos empleados en los siguientes documentos: Voto del III Congresso degli Ingegneri e architetti italiani (1883), Carta de Aten as (1931), Carta del Restauro (1932), Convenio de La Haya (1954), Carta De Venecia (1964), Normas de Quito (1967), Carta Italiana del Restauro (1972), Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico (1975), Convenio de Granada (1985), Carta Internacional para la Conservación de las Ciudades Históricas (1987), Documento de Nara (1994), Carta de Burra (1999), Carta del Patrimonio Vernáculo Construido (1999), Principios de Conservación de las Estructuras Históricas en Madera (1999), Principios para el Análisis, Conservación y Restauración de las Estructuras del Patrimonio Arquitectónico (2003), Convenio del Patrimonio Inmaterial (2003), Declaración de Xian (2005), Declaración de Lima (2010).
La noción de
Cfr. España. Ley
Una experiencia de enorme calado a nivel peninsular constituye, desde hace décadas, el estudio desarrollado en la ciudad de Vitoria a partir de las excavaciones realizadas en la Catedral. La investigación realizada, además del estudio pormenorizado de las fábricas de la propia catedral, sus fases constructivas y el trabajo de los oficios, alcanza un profundo conocimiento de los inicios del asentamiento que dio origen a la ciudad de Vitoria y su evolución urbana, arquitectónica, social a través de los siglos. Esta experiencia constituye un importante avance en el conocimiento del yacimiento, pero también la puesta en valor de un patrimonio urbano y de arquitectura doméstica que supera con creces los confines geográficos de Álava. Esta investigación está ampliamente publicada en:
Se trata de un tema que el mismo Francovich había ya expuesto varias veces en los años anteriores:
Cfr.
Cfr.
Además de una serie de artículos, véase
Es amplia la experiencia española ligada al estudio de la arquitectura con métodos arqueológicos. En este sentido, destaca el trabajo constante desarrollado por Antonio Almagro, arquitecto y profesor investigador de la Escuela de Estudios Árabes del CSIC que, desde hace décadas, emplea los métodos arqueológicos para el estudio de la arquitectura. También, es bien conocida la actividad de los diferentes investigadores o grupos de investigación que desde un principio emplearon el método estratigráfico para el estudio de la arquitectura: el equipo dirigido por Alberto López Mullor del Servei de Catalogació i Conservació de Monuments de la Diputación de Barcelona; el equipo del CSIC dirigido por Luis Caballero Zoreda que, aunque se centre particularmente en estudios de tipo histórico-arqueológico, colabora con arquitectos para estudios previos a intervenciones en el patrimonio arquitectónico; el equipo, dirigido por el catedrático de la Universidad del País Vasco Agustín Azkárate, que ha desarrollado una importante labor de investigación en la provincia de Álava y que ha contribuido ampliamente a la difusión del método impulsado por la revista
Las actas del Seminario han sido publicadas en el primer número de la revista Arqueología de la Arquitectura (2002). En el segundo número de la misma revista (2003), se recogen los contenidos de algunos de los pósteres presentados en la sesión correspondiente del seminario. Cfr.
Cuando, sobre todo a partir de finales de los años noventa, el método estratigráfico empezó a emplearse como una de las metodologías para el estudio del patrimonio arquitectónico, algunos arquitectos, quizás poco conocedores del método en profundidad, lo contrapusieron con otros tipos de estudios, como los constructivos y estructurales, sin entender las posibilidades de su complementariedad. La crítica se centró en el hecho que el análisis estratigráfico se realizaba en los muros de los edificios y su representación era plana y no tridimensional (
Muestra de ello es la publicación, sobre todo en Italia, de diversos manuales sobre el tema. Tras la publicación del libro de Doglioni, Stratigrafia e restauro, en 1997, se han publicado otros manuales con mayor o menor éxito:
En este sentido se debe de destacar la presencia activa de Antonio Almagro tanto en el Comité Científico de la revista
Entre otros:
Entre todos:
Es muy amplia la bibliografía relacionada con la teoría de la percepción, entre ellos:
Consideremos en este sentido las teorías de Cesare Brandi, Umberto Baldini, Paul Philippot, etc.:
En este sentido se tienen que nombrar algunos autores que se ocupan de este tipo de experiencia como María Zambrano, Franco Rella, Eugenio Trías o el propio Walter Benjamin:
Véase: López Melón, S. 2015:
El proyecto y la obra han sido galardonados con el segundo premio del Premio Internacional IQU-Riqualificazione Urbana (2016) y el primer premio del Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana (2017). La actuación está publicada con detalle en:
Véase: Vegas, F., Mileto, C. e Iborra, F. 2012:
Desde sus inicios los padres de la restauración arquitectónica como Viollet-le-Duc o Boito han fundamentado sus intervenciones en el estudio atento de la materialidad del edificio. Ya en la Carta italiana de restauración de 1883 se abogaba por la necesidad de un estudio lo más completo posible del edificio para poder realizar la restauración
Ruskin fue un gran defensor de la arquitectura como documento histórico y de memoria, postura que se heredó de forma programática y extrema en la teoría de la “pura conservación” defendida sobre todo por los italianos Bellini (
Pensemos en este sentido al concepto de “autenticidad por relaciones” establecido por Francesco Doglioni. Cfr.