La existencia de un rico conjunto de monteas y trazados de arquitectura en el claustro bajo del monasterio de San Millán de la Cogolla, de Yuso, ha hecho necesario el desarrollo y la aplicación de una metodología que posibilite el registro, preservación y difusión, de modo abierto, de la información que atesoran sus muros. La documentación parte del calco directo de los trazos y la posterior digitalización y sobreimposición del dibujo sobre el modelo tridimensional fotogramétrico. Por su parte, la preservación y difusión en formato digital se establece a través de un repositorio institucional que se encuentra enlazado a través de
The presence of a wide group of full-size architectural tracings engraved on the walls of the lower cloister of the monastery of San Millán de la Cogolla, Yuso, made it necessary to develop and to apply a methodology to record, preserve and openly disseminate the information provided by their walls. The documentation process started with the copy of the engravings in plastic sheets, which were later on digitized and superimposed on the three-dimensional photogrammetric model. The preservation and dissemination by means of a digital format is based on the storage by an institutional repository connected to
La historiografía sobre trazados de arquitectura y monteas dibujados en los muros y pavimentos de edificios históricos se ha incrementado en los últimos años con la investigación progresiva de nuevos hallazgos. A medida que se profundiza en el estudio de estos trazados, considerados dibujos de ejecución del diseño arquitectónico, muy valiosos para el control estereotómico durante el proceso constructivo, se va conociendo mejor su alcance. Desde la información que aportan sobre el tipo de geometría practicada por los maestros canteros, y su relación, próxima o distante, con la literatura y teoría de la arquitectura de la época (
Dada la significación del registro, conservación y estudio de estos trazados y monteas, se ofrece aquí a la comunidad científica un nuevo objeto de atención para el examen por parte de especialistas en este campo de la investigación, aportando los medios y métodos utilizados para el rescate y difusión de este patrimonio, oculto hasta ahora a la mirada y valoración del monumento. Se trata de los trazados incisos en los muros del claustro bajo del monasterio de San Millán de la Cogolla, de Yuso (La Rioja), declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. La construcción de la planta baja del claustro está documentada entre 1549 y 1562, siendo el primero el año de la contratación de la obra por el convento con el maestro cantero Juan Pérez de Solarte (†1566) y el segundo, el último registrado de un pleito entre ambos de cerca de diez años sobre su acabado
Por fortuna, sí se han conservado los trazados que sirvieron a la construcción del claustro bajo, espacio que se convirtió en el lugar apropiado y específico para el dibujo en sus muros perimetrales de monteas, replanteos y rasguños de elementos arquitectónicos de las obras en ejecución, lo cual no es extraño en la arquitectura de la época (
Estos trazados fueron objeto de atención, por primera vez, en junio de 2000, cuando el padre archivero Juan Bautista Olarte, alertó de su existencia a un equipo de historiadoras del arte que investigaban en el monasterio, coordinado por la Dra. Arrúe Ugarte, las cuales procedieron a su calco en previsión de que la limpieza de muros por medios mecánicos de proyección a presión, proyectada en el proceso de las obras de restauración del claustro procesional y patio, supusiera su deterioro o pérdida
Hasta 2016 no se logró acometer la tarea de revisión del estado de conservación de los calcos almacenados, y proceder a su digitalización mediante métodos fotográficos. Al año siguiente, se decidió abordar la documentación fotogramétrica del claustro sobre cuyo modelo se procedió a contextualizar los grabados. Paralelamente, y con la ayuda de la documentación generada, se realizó una inspección visual con el objeto de comprobar el estado de los trazos respecto a la situación calcada inicialmente en el año 2000.
Por otro lado, todo este proceso de documentación ha sido implementado poniendo especial atención a la difusión y socialización de estos elementos patrimoniales. A este respecto, se han seguido dos líneas de actuación paralelas: por un lado, la información geométrica de los trazados se ha puesto a disposición libre a través del repositorio institucional ADDI de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), desde donde es accesible a través de una amplia gama de agregadores científicos y culturales; además, se ha desarrollado una aplicación de Realidad Aumentada que permite, mediante dispositivos móviles (teléfonos o tabletas) visualizar los dibujos sobre los muros del claustro, lo que supone ofrecer una experiencia innovadora para los visitantes que se acercan a conocer este bien patrimonial.
Los trazados observados se extienden a lo largo de los cuatro paramentos interiores del claustro, cuya longitud oscila entre los 37,5 m y algo más de 38 m cada uno, localizándose en altura a partir de los 50 cm del pavimento actual y hasta los 2,5 m, aproximadamente. La escasa profundidad de las incisiones (1 mm o inferior), apenas perceptibles a la observación visual, los caracteres de su soporte (sillería de piedra arenisca), así como la urgencia y dificultad para la obtención de medios técnicos especializados en el año 2000, obligó a las historiadoras Begoña Arrúe Ugarte
El proceso fue laborioso debido especialmente a los inconvenientes de la visualización de los trazados con luz natural, aunque momentos cambiantes de ésta la facilitaban, teniendo que recurrir en otros a la luz artificial rasante, tanto para el calco como para la toma de fotografías. Por otro lado, el hecho de que buena parte de los trazados se habían inciso con útiles de punta fina (cinceles o uñetas, punteros o clavos) con el apoyo de otros instrumentos propios de la cantería (cuerdas, reglas o varas de medir, compás de puntas, escuadras o saltarreglas), lo que proporciona rectitud y regularidad a las líneas, favoreció su calco al conducir y dirigir la mano en el desarrollo de la copia de las incisiones. Cada uno de los pliegos recibió una signatura que indicaba el muro y la orientación, y en ellos se calcaron y numeraron ordenadamente los sillares que comprendían. Al mismo tiempo, se tomaron las mediciones oportunas para reflejar en el plano del claustro la ubicación de los pliegos, así como las notas adicionales de grafitos existentes en aquellas zonas no calcadas.
Una vez realizado el calco y retirados de las paredes, los plásticos resultan ser unos materiales poco prácticos para el análisis de los grafitos debido a que sus grandes dimensiones hacen que su manejo sea muy engorroso. Dado que el fin inicial era dejar constancia de su existencia en previsión de que pudieran verse alterados por las obras que se estaban acometiendo, no se continuó con su estudio en aquel momento y los plásticos acabaron plegados y almacenados, quedando su contenido inédito. Sin embargo, con el paso de los años, crecía la preocupación sobre su posible deterioro lo que, al final, ocasionaría que el trabajo inicial no hubiera sido de ninguna utilidad.
En el año 2016 se decidió acometer la digitalización de los calcos
La idea consistía en fijar los plásticos sobre una superficie lisa de color neutro que permitiese resaltar los dibujos calcados. Muchas de las hojas de plástico tienen varios metros de longitud, por lo que no era factible fijarlos sobre superficies verticales (paredes). Por consiguiente, se tomó la decisión de fotografiarlos extendidos en el suelo; en concreto, el espacio de trabajo se componía de una lona blanca mate de 3 × 2 m, la cámara se situaba elevada unos dos metros sobre su parte central, para lo cual se empleó una estructura de acero inoxidable compuesta de dos soportes y una barra vertical (
Por lo que respecta a los plásticos, se procedió, en primer lugar, a extenderlos, eliminar los restos de polvo y suciedad y, posteriormente, enrollarlos utilizando tubos de cartón como núcleo. Para la toma de fotografías, se iba desenrollando la parte dibujada de cada hoja (un poco menos de 2 m de anchura), la cual se iba enrollando alrededor de otro tubo de cartón a modo de carrete, de forma que se iban mostrando para las sucesivas fotografías las partes adyacentes de cada hoja. Entre toma y toma se dejaba un solape de unos 40 cm que serviría para enganchar los dibujos individuales.
Las barras de la estructura de soporte se situaron de manera que no proyectasen sombras, es decir, de forma oblicua con respecto a la iluminación de la sala. Aunque, al tratarse de plásticos, los reflejos resultan inevitables, pueden ser atenuados mediante la elección de los parámetros de las tomas; en todo caso, hay que tener en cuenta que la información de interés son los trazos realizados con rotulador, por lo que en la elección de las condiciones de toma se ha dado prioridad al hecho de que estos se apreciasen con la mayor nitidez posible, considerándose como secundarias otras características como la homogeneidad de la iluminación o la tonalidad general de la imagen. De hecho, para cada posición se realizaron dos tomas con diferente exposición de forma que, durante la digitalización, se podían consultar ambas y utilizar, en cada momento, aquella en la que los trazos eran más claros.
Una vez que se dispuso de las fotografías, se comenzó rectificando cada imagen, es decir, eliminando el efecto perspectivo y escalándolas, para lo cual se emplearon las coordenadas de las dianas situadas en el perímetro de la lona y que aparecen fotografiadas. Este proceso permite mejorar la calidad geométrica de los trazos que se van a redibujar, en concreto, según las pruebas realizadas sobre las propias imágenes obtenidas, si se utilizan las fotografías originales (sin corregir de perspectiva) los errores son de unos 2 cm, mientras que, tras aplicar la corrección, se reduce a los 3 mm.
Las imágenes rectificadas se introducen en un programa de dibujo asistido por ordenador, donde se procede a redibujar las líneas correspondientes a los trazados y monteas, así como al despiece de sillares, que también se encuentra marcado sobre los plásticos con trazo discontinuo (
En esta fase de la digitalización, los trazos se consideraron como líneas independientes, lo que implica que no se realizó ninguna interpretación del significado ni agrupación de los conjuntos que forman unidades específicas. Esto es debido a que, en muchos casos, estas agrupaciones no son evidentes y se prefirió no condicionar las interpretaciones que se pudieran hacer en el futuro.
Utilizando como unidad cada uno de los plásticos, se combinaron los dibujos individuales correspondientes a cada fotografía con los de sus vecinos, utilizando para ello, la parte común de solape y, editando la zona duplicada con el fin de unificar el dibujo. Finalmente, se editaron planos a escala 1:10 con la información extraída de cada alzado del claustro (
Hay que considerar que el registro de información geométrica de los trazos se realizó mediante el calco
Por tanto, si bien la digitalización de los calcos es un primer paso fundamental que permite el estudio de los trazos de tanteos y monteas de elementos de la arquitectura (dibujos que pueden ser de tamaño natural) durante el proceso de la construcción, los planos generados, hasta este momento, no incluyen la información de contexto que les corresponde, por el hecho de que cada uno esté situado en concreto en una determinada parte de un muro. Ya durante la fase inicial de calco se constató que algunos de los trazos estaban relacionados con la obra más próxima, como es el caso de los grabados en forma de flecha que señalan la posición de las hornacinas.
Con el fin de poner de manifiesto este tipo de relaciones, se realizó un modelado fotogramétrico tridimensional del claustro, con especial atención a los alzados en los que sitúan los grafitos, las bóvedas y los alzados exteriores al patio
En el caso concreto del claustro de San Millán, la documentación se obtuvo combinando fotografías tomadas desde el suelo, con otras realizadas desde un jalón telescópico y desde dron, estas imágenes se procesaron utilizando software de fotogrametría convergente, en concreto, el programa
A partir del modelo tridimensional, se generaron las ortoimágenes correspondientes a cada alzado, sobre las que se situaron los conjuntos de grafitos digitalizados. Para referenciar las digitalizaciones se emplearon los despieces de los sillares que, como se ha indicado, se calcaron junto con todos los trazos en el año 2000 y, por lo tanto, estaban en la información original de los plásticos. Como resultados, se prepararon, para cada alzado, un plano a escala 1:30 (
Para la comprobación visual del estado de conservación de los grafitos del claustro, se preparó una serie impresa de los dibujos digitalizados, en planos a escala 1:10, con el fin de verificar directamente sobre los alzados su presencia, ausencia o deterioro (
Los resultados de esta inspección nos llevan a determinar que la limpieza de los muros que se realizó en 2000 dejó a la vista nuevas trazas y, al mismo tiempo, hizo que otras que eran perceptibles entonces no lo sean actualmente. Por todo ello, resultaría recomendable acometer un nuevo estudio sistemático de algunas zonas del claustro en busca de nuevos bocetos o rasguños. A este respecto, se han realizado diversas pruebas con metodologías como fotografía de luz rasante y fuente de luz múltiple, tratamiento digital de imágenes o escáner de luz estructurada (
Realizadas las acciones anteriores de registro mediante calco, recuperación de la información mediante digitalización y representación contextualizada sobre los muros del claustro, se hacía necesario diseñar estrategias que permitieran preservar la información, tanto física como digital, hacerla accesible y, finalmente, facilitar su comprensión por parte del público.
Tras la digitalización de los calcos sobre plástico, se planteó la cuestión de si sería conveniente o no asegurar su almacenamiento en condiciones que permitiesen su conservación y futura consulta, para ello, se planteó la consulta al Archivo Histórico Provincial de La Rioja que, a su vez, trasladó al Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) del Ministerio de Cultura. Se mantuvo una reunión con la directora del Archivo, Dña. Micaela Pérez Sáenz, en la que se plantearon algunas de las alternativas existentes y que, en líneas generales, recomendaban su almacenamiento enrollados con un papel de seda o papel
En todo caso, también se nos advirtió que el soporte en sí (poliéster) no garantizaba el mantenimiento a largo plazo de los dibujos ya que la tinta de los rotuladores «permanentes» no penetra en la superficie, por lo que tiende a desprenderse con el tiempo y el rozamiento. Por otro lado, también se nos alertó de los inconvenientes que puede llegar a ocasionar al futuro depositario la elección de un formato físico de almacenamiento demasiado voluminoso.
Por todo ello, teniendo en cuenta que los plásticos podían considerarse como un mero soporte temporal de la información geométrica de los trazados de arquitectura y que dicha información ya se encuentra preservada a través de las fotografías y de los planos, se nos indicó que, en realidad, la conservación física de los plásticos debería tratarse como un archivo general intermedio (no definitivo). No obstante, se ha preferido mantenerlos, para lo que se ha considerado adecuado el formato que se utilizó para la toma de fotografías, es decir, enrollados sobre un núcleo de cartón convencional y, posteriormente, introducidos en tubos de cartón de algo más de 2 m de altura con una ficha descriptiva del contenido pegada en el exterior (y copia de la misma dentro de cada tubo), siendo esta una opción económica que aúna un almacenamiento compacto con el hecho de mantenerlos sin plegar y un cierto grado de protección contra golpes y factores externos. Los plásticos se distribuyeron en cuatro tubos, uno por alzado.
Se propuso a las entidades e instituciones relacionadas con el patrimonio emilianense la ubicación de estos documentos en sus dependencias, quedando depositados definitivamente en el archivo del monasterio de San Millán de la Cogolla de Yuso.
Los proyectos citados relativos a las dos fases de los trabajos, que corresponden a la digitalización de los plásticos y de modelado tridimensional del claustro para la generación de los alzados con ortofotografías en los que se han superpuesto los grafitos, se encuentran almacenados en el repositorio institucional ADDI de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) desde donde pueden descargarse tanto los planos finales como las memorias descriptivas de las tareas realizadas.
Los repositorios universitarios son infraestructuras de información mantenidas, en la mayoría de los casos, por los respectivos servicios de biblioteca. Su cometido es preservar y difundir la producción académica y científica de las instituciones. Tienen vocación de permanencia y liberan a los investigadores del cometido de diseño y mantenimiento de los sistemas de gestión de la información, al mismo tiempo que facilitan que un amplio número de usuarios puedan localizar y acceder a los datos almacenados. Por estos motivos, son herramientas muy interesantes a la hora de dar a conocer información técnica sobre elementos patrimoniales (
A partir de la información generada comienza el estudio propiamente dicho, es decir, la identificación de los conjuntos de trazos con figuras concretas, y su relación con partes construidas del claustro u otras partes del edificio, así como su paralelismo con otros conjuntos conocidos o que se vayan descubriendo. Esta es una tarea larga que se inició con el patrocinio de la Fundación San Millán de la Cogolla en 2017
Tomando como referencia otros trabajos en los que la geometría actual ha servido de base para la definición formal de los elementos y la determinación de los sistemas constructivos empleados (
Hasta el momento el estudio se ha centrado en la profundización de la información aportada por las fuentes manuscritas y bibliográficas sobre la construcción del claustro, y en el registro de todos los trazados, monteas y grafitos históricos, elaborando tablas y mapas de trabajo para la determinación de sus caracteres generales, estado de conservación, medidas y tipología. Esta primera sistematización, posible gracias a la digitalización de los calcos, ha permitido generar una clasificación provisional de los tipos de trazos incisos en los muros según su naturaleza: de carácter constructivo en su mayoría con variantes (monteas a escala natural, bocetos de plantas a otra escala, replanteos de la obra y círculos trazados con compás, de diferentes divisiones, al margen de unas pocas marcas de cantería), pero también unos pocos de índole epigráfica, contable y figurativa. Asimismo, se catalogaron mediante fichas técnicas específicas un número representativo de 35 ejemplos, para servir de modelo del contenido y valores de este patrimonio histórico, y de experimentación en la aplicación de realidad aumentada.
Los grafitos solo resultan visibles mediante una inspección cuidadosa, bajo condiciones de iluminación específicas y a muy corta distancia, motivo por el cual han pasado inadvertidos durante tanto tiempo.
Curiosamente, el propio hecho de no ser fácilmente apreciables los convierte en un recurso de gran interés en las propias visitas al claustro, como hemos podido comprobar en diversas ocasiones tanto con grupos de escolares (para los cuales resulta muy divertido que se les invite a buscarlos y descubrirlos por su cuenta a modo de juego), como de visitantes adultos. Asimismo, existen interesantes ejemplos en monumentos similares en los que, a partir de la realidad virtual y aumentada, se están generando productos orientados a la mejora de la experiencia de los visitantes (
Tras evaluar diferentes alternativas que permitiesen recolocar cada trazado en su lugar exacto, se decidió recurrir a marcadores (de dimensión 15 × 9,5 cm), situados en diversos puntos del claustro. Cada marcador está relacionado con un grupo concreto de grafitos cuyas dimensiones pueden ir desde 1 hasta 10 metros cuadrados, aproximadamente. El visitante interesado en ver los dibujos solo tiene que cargar la aplicación y enfocar un marcador con la cámara del dispositivo móvil a una distancia de unos 40 cm. Una vez que se ha reconocido el marcador, las líneas de los grafitos aparecen sobre la imagen de la cámara y el usuario puede alejarse y moverse para visualizar mejor el conjunto representado (
El diseño de cada marcador es específico de manera que la aplicación lo reconoce y carga el conjunto de líneas que le corresponde; al enfocar un nuevo marcador, la misma aplicación cambia al nuevo grupo de trazos. La aplicación realizada ya es funcional y se ha utilizado con éxito en encuentros específicos, pero actualmente aún falta definir un plan para su implementación en el marco de las indefectibles visitas guiadas al monasterio, el turismo sostenible y la conservación de este singular patrimonio.
Los dibujos de ejecución y monteas sobre los muros de muchos de los edificios históricos representan una oportunidad para mejorar el conocimiento sobre los procesos constructivos que estos han experimentado a lo largo del tiempo. Afortunadamente, en los últimos años se están realizando trabajos que están permitiendo el descubrimiento, registro y estudio de interesantes conjuntos, lo que ha contribuido a que, cada vez, exista una mayor concienciación sobre su importancia.
Sin embargo, el estudio de estos trazados de arquitectura debe considerar algunas dificultades. En efecto, por un lado, las incisiones de muchos de ellos son apenas visibles, por lo que su registro requiere de una combinación de técnicas específicas y un cuidadoso trabajo de campo. Por otro lado, en su mayoría deben considerarse en el contexto espacial en que fueron dibujadas, ya que se relacionan con elementos construidos que están situados en esos mismos lugares. Por este motivo, la representación de los dibujos (que es eminentemente bidimensional) debe poderse entender dentro del espacio tridimensional en el que se localizan. En la actualidad, los métodos tradicionales de representación de los grafitos (como podrían ser los calcos del caso aquí analizado) se complementan con técnicas específicas de fotografía, tratamiento de imágenes y escaneado 3D, lo que ofrece mayor versatilidad a la hora de recuperar los trazados. Por su parte, el modelado 3D de los entornos se puede obtener combinando técnicas topográficas, fotogrametría y escáneres láser.
Pasando ahora a la metodología empleada en el caso concreto de San Millán, podemos decir que la documentación de los calcos mediante ortorrectificación de fotografías cenitales ha resultado satisfactorio, posibilitando: la preservación de la información calcada en 2000, la conservación de esta información y su difusión de manera global. Por otro lado, la generación del modelo fotogramétrico del claustro, además de permitir la edición de documentos gráficos altamente representativos, como las ortoimágenes de los alzados y bóvedas, han posibilitado la contextualización de los grabados registrados y su posterior difusión tanto en forma de planos como por medio de realidad aumentada. Finalmente, consideramos que la estrategia de preservación física de los plásticos y digital mediante repositorios permitirá que esta información trascienda, sea accesible, comprensible y reutilizable, con un nivel de calidad y posibilidad de explotación científica y cultural más elevado que el que permiten las publicaciones convencionales.
Por último, hay que indicar que existen grandes similitudes entre los trazados y monteas que se encuentran en diferentes monumentos, por lo que confiamos en que la puesta a disposición pública de los conjuntos del claustro del monasterio de San Millán no solo sirva para entender mejor los sistemas constructivos de este edificio en concreto, sino que también pueda ser de utilidad en la comprensión de muchos otros.
El desarrollo de las investigaciones mencionadas en este estudio no hubiera sido posible sin la hospitalidad de la comunidad de agustinos recoletos del monasterio de San Millán de la Cogolla, a la que agradecemos el mucho tiempo que nos han dedicado y las facilidades ofrecidas. Tampoco hubiera llegado al término actual sin el apoyo y financiación de la Fundación San Millán de la Cogolla, y el interés de su coordinadora general Almudena Martínez, por lo que conste aquí nuestro reconocimiento y gratitud. De igual modo, agradecemos al Instituto de Estudios Riojanos el patrocinio para la primera fase de digitalización de los calcos, y la colaboración en las siguientes de la Fundación Universidad de la Rioja y la Fundación Euskoiker, así como el apoyo e interés por este trabajo del Ayuntamiento de San Millán de la Cogolla.
Agradecemos a las historiadoras del arte María Jesús Martínez Ocio y María Cruz Navarro Bretón su labor y aportaciones en la realización y estudio de los calcos, y al arquitecto Óscar Reinares su ayuda y participación en el análisis de los aspectos arquitectónicos.
Este trabajo está dedicado a la memoria del padre Juan Bautista Olarte, OAR, fallecido el 5 de marzo de 2018, encargado del archivo monástico y excelente conocedor de la historia emilianense. Gracias a su observación de los trazados en los paramentos del claustro ha sido posible conocer y difundir este patrimonio.
Rodríguez, Á. y Valle, J. M. 2016
Rodríguez, Á. y Valle, J. M., 2017.
Fraguas, R., “Hallado un plano de trazas barrocas oculto tres siglos”,
Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Pleitos Civiles, Moreno (F), C 115-3, Inv. 31, leg. 22; C 807-2, Inv. 31, leg. 277, 147 y 256; C 1275-5, Inv. 31, leg. 232 (documentación recopilada y transcrita en Martínez Ocio, M. J. y Navarro Bretón, M. C. 2001:
Archivo Histórico Nacional, Sección Clero, Secular-Regular, leg. 3194.
Proyecto de E. Rabanaque Mallén y Asociados, 1999-2001 (BOR, núm. 108, 8 de septiembre de 1998 y núm. 151, 17 de diciembre de 1998). Control arqueológico: J. Ceniceros y J. A. Tirado (
Profesora Titular de Historia del Arte de la Universidad de La Rioja.
Investigadoras Agregadas del Instituto de Estudios Riojanos.
Proyecto desarrollado dentro de la convocatoria Planes del Instituto de Estudios Riojanos y gestionado mediante la oficina OTRI Fundación Euskoiker con código TR40702.
Proyecto realizado por el Laboratorio de Documentación Geométrica del Patrimonio de la UPV/EHU, con la financiación de la Fundación San Millán de la Cogolla, y gestionado mediante la oficina OTRI Fundación Euskoiker. Código PT10490 (
Arrúe Ugarte, B., Navarro Bretón, M. C. y Reinares Fernández, Ó. 2017:
Arrúe Ugarte, B., Navarro Bretón, M. C., Reinares Fernández, Ó., Elorriaga Agirre, G., Rodríguez Miranda, A. y Valle Melón, J. M. 2018: