ESTUDIOS / STUDIES

La puerta meridional del recinto amurallado de la ciudad de León (siglos I-XIII). Análisis estratigráfico e interpretativo de una nueva evidencia constructiva

The southern gate of the walled city of León, Spain (I-XII centuries). Stratigraphic and interpretive analysis of a new constructive evidence

 

Ángel Morillo1, Rosalía Durán Cabello2

Universidad Complutense de Madrid

ORCID iD: 1 http://orcid.org/0000-0003-2139-0346, 2 http://orcid.org/0000-0002-9896-7716

e-mail: 1 amorillo@ghis.ucm.es, 2 roduran@ghis.ucm.es,

RESUMEN
En el año 2000 tuvo lugar el descubrimiento de un gran muro de sillería visto, integrado en el sótano de un local comercial en el casco histórico de la ciudad de León. Sus características constructivas, así como su posición topográfica en el parcelario actual, permiten identificarlo como el frente de una de las torres de flanqueo de la puerta meridional (porta praetoria) del campamento de la legio VII gemina, edificada a finales del siglo I-comienzos del siglo II d. C. El paramento presentaba numerosas reformas y adecuaciones, que atestiguan su evolución entre el periodo romano altoimperial y los siglos XII-XIII d. C. El análisis de la estratigrafía mural, que aquí presentamos, ha permitido marcar las cronologías relativas de las diferentes fábricas y actividades constructivas que determinan la evolución diacrónica de todo el conjunto, aclarando aspectos relativos al lienzo sur de la muralla de León. Los datos obtenidos se han puesto en relación con el espacio topográfico tridimensional en que se encuentran, ilustrando sobre la evolución del paisaje urbano.
PALABRAS CLAVE: Arqueología de la construcción; León; muralla; puerta; campamento romano; ciudad medieval; estratigrafía mural; materiales y técnicas constructivas; paisaje urbano.

ABSTRACT
In 2000 took place the discovery of a large wall ashlar, actually integrated into the basement of a shop in the historic town of León (Spain). The typology of his constructive system and its topographic position into the plan of the town, allow us to identify it as the front of one of the flanking towers of the southern gate (porta praetoria) of the roman legionary fortress of legio VII gemina. This camp was built at the end of the first century-early second century AD. The wall has many architectural reforms and adjustments. Their analysis testifies its evolution between Early Roman Empire and the twelfth and thirteenth centuries AD. The analysis of the mural stratigraphy presented here show the relative chronologies of different masonry and constructive activities determining the diachronic development of the construction. We can also clarify historical aspects about the south wall of León. The data obtained have been compared with three-dimensional topographic space in which are found, illustrating on the evolution of the urban landscape.
KEYWORDS: Building archaeology; León; walls; gate; Roman legionary fortress; medieval town; mural stratigraphy; building techniques; constructive materials; urban landscape.

Recibido: 01/10/2016; Aceptado: 20/02/2017. Publicado online: 12/09/2017

Cómo citar este artículo / Citation: Morillo, A. y Durán Cabello, R. 2017: “La puerta meridional del recinto amurallado de la ciudad de León (siglos I-XIII). Análisis estratigráfico e interpretativo de una nueva evidencia constructiva", Arqueología de la Arquitectura, 14: e054. doi: http://dx.doi.org/10.3989/arq.arqt.2017.003

Copyright: © 2017 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de una licencia de uso y distribución Creative Commons Attribution (CC-by) España 3.0.

CONTENIDOS

RESUMEN
ABSTRACT
METODOLOGIA DE ANÁLISIS. DESCRIPCIÓN Y CARACTERIZACIÓN CONSTRUCTIVA DEL PARAMENTO CONSERVADO. METODOLOGÍA DE ANÁLISIS
SECUENCIA RELATIVA DE ACTIVIDADES CONSTRUCTIVAS: HACIA UN ANÁLISIS ESTRATIGRÁFICO E INTERPRETATIVO
ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES
AGRADECIMIENTOS
NOTAS
BIBLIOGRAFÍA

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La rehabilitación de un inmueble situado en la calle Platerías nº 7 de la ciudad de León durante el año 2000 reveló la existencia de un gran muro de sillería formando parte de la obra actual. Su posición topográfica permite plantear su identificación como el frente de una de las torres de flanqueo de la porta praetoria del campamento de la legio VII gemina erigido en torno al 74 d. C. (García Marcos 2002García Marcos, V. 2002: “Novedades acerca de los campamentos romanos de León", en A. Morillo (coord.), Arqueología Militar Romana en Hispania, pp. 167-212. Anejos de Gladius 5, CSIC y Polifemo, Madrid.; Morillo y García Marcos, 2003Morillo, A. y García Marcos, V. 2003: “Legio VII Gemina and its Flavian fortress at León", Journal of Roman Archaeology, 16, pp. 275-286., 2006Morillo, A. y García Marcos, V. 2006: “Los campamentos romanos de León: introducción histórica y arqueológica", en M.ª P. García-Bellido (coord.), Los campamentos romanos en Hispania (27 a. C.-192 d. C.). El abastecimiento de moneda, pp. 225-243. Anejos de Gladius 9, CSIC y Polifemo, Madrid. y 2009Morillo, A. y García Marcos, V. 2009 “The Roman camps at León (Spain): state of the research and new approaches", en A. Morillo, N. Hanel y E. Martín Hernández (eds), Limes XX. Actas del XX Congreso Internacional de Estudios sobre la Frontera Romana, Anejos de Gladius 13, CSIC y Polifemo, Madrid, pp. 389-405. ; Morillo 2010Morillo, A. 2010: “Sistemas defensivos en los campamentos romanos de León", en V Congreso de Obras Públicas Romanas: Las Técnicas y las Construcciones en la Ingeniería Romana, pp. 463-477, Córdoba.; Morillo 2012Morillo, A. 2012: “Investigación científica y arqueología urbana en la ciudad de León", en J. Beltrán y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas, pp. 211-256. Universidad de Sevilla, Sevilla.). El paramento presenta numerosas reformas posteriores que permiten documentar su historia entre el periodo romano altoimperial y los siglos XII-XIII d. C., que trataremos de clarificar en este trabajo aplicando una metodología de lectura de paramentos y estratigrafía mural. Los restos de la puerta se han hallado en una zona de la ciudad muy compleja desde el punto de vista urbanístico, profundamente alterada durante la Antigüedad Tardía y la época medieval, que apenas conserva restos de época romana (Morillo 2012Morillo, A. 2012: “Investigación científica y arqueología urbana en la ciudad de León", en J. Beltrán y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas, pp. 211-256. Universidad de Sevilla, Sevilla.). Su apariencia actual es fruto de una compleja evolución estructural.

METODOLOGIA DE ANÁLISIS. DESCRIPCIÓN Y CARACTERIZACIÓN CONSTRUCTIVA DEL PARAMENTO CONSERVADO. METODOLOGÍA DE ANÁLISISTop

Más allá de procedimientos rígidos e inmutables, las experiencias de los últimos años aconsejan analizar las estructuras murales de una forma flexible, adaptando la metodología a las diferentes casuísticas. Evidentemente, el punto de partida a día de hoy del estudio Dell’elevato debe ser el análisis estratigráfico, complementado con todos los métodos analíticos a nuestra disposición (Quirós 1994Quirós Castillo, J. A. 1994: “Contribución al estudio de la arqueología de la arquitectura", Arqueología y territorio medieval, 1, pp. 141-158.: 142; Brogiolo y Cagnana 2012Brogiolo, G. P. y Cagnana, A. 2012: Archeologia dell’architecttura, metodi e interpretazioni. All’Insegna del Giglio, Firenze.).

En este caso concreto, nos hallamos ante un paramento que fue descubierto en el transcurso de una obra de rehabilitación de un local comercial y, condicionado por esa circunstancia, se nos muestra en la actualidad como un frente pétreo que ocupa toda la cara norte de la habitación en que se localiza. En el transcurso de los trabajos de rehabilitación del local comercial (Tatoo) el revoco que ocultaba el paramento objeto de este estudio fue completamente picado sin dejar huella ni registro alguno de la situación previa a la reforma. La fábrica se sometió a una exhaustiva limpieza, recibiendo posteriormente un acabado uniforme con la piedra vista y un encintado moderno a base de un mortero de cemento blanco, arena y cal que oculta las juntas, lo que impide establecer las preceptivas relaciones estratigráficas, así como la delimitación completa del muro objeto de estudio. Se nos presenta en la actualidad como un lienzo cuya lectura es aparentemente sencilla pero que, a medida que nos vamos acercando, plantea multitud de interrogantes.

El muro constituye el límite septentrional del espacio del local comercial en el que se encuentra, tanto de su sótano como de su planta baja [1]. Su orientación es este-oeste respecto al norte geográfico, siguiendo la alineación básica del recinto amurallado edificado por la Legión VII Gémina (Fig. 1). Su alzado total es de 4,8 m, mientras que su longitud visible es de 5,8 m. No ha sido posible acceder a la cara posterior del muro, ya que este sector forma parte de la cámara acorazada de un banco, habiendo sido completamente reformado hace algunos años, según la información disponible. Por este motivo, tampoco hemos podido medir su anchura, aunque a juzgar por el plano topográfico de la ciudad, debe encontrase en torno a los 0,80-1 m.

Fig. 1. Planta del campamento altoimperial de la legio VII gemina con indicación de la posición topográfica de la porta praetoria en el lienzo sur de la muralla (según A. Morillo y V. García Marcos a partir de los datos de los informes de excavación proporcionados por la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León).

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La imposibilidad de conocer las interfaces debido al agresivo tratamiento del que ha sido objeto la fábrica, planteaba una disyuntiva respecto a la subdivisión en unidades estratigráficas. Siguiendo una aproximación metodológica estricta, lo apropiado sería asignar a cada sillar una UEM (unidad estratigráfica mural), debido a la ruptura de las relaciones estratigráficas entre ellos. Esta situación suele ser habitual en edificios de época romana debido a su estado de conservación (Pizzo 2009Pizzo, A. 2009: “La arqueología de la construcción. Un laboratorio para el análisis de la arquitectura de época romano", Arqueología de la Arquitectura, 6, pp. 31-45.: 36). Como bien indica este investigador, en estos casos se “permite orientar la atención solamente hacia los indicadores, reconocibles en contextos homogéneos pertenecientes a una actividad estratigráfica coherente". Brogiolo y Cagnana aplican la terminología de unidades estratigráficas posdeposicionales (UP) a estos casos en los que la alteración y degradación de la obra original ha enmascarado las relaciones estratigráficas (Brogiolo y Cagnana 2012Brogiolo, G. P. y Cagnana, A. 2012: Archeologia dell’architecttura, metodi e interpretazioni. All’Insegna del Giglio, Firenze.: 40).

En el caso que nos ocupa, serán entonces el análisis morfológico y metrológico del paramento, junto con la tipología y la lógica constructiva, los indicadores que nos permitan interpretar las relaciones estratigráficas, a partir de analogías o correlaciones tipológicas, constructivas o funcionales, esto es, relaciones indirectas. Definiremos así Unidades Constructivas continuas para, posteriormente, llegar a las Actividades y, finalmente, a las Fases, siguiendo las propuestas de trabajo de, entre otros, M. A. Tabales (2002Tabales Rodríguez, M. 2002: Sistemas de análisis arqueológico de edificios históricos. Universidad de Sevilla, Sevilla.). El resultado final será una secuencia diacrónica y una hipótesis razonada de la evolución histórica del edificio, aunque no podamos en este caso profundizar hacia niveles más profundos en la lectura estratigráfica. Sin embargo conoceremos los rasgos básicos del proceso de formación del depósito, esto es la sucesión de fases constructivas a lo largo del tiempo.

Asimismo, consideramos imprescindible, para apoyar el rigor científico, que los datos obtenidos sean a su vez puestos en relación con el espacio topográfico tridimensional en que se encuentran, tanto a nivel particular del propio muro como en su integración en el conjunto de los restos coetáneos conservados en la ciudad de León, dando coherencia a la evolución del paisaje urbano como el organismo vivo que es.

Volviendo al análisis del paramento contemplado, de visu, sus características constructivas permiten identificar al menos tres tipos de fábrica. Las dos primeras están realizadas en sillería, y pueden distinguirse entre sí por el diferente módulo de los sillares. La tercera está representada por las intervenciones que emplean el ladrillo para suturar vanos (Fig. 2).

Fig. 2. Fotografía restituida del alzado completo del paramento analizado, en la que se han sobrepuesto las unidades constructivas continuas.

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La obra original correspondería al zócalo y las 5 hiladas inferiores, 4 de las cuales se encuentran actualmente al nivel del sótano, mientras la quinta constituye la primera de la actual planta baja del local comercial. El alzado total de esta primera fase es de unos 3 m. Dos sillares situados en los extremos de la sexta hilada podrían corresponder asimismo a esta primera fase constructiva, aunque bien pudieran encontrarse en posición secundaria, movidos respecto a su localización original (Fig. 3).

Fig. 3. Vista frontal del paramento analizado, perteneciente a la torre romana altoimperial, conservado en el sótano del local comercial (Fase 1).

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Los sillares empleados en la obra original son de caliza procedente de las canteras de Boñar (León), localidad situada al norte de la provincia de León, a unos 50 km de la capital. Es piedra caliza de grano fino de color ocre-beige, con tonalidades que van del dorado al grisáceo, que no es de gran dureza y fácil de trabajar, que proporciona además un buen efecto estético. Geológicamente la piedra de Boñar es una sucesión eminentemente carbonatada que contiene intercalaciones arcillosas y arenosas. Su ámbito abarca entre la Cordillera Cantábrica y el margen septentrional de la cuenca del Duero (depósitos cenozóicos) que coinciden con la zona norte de la actual provincia de León. Su depósito se ha relacionado con el ascenso generalizado del mar durante el Cretácico Superior. El proceso de deposición (una sedimentación de tipo lagoon) ha propiciado que las partes ricas en calcarenitas se empleen en trabajos de mampostería mientras que las dolomías de la parte superior, son las que configuran propiamente la llamada “piedra de Boñar"; en efecto, se trata de micritas dolomíticas de tonos beige-ocres que, ocasionalmente, pueden presentar unas zonas o manchas irregulares grises que suponen una merma en su calidad y uso como piedra ornamental (Gómez Fernández et alii 2003Gómez Fernández, F., Méndez Cecilia, A. J. y Bahamonde, J. R. 2003: “La formación Boñar (Cretácico Superior, Norte de León): estratigrafía, geoquímica y potencial productor de roca ornamental", Boletín de la Real Sociedad Geológica de España, 16 (1-2), pp. 61-72.).

Este tipo de material comienza a ser empleado en el campamento de León en la primera mitad del siglo I d. C., si bien su empleo se generaliza a partir de época flavia, coincidiendo con el asentamiento de la legio VII gemina. De hecho es el material empleado en las grandes puertas monumentales del recinto militar, como hemos podido constatar en el caso de la porta principalis sinistra (Morillo y García Marcos 2005Morillo, A. y García Marcos, V. 2005: “The defensive system of the legionary fortress of VII gemina at León (Spain). The porta principalis sinistra", en Z. Visy (ed.), Limes XIX. Proceedings of the XIXth International Congress of Roman Frontier Studies, pp. 569-583. University of Pécs, Pécs.), actualmente Puerta Obispo, junto a la catedral. La naturaleza de esta piedra es muy sensible a los agentes atmosféricos, especialmente al agua, que provoca una intensa oxidación y meteorización de los sillares, que en algunas zonas de dicha puerta romana llega a afectar directamente a la estabilidad de la estructura [2]. Tan sólo en algunas zonas concretas, como el paramento exterior del lateral septentrional del cuerpo de guardia de la torre norte, la piedra está mucho mejor conservada. La explicación de este comportamiento diferencial se debe a que este sector, nada más construirse, quedó oculto y protegido por el terraplén de la muralla altoimperial, en uso al menos hasta el final de la época romana (Morillo y García Marcos 2005Morillo, A. y García Marcos, V. 2005: “The defensive system of the legionary fortress of VII gemina at León (Spain). The porta principalis sinistra", en Z. Visy (ed.), Limes XIX. Proceedings of the XIXth International Congress of Roman Frontier Studies, pp. 569-583. University of Pécs, Pécs.; Morillo et alii en preparaciónMorillo, A., Durán Cabello, R. y García Marcos, V. (en preparación): “Análisis arquitectónico y caracterización tipológica de la porta principalis sinistra del campamento de la legio VII gemina en León".).

En el caso que nos ocupa en este trabajo, los sillares presentan una intensa meteorización, debido sin duda a su exposición a los agentes atmosféricos, así como a las filtraciones y humedades del terreno una vez amortizada y soterrada. Dicha degradación de la piedra es especialmente visible en las zonas más expuestas, como las hiladas superiores conservadas, donde casi ha desaparecido la mitad de los sillares, y en los zócalos, casi limados por completo. La presencia de grietas verticales en la obra de la puerta, muy visibles en el paramento conservado de la torre septentrional, que ya debieron afectar a la propia estructura cuando estaba en pie, debió verse propiciada por la propia degradación de la piedra a partir de las juntas entre los sillares, debido a las filtraciones. En algunos casos dichas grietas traspasan el muro casi por completo.

El muro, realizado en aparejo de opus quadratum, se apoya en un zócalo de sillares que se alza entre 0,05 y 0,10 m respecto al pavimento actual del sótano, perdiéndose por debajo de éste. En el caso de la porta principalis sinistra, al este del recinto romano, donde ha sido posible vislumbrar dicho zócalo en su totalidad, el alzado completo del mismo son unos 70-80 cm de altura, realizado mediante dos hiladas superpuestas de sillares, al igual que en nuestro caso convirtiéndose en una auténtica zarpa sin ningún tratamiento decorativo particular en la transición entre la zarpa y el alzado del muro (Fig. 4). Debemos suponer que estamos ante una obra semejante tanto en tipología como en dimensiones.

Fig. 4. Restos de la porta principalis sinistra del campamento de la legio VII gemina, datada en época flavio-trajanea, ubicada en el sector de Puerta Obispo y conservada en una cripta arqueológica (Fotografía: V. García Marcos)

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Un aspecto muy llamativo es que el zócalo sobresale unos 0,55 m respecto al perfil del paramento actual. Sin embargo, la cara vista del muro en esta zona se encuentra muy alterada por la humedad, habiendo desaparecido casi por completo 20 cm del paramento exterior del muro. En origen el zócalo sobresaldría unos 0,20 m respecto al perfil del paramento en la obra original, que se ha meteorizado en los sillares inferiores.

Teniendo en cuenta que no es posible determinar el nivel de circulación original de la puerta romana, pero que nos encontramos en un declive natural del cerro ocupado por el antiguo campamento, es muy probable que más que un zócalo visto nos encontremos ante un basamento enterrado o semienterrado en origen (zarpa), que sobresaldría unos 20 cm de la línea de la muralla.

Por encima de dicha zarpa se disponen 5 hiladas de sillares de caliza dispuestos a soga y tizón de manera aleatoria. La superficie de los mismos, se encuentra también profundamente alterada, al haber sido retallados o encontrarse intensamente meteorizados en un momento posterior a su colocación. Las dimensiones de los bloques se encuentran también completamente alteradas, al haber desaparecido casi todas sus esquinas y aristas. Aún así, varios sillares presentan una longitud de entre 0,80 y 0,90 m (aprox. 3 pies romanos) [3], mientras la altura media de los sillares de esta zona es de 0,50-0,55 m (aprox. 2 pies). La segunda hilada por encima de la zarpa se ve más afectada que las superiores, indicio tal vez de que posiblemente se encontró durante un tiempo bajo el nivel de circulación original y en contacto directo con la humedad del suelo, algo que no se verifica en la hilada más inferior y en el zócalo, cuyo drenaje debía estar previsto en la obra original y por lo tanto debía ser más efectivo (Figs. 5 y 6)

Fig. 5. Detalle del paramento de la obra romana original en opus quadratum, conservado en el sótano del local comercial (Fase 1).

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Fig. 6.Perfil actual del paramento de la obra romana original en opus quadratum, conservado en el sótano del local comercial (Fase 1), en el que puede observarse el intenso desgaste de las hiladas inferiores y la proyección del zócalo o zarpa de la torre.

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La mayor parte de los sillares se coloca a soga, si bien aparecen algunos tizones de unos 0,60 m de lado. Los bloques pétreos se encuentran en la actualidad encintados con un revoco de cemento moderno, que ha enmascarado por completo el original, hecho con cal y de unos 5 cm, que se aprecia sólo en los sillares inferiores. El rejuntado actual rellena incluso algunos huecos practicados en los sillares, especialmente en la segunda hilada, y profundas fisuras en los mismos que enmascaran la individualización de los distintos bloques de piedra. Todas las esquinas de los sillares se encuentran redondeadas y deterioradas.

Entre la cuarta y quinta hilada se aprecia una serie de pequeños huecos irregulares de tendencia rectangular cuyas dimensiones están sobre los 40-50 cm de altura y 20-40 cm de ancho, alineados horizontalmente a intervalos regulares, que interpretamos como mechinales. Justo por debajo de estos orificios se ha colocado el forjado moderno de vigas de hierro que sostienen la planta baja del actual local comercial, separándola del sótano.

En el sector más oriental, las cuatro hiladas inferiores de sillares están enmascaradas por una pared moderna de ladrillo, detrás de la cual continúa el paramento pétreo. Se sigue apreciando también el zócalo original de la construcción, que no llega a estar tapado por la obra moderna de ladrillo. El muro de ladrillo se adapta a un cimiento de cal y canto preexistente, cuidadosamente repicado y enrasado (Fig. 7).

Fig. 7. Detalle del lateral oriental del paramento de la torre romana, en el que se aprecia un muro contemporáneo de ladrillo tapando la obra de sillería y parte del cimiento medieval de cal y canto correspondiente al cuerpo adosado exteriormente, repicado y nivelado al hacer el sótano en época plenomedieval (Fase 1).

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Por encima de este primer cuerpo, se documenta un aparejo completamente diferente, compuesto por 5 hiladas de piedra, cuyo alzado es de 1,80 m. También en este caso estamos ante sillares de caliza de las canteras de Boñar, caracterizados por su color dorado y su gruesa granulometría. Sin embargo, el módulo de los bloques de piedra varía sustancialmente. En este caso nos encontramos ante sillares de dimensiones más reducidas colocados a soga, de unos 0,55-0,60 m de longitud y 0,35-0,40 m de altura. En el lado más oriental se observan varios sillares que corresponden claramente al patrón y a la naturaleza litológica de la fábrica inferior. Sin duda nos encontramos ante bloques de piedra retallados y reaprovechados. Las juntas entre los sillares presentan una argamasa de cal muy arenosa, de al menos 1,5 cm, cubierta casi por completo por un enfoscado moderno. Sólo en los lugares donde éste se ha perdido resulta visible el encintado antiguo (Fig. 8).

Fig. 8. Vista frontal del paramento del muro analizado, correspondiente a la planta baja del actual local comercial, empleada como tienda (lateral occidental). Corresponde al cuerpo edificado sobre la torre romana en época altomedieval (Fase 2A), apreciándose en la parte inferior de la imagen una hilera de mechinales regulares que albergaron grandes vigas de sección cuadrada para sustentar un forjado. Dicho forjado fue desmantelado hace pocos años para crear el suelo actual, al mismo nivel que el antiguo. A media altura se observa una apertura en el muro, a la derecha de la imagen, y una hilada de mechinales irregulares. En la parte superior de la imagen se aprecia una nueva hilada de mechinales, ocultos parcialmente por varios sillares repuestos en época contemporánea para soportar el suelo del piso superior.

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A una altura aproximada de un metro respecto a la primera hilada de pequeños huecos alineados descritos anteriormente, encontramos una nueva hilera de oquedades abiertas en el muro, en este caso mucho más irregulares que la fila inferior.

En la zona oriental se encuentra un vano practicado en el paramento, de 1,67 m de altura y una anchura que oscila entre 0,45 y 0,65 m. En la actualidad, dicho vano se encuentra tapiado con ladrillos. Aunque sabemos que perfora por completo el muro llegando hasta el paramento septentrional, no ha sido posible contemplarlo. El nivel inferior de este vano tiene una cota ligeramente superior a la hilada de oquedades que acabamos de describir (Fig. 9).

Fig. 9. Vista frontal del paramento del muro analizado, correspondiente a la planta baja del actual local comercial, empleada como tienda (lateral oriental). Se aprecian tanto las dos hiladas de mechinales a diferente altura como el vano abierto (Fase 2A), sellado en época contemporánea por un murete de ladrillo (Fase 4A).

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Los sillares de este segundo cuerpo de fábrica también han perdido su cara exterior, ya que han sido repicados intencionadamente. El perfil original de la muralla sobresaldría unos 15 cm más que en la actualidad. Este dato lo confirmamos en la zona oriental, al otro lado del vano tapiado con ladrillo, donde los sillares no han sido retallados y conservan su perfil exterior original. Muestran además una coloración más blanquecina, mientras los sillares repicados muestran un color dorado y textura arenosa. Tal vez las zonas con sillares retallados correspondan a habitaciones interiores de las que se ha intentado sacar el máximo partido picando incluso la piedra del paramento, mientras que las zonas que conservan la superficie exterior de los sillares estuvieron expuestas al aire libre en algún momento y tal vez revocadas.

Formando parte de la hilada más alta, que se pierde bajo el forjado que soporta el actual piso superior, se aprecia una alineación de cinco sillares en perfecto estado, que sobresalen respecto al resto y presentan una coloración distinta. Sin duda nos encontramos ante bloques repuestos en época contemporánea para sujetar las vigas del piso alto. La fábrica continúa por encima del techo actual del local comercial, si bien no ha sido posible documentarla ya que forma parte de una vivienda privada (Fig. 8).

Las últimas intervenciones desde el punto de vista edilicio corresponden a las fábricas de ladrillo que suturan dos vanos abiertos. Un paño de ladrillo, dispuesto tal vez para cerrar un vano o reforzar la estructura del muro se dispone en la zona más oriental del sótano, forrando la cara exterior de los sillares y dejando fuera el antiguo zócalo del muro. Se sutura de esta misma manera el vano que se practicó en el paramento a la altura de la actual planta baja. Dichas intervenciones, con toda seguridad de época contemporánea, parecen corresponder a la adecuación actual del local comercial, que tuvo lugar durante el año 2000.

SECUENCIA RELATIVA DE ACTIVIDADES CONSTRUCTIVAS: HACIA UN ANÁLISIS ESTRATIGRÁFICO E INTERPRETATIVOTop

Partiendo del análisis arquitectónico del muro conservado (materiales y técnicas constructivas) que acabamos de exponer, e integrando otros elementos visibles (mechinales, alteraciones de la superficie exterior de los sillares, indicios de modificaciones en el nivel de circulación), y teniendo en cuenta que la reforma practicada en este paramento en época contemporánea nos ha privado de las relaciones estratigráficas entre las diferentes fábricas, planteamos como hipótesis la siguiente secuencia de actividades y fases constructivas (Fig. 10)

Fig. 10. Alzado con diagrama general de las fases y actuaciones constructivas.

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1ª Fase constructiva: época altoimperial

La primera fase corresponde a la estructura más antigua en pie. Se detecta una única actividad constructiva, identificada con las 5 hiladas inferiores del paramento del muro, que se elevan unos 3 m, así como el zócalo inferior. Como ya hemos apuntado, el material constructivo son grandes sillares dispuestos a soga y tizón cuya longitud oscila entre 0,80 y 0,90 m (aprox. 3 pies romanos), mientras su altura media es de 0,50-0,55 m (aprox. 2 pies) (Fig. 11).

Fig. 11. Primera Fase constructiva (Fase 1). Época altoimperial.

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A pesar de que los restos constructivos llegados hasta nosotros son muy reducidos y presentan un importante grado de alteración, no cabe duda de que guardan evidentes semejanzas con la única puerta del campamento legionario de la legio VII gemina que se ha podido conocer en profundidad desde el punto de vista arqueológico. Nos referimos a la porta principalis sinistra, que permitía el acceso al recinto campamental desde el este, situada en el sector denominado de Puerta Obispo, nombre que alude a la obra de época medieval que se encontraba inmediatamente encima de los restos romanos.

Las excavaciones desarrolladas en 1996 en este sector de Puerta Obispo pusieron al descubierto varias puertas superpuestas de época romana y medieval, conservadas actualmente en una cripta arqueológica. La estructura más antigua correspondía a una puerta construida en grandes bloques de opus quadratum dispuestos a soga y tizón, en idéntica disposición a la construcción que analizamos en este trabajo. Sin embargo, en el caso de la porta principalis sinistra los sillares conservaban restos de encintado de cal en algunos lugares (García Marcos 2002García Marcos, V. 2002: “Novedades acerca de los campamentos romanos de León", en A. Morillo (coord.), Arqueología Militar Romana en Hispania, pp. 167-212. Anejos de Gladius 5, CSIC y Polifemo, Madrid.: 186-187; Vidal et alii 2002Vidal Encinas, J. M., González Fernández, M.ª L., Fernández Ordás, R., Álvarez Ordás, J. C. y Rodríguez Corrales, P. 2002: “Un asunto superficial: el revoco decorativo del recinto amurallado romano-medieval de León", De Arte, 1, pp. 11-20.), algo que no ha sido posible identificar en el paramento que aquí analizamos. En el sector mejor conservado, correspondiente a la torre septentrional, los sillares estaban almohadillados y medían al menos 0,70 m de longitud, alcanzando alguno los 0,90 m. No se pudo documentar bien el frente de las torres, oculto parcialmente bajo obras posteriores. Bajo la hilada inferior de sillares se disponía un zócalo proyectado unos 20 cm respecto a la vertical del muro. La puerta era bífora, flanqueada por dos torres rectangulares gemelas orientadas E-O, de 13,07 m de longitud (44 pies) x 5,24 m de anchura (17,72 pies). En planta, la torre está dividida en dos cuerpos, uno casi cuadrado correspondiente a la torre propiamente dicha, proyectada 3,43 m (aprox. 11,5 pies romanos) fuera de la línea de la muralla hacia el exterior como parte de la fachada monumental, y otro rectangular identificado como el cuerpo del guardia. En el espacio comprendido entre ambas torres la puerta se retranquea ligeramente. El acceso se realizaba sobre dos pasajes con arcos de medio punto de 4,66 m de luz, que en los extremos voltean sobre pilastras adosadas a los muros de las torres, mientras en el centro lo hacen sobre gruesos pilares de perfil rectangular alineados a manera de spina central. A partir del análisis del registro estratigráfico (terra sigillata hispánica), actualmente en proceso de estudio, dicha estructura se edifica en un momento flavio-trajaneo, coincidiendo con la erección de la muralla del campamento de la Legión VII o tal vez en un momento algo posterior (García Marcos 2002García Marcos, V. 2002: “Novedades acerca de los campamentos romanos de León", en A. Morillo (coord.), Arqueología Militar Romana en Hispania, pp. 167-212. Anejos de Gladius 5, CSIC y Polifemo, Madrid.: 189-192; García Marcos et alii 2004García Marcos, V., Miguel, F. y Campomanes, E. 2004: “El solar y el entorno urbano de Santa María de Regla (ss. I-XV)", en J. Yarza Luaces, M.ª V. Herráez Ortega y G. Boto Varela (eds.), Congreso Internacional: La Catedral de León en la Edad Media, pp. 23-44. Universidad de León, León.; Morillo y García Marcos 2005Morillo, A. y García Marcos, V. 2005: “The defensive system of the legionary fortress of VII gemina at León (Spain). The porta principalis sinistra", en Z. Visy (ed.), Limes XIX. Proceedings of the XIXth International Congress of Roman Frontier Studies, pp. 569-583. University of Pécs, Pécs.; Morillo 2012Morillo, A. 2012: “Investigación científica y arqueología urbana en la ciudad de León", en J. Beltrán y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas, pp. 211-256. Universidad de Sevilla, Sevilla.: 237; Morillo y Duran 2013Morillo, A. y Durán Cabello, R. 2013: “La porta principalis sinistra del campamento de la Legión VII Gémina en León. De la intervención arqueológica a la restitución virtual", Virtual Archaeology Review, 4, 9, pp. 116-122.; Morillo et alii 2014Morillo, A., Durán Cabello, R., Mendo, O., Prieto, D., Duprado, G. y Bonacasa, S. 2014: “Restitución virtual de la muralla romana de León: una visión diacrónica", Virtual Archaeology Review, 5, pp. 140-146.) (Figs. 12 y 13).

Fig. 12. Planimetría de los restos conservados pertenecientes a la porta principalis sinistra del campamento de la legio VII gemina, ubicada en el sector de Puerta Obispo (Morillo y García Marcos).

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Fig. 13. Planimetría de los restos arqueológicos documentados pertenecientes a la porta praetoria del campamento altoimperial de la legio VII gemina, con propuesta de restitución (según A. Morillo y V. García Marcos a partir de los datos de los informes de excavación proporcionados por la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León).

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Esta misma estructura de puerta de doble vano debió repetirse en las otras cuatro puertas del recinto, como la occidental (porta principalis dextra), tal y como atestiguan las evidencias exhumadas a comienzos de siglo (Díaz-Jiménez 1906Díaz-Jiménez, E. 1906: La Casa de los Guzmanes, León.: 31-32), y posiblemente en la porta decumana, la puerta norte de recinto.

Por lo que se refiere a los restos que nos ocupan, correspondientes a la puerta sur del recinto legionario (porta praetoria), carecíamos de cualquier dato, más allá de su situación topográfica sobre el parcelario contemporáneo, heredado de la época medieval, que en este sector alteró sensiblemente la planimetría del antiguo campamento legionario. Sin embargo, las murallas son elementos fosilizadores casi inamovibles en la trama urbana, lo que permite rastrearlas planimétricamente hasta nuestros días, a pesar de los cambios en su estructura y epidermis. El hallazgo del paramento que aquí presentamos, viene a cubrir esta laguna en el conocimiento del campamento de la legio VII gemina. A pesar de la reducida evidencia arqueológica, la coincidencia planimétrica con el espacio teóricamente ocupado por la porta praetoria, en paralelo a la línea de la muralla romana pero varios metros adelantada, nos permite avanzar la hipótesis verosímil de que nos encontramos ante la torre que flanqueaba por su lado occidental una puerta también bífora. Su posición topográfica coincide asimismo con el arco de entrada meridional de la ciudad altomedieval, conocido como Arco del Rey, que al igual que en el caso de Puerta Obispo, ha fosilizado el lugar de paso del antiguo campamento romano.

Sin embargo, en este caso nos encontramos ante una estructura de mayores dimensiones que la puerta romana oriental (porta principalis sinistra), como correspondería a las entradas norte y sur del recinto, que suelen tener una importancia más destacada. En este caso el frente de las torres es 6,90 m (unos 23 pies romanos), lo que nos llevaría por modulación a calcular su longitud hipotética total entre 18 y 21 m (60-69 pies romanos). Los vanos probablemente también serían de mayor luz, unos 4, 86 m (14 pies), mientras que la spina central alcanzaría los 3,57 m (12 pies) de anchura. Carecemos de datos estratigráficos absolutos sobre la cronología de esta obra, pero de nuevo en este caso sus semejanzas constructivas y la indudable pertenencia a la misma empresa constructiva nos permiten hipotetizar sobre su datación flavio-trajanea (Fig. 14)

Fig. 14. Detalle del paramento exterior de la torre oriental de flanqueo de la porta praetoria del campamento de la legio VII gemina. Se conserva en el subterráneo de un local comercial (Almacenes Los Catalanes), al otro lado de la calle Cardiles (Fotografía: M. Torres-Sevilla).

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Contamos con algunos indicios arqueológicos que confirmarían está hipótesis de trabajo. Hace algunos años, en las obras de pavimentación acometidas en esta misma calle Platerías-Cardiles, aparecieron restos de varios sillares alineados, pertenecientes a una estructura constructiva perpendicular al muro romano de la torre, que se perdían bajo la casa actual, interpretados como parte de la spina de la puerta romana [4]. Su posición planimétrica coindice exactamente con el lugar que debería tener la spina de la puerta praetoria. Además, hemos podido confirmar la presencia, en los sótanos del local comercial situado al otro lado de la calle Cardiles (Almacenes Los Catalanes), de un muro con las mismas características constructivas que el que aquí presentamos y alineado siguiendo el mismo eje de axialidad, muro que gira hacia el norte en paralelo con la fachada de la casa actual [5] (Fig. 14). Aunque en este caso no ha sido posible estudiarlo, su posición planimétrica coincide con la de la torre de flanqueo oriental y su embocadura hacia uno de los arcos de paso de la puerta en el modelo hipotético que aquí presentamos. Finalmente, la propia ubicación de la calle Platerías-Cardiles en el parcelario actual coincidiría con la de uno de los vanos de paso de la puerta romana, concretamente el vano más oriental, el único que se mantendría vigente en el parcelario medieval con el nombre de Arco del Rey (Figs. 15 y 16).

Fig. 15. Alzado de los restos arqueológicos documentados pertenecientes a la porta praetoria del campamento altoimperial de la legio VII gemina, con propuesta de restitución.

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Fig. 16. Propuesta de restitución volumétrica de la porta praetoria del campamento altoimperial de la legio VII gemina.

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La puerta monumental que aquí presentamos se integraría dentro del potente sistema defensivo de la legio VII gemina, que se asienta en este lugar hacia el 74 d. C., sobre los restos de dos campamentos anteriores pertenecientes a la legio VI Victrix (García Marcos 2002García Marcos, V. 2002: “Novedades acerca de los campamentos romanos de León", en A. Morillo (coord.), Arqueología Militar Romana en Hispania, pp. 167-212. Anejos de Gladius 5, CSIC y Polifemo, Madrid.; Morillo 2010Morillo, A. 2010: “Sistemas defensivos en los campamentos romanos de León", en V Congreso de Obras Públicas Romanas: Las Técnicas y las Construcciones en la Ingeniería Romana, pp. 463-477, Córdoba.; Morillo 2012Morillo, A. 2012: “Investigación científica y arqueología urbana en la ciudad de León", en J. Beltrán y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas, pp. 211-256. Universidad de Sevilla, Sevilla.: 225-233). Dicha muralla sigue el modelo canónico de planta rectangular con esquinas oblongas y cuatro grandes puertas en cada uno de los costados. Presenta entre 1,80 y 2 m de anchura, con cimentación de cantos rodados de cuarcita trabados con arcilla muy plástica y cuenta con un paramento exterior de opus vittatum de bloques de arenisca con las juntas encintadas. El relleno interior era de hormigón de excelente calidad. Recientemente hemos podido completar nuestro conocimiento sobre esta estructura defensiva. La muralla del campamento flavio se construyó desmantelando la mitad exterior del terraplén del vallum o sistema defensivo del campamento precedente de la legio VI victrix, pero manteniendo parte de su declive interior integrado dentro de un nuevo terraplén adosado a la muralla, que alcanza unos 6-6,5 m de anchura y que hizo desaparecer parte de la antigua via sagularis, la calle perimetral interior. El espacio entre el antiguo terraplén (agger) del campamento julio-claudio y la nueva muralla se rellenó con arcilla. El hormigón en este sector fraguó contra el terraplén adosado. Por este motivo la muralla del campamento flavio carece de paramento interior. El alzado máximo conservado de dicha muralla es de 4,25 m (14 pies). La muralla estaba reforzada con torres interiores a lo largo de los lienzos y en las cuatro esquinas, apenas resaltadas al exterior del muro (García Marcos 2002García Marcos, V. 2002: “Novedades acerca de los campamentos romanos de León", en A. Morillo (coord.), Arqueología Militar Romana en Hispania, pp. 167-212. Anejos de Gladius 5, CSIC y Polifemo, Madrid.: 186-189; Morillo 2012Morillo, A. 2012: “Investigación científica y arqueología urbana en la ciudad de León", en J. Beltrán y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas, pp. 211-256. Universidad de Sevilla, Sevilla.: 235-236).

En el exterior del perímetro murado debieron mantenerse el foso o fosos del campamento julio-claudio precedente, siguiendo el modelo habitual de campamento romano. Sin embargo, de dichas estructuras negativas no queda evidencia alguna debido al levantamiento de la muralla bajoimperial adosada a la anterior, que debió utilizar dichos fosos como zanja de cimentación. Tanto el espesor, como la posición espacial de esta última parecen indicar que el campamento flavio tuvo en origen dos fosos. Si sumamos a los más de 5 m de ancho de los lienzos bajoimperiales, la proyección de sus torreones semicirculares (casi 10 m fuera de la línea de la muralla) obtenemos un espacio de unos 15-16 m, que correspondería a la anchura canónica de dos fossae y su intervalo correspondiente en época altoimperial (Morillo 2012Morillo, A. 2012: “Investigación científica y arqueología urbana en la ciudad de León", en J. Beltrán y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas, pp. 211-256. Universidad de Sevilla, Sevilla.: 236).

En época tetrárquica tiene lugar una actuación urbanística de gran envergadura en la muralla del antiguo campamento de la legio VII gemina. En efecto, a finales del siglo III o comienzos del IV se construye una nueva muralla de 5,25 m de anchura, envolviendo y apoyando a la anterior por su cara externa, que amortiza como hemos señalado los fosos del campamento altoimperial (Fig. 17). La obra total de la fortificación, incluyendo el muro flavio, alcanza un espesor de 7 m, a lo que debemos sumar los más de 6 m del terraplén interior, que seguiría todavía en pie en este momento. La altura de la muralla conservada en algunos puntos es de 10 m, aunque los paramentos romanos no se conservan generalmente por encima de los 6 m (Morillo, 2012Morillo, A. 2012: “Investigación científica y arqueología urbana en la ciudad de León", en J. Beltrán y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas, pp. 211-256. Universidad de Sevilla, Sevilla. : 245-247). La obra estaba reforzada con torres semicirculares de 8,25 m de diámetro, dispuestas cada 15 m (García y Bellido 1970García y Bellido, A. 1970: “Estudios sobre la Legio VII Gemina y su campamento en León", en Legio VII Gemina, pp. 569-599. Diputación Provincial, León.: 571-575; Fernández Ochoa y Morillo 1992Fernández Ochoa, C. y Morillo, A. 1992: “Fortificaciones urbanas de época bajoimperial en Hispania. Una aproximación crítica (segunda parte)", Cuadernos de Prehistoria y Arqueología Univ. Autónoma Madrid 19, pp. 319-360., 2002Fernández Ochoa, C. y Morillo, A. 2002: “Entre el prestigio y la defensa: la problemática estratégico-defensiva de las murallas tardorromanas en Hispania", en A. Morillo (coord.), Arqueología Militar Romana en Hispania, pp. 577-590. Anejos de Gladius 5, CSIC y Polifemo, Madrid. y 2005Fernández Ochoa, C. y Morillo, A. 2005: “Walls in the Urban Landscape of Late Roman Spain. Defense and Imperial Strategy", en K. Bowes y M. Kulikowski (eds.) Hispania in the Late Antique World. Twenty-First Current perspectives, pp. 299-340. Brill, Leiden-Boston.; Gutiérrez González 1995Gutiérrez González, J. A. 1995: Fortificaciones y feudalismo en el origen y formación del reino leonés (siglos IX-XIII). Universidad de Valladolid, Valladolid.). En la nueva obra se alterna la fábrica de opus quadratum, bastante regular, con sillarejo consistente en hiladas de bloques irregulares de cuarcita importada de más de 40 km de distancia, unidos con cal [6]. Este último parece ser el sistema más empleado, reservándose el opus quadratum para zonas con especiales necesidades estructurales, como las torres de los ángulos meridionales (la Torre de los Ponce o sudoriental es la única que sobrevive), o bien donde simplemente disponían de sillares para reutilizar. Respecto a la fábrica de sillares, se aprecia como en un alto porcentaje los bloques proceden de edificios ya amortizados, entre los que abundan los monumentos epigráficos, tanto religiosos, como funerarios. Este hecho no indicaría una especial premura en la construcción, sino un espíritu práctico muy acentuado: todo aquello que ya no sirve o que va a ser desplazado por el adosamiento de la nueva muralla, se usa como material constructivo. Es probable que algunas hileras de regularización realizadas mediante ladrillos correspondan también a la fase bajoimperial, lo que indicaría la existencia de un tercer sistema constructivo (García Marcos et alii 2007García Marcos, V., Morillo, A. y Duran, R. 2007: “La muralla tetrárquica de Legio: aproximación al conocimiento de su sistema constructivo", en Rodríguez Colmenero, A. y Rodá, I. (eds.), Murallas de Ciudades Romanas en el Occidente del Imperio, pp. 381-399. Diputación Provincial de Lugo, Lugo.: 392-393). El núcleo es de opus caementicium en el que abundan los cantos de río y el material reutilizado (García Marcos et alii 2007García Marcos, V., Morillo, A. y Duran, R. 2007: “La muralla tetrárquica de Legio: aproximación al conocimiento de su sistema constructivo", en Rodríguez Colmenero, A. y Rodá, I. (eds.), Murallas de Ciudades Romanas en el Occidente del Imperio, pp. 381-399. Diputación Provincial de Lugo, Lugo.: 390-394; Durán 2009Durán Cabello, R. M. 2009: “Reflexiones sobre la técnica constructiva de la muralla romana de León", en A. Morillo, N. Hanel y E. Martín Hernández (eds.), Limes XX. Actas del XX Congreso Internacional de Estudios sobre la Frontera Romana, pp. 793-804. Anejos de Gladius 13, CSIC y Polifemo, Madrid.: 798-800; Morillo, 2008Morillo, A. 2008: “Cultos militares y espacios sagrados en el campamento de la legio VII gemina en León", Gerión, 26, 1, pp. 379-405.; Morillo y Durán Cabello 2008Morillo, A. y Durán Cabello, R. 2008: “Caracterización tipológica de la muralla de León: resultados preliminares de la lectura de paramentos", en IV Congreso de Obras Públicas en la Ciudad Romana, pp. 77-94. Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, Lugo.: 83-87 y 90; Morillo 2012Morillo, A. 2012: “Investigación científica y arqueología urbana en la ciudad de León", en J. Beltrán y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas, pp. 211-256. Universidad de Sevilla, Sevilla.: 245-249; Gutiérrez González et alii 2013Gutiérrez González, J. A., Miguel Hernández, F., Campomanes, E., Muñoz Villarejo, F. y García Marcos, V. 2013: “Revisión arqueológica de las murallas de León (España)", en Fortificações e Território na Península Ibérica e no Magreb (Séculos VI a XVI), pp. 313-327. Colibri: Campo Arqueológico de Mértola, Lisboa.: 314: Morillo et alii 2014Morillo, A., Durán Cabello, R., Mendo, O., Prieto, D., Duprado, G. y Bonacasa, S. 2014: “Restitución virtual de la muralla romana de León: una visión diacrónica", Virtual Archaeology Review, 5, pp. 140-146.).

Fig. 17. Planimetría de la muralla tetrárquica edificada a finales del siglo III-comienzos del IV (azul claro), adosándose a la defensa altoimperial del campamento de la legio VII gemina (en azul oscuro) (según A. Morillo y V. García Marcos a partir de los datos de los informes de excavación proporcionados por la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León).

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La construcción de la muralla bajoimperial va asociada a profundas transformaciones en el interior del campamento, que vamos comenzando a intuir. De cualquier manera la arqueología confirma la existencia de potentes rellenos que determinan la elevación general de la cota de circulación (Morillo, 2012Morillo, A. 2012: “Investigación científica y arqueología urbana en la ciudad de León", en J. Beltrán y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas, pp. 211-256. Universidad de Sevilla, Sevilla. : 250).

Las recientes aproximaciones arqueológicas confirman la cronología tetrárquica de la obra (García Marcos et alii 2007García Marcos, V., Morillo, A. y Duran, R. 2007: “La muralla tetrárquica de Legio: aproximación al conocimiento de su sistema constructivo", en Rodríguez Colmenero, A. y Rodá, I. (eds.), Murallas de Ciudades Romanas en el Occidente del Imperio, pp. 381-399. Diputación Provincial de Lugo, Lugo.; Durán Cabello 2009Durán Cabello, R. M. 2009: “Reflexiones sobre la técnica constructiva de la muralla romana de León", en A. Morillo, N. Hanel y E. Martín Hernández (eds.), Limes XX. Actas del XX Congreso Internacional de Estudios sobre la Frontera Romana, pp. 793-804. Anejos de Gladius 13, CSIC y Polifemo, Madrid.: 798-800). La erección de semejante obra defensiva se encontraría tal vez vinculada a las nuevas funciones asumidas por el ejército en época bajoimperial, ligadas al avituallamiento de los limites germánico y británico, principal cometido asignado a la Diocesis Hispaniarum (Fernández Ochoa y Morillo 1992Fernández Ochoa, C. y Morillo, A. 1992: “Fortificaciones urbanas de época bajoimperial en Hispania. Una aproximación crítica (segunda parte)", Cuadernos de Prehistoria y Arqueología Univ. Autónoma Madrid 19, pp. 319-360. y 2005Fernández Ochoa, C. y Morillo, A. 2005: “Walls in the Urban Landscape of Late Roman Spain. Defense and Imperial Strategy", en K. Bowes y M. Kulikowski (eds.) Hispania in the Late Antique World. Twenty-First Current perspectives, pp. 299-340. Brill, Leiden-Boston.). Recientes descubrimientos proporcionan los primeros indicios directos de intervención militar en la construcción del recinto amurallado de León. Se han descubierto restos numismáticos (monedas de Maximiano y Diocleciano) y de militaria (pectoral de armadura con decoración repujada) que relacionan la reforma de la vieja muralla altoimperial del campamento de la legio VII gemina con la presencia de nuevas tropas procedentes de la zona de la Gallia y Pannonia, en un momento que podemos situar a finales del siglo III (Morillo y García Marcos 2007Morillo, A. y García Marcos, V. 2007: “León", en A. Morillo (ed.), El ejército romano en Hispania. Guía Arqueológica, Universidad de León, León, pp. 402-405.: 404; Fernández Ochoa et alii 2011Fernández Ochoa, C., Morillo, A. y Salido Domínguez, J. 2011: “Ciudades amuralladas y Annona militaris durante el Bajo Imperio en Hispania: una cuestión a debate", en J. Arce y B. Gonflaux (eds.), Horrea Hispaniques. La question du stockage en Méditerranée romane, pp. 265-285. Collection de la Casa de Velázquez, 125, Madrid.: 271).

En coincidencia con el levantamiento de la muralla bajoimperial, se acometen profundos cambios en las puertas del antiguo campamento. De nuevo es la porta principalis sinistra, que permite el acceso desde el este, la que más información nos proporciona. El recrecimiento exterior de la antigua muralla altoimperial en 5,25 m determina que las torres de flanqueo de la puerta queden en posición ligeramente retranqueada respecto al frente de la nueva muralla, que se adosa a la puerta. Además, el acceso más septentrional se clausura mediante un muro de 0,43 m de anchura, aprovechándose para ello grandes sillares procedentes del propio edificio, reforzándose sus juntas con argamasa (Morillo y García Marcos 2005Morillo, A. y García Marcos, V. 2005: “The defensive system of the legionary fortress of VII gemina at León (Spain). The porta principalis sinistra", en Z. Visy (ed.), Limes XIX. Proceedings of the XIXth International Congress of Roman Frontier Studies, pp. 569-583. University of Pécs, Pécs.: 575). Este hecho debe ponerse en relación con la mayor facilidad para la defensa que supondría la existencia de un solo vano, fenómeno bien constatado tanto en Hispania (Carretero et alii 1999Carretero, S., Romero Carnicero, M.ª V. y Martínez García, A. B. 1999: “Las estructuras defensivas del campamento del Ala II Flavia en Petavonium (Rosinos de Vidriales, Zamora)", en R. Balbín y P. Bueno (eds.), II Congreso de Arqueología Peninsular IV. Arqueología romana y medieval, Fundación Rei Afonso Henriques, Zamora, pp. 183-194.: 189) como en algunos fuertes de la frontera septentrional del Imperio como Housesteads (Crow 1995Crow, J. 1995: Houseteads. Batsford/English Heritage, London.: 89-90) Birdoswald (Willmott 1997Willmott, T. 1997: Birdoswald. Excavations of a Roman fort on Hadrian’s Wall and its successor settlements: 1987-92. English Heritage Archaelogical Report 14, London.: 145), South Shields (Snape 1994Snape, M. E. 1994: “The south gate, intervallum street and fort ditches", en P. BidwelI y S. Speak (eds.), Excavations at South Shields Roman Fort I, Society of Antiquaries of Newcastle upon Tyne Monograph 4, Newcastle.: 120-123), Osterburken (Schumacher 1914Schumacher, K. 1914: “Das Kastell Osterburken", en The Obergermanisch-Raetische Limes der Roemerreiches IV, pp. 39-45. Reichs-Limeskomision, Heidelberg.: 8-10), Pfünz (Winkelmann 1914Winkelmann, Fr. 1914: Das Kastell Pfünz. The Obergermanisch-Raetische Limes der Roemerreiches VII, 71-75, Reichs-Limeskomission, Heidelberg.: 6) o Tulln (Genser 1986Genser, K. 1986: Der Österreichische Donaulimes in der Römerzeit. Der Römische Limes in Österreich 33, Wien.: 364), por poner tan solo algunos ejemplos (cf. Morillo y García Marcos 2005Morillo, A. y García Marcos, V. 2005: “The defensive system of the legionary fortress of VII gemina at León (Spain). The porta principalis sinistra", en Z. Visy (ed.), Limes XIX. Proceedings of the XIXth International Congress of Roman Frontier Studies, pp. 569-583. University of Pécs, Pécs.: 575). Años más tarde, a finales de la cuarta centuria o primeros años de la siguiente, el cierre del vano se refuerza interiormente con un nuevo muro de sillería de entre 0,80 m de espesor, aunque de aspecto mucho más descuidado que el precedente. Esta reforma se ve acompañada por una modificación del nivel de circulación de la calle, que se sobreeleva unos 0,40 m, reforma que debió ir acompañada por el desmantelamiento de partes de la estructura de la antigua puerta, especialmente de los cuerpos de guardia y de los pisos superiores (Morillo y García Marcos 2005Morillo, A. y García Marcos, V. 2005: “The defensive system of the legionary fortress of VII gemina at León (Spain). The porta principalis sinistra", en Z. Visy (ed.), Limes XIX. Proceedings of the XIXth International Congress of Roman Frontier Studies, pp. 569-583. University of Pécs, Pécs.: 575) (Figs. 18 y 19).

Fig. 18. Planimetría de los vestigios arqueológicos pertenecientes a la porta principalis sinistra del campamento de la legio VII gemina, ubicada en el sector de Puerta Obispo a comienzos del siglo V d. C. (Morillo y García Marcos).

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Fig. 19. Fotografía de excavaciones de la torre septentrional de flanqueo de la porta principalis sinistra del campamento de la legio VII gemina (Puerta Obispo) en la que se aprecia en la parte superior de la imagen el doble muro de cierre del vano septentrional de la puerta bífora (Fotografía: V. García Marcos).

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Por lo que respecta a la obra que analizamos en el presente estudio, aunque no hemos documentado actuación edilicia alguna en el paramento de la torre de la puerta romana meridional, que pudiera correlacionarse con esta profunda reforma estructural de la muralla en época bajoimperial, es muy probable que la estructura de la porta praetoria se viera afectada de una forma muy semejante a la porta principalis sinistra. Sin embargo, sus mayores dimensiones probablemente le dieron un aspecto diferente, ya que no quedaba como la anterior retranqueada respecto a la línea de la nueva muralla, sino a la misma altura e incluso algo realzada respecto a aquella. Las evidencias de la muralla tetrárquica, tanto en los tramos conservados como en su fosilización en el parcelario urbano de este sector no dejan lugar a dudas al respecto [7] (Figs. 20 y 21).

Fig. 20. Planimetría de los restos arqueológicos documentados pertenecientes a la porta praetoria del campamento de la legio VII gemina en época tardorromana, con propuesta de restitución (según A. Morillo y V. García Marcos a partir de los datos de los informes de excavación proporcionados por la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Castilla y León).

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Fig. 21. Propuesta de restitución volumétrica de la porta praetoria del campamento de la legio VII gemina en época tardorromana.

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Es muy posible también que en este momento se cerrara el vano más occidental, dejando un único acceso que coincidiría con el antiguo vano oriental de la puerta romana, cuya existencia en el lugar ocupado por la actual calle Platería-Cardiles, donde la propia denominación Arco de Rege indica la presencia de una puerta cubierta por un único arco, se verifica documentalmente ya en el siglo X. Esto nos indica claramente una fecha ante quem para el cierre del vano más occidental de la puerta bífora romana.

Es probable que entre mediados del siglo III y los siglos VII-VIII también se sobreelevara el nivel de circulación, como se ha verificado en las intervenciones arqueológicas desarrolladas en la ciudad de León con niveles de este periodo, como en la de la porta principalis sinistra. Algunas evidencias indirectas apuntarían en este sentido: el buzamiento del terreno desde la puerta hacia el este y el oeste, y la cota más alta (algo más de un metro) de las cimentaciones de las construcciones altomedievales. Es más que probable que entre el periodo bajoimperial y el final de la Antigüedad Tardía, el nivel de circulación en el exterior de la torre subiera entre 0,40 y 0,50 m, mientras la calle aneja que conducía al único vano de la puerta sur, debió elevarse en torno a 1 m. Pero no dejan de ser hipótesis de trabajo.

2ª Fase constructiva: actuaciones de época altomedieval (siglos X-XI)

En un momento claramente posterior tienen lugar distintas actuaciones constructivas que afectan al paramento objeto de este estudio, que nos confirman la existencia de fases edilicias posteriores, así como modificaciones estructurales considerables en la obra de la puerta romana. A manera de hipótesis, y ante la carencia de datos estratigráficos tanto horizontales como verticales, proponemos a continuación una correlación entre dichas actuaciones y diferentes actividades que tuvieron lugar en este sector de la ciudad entre los siglos X y XIII según la documentación medieval.

Fase 2A. Primera actuación altomedieval

Sin duda el muro anterior que aquí presentamos siguió siendo visible como frente de la torre occidental de flanqueo de la puerta meridional del recinto amurallado bajoimperial durante todo el periodo tardoantiguo y altomedieval. En un momento indeterminado se acomete una modificación sustancial de la estructura. Es en esta fase cuando se añaden nuevas hiladas de sillares, también tallados en la misma piedra caliza de las canteras de Boñar pero que presentan un módulo considerablemente más reducido que los romanos originales (0,55-0,60 m de longitud y 0,35-0,40 m de altura), dispuestos a soga y con encintados de argamasa arenosa. Entre ellos se observan algunos sillares de caliza de mayor tamaño, que por su módulo deben pertenecer a la obra romana original, sin duda reaprovechados en la nueva fábrica medieval. Todo ello permite identificar esta obra como un cuerpo de fábrica completamente diferente al anterior y claramente posterior a éste (Fig. 22).

Fig. 22. Alzado de la primera actuación altomedieval (Fase 2A).

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Sólo podemos especular sobre los motivos que llevaron a reformar tan profundamente la parte superior de la antigua torre romana. Resulta claramente perceptible un buzamiento de las nuevas hiladas de sillares hacia el centro del cuerpo de la torre, lo que podría hablarnos de un desplome parcial de la obra original romana en este sector o una amenaza de ruina que motivó el derribo de las hiladas de sillares superiores y que hizo necesaria una nueva obra. Justo en la parte central del muro, por debajo de la obra medieval, se aprecian varias fisuras en la fábrica original romana, en la actualidad completamente rellenas con cemento moderno, que podría apuntar tal vez el motivo que debilitó la estructura. No podemos olvidar que los sillares inferiores romanos en este momento se encontrarían ya profundamente meteorizados por efecto de la humedad, lo que dejaría el frente de la torre descalzado y debilitado desde el punto de vista estructural.

Respecto a la cronología de dicha actuación, debemos basarnos en los datos documentales a la hora de formular hipótesis verosímiles. No cabe duda de que la muralla romana siguió en uso a pesar de las indudables reformas provocadas por los acontecimientos del periodo tardoantiguo, entre los que se ha propuesto incluso la presencia de una guarnición beréber durante la primera mitad del siglo VIII (Gutiérrez González et alii 2013Gutiérrez González, J. A., Miguel Hernández, F., Campomanes, E., Muñoz Villarejo, F. y García Marcos, V. 2013: “Revisión arqueológica de las murallas de León (España)", en Fortificações e Território na Península Ibérica e no Magreb (Séculos VI a XVI), pp. 313-327. Colibri: Campo Arqueológico de Mértola, Lisboa.: 314). Sin embargo, dichas obras no han podido ser verificadas arqueológicamente por el momento. Es más que probable que a lo largo de este periodo desapareciera el terraplén interior que había acompañado a la obra defensiva desde el periodo altoimperial, terraplén que no aparece ya en el periodo altomedieval y que habría proporcionado nuevo espacio intramuros para colonizar, así como grandes cantidades de tierra y arcilla para adecuaciones en el interior del recinto.

La incorporación de León al reino de Asturias por parte de Ordoño I en el 856 y la asunción de la capitalidad en el año 912 supondrán transformaciones urbanísticas de gran trascendencia, que apenas vamos conociendo desde el punto de vista arqueológico (Gutiérrez y Miguel 1999Gutiérrez González, J. A. y Miguel Hernández, F. 1999: “Génesis del urbanismo en la ciudad de León y su transformación en la Edad Media", en La península ibérica y el Mediterráneo entre los siglos XI y XII, III: El urbanismo de los estados cristianos, pp. 43-87. Codex Aquilarensis 15, Centro de Estudios del Románico, Aguilar de Campoo.: 53-64; Torres Sevilla 2002Torres Sevilla, M. 2002: “Espacio y sociedad en León durante los siglos XI y XII", en M. A. García Guinea (dir.), Enciclopedia del Románico en Castilla y León, pp. 21-33. Fundación Santa Maria la Real, Salamanca.). La información documental crece exponencialmente desde comienzos del siglo X (Represa 1969Represa, A. 1969: “Evolución urbana de León en los siglos XI-XIII", en León y su Historia. Miscelánea Histórica, I, pp. 243-282. Colección Fuentes y Estudios de Historia Leonesa I, Centro de Estudios San Isidoro, León.; Estepa 1977Estepa Díez, C. 1977: Estructura social de la ciudad de León (siglos XI-XIII). Fuentes y Estudios de Historia Leonesa 19, Centro de Estudios San Isidoro, León. ; Benito Ruano 1978Benito Ruano, E. 1978: “Las murallas y cercas de la ciudad de León durante la Edad Media", en León Medieval. Coloquio “El reino de León en la Edad Media", Colegio Universitario de León, León, pp. 25-40.; Torres Sevilla 1999aTorres Sevilla, M. 1999a: “León durante la dinastía astur (711-1037): La monarquía astur-leonesa", en C. Álvarez Álvarez (coord.), Historia de León. Edad Media, pp. 17-39. Universidad de León, León.; 1999bTorres Sevilla, M. 1999b: “El Reino de León en el siglo X", en VV. AA., Codex Biblicus Legionensis. Veinte Estudios, pp. 15-24. Real Colegiata de San Isidoro, León. y 2006Torres Sevilla, M. 2006: “Organización defensiva del reino de León en la Alta Edad Media: de castra legionis a caput regni (ss. IV-X) ", en Alcaidías y fortalezas en la España Medieval, pp. 43-68. Colección Universitas Philologica et Historica, 10/1. Universidad de Alicante, Alicante.), pero habitualmente resulta complicado relacionar hechos mencionados en las fuentes con actuaciones urbanísticas concretas [8]. A juzgar por la documentación, todo el cuadrante sudoeste de la ciudad medieval, que en estos momentos coincide todavía con el recinto del antiguo campamento de la legio VII gemina, se encuentra ocupado desde comienzos del siglo X por el palacio real, delimitado por el sur y el oeste por la muralla bajoimperial romana, que se encuentra perfectamente operativa. El complejo palatino, ubicado en esta zona por la Crónica del obispo Sampiro (Casariego 1985Casariego, J. E. 1985: Crónicas de los reinos de Asturias y León, Everest, León.: 97), debió agrupar diversas dependencias (plaza y salas para ceremonias, basílica palatina, estancias domésticas, cuadras, almacenes, baños, cocinas, bodegas, etc.). En el ángulo noreste del complejo palatino, en eje con el palacio real, se emplaza el monasterio de San Salvador de Palat de Rey (Torres Sevilla 2008Torres Sevilla, M. 2008: Palat de Rey. El palacio de los Quiñones, condes de Luna y su entorno urbano. Universidad de León, León.: 68-91; Gutiérrez González et allí, 2013Gutiérrez González, J. A., Miguel Hernández, F., Campomanes, E., Muñoz Villarejo, F. y García Marcos, V. 2013: “Revisión arqueológica de las murallas de León (España)", en Fortificações e Território na Península Ibérica e no Magreb (Séculos VI a XVI), pp. 313-327. Colibri: Campo Arqueológico de Mértola, Lisboa.: 315). Las excavaciones arqueológicas han revelado las características del templo original altomedieval, edificado por Ramiro II (931-950) junto a su palacio para la profesión religiosa de su hija Elvira, quien años más tarde construiría un cementerio junto a la iglesia destinado a Panteón Real (Miguel Hernández 1996Miguel Hernández, F. 1996: “Desarrollo urbano preindustrial (siglos X a XVIII)", en ArqueoLeón. Historia de León a través de la Arqueología, pp. 171-189. Junta de Castilla y León, León.: 135).

El acceso a todo el complejo palatino se hacía a través de la puerta meridional de la ciudad, situada en el mismo lugar que había ocupado la porta praetoria romana. El acceso se conoce en la documentación medieval a partir del siglo X como “Puerta del Arco", “Puerta del Arco del Rey" o “Puerta del Palacio del Rey" (Estepa 1977Estepa Díez, C. 1977: Estructura social de la ciudad de León (siglos XI-XIII). Fuentes y Estudios de Historia Leonesa 19, Centro de Estudios San Isidoro, León. : 119, nota 63). Al exterior de la misma se desarrollaba desde el siglo X el mercatum “de Rege", embrión de un nuevo burgo que surge a partir del siglo XI en torno a la cercana iglesia de San Martín y en el eje del Camino de Santiago o Camino francés, junto a la iglesia de Santa María del Mercado (Represa 1969Represa, A. 1969: “Evolución urbana de León en los siglos XI-XIII", en León y su Historia. Miscelánea Histórica, I, pp. 243-282. Colección Fuentes y Estudios de Historia Leonesa I, Centro de Estudios San Isidoro, León.: 253; Estepa Díez 1976: 126-129). La presencia de mercados junto a las puertas, que desempeñan además una importante función para la recaudación del portazgo al entrar en una ciudad o villa, es algo habitual en época medieval (González Mínguez 1989González Mínguez, C. 1989: El portazgo en la Edad Media. Aproximación a su estudio en la Corona de Castilla. Universidad del País Vasco, Bilbao.: 146).

Las referencias documentales confirman, por lo tanto, la presencia de la Puerta del Arco en el mismo lugar donde según la planimetría romana, debía encontrarse la porta praetoria, que coincide topográficamente con la posición de la obra que aquí analizamos.

Tenemos algunas evidencias sobre el aspecto de la Puerta del Arco en este momento. Su propio nombre alude probablemente a la presencia de un arco que alojaba la puerta de la ciudad, tal vez todavía la propia bóveda y arco romanos que cubría uno de los vanos, más o menos adaptados. La identificación de la Puerta del Rey con el antiguo vano oriental de la puerta romana, el único que debió mantenerse en uso desde la Antigüedad Tardía se ve confirmada por la posición topográfica de la actual calle Cardiles, que ha fosilizado el paso en este sector en el parcelario histórico. Junto a la puerta, seguramente en el lateral occidental, a escasos metros del paramento que aquí presentamos, se alzaba una torre, que fue empleada como cárcel en la Baja Edad Media (Gambra 1998Gambra, A. 1998: Alfonso VI chancillería, curia e imperio, II. Colección Diplomática. Fuentes y Estudios de Historia Leonesa 63, Centro de Estudios San Isidoro, León.: doc. 39; Álvarez 1992Álvarez, C. 1992: La ciudad de León en la Baja Edad Media. El espacio urbano. Universidad de León, León.: 59). Al otro lado del Arco de Rege se encontraba el monasterio de San Juan Bautista, fundado en 1011 sobre “dos torres" de la muralla (Ruiz Asencio 1987Ruiz Asencio, J. M. 1987: Colección documental del archivo de la Catedral de León (775-1230), III (968-1031). Obispado de León, León.: doc. 701). Tal vez una de ellas sería la torre oriental de flanqueo de la puerta, lo que indicaría que había sobrevivido al menos parcialmente, hecho que hemos confirmado en la actualidad [9].

Respecto a la propia puerta de época altomedieval nada más podemos decir, aunque probablemente fue readecuada para las necesidades defensivas del momento de la misma forma que hemos documentado en la antigua porta principalis sinistra de época romana, que ya en el año 917 recibe el nombre de “Puerta del Obispo" (Porta de Aepiscopo) (Sáez 1987Sáez, E. 1987: Colección Documental del Archivo de la Catedral de León (775-1230). Obispado de León, León. : doc. nº 43). En esta última obra, entre los siglos X y XII, sobre la puerta tardorromana se construye un nuevo vano adelantado al exterior, con quicialera doble y un posible rastrillo, que presenta una luz de 2,80 m (Gutiérrez y Miguel 1999Gutiérrez González, J. A. y Miguel Hernández, F. 1999: “Génesis del urbanismo en la ciudad de León y su transformación en la Edad Media", en La península ibérica y el Mediterráneo entre los siglos XI y XII, III: El urbanismo de los estados cristianos, pp. 43-87. Codex Aquilarensis 15, Centro de Estudios del Románico, Aguilar de Campoo.: 69) (Fig. 23). Dichas modificaciones debieron ir acompañadas por cambios en el cuerpo de guardia. La calle altomedieval que atravesaba bajo el arco de la “Puerta del Obispo" estaba situada más de 1 m por encima del nivel tardoantiguo. Probablemente la Puerta del Arco del Rey sufrió modificaciones semejantes a lo largo del tiempo, que no han podido ser constatadas arqueológicamente. Pero tanto la cota actual de circulación como la del actual sótano donde se encuentra el muro que aquí presentamos nos permiten formular la hipótesis de que la calle altomedieval se encontraría al menos 1,5 m por encima del nivel correspondiente a la época romana altoimperial.

Fig. 23. Puerta del Obispo. Adecuación de los siglos X-XII con vano adelantado al exterior, quicialera doble y posible rastrillo (Gutiérrez y Miguel 1999Gutiérrez González, J. A. y Miguel Hernández, F. 1999: “Génesis del urbanismo en la ciudad de León y su transformación en la Edad Media", en La península ibérica y el Mediterráneo entre los siglos XI y XII, III: El urbanismo de los estados cristianos, pp. 43-87. Codex Aquilarensis 15, Centro de Estudios del Románico, Aguilar de Campoo.: fig. 3A).

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Sin embargo, el parcelario actual, que ha fosilizado el vano de paso y la posición topográfica de las construcciones adyacentes, muestra que las construcciones plenomedievales de las que hablaremos más adelante, respetan un espacio exterior regular y de dimensiones constantes, adosado a la fábrica del arco occidental de la puerta romana, cegado desde el periodo tardorromano. Este hecho podría hacernos suponer la existencia de un muro adosado a la obra anterior posiblemente entre los siglos X y XI, que podría formar parte de una reforma estructural de la puerta, dotándola tal vez de vano adelantado, barbacana y rastrillo, como en el caso de Puerta Obispo, donde se ha constatado arqueológicamente. En dicha obra debió emplearse la madera en abundancia, ya que es un material muy habitual en la arquitectura de este periodo tanto en la Península Ibérica (v., entre otros, Vigil-Escalera 2003Vigil-Escalera, A. 2003: “Arquitectura de tierra, piedra y madera en Madrid (ss. V-IX d. C.). Variables materiales, consideraciones sociales", Arqueología de la Arquitectura, 2, pp. 287-291.; Quirós Castillo (ed.) 2012Quirós Castillo, J. A. (ed.) 2012: Arqueología de la arquitectura y arquitectura del espacio doméstico en la alta Edad Media Europea, Arqueología de la Arquitectura, 9. Madrid.; Gil-Crespo 2016Gil-Crespo, I. J. 2016: “Wooden reinforcing chains in Spanish Medieval fortifications“, en J. W. P. Campbell et alii (eds.), Further Studies in the History of Construction, pp. 129-140. University of Cambridge, Cambrige.), como en otras regiones (v. por ejemplo Valenti 2008Valenti, M. (ed.) 2008: Miranduolo in Alta Val di Merse (Chiusdino - SI). Archeologia di un sito di potere del medioevo toscano, All’Insegna del Giglio, Firenze.: 431-461; Santangeli 2011Santangeli Valenziani, R. 2011: Edilizia residenziale in Italia nell’altomedioevo. Carocci, Roma. ). Sampiro y Lucas de Tuy mencionan las reparaciones de las puertas y murallas ex luto et ligneo (en adobe o tapial y madera) por parte de Alfonso V a comienzos del siglo XI, seguramente en relación con la concesión del fuero de León en 1020, destinadas a reparar sin duda los efectos de las incursiones de Al-Mansur y Abd-al-Malik contra la capital del reino a finales del siglo X, a las que corresponderían evidencias arqueológicas del desmochamiento de la parte superior de los cubos y murallas y su recrecimiento ulterior (Gutiérrez González et alii, 2013Gutiérrez González, J. A., Miguel Hernández, F., Campomanes, E., Muñoz Villarejo, F. y García Marcos, V. 2013: “Revisión arqueológica de las murallas de León (España)", en Fortificações e Território na Península Ibérica e no Magreb (Séculos VI a XVI), pp. 313-327. Colibri: Campo Arqueológico de Mértola, Lisboa.: 315).

Posiblemente, y teniendo en cuenta toda esta casuística histórico-arqueológica, en algún momento de los siglos X u XI tendría lugar la reconstrucción del muro que aquí presentamos, identificado con la torre occidental que se encontraba junto al Arco del Rey, torre que se mantuvo en uso y se convirtió en cárcel durante la Baja Edad Media.

Otros indicios indirectos para fundamentar la hipótesis propuesta nos los proporcionan los paralelos metrológicos y litológicos con la Torre de San Isidoro, edificada en el siglo XI (Williams 1973Williams, J. 1973: “San Isidoro in León: Evidence for a new history", The Art Bulletin, 55, 2, pp. 170-184.: 179). El reciente trabajo sobre San Isidoro de León no aporta nuevos datos sobre la edificación de dicha torre, más allá de la propuesta general de retrasar de la construcción de la basílica al siglo XII, reconociendo no obstante la existencia de obras del siglo XI en el ángulo noroccidental del templo actual (Utrero y Murillo Fragero 2014Utrero Agudo, M.ª A. y Murillo Fragero, N. 2014: “San Isidoro de León. Construcción y reconstrucción de una basílica románica", Arqueología de la Arquitectura 11, e014, doi: http://dx.doi.org/10.3989/arq.arqt.2014.011.: 7). En el siglo XI también se construye o adecua el castellum o turres regis de la ciudad, conformado por un torreón de sillería también muy semejante al nuestro (Gutiérrez y Miguel 1999Gutiérrez González, J. A. y Miguel Hernández, F. 1999: “Génesis del urbanismo en la ciudad de León y su transformación en la Edad Media", en La península ibérica y el Mediterráneo entre los siglos XI y XII, III: El urbanismo de los estados cristianos, pp. 43-87. Codex Aquilarensis 15, Centro de Estudios del Románico, Aguilar de Campoo.: 72), que protegía el acceso a la ciudad por el norte, la llamada “Puerta del Conde" o “Puerta Castillo", nombre que alude precisamente al gobernador de la ciudad o al propio castillo en el que residía. Estasobras coinciden cronológicamente con el traslado del Palacio Real desde el cuadrante sudoeste de la ciudad (zona de Palat-Conde Luna) a San Isidoro, y la aparición posterior de la figura del Tenente de las Torres a comienzos del siglo XI. En 1007 se nombra al Conde García Gómez como primer Tenente, con la misión de defender la ciudad y sus puertas (Torres Sevilla 1999cTorres Sevilla, M. 1999c: Linajes nobiliarios de León y Castilla (Siglos IX-XIII). Consejería de Educación y Cultura de Castilla y León, Salamanca.: 665-668). La fortificación de las mismas entraba sin duda en sus competencias en el ámbito político-militar.

Tal vez corresponda también a este momento la primera fase medieval del Torreón de los Ponce, situado en el ángulo sureste del recinto amurallado romano-altomedieval de la ciudad de León [10], conocida en la documentación medieval como Turris Quadrata, cuyas primeras referencias se remontan al año 917: foris munitione murum solares et cortes… per terminos certissimos de Turris quadrata, quod est ad Orientalis parte civitatis foras murum… (Risco 1792Risco, M. 1792: España Sagrada XXXIV. Contiene el estado antiguo de la santa iglesia de León. Madrid (facs. Nebrija, León, 1987).: 440). Dicha obra, que en 1249 ya aparece en la documentación escrita como “Torre del Conde Don Ponce", guarda también evidentes similitudes constructivas (metrología, litología, edilicia) con la que aquí reseñamos.

Por el momento carecemos de evidencias arqueológicas directas para correlacionar la intensa actividad edilicia que parece registrar la ciudad de León en los siglos X-XI con las destrucciones causadas según las crónicas por los ataques de al-Mansur y Abd-al-Malik a finales del siglo X. Como ya hemos señalado, a comienzos del XI, Alfonso V repara puertas y muralla con materiales efímeros, que no se documentan, ya que fueron sustituidos por otros más sólidos posteriormente. De cualquier forma son evidentes en muchas zonas de la muralla las suturas y recrecimientos con cantos de ríos y areniscas locales que podrían obedecer a las reparaciones tras las incursiones andalusíes (Gutiérrez González et alii, 2013Gutiérrez González, J. A., Miguel Hernández, F., Campomanes, E., Muñoz Villarejo, F. y García Marcos, V. 2013: “Revisión arqueológica de las murallas de León (España)", en Fortificações e Território na Península Ibérica e no Magreb (Séculos VI a XVI), pp. 313-327. Colibri: Campo Arqueológico de Mértola, Lisboa.: 315).

Fase 2B. Segunda actuación altomedieval

Esta actuación constructiva, que tal vez sea prácticamente coetánea a la reconstrucción de la torre, se encuentra representada por los mechinales irregulares que se abren a media altura en la obra nueva de sillería, que consideramos indicios de un porche o tejadillo exterior apoyado en el frente de la torre (Fig. 24). La altura libre de dicha estructura debía encontrarse en torno a 2,20-2,30 m respecto al nivel de circulación, que en este momento debía ser muy semejante al del periodo tardoantiguo y ocultaba sin duda las dos primeras hiladas de la obra romana. Su escasa altura sobre suelo no permite identificar dichos mechinales o ménsulas con las huellas dejadas por un cadalso, que suelen proporcionar improntas muy parecidas en las obras de piedra o mampostería. Dicha estructura de madera se proyectaban como un voladizo defensivo que protegía la falta del edificio (Azkárate y García Gómez 2004Azkárate, A. y García Gómez, I. 2004: “Las casas-torre bajomedievales. Análisis sistémico de un proceso de reestructuración espacial/territorial", Arqueología de la Arquitectura 3, pp. 7-37.: 25).

Fig. 24.Segunda actuación altomedieval (Fase 2B).

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El porche o tejadillo que aquí planteamos se encontraría relacionado con las estructuras defensivas que custodiaban el acceso a la Puerta del Rey. La presencia de un cuerpo de guardia es inherente a una puerta que da paso franco a la ciudad y la zona palatina. El muro que aquí analizamos se encontraría a unos 7-8 m de la Puerta del Arco altomedieval, en un espacio que correspondería al antiguo vano romano tapiado en un momento entre los siglos III–IV y X y a parte de la spina de la vieja puerta romana. Dicho espacio longitudinal paralelo a la única entrada superviviente, y ya perdida su función original, pero ubicado en un lugar de especial relevancia para la defensa de la puerta, fue sin duda parasitado por la propia torre, ya que ofrecía un lugar inmejorable para convertirse en un cuerpo de guardia avanzado que protegía el acceso. Teniendo en cuenta los escasos datos constructivos que han pervivido, seguramente estaríamos también en este caso ante estructuras perecederas de madera y tierra (Fig. 25). En el caso de Puerta Obispo, el espacio del antiguo vano romano tapiado fue parasitado por estructuras pertenecientes al complejo catedralicio (Gutiérrez y Miguel 1999Gutiérrez González, J. A. y Miguel Hernández, F. 1999: “Génesis del urbanismo en la ciudad de León y su transformación en la Edad Media", en La península ibérica y el Mediterráneo entre los siglos XI y XII, III: El urbanismo de los estados cristianos, pp. 43-87. Codex Aquilarensis 15, Centro de Estudios del Románico, Aguilar de Campoo.: 69), posiblemente con el sistema defensivo de la ciudad.

Fig. 25. Propuesta de restitución volumétrica de la puerta meridional de la ciudad de León (Puerta del Arco del Rey o Puerta del Palacio del Rey) en época altomedieval (Fase 2).

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No es posible pronunciarse sobre la fecha en que se llevó a cabo esta actuación, tal vez vinculada a la intensa actuación constructiva en la ciudad durante los siglos X u XI (Gutiérrez y Miguel 1999Gutiérrez González, J. A. y Miguel Hernández, F. 1999: “Génesis del urbanismo en la ciudad de León y su transformación en la Edad Media", en La península ibérica y el Mediterráneo entre los siglos XI y XII, III: El urbanismo de los estados cristianos, pp. 43-87. Codex Aquilarensis 15, Centro de Estudios del Románico, Aguilar de Campoo.: 69).

3ª Fase constructiva. Actuación plenomedieval (¿finales siglo XII - comienzos siglo XIII?)

Durante la siguiente fase tienen lugar al menos dos actuaciones estructurales en este sector, que debieron transformar notablemente el aspecto exterior de la torre y los niveles de circulación. La primera de ellas apenas se refleja en el muro analizado, mientras la segunda fue mucho más intrusiva.

Fase 3A. Primera actuación plenomedieval

Como acabamos de señalar, se ha podido documentar una primera actuación constructiva, que nos permite establecer relaciones estratigráficas de anteroposterioridad. Esta actuación constructiva no afectó directamente al muro, pero resulta claramente visible en el sótano actual, que aún no había sido vaciado y se encontraba en ese momento claramente por debajo del nivel de circulación altomedieval. El límite oriental del mismo es un grueso muro de hormigón medieval realizado con grandes cantos de río trabados con cal, que apoya en la esquina oriental de la torre y adopta una dirección norte-sur, paralela al vano de acceso a la ciudad. Los rasgos edilicios de dicha obra permiten identificarla más que como un muro alzado, como un cimiento de hormigón que se ha echado en tongadas (se han documentado al menos tres tongadas) sin encofrado de madera en una zanja abierta en el terreno, zanja que alcanza el nivel del zócalo de la muralla romana. El propio peso de los grandes cantos de rio que formaban el núcleo del hormigón y la ausencia de encofrado han provocado que el derretido sea más ancho en la parte inferior de la zanja de cimentación (Fig. 26).

Fig. 26. Primera actuación plenomedieval (Fase 3A).

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Dicho muro, que arranca como hemos señalado de la esquina oriental de la antigua torre, es perpendicular a la obra romana, configurando un ángulo recto y proyectándose hacia el sur para definir un espacio cuadrado correspondiente al interior del actual sótano, observándose en todo su perímetro las mismas características constructivas (Fig. 27).

Fig. 27. Detalle de los muros de delimitación del sótano actual, correspondientes a los cimientos en cal y canto del cuerpo adosado al frente de la torre convenientemente repicados en época plenomedieval para rebajar el nivel y adecuar el sótano. Lateral meridional y esquina sudoeste.

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Resulta también muy significativo que el tramo del muro que intesta con la antigua torre romana coincide planimétricamente con el muro actual del inmueble anejo a aquel que alberga actualmente la fachada de la torre romana, cuya anchura es mayor de dos metros y ha sido perforado intencionadamente en época reciente para comunicar ambos locales a nivel de la planta baja, lo que indica que en origen eran cuerpos independientes. Claramente el cimiento medieval que aquí presentamos pertenece a dicho muro, que se prolonga como una obra unitaria también en altura hasta la calle Cardiles, ocupando todo el local comercial actual, que presenta planta casi rectangular de 10 x 4,5 m en paralelo con la mencionada calle, que fosiliza el acceso al Arco del Rey medieval. La configuración como un organismo independiente de este cuerpo, que debió adosarse tanto a la torre como a la estructura de la propia puerta, se percibe asimismo en el parcelario actual, que perpetúa el de época medieval en este sector de la ciudad.

Fase 3B. Segunda actuación plenomedieval

Esta segunda actuación constructiva plenomedieval ha dejado profundas huellas en el paño que aquí analizamos. En estos momentos se desmantela la cubierta de madera alzada en el frente de la torre y se abre en el muro una nueva hilera de mechinales regulares y de tamaño mayor para acoger una viguería de madera (¿de roble?) que soporta un piso justo a la altura de la última hilada de sillares romanos conservados, y que responde grosso modo al actual nivel de circulación de la planta baja del local comercial. Asimismo se abre un pequeño vano de acceso a esta planta, que perfora el frente de la antigua torre romana e hizo desaparecer varios mechinales de la Fase 2B. La vinculación de dicha apertura con esta fase deriva de su posición inmediatamente por encima del nuevo forjado, lo que confirma su relación estructural o locacional. Además el sillar que constituye el umbral de dicha apertura muestra claros signos de desgaste provocado por el paso continuo.

Un nuevo suelo correspondiente a una planta superior se encuentra bajo el actual cielorraso del local comercial, oculto bajo el forjado moderno. Sin embargo, debajo de dicho forjado se aprecian los mechinales del antiguo piso medieval.

Por debajo del nivel de la planta baja (planta de calle actual) se crea un sótano de unos 2 m de altura libre. Para ello se debió rebajar el nivel de circulación tardoantiguo y altomedieval casi un metro, descarnando la cara exterior de la torre hasta la zarpa romana, lo que dejó al descubierto los sillares romanos profundamente dañados por efecto de la humedad, tal y como se conservan hoy en día. E incluso el cimiento de hormigón de la fase anterior (Fase 3A), que fue repicado intentando regularizarlo como un paramento de muro, claro indicio del cambio de cota de circulación. El acceso al sótano se realizaba por una trampilla de madera y varios tablones de madera insertos en el muro, de los que ha quedado testimonio en pequeños orificios alineados y descendentes abiertos en el muro. En este caso estamos de nuevo ante una relación locacional (Fig. 28).

Fig. 28. Segunda actuación plenomedieval (Fase 3B).

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Tal vez en este momento se repican algunos sectores de la superficie exterior de la torre, especialmente en el lado occidental.

Estas modificaciones indican claramente que se ha adosado un nuevo cuerpo delante de la fachada de la antigua torre occidental de flanqueo romana, lo que implicó grandes adecuaciones estructurales, entre ellas la creación de un sótano y de varias dependencias a las que se tuvo que dar acceso desde el interior de la torre, y de ahí el nuevo vano que perfora sus muros y que indica profundas alteraciones en el esquema de circulación interior del complejo. Dicho cuerpo, de unos 4,5 x 3,5 m y unos 8 m al menos de altura, era paralelo al paramento de la antigua torre y se adosó a su vez a la estructura perpendicular que había surgido junto a la actual calle Cardiles, ocupando la parte delantera del vano cegado posiblemente desde época tardorromana. Carecemos de elementos para determinar la anteroposterioridad de ambos cuerpos adosados a la muralla, pero su coherencia planimétrica fosilizada en la parcelario actual, nos llevan a plantear que no debió pasar mucho tiempo entre una y otra construcción (Figs. 29 y 30).

Fig. 29. Restos de la muralla y puerta sur en época tardorromana y su relación espacial con el parcelario actual y la fotografía del Google Earth (septiembre 2016). Se aprecian claramente dos cuerpos avanzados respecto a la fachada de la torre y el antiguo vano cegado de época romana, de los que se conservan las cimentaciones al nivel de sótano.

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Fig. 30. Restos de la muralla y puerta sur en época tardorromana y su relación espacial con el parcelario actual. Se aprecian claramente dos cuerpos avanzados respecto a la fachada de la torre y el antiguo vano cegado de época romana, de los que se conservan las cimentaciones al nivel de sótano.

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Podríamos correlacionar esta actuación constructiva con la amortización de la mayor parte de la antigua calle o Cal de los Escutarios. Ya desde el siglo XI sabemos que van adosándose casas al lienzo meridional de la antigua fortificación romana, aún en uso en época altomedieval, que debieron inutilizarlo poco a poco (Figs. 31 y 32). A finales del XII ya sólo era visible como huella fosilizada de la antigua Cal de los Escutarios, que discurría junto al lienzo meridional de la muralla de la ciudad.

Fig. 31. Propuesta de restitución volumétrica de la puerta meridional de la ciudad de León (Puerta del Arco del Rey o Puerta del Palacio del Rey) en época plenomedieval (Fase 3).

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Fig. 32. Sección hipotética del cuerpo plenomedieval adosado a la fachada meridional de la antigua torre romana (Fase 3).

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A diferencia de otros sectores de la muralla, donde se verifican a través de los testimonios literarios reparaciones posiblemente atribuibles a Alfonso IX ex calce e lapidabus y que la arqueología ha identificado en obras realizadas con cantos de río y cal (Gutiérrez González 1995Gutiérrez González, J. A. 1995: Fortificaciones y feudalismo en el origen y formación del reino leonés (siglos IX-XIII). Universidad de Valladolid, Valladolid.: 235-245), el lienzo sur parece haber sufrido una evolución bien distinta. La pérdida de la función defensiva de este sector de la muralla, rápidamente colonizado por construcciones privadas parasitarias que en la actualidad lo enmascaran completamente, se encuentra sin duda en relación con la edificación de una defensa terrera que encierra los nuevos barrios que habían ido surgiendo al sur del antiguo recinto amurallado a finales del XII (Represa 1969Represa, A. 1969: “Evolución urbana de León en los siglos XI-XIII", en León y su Historia. Miscelánea Histórica, I, pp. 243-282. Colección Fuentes y Estudios de Historia Leonesa I, Centro de Estudios San Isidoro, León.: 256), que es un claro precedente de la cerca medieval actual, edificada durante los siglos XIII-XIV, al igual que el castillo situado junto a la puerta norte (Cobos et alii 2012Cobos Guerra, F., De Castro Fernández, J. J. y Canal Arribas, R. 2012: Castros y recintos de la frontera de León en los siglos XII y XIII. Fortificaciones de tapial de cal y canto o mampostería encofrada. Junta de Castilla y León, Valladolid. : 215-217) (Fig. 33).

Fig. 33. Plano general de la ciudad de León en época plenomedieval con indicación de restos conservados (Gutiérrez y Miguel 1999Gutiérrez González, J. A. y Miguel Hernández, F. 1999: “Génesis del urbanismo en la ciudad de León y su transformación en la Edad Media", en La península ibérica y el Mediterráneo entre los siglos XI y XII, III: El urbanismo de los estados cristianos, pp. 43-87. Codex Aquilarensis 15, Centro de Estudios del Románico, Aguilar de Campoo.: fig. 1).

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La torre o fortaleza que se configura en torno al antiguo Arco de Rege debió continuar en uso como parte de un castillo o fortificación. Algunas dependencias, tal vez en relación con los restos que se conservan, funcionaron como cárcel al menos desde 1447 (Álvarez, 1992Álvarez, C. 1992: La ciudad de León en la Baja Edad Media. El espacio urbano. Universidad de León, León.: 59). En la década de 1530 se acomete el traslado de la dicha cárcel, ubicada en la Puerta del Arco, a los palacios reales, debido a las pésimas condiciones que revestía el antiguo recinto carcelario dispuesto junto a la puerta de la antigua muralla, cuya angostura y elevada altura no permitían la adecuada separación entre hombres y mujeres. No obstante hasta 1566 las antiguas dependencias carcelarias junto al Arco de Rege siguieron en funcionamiento (Campos Sánchez-Bordona y Pérez Gil 2006Campos Sánchez-Bordona, D. y Pérez Gil, J. 2006: El palacio real de León. Edilesa, León.: 143-147).

4ª Fase constructiva. Actuaciones contemporáneas

A época contemporánea hemos asignado varias actuaciones, que consideramos independientes porque no hemos podido correlacionarlas ni estructural ni locacionalmente. En el caso de la segunda actuación contemporánea, sabemos la fecha concreta en que tuvo lugar, concretamente en el año 2000.

Fase 4A. Primera actuación contemporánea

Hemos agrupado dentro de esta Fase 4 las actuaciones contemporáneas que han afectado al muro. Entre ellas se encuentran el tapiado con ladrillo de la pequeña puerta abierta en el frente de la torre, debido seguramente a la parcelación del espacio y la existencia de diferentes propietarios (Fig. 34).

Fig. 34. Primera actuación de época contemporánea (Fase 4A).

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Fase 4B. Segunda actuación contemporánea

Asimismo, sin duda para reforzar el muro o cerrar algún vano abierto del que sólo podemos especular, se sutura también con hormigón y ladrillo la zona más oriental del sótano, casi hasta el antiguo zócalo romano, que todavía aflora bajo el material latericio. Tanto ésta como la anterior actuación tuvieron lugar durante el siglo XX como demuestra el ladrillo empleado. Sin embargo, hemos podido comprobar que esta adecuación es posterior a la Fase 4A, ya que corresponde al proyecto de reforma del local comercial, acometido en el año 2000. En este momento, además del cierre del vano con ladrillo, se crea un nuevo forjado de vigas de hierro en el lugar del antiguo forjado de madera que sostenía el techo del sótano, desmontando el anterior de vigas de roble. En este mismo momento también se reponen algunos sillares en la zona más alta del muro para sostener el nuevo forjado metálico de la primera planta, ocupada actualmente por una vivienda. Estas intervenciones debieron ir acompañadas por el repicado de todo el revoco que hasta ese momento ocultaba el paramento y el intenso rejuntado de los sillares con cemento, que ha enmascarado las juntas pero le ha dado solidez a una construcción descalzada y con graves problemas estructurales de conservación (Fig. 35).

ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALESTop

En el año 2000, las obras de adecuación de un inmueble situado en la calle Platerías nº 7 de la ciudad de León revelaron la existencia de un gran muro de sillería visto, integrado en el sótano de la obra actual. Tanto sus características constructivas como su posición topográfica en el parcelario actual en relación a la muralla, permiten identificarlo como el frente de una de las torres de flanqueo de la puerta meridional del campamento de la legio VII gemina edificada a finales del siglo I - comienzos del siglo II d. C. El paramento presentaba numerosas reformas y adecuaciones, que permiten documentar su evolución entre el periodo romano altoimperial y los siglos XII-XIII d. C., que coincide en buena medida con los avatares sufridos por la propia muralla romana de León a lo largo del tiempo. La obra de la muralla ha presidido y condicionado la propia evolución de la topografía urbana, tanto en vertical como en horizontal. La obra original altoimperial, sufre una importante reforma durante el periodo tetrárquico (finales del siglo III - comienzos del IV d. C.), que la dota de la fisonomía que va a conservar a grandes rasgos hasta nuestros días, a pesar de las reformas y remodelaciones que ha sufrido y que han modificado notablemente su aspecto exterior, especialmente el tipo de fábrica de sectores enteros, en particular en las partes más altas de su alzado, y el almenado, que presentan una envoltura claramente medieval, retocada por las transformaciones y restauraciones de los siglos XIX y XX. No cabe duda de que precisamente las puertas del recinto, lugares de paso y acceso necesario, han sufrido las mayores agresiones y esfuerzos ulteriores para su mantenimiento. En el caso del lienzo meridional del circuito amurallado, que es el que nos ocupa, dicho interés se mantiene al menos hasta que en el siglo XIII la construcción de la nueva cerca hace que pierda su función defensiva, motivo por el cual es el sector peor conservado y más deformado de toda la muralla.

El análisis de la estratigrafía mural ha permitido marcar las cronologías relativas de las diferentes fábricas y actividades constructivas que determinan la evolución de todo el conjunto y que se desarrollan en un lapso temporal que abarca varios siglos. Fue preciso adaptar el estudio estratigráfico a las exigencias concretas que marcan las mismas estructuras constructivas, condicionadas por su estado de conservación, la eliminación de las relaciones estratigráficas murales durante la restauración, su posición topográfica en el parcelario, etc. (Figs. 35 y 36).

Fig. 35. Segunda actuación de época contemporánea (Fase 4B).

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Fig. 36. Esquema general interpretativo de las fases y actividades documentadas a partir del análisis de las unidades constructivas contínuas.

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La obra original de grandes sillares de caliza se conserva en el zócalo y las 5 hiladas inferiores. Por sus características edilicias nos encontramos ante una obra romana altoimperial. Su posición topográfica permite plantear su identificación como la torre oeste de flanqueo de la porta praetoria del campamento de la legio VII gemina, hipótesis que se ve refrendada por la aparición de restos de la torre gemela que flanqueaba la puerta bífora en un sótano al otro lado de la calle, así como de la spina central bajo la propia vía.

Entre los siglos X-XI la estructura superior de la torre debió derrumbarse, motivo por el que se añade un nuevo cuerpo de fábrica, de sillares de módulo más reducido, entre los que se encuentran algunos romanos reutilizados. Esta actuación se enmarca históricamente en un momento en que todo este cuadrante suroeste de la ciudad estaba ocupado por el palacio real, que tendría uno de sus accesos principales a través de esta puerta meridional de la ciudad, denominada en las fuentes como Arco de Rege. En un momento posterior el paramento experimenta diversas actuaciones, como la apertura de varios mechinales que indican la presencia de porche o estructura exterior de menor porte y probablemente de materiales perecederos.

Posiblemente entre finales del siglo XII y comienzos del XIII detectamos una nueva adecuación, consistente en la apertura en el paramento de mechinales para soportar dos plantas superpuestas sustentadas mediante un forjado de madera y un sótano inferior. Se abre un pequeño vano de paso a la altura de la planta baja. Dicha obra indica claramente que lo que antes fue un espacio exterior ha sido parasitado al adosársele un nuevo cuerpo por delante. Asimismo se detecta el adosamiento de un cuerpo constructivo en la esquina de la antigua romana, prolongándose hacia la calle Cardiles y el espacio del Arco del Rey, testimoniado por un cimiento de cal y canto.

Ello confirma que la estructura ha dejado de tener un carácter defensivo, lo que podemos correlacionar con la construcción de la nueva cerca medieval que rodeaba el burgo nuevo o barrio de San Martín a finales del siglo XII y la colonización del todo el antiguo frente meridional de la antigua muralla romana por construcciones privadas.

Las últimas actuaciones sobre la pared, consistentes en varias suturas de ladrillo y la creación de nuevos forjados de paso, tuvieron lugar en época contemporánea, coincidiendo en su mayoría con la adecuación de este espacio para local comercial y vivienda privada en el año 2000.

El análisis que aquí presentamos, evidencia la necesidad de correlacionar siempre los datos extraídos de cualquier lectura mural con su inserción en el espacio topográfico tridimensional en que se encuentren los restos, considerando tanto los cambios de nivel de circulación y suelos de uso (por ejemplo, sótanos y plantas superiores), como los procesos de recrecimiento en altura y adosamiento en planta. Todo ello nos permite avanzar en el conocimiento de la evolución de los paisajes urbanos, en este caso en un sector casi desconocido hasta el momento de la ciudad de León, de importancia capital para entender su evolución histórica entre el mundo romano y el momento actual.

AGRADECIMIENTOSTop

El presente trabajo se ha elaborado en el marco del Proyecto de I+D, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, HAR2011-24095: Campamentos y territorios militares en Hispania (PRATA), dirigido por Ángel Morillo, del que forman parte los dos firmantes. Agradecemos a Dña. Mónica Castro de Lera la primera aproximación gráfica a la lectura de paramentos, y a Dña. Esperanza Martín Hernández la elaboración de las imágenes definitivas y restituciones que aquí presentamos, así como a J. A. Quirós por su revisión previa del original y sus acertados comentarios y sugerencias.

NOTASTop

[1] Agradecemos al propietario del local “Modes" (antiguo “Tatoo"), en el que se encuentra esta estructura, las facilidades ofrecidas para su análisis.
[2] Esta misma piedra se empleó siglos después en la construcción de la catedral gótica de León y corrobora la mediocridad del material el hecho de que haya tenido que restaurarse dicho templo de manera sistemática, ya que el agua, de manera especial, descompone la mencionada piedra.
[3] Evidentemente nos referimos a un pie romano “estándar", difícil de determinar por la degradación de los sillares. Nuestras investigaciones actualmente en curso sobre la porta principalis sinistra nos permitirán determinar si estamos ante el pes monumentalis (29, 57 cm) o bien ante el pie, algo mayor (entre 31 y 33 cm), que se aplica a partir del periodo flavio en numerosos monumentos hispanos (Morillo et alii 2017: e. p.).
[4] Un simple hallazgo fortuito que tuvo lugar durante las obras de peatonalización llevadas a cabo en 1994, dejó al descubierto la parte más alta de la estructura romana, aunque no fue posible constatar su alzado. Agradecemos a Victorino García Marcos, Arqueólogo Municipal de León, esta información inédita, de la que nunca se realizó informe arqueológico.
[5] La prohibición de acceso al sótano de dicho establecimiento por parte de la propiedad ha impedido hasta la fecha el estudio de dichos restos, de los que contamos con poco más que su geolocalización y algunas fotografías cedidas por M. Torres-Sevilla, actual concejala de Cultura y Patrimonio de la ciudad de León, a quien damos las gracias.
[6] La mayor parte de la piedra procede de las formaciones del Cámbrico (“Series de los Cabos"), presentes en el valle bajo del río Omaña, al oeste de León (García Marcos et alii 2007García Marcos, V., Morillo, A. y Duran, R. 2007: “La muralla tetrárquica de Legio: aproximación al conocimiento de su sistema constructivo", en Rodríguez Colmenero, A. y Rodá, I. (eds.), Murallas de Ciudades Romanas en el Occidente del Imperio, pp. 381-399. Diputación Provincial de Lugo, Lugo.: 32).
[7] En 1921 se halló una gran lápida funeraria de mármol altoimperial dedicada a Flavio Sabino en una bodega situada justo en la esquina entre las calles del Pozo y Platerías, cerca del ángulo de una de las torres de la puerta romana (Diego Santos 1986Diego Santos, F. 1986: Inscripciones romanas de la provincia de León. Diputación Provincial de León, León.: 154, nº 181, lám. CXXXIV). Tal vez nos hallamos ante una pieza traída junto al resto del material pétreo de acarreo para la construcción de la muralla tetrárquica.
[8] Agradecemos a M. Torres Sevilla, Prof. Titular de Historia Medieval de la Universidad de León, su ayuda para recopilar la información documental de época medieval, así como las numerosas noticias inéditas que nos ha proporcionado.
[9] Ya hemos apuntado que los restos de esta torre oriental de flanqueo, conservados en el sótano de uno de los locales comerciales de las calles Platerías y Cardiles, serían la responsio de la que aquí analizamos.
[10] Excavaciones realizadas durante los últimos años bajo la actual calle Conde de Rebolledo han permitido constatar la existencia de una torre cuadrada del mismo tipo construida asimismo con grandes sillares de opus quadratum en el ángulo suroeste del recinto amurallado bajoimperial del campamento de León (Morillo 2012Morillo, A. 2012: “Investigación científica y arqueología urbana en la ciudad de León", en J. Beltrán y O. Rodríguez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas, pp. 211-256. Universidad de Sevilla, Sevilla.: 246-247).

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