ESTUDIOS / STUDIES

Las andanzas de la portada de Oñate tras la demolición de la casa-palacio: calle Mayor, Teatro Español, La Moncloa

The journey of the portal of Oñate after the demolition of the palace: Mayor street, Teatro Español, La Moncloa

 

Jara Muñoz Hernández[1], Carlos Villarreal Colunga[2]

Universidad Politécnica de Madrid

ORCID iD: 1https://orcid.org/0000-0003-2530-2892,2https://orcid.org/0000-0003-2325-3628

e-mail: 1jara.munoz@upm.es, 2carlos.villarreal.colunga@gmail.com

RESUMEN
Este artículo cuenta la historia de los cambios de localización, reales o imaginados, de la portada del palacio del conde de Oñate y Villamediana de la calle Mayor de Madrid. La investigación aborda el origen de la portada, su abandono tras la demolición del palacio, los proyectos en los que se sitúa y la reconstrucción en la Casa de Velázquez en La Moncloa, donde, a pesar de resistir los bombardeos durante la guerra civil, se demuele y desaparece, quedando algunos restos en el jardín. Se hace este viaje a través de información gráfica relevante, como los dibujos del palacio (ca. 1845), el proyecto de fachada del Teatro Español (1917) y el levantamiento de la portada de la Revista Arquitectura (1927). Se emplea el Dibujo de Arquitectura como instrumento para la confirmación de argumentos, la búsqueda de respuestas y la hipótesis de localización de los restos en la portada.
PALABRAS CLAVE: Palacio de Oñate; José Benito de Churriguera; arquitectura de Madrid; dibujo de arquitectura; Casa de Velázquez; conservación del patrimonio.

ABSTRACT
This paper tells the story about the location changes ‒ real or imagined ‒ of the Baroque portal of the Count of Oñate and Villamediana Palace in Madrid’s Mayor street. The story goes through the origin of the portal, its abandonment after the demolition of the palace, the projects in which it is located and its reconstruction in Casa de Velázquez in La Moncloa. Despite resisting the bombings during the Civil War, it is eventually demolished and disappears, although there are still some remains in the gardens. This journey is made by means of relevant graphic information, such as the palace drawings (ca. 1845), the Teatro Español façade project (1917) and the graphic survey of the portal appearing in Revista Arquitectura (1927). The architectural drawing is used as an instrument for the confirmation of arguments, the search for answers and the location hypothesis of the portal remains.
KEYWORDS: Oñate’s palace; José Benito de Churriguera; architecture of Madrid; architectural drawing; Casa de Velázquez; heritage conservation.

Recibido: 04-09-2019. Aceptado: 16-12-2019. Publicado online: 27-04-2020

Cómo citar este artículo / Citation: Muñoz Hernández, J. y Villarreal Colunga, C. 2020: “Las andanzas de la portada de Oñate tras la demolición de la casa-palacio: calle Mayor, Teatro Español, La Moncloa”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e094. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.003

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

CONTENIDOS

RESUMEN
ABSTRACT
EL ORIGEN DE LA PORTADA: EL PALACIO DE OÑATE Y LA EVOLUCIÓN DE LA MANZANA 387
LO GRÁFICO COMO MÉTODO CIENTÍFICO EN ARQUITECTURA. LOS DIBUJOS DE LA PORTADA DE OÑATE
DESTINOS IMAGINADOS: LA PORTADA EN EL TEATRO ESPAÑOL
LA PORTADA EN LA MONCLOA: RECONSTRUCCIÓN EN LA CASA DE VELÁZQUEZ
HIPÓTESIS DE LOCALIZACIÓN DE LOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS
ANDANZAS, VALORES Y NUEVOS CAMINOS: EL DIBUJO DE ARQUITECTURA
AGRADECIMIENTOS Y FUENTES DE FINANCIACIÓN
NOTAS
BIBLIOGRAFÍA

EL ORIGEN DE LA PORTADA: EL PALACIO DE OÑATE Y LA EVOLUCIÓN DE LA MANZANA 387 Top

El palacio del conde de Villamediana y de Oñate se encontraba en la manzana 387[3] de Madrid, entre la calle Mayor –donde tenía su acceso principal– y la calle del Arenal. Antes de la reforma de la Puerta del Sol tenía fachada, al oeste, al antiguo callejón sin salida del Arenal (abierto en 1853 como Travesía del Arenal). El palacio, según Madoz, se construye en el siglo XVI, época a la que atribuye la menor de las dos portadas (Madoz 1848Madoz, P. 1848: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid. Audiencia, Provincia, Intendencia, Vicaría, Partido y Villa. Imprenta del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de D. Pascual Madoz, Madrid.: 262). Su construcción finaliza en 1670 (Fernández 1912Fernández de Béthencourt, F. 1912: “El palacio de Oñate”, Arte Español, 3, pp. 129-136.: 131), estado en el que permanece sin modificaciones hasta su demolición. Fue, además, lugar de los Correos Mayores de Castilla –Íñigo Vélez de Guevara y Tassis (1566-1644) fue, además de conde de Villamediana y de Oñate, gobernador de Milán, virrey de Nápoles y Correo mayor general de España, entre otros cargos–, antes de que se creara la Real Casa de Correos en la vecina Puerta del Sol (1768).

El conde de Villamediana y de Oñate hereda el palacio de su primo, Juan de Tassis, conde de Villamediana, cuyo asesinato hizo tristemente célebre el edificio. Según unos, fue ejecutado a sus puertas (Mesonero 1861Mesonero Romanos, R. 1861: El antiguo Madrid. Paseos histórico-anecdóticos por las calles y casas de esta villa. Establecimiento tipográfico de Don F. de P. Mellado, Madrid.: 113) y, según otros, en la esquina con la calle Coloreros (Peñasco y Cambronero 1889Peñasco de la Puente, H. y Cambronero, C. 1889: Las calles de Madrid: noticias, tradiciones y curiosidades. Establecimiento tipográfico de D. Enrique Rubiños, Madrid.: 324), la noche del 21 de agosto de 1622. El pintor Manuel Blas Rodríguez de la Parra Castellano representa el momento en el que el cuerpo se lleva al portal del palacio en su cuadro La muerte del conde de Villamediana (1868)[4]. El punto de vista lo sitúa en el interior del zaguán del acceso este a la casa-palacio por la calle Mayor, con vistas a las gradas y fachada de San Felipe El Real y con la calle Esparteros en escorzo al fondo.

El palacio era un edificio con pocos gestos artísticos en su exterior hasta que se construye la portada de granito proyectada por José Benito de Churriguera (Rivera, 1982Rivera Blanco, J. 1982: “Nuevos datos documentales de Teodoro Ardemans, José de Churriguera y otros arquitectos barrocos”, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, 48, pp. 449-450.; Cruz 2015Cruz Yábar, J. M. 2015: “Algunas obras desconocidas de José Benito de Churriguera y su intervención en otras ajenas”, BSAA Arte, 81, pp. 163-178.) y muchas veces incorrectamente atribuida a su discípulo, Pedro de Ribera –nacido en 1681–, que en el momento de la petición de licencia de construcción, despachada el 5 de mayo de 1692[5], tendría unos once años:

El Conde de Oñate y Villamediana dize que tiene determinado labrar una portada de Piedra en la fachada Principal de las cassas que tiene en la calle Mayor para cuio efecto ay echo traza, I porque conforme a ella es prezisso exzeder de la tirantez de la linea a la calle publica algunos pies para Mayor Fermosura[6].

La portada se construye para embellecer el acceso al palacio a la vez que representa la casa nobiliaria que lo habita y se convierte en un ejemplo de estilo y composición que da pautas a otras posteriores de la ciudad (Bonet 1990Bonet Correa, A. 1990: Fiesta, poder y arquitectura. Akal, Madrid.: 61). En el dibujo de J. M. Guallart (Fig. 1), podemos comprobar cómo la portada se inserta sobre la fachada austera del palacio, ocupando las tres alturas del edificio y potenciando de esta manera el acceso del cuarto vano frente al del primer vano extremo más sencillo. De esta forma, marca la entrada con gran ornamentación y crea un balcón principal bajo el escudo de armas, para continuar hacia arriba en el tercer nivel, incluso partiendo el alero.

Figura 1. Alzado geométrico de la fachada principal de la morada de los Excmos SS. Marqueses de Monte-alegre Condes de Oñate en el número 4 de la calle Mayor de Madrid. De J. M. Guallart, ca. 1845

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La portada confiere una solemnidad de claro valor simbólico, que trasciende la función de representar a la casa nobiliaria donde se encuentra. Se convierte así en la indudable protagonista de la imagen urbana del edificio y en el fondo de escena para las anécdotas que ocurren en torno al mismo a partir de entonces.

La segunda mitad del siglo XIX será determinante para el futuro del palacio de Oñate. Los procesos de cambio en la estructura de la ciudad, muy relacionados con el desarrollo de la burguesía madrileña (Bahamonde y Toro 1978Bahamonde Magro, Á. y Toro Mérida, J. 1978: Burguesía, especulación y cuestión social en el Madrid del siglo XIX. Siglo Veintiuno de España, Madrid.), se aplican tanto en el exterior como en el interior de la trama histórica. Es en este contexto en el que se realiza la reforma de la Puerta del Sol y las consecuentes intervenciones en torno a ella (Gómez 2006Gómez Mendoza, J. 2006: Urbanismo e ingeniería en el siglo XIX. Real Academia de Ingeniería, Madrid.).

Una de estas intervenciones fue la apertura, en 1853, de la nueva travesía del Arenal al oeste del palacio, comunicando la calle del Arenal con la calle Mayor (Mesonero 1880Mesonero Romanos, R. 1880: Memorias de un setentón natural y vecino de Madrid. Oficinas de la Ilustración Española y Americana, Madrid.: 209 y Gómez 2006Gómez Mendoza, J. 2006: Urbanismo e ingeniería en el siglo XIX. Real Academia de Ingeniería, Madrid.: 65). También se demuele la manzana vecina, la 386, para construir el edificio que, tiempo después, a partir de 1894, albergará la pastelería La Mallorquina. Este queda adosado a la fachada del palacio (Fig. 2).

Figura 2. Izquierda: Puerta del Sol, embocadura de la calle Arenal en febrero de 1859. Biblioteca Nacional de España (17/32/38). Tras la demolición de la manzana 386, queda vista la fachada del palacio, señalado en la imagen. Derecha: Puerta del Sol. Charles Clifford, 1862, Museo de Historia de Madrid, Inv. 2006-10-9. Elaboración propia sobre las imágenes históricas.

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En el último cuarto de siglo XIX, el palacio es sede del periódico El Globo, José Canalejas organiza allí el Círculo Liberal Democrático[7] y es también sede de una empresa de seguros y de diversos negocios de pañerías. Sufre dos incendios consecutivos en febrero de 1910 que devastan su techo y sus sótanos, motivo por el cual parece decidirse su demolición[8].

No obstante, aun sin los incendios, el palacio ya estaba condenado. La reforma de la Puerta del Sol no solo afecta al edificio por tapar su fachada este, algo que provoca las quejas del conde de Oñate (Navascués 1973Navascués Palacio, P. 1973: Arquitectura y arquitectos madrileños del siglo XIX. Instituto de Estudios Madrileños, Madrid.: 171), sino que anticipa su derribo con la modificación en la alineación de las calles Mayor y del Arenal. Como podemos comprobar en la planta de 1875 (Fig. 3), el nuevo edificio de la Puerta del Sol se adosa sin alinear con las fachadas de palacio, dejándolo en un fondo retranqueado en Mayor y sobresaliendo hacia la del Arenal.

Figura 3. De arriba a abajo: evolución de la manzana del palacio de Oñate. Edición propia a partir de los planos de 1750, 1875 y 1935 tomados de La forma de la villa de Madrid (Ortega y Marín 2006Ortega Vidal, J. y Marín Perellón, F. J. (coords.). 2006: La forma de la villa de Madrid. Soporte gráfico para la información histórica de la ciudad. Dirección General de Patrimonio Histórico, Consejería de Cultura y Deportes, Comunidad de Madrid y Fundación Cajamadrid, Madrid.).

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El entorno urbano de la manzana al sur sin San Felipe el Real, con las Casas del Cordero en su lugar, y la nueva alineación que amplía la calle del Arenal, deja al palacio en una situación de extrañeza compositiva, quedando además como el único edificio monumental de tiempos pasados en la calle Mayor[9]. De esta situación se quejan algunos autores como Fernández de los Ríos en su Guía de Madrid (Fernández 1876Fernández de los Ríos, Á. 1876: Guía de Madrid. Oficinas de la Ilustración Española y Americana, Madrid.: 699), que la describe como “la horrible fachada de la casa del conde de Oñate” por asomarse a la entrada de la Puerta del Sol (Fig. 2), situación que no se resuelve sino con la demolición del palacio y las nuevas construcciones de esta manzana. Destacará la Casa Comercial de Palazuelo en 1919, del arquitecto Antonio Palacios Ramilo, edificio fruto de un proyecto mayor para la manzana que finalmente no se ejecuta[10].

En lo que respecta a nuestra portada, con la demolición del palacio[11] empezada a principios de 1913 y, a pesar de los temores de algunos personajes de la época[12], se decide finalmente su salvaguarda[13] (Fig. 4). La función icónica se puede reconocer como uno de los argumentos fundamentales que favorecen la conservación. Así, esta portada barroca se suma, no sin polémica previa[14], al caso de otras portadas madrileñas que se conservarán tras la demolición de los respectivos edificios, como es el caso de la del hospital de La Latina o de la neoclásica de la Platería Martínez, cuya conservación se discute en estas mismas fechas[15]. La portada se desmonta piedra a piedra, sus dueños la donan al Estado y se procede a su traslado –costeado por los condes de Oñate– al Museo Arqueológico Nacional en la calle Serrano de Madrid, en cuyo jardín se depositan las piedras[16].

Figura 4. N. Portugal (1913): Fachada del Palacio de Oñate, © MCU-IPCE-FPH Archivo Ruiz Vernacci, VN-32179.

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LO GRÁFICO COMO MÉTODO CIENTÍFICO EN ARQUITECTURA. LOS DIBUJOS DE LA PORTADA DE OÑATE Top

Desde que se construye originalmente en el palacio, la portada de Oñate pasa por distintas etapas: reformada, desmontada, imaginada en algunos edificios de nueva planta o en uno ya existente, reconstruida, destruida o conservada como restos arqueológicos. Algunos de estos momentos llegan a materializarse y otros son simples estrategias o conjeturas. Sin embargo, es en el momento de representarla gráficamente cuando todas estas etapas se igualan en la realidad virtual del papel, proceso que puede denominarse como la “vida gráfica” (Ortega et al. 2011Ortega Vidal, J., Martínez Díaz, Á. y Muñoz de Pablo, M. J. 2011: “El dibujo y las vidas de los edificios”, EGA: revista de expresión gráfica arquitectónica, 18, pp. 50-63. https://doi.org/10.4995/ega.2011.982) de la portada. Este es el ámbito en el que vamos a movernos para obtener nuevos datos que a su vez generen nuevos dibujos o maneras de representarla.

En el caso que nos ocupa, además del dibujo de Guallart[17] que ya hemos comentado, tenemos otros dibujos de interés en los que aparece la portada, caso del de Pablo Aranda para el Teatro Español (1917)[18], de los del proyecto de la Casa de Velázquez[19] y del de M. Aguilar para el número 98 de la Revista Arquitectura (Aguilar 1927Aguilar, M. 1927: “Portada del palacio de Oñate que estuvo en la calle Mayor, hoy en la Casa de Velázquez”, Revista Arquitectura, IX, 98, p. 220.: 220). Este último, acotado, nos sirve para restituirla gráficamente y comprobar, basándonos en los levantamientos de la Casa de Velázquez[20], su idoneidad.

Verificadas las dimensiones, procedemos a realizar un paralelo gráfico de las portadas (Martínez y Muñoz 2014Martínez Díaz, Á. y Muñoz de Pablo, M. J. 2014: “El paralelo. Bosquejo de un método gráfico”, EGA: revista de expresión gráfica arquitectónica, 23, pp. 80-91. https://doi.org/10.4995/ega.2014.2172) que nos permita, haciendo uso de otras fuentes documentales, distinguir similitudes y diferencias entre ellas (Fig. 5). Así, los dibujos de la portada pasan de ser una fuente documental a convertirse en instrumento para la confirmación de argumentos, para la búsqueda de respuestas y para la expresión de conclusiones.

Figura 5. De izquierda a derecha: portada del dibujo de J. M. Guallart (ca. 1845), Pablo Aranda (1917), Daniel Zavala (1922) y M. Aguilar (1927). Elaboración propia a partir de los dibujos citados.

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En el paralelo gráfico se toma por inamovible la altura entre el nivel del balcón y el del alféizar del último nivel. Esta decisión la adoptamos por la condición de los dibujos, ya que el de Aranda no contiene escala gráfica; en el dibujo de Guallart, al tomar su escala gráfica, da como resultado un tamaño proporcional inferior en altura, que no permite una correcta comparativa con los otros dibujos.

Como resultado, podemos ver que las portadas representadas de 1917, 1922 y 1927 son equivalentes y no incluyen cambios visibles en las fotografías de la reconstrucción en la Casa de Velázquez, como los cambios de altura y tallado del cuerpo del basamento. También se puede observar que, con respecto a la de 1845, no tienen variaciones cualitativas relevantes salvo algunos ornamentos, las carpinterías y la cerrajería, y el remate superior, que se representa más bajo, en algo que puede responder más al propio levantamiento que a reformas.

Una vez tenemos el dibujo de la portada podemos realizar las reconstituciones gráficas pertinentes que nos permitan, junto a la búsqueda de otros testimonios gráficos tales como grabados o fotografías históricas de las distintas etapas de la pieza, llevar la portada a los lugares indicados e imaginar, mediante el Dibujo de Arquitectura como instrumento esencial del proceso de proyecto, cómo pudo empotrarse en otros edificios ajenos al palacio que le dio origen.

Por último, estos trabajos de levantamiento de planos por técnicas diferidas se complementan con la toma de datos de los restos arqueológicos situados en la Casa de Velázquez. Mediante la comparación de formas y dimensiones de los restos con el modelo digital generado, así como con los testimonios gráficos fehacientes, se elaborará la hipótesis de localización de los restos sobre la portada completa original.

DESTINOS IMAGINADOS: LA PORTADA EN EL TEATRO ESPAÑOL Top

Ramón Gómez de la Serna afirma en su artículo sobre la portada de Oñate[21] que en “España abunda mucho esto de que las puertas de los edificios que murieron vayan a empotrarse en edificios nacientes”, un ejercicio que parece tratar de dotar a estos nuevos edificios de un vestido ceremonial. Con el caso de la portada de Oñate, veremos que se demuestra que no importa tanto el lugar en sí al que se lleva, como la necesidad de darle un destino que la deje en un lugar protagonista para el beneficio propio del edificio.

Tras dos años en que la portada descansa desmontada en el jardín del Museo Arqueológico, comienzan a aparecer algunos posibles proyectos en los que se la quiere incorporar. El primer caso del que tenemos referencia es de 1915. El Ayuntamiento ofrece la portada al presidente del Consejo de Administración y al director del Monte de Piedad para que la añadan al edificio que se proyecta en la plaza del Celenque. A pesar de la aceptación[22], y de otras referencias que mencionan este hecho[23], parece quedar en el aire, puesto que en poco más de seis meses el alcalde José del Prado Palacio pide al ministro de Fomento permiso para colocarla en el futuro Museo Municipal de la Dehesa de Arganzuela[24].

Aunque la portada era de propiedad estatal, el Ayuntamiento parece que sigue buscándole una construcción municipal como destino. Con fecha de 9 de abril de 1917, está firmado el proyecto de fachada del Teatro Español de la calle del Príncipe, un testimonio que nos sirve de ejemplo de uno de estos proyectos donde se enclava la portada, en este caso en un edificio existente (Fig. 6).

Figura 6. Proyecto de fachada para el Teatro Español con la portada del Palacio de Oñate. Museo de Historia de Madrid, IN 30974.

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El dibujo a lápiz y acuarela sobre papel, enmarcado con passe-partout, tiene un tamaño de 36,2 x 41,5 cm (Priego 2010Priego Fernández del Campo, C. (ed.) 2010: Dibujos en el Museo de Historia de Madrid: arquitectura madrileña de los siglos XIX y XX [catálogo]. Museo de Historia de Madrid, Madrid.: 106-107) y lo firma Pablo Aranda, arquitecto municipal de Madrid, que ya había participado en las reformas del teatro de 1895 junto con Joaquín de la Concha Alcalde[25]. Es este mismo arquitecto quien, en 1925, realizará el proyecto de reforma y ampliación del mismo teatro, cuya construcción siguen tras su muerte, en 1926, los arquitectos Luis Bellido y Enrique Colás.

Centrándonos en la portada y dejando para otro momento la valoración de lo que suponen los cambios compositivos en la propuesta de Pablo Aranda respecto al teatro existente, queremos imaginar cómo podría aparecer la portada de Oñate en el Teatro Español[26]. Salvo nuevos documentos, partimos de la dificultad de no saber qué intenciones tiene Pablo Aranda con este proyecto, que no añade ninguna escala gráfica que nos marque que el dibujo es un documento de fiabilidad métrica. Tenemos dos vías principales para escalar el dibujo, cada una de las cuales nos sugiere unas posibles intenciones de proyecto.

La primera es escalar el ancho de la fachada del dibujo con el ancho del cuerpo histórico del teatro (aproximadamente 22,50 metros), en un planteamiento razonable que implicaría respetar la fábrica y ritmo de huecos, es decir, una vía en la que la intención de Pablo Aranda fuese no demoler la fachada para reconstruirla de nuevo como ya hicieran otros antes que él (Villarreal y Martínez 2016Villarreal Colunga, C. y Martínez Díaz, Á. 2016: “La fachada perdida del teatro de la calle del Príncipe”, Anales del Instituto de Estudios Madrileños, 56, pp. 367-388.). Este escalado deja a la portada de Oñate, en el dibujo de 1917, en unas dimensiones inferiores a las que tiene y obliga, en la hipótesis de inserción de la portada a tamaño real, a tapar parte de los huecos, además de que la portada quedaría o muy alta, si tomamos como referencia la planta de acceso, o enterrada, si tomamos como referencia el primer nivel. El resultado revelaría un extraño ejercicio de proyecto (Fig. 7).

Figura 7. Hipótesis de portada sobre el eje central de la fachada del Teatro Español de 1917 manteniendo la fábrica (con primer nivel como referencia). Elaboración propia.

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La segunda opción que planteamos es la de escalar según el tamaño de la portada. Este escalado nos muestra una fachada del teatro de ancho superior al cuerpo histórico del mismo, que es posible, puesto que contiguo al cuerpo principal se encontraba el café del teatro (lo vemos a la izquierda de la Fig. 7)[27]. Sin embargo, aunque la propiedad tuviese suficiente ancho y se hiciera coincidir finalmente con el ancho total, el resultado de esta fachada, si se mantuviese el teatro existente, no guardaría ninguna relación ni con la distribución interior ni con sus niveles (Fig. 8), lo cual lo convierte en una opción discutible salvo que se planteara la demolición y construcción de nueva planta del teatro.

Figura 8. Dibujo de Aranda según dimensiones de portada con superposición de la fachada del Teatro Español de 1917. Elaboración propia.

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El que ambas soluciones presenten grandes inconvenientes, y salvo que otros documentos aporten nuevos datos, nos hace pensar que el dibujo sea más una imagen atractiva, un boceto de proyecto, que un proyecto real de fachada. Las dificultades de incorporar una portada a un edificio existente, algo que salvo comprobaciones previas o casos eventuales acarrea mayores problemas dimensionales que en los de nueva planta, no parece frenar al Ayuntamiento en el intento, pues discutirá, como veremos, años más tarde con el Estado por utilizarla en el Teatro Español.

Sea cual fuere el desarrollo de este y de los otros proyectos citados que quieren insertar la portada barroca, lo cierto es que las piedras continuaban en el jardín del Museo Arqueológico[28] y que el municipio sigue buscando nuevos destinos para la portada. Un nuevo candidato aparece en 1921 en una exposición de planos de proyectos municipales, firmados por Gonzalo Domínguez y destinados a Tenencias de Alcaldía, Casas de Socorro y Juzgados Municipales. En uno de ellos se enclava la portada del palacio de Oñate[29].

En 1923, los restos están ya resguardados en los Almacenes de la Villa de la calle Santa Engracia (De Répide 2018De Répide, P. 2018 [1925]: Las calles de Madrid. La Librería, Madrid. [1925]: 407)[30], donde se depositan al lado de la citada Puerta de la Latina[31].

Los intentos municipales para buscar un destino a la portada se interrumpen por la interferencia de los planes que tiene el Estado para ella. Quedan así cada uno de estos intentos de traslado solo como posibles destinos imaginados.

LA PORTADA EN LA MONCLOA: RECONSTRUCCIÓN EN LA CASA DE VELÁZQUEZ Top

El destino final de la portada del Palacio de Oñate será La Moncloa. Situada en el noroeste de Madrid, era una zona muy poco urbanizada debido, en primer lugar, a su ubicación a la salida de la ciudad, pero también por la condición de territorio privado que había tenido como Real Sitio hasta que en 1868 pasó a ser propiedad del Estado.

En 1920, La Moncloa está fundamentalmente ocupada por el Instituto Agrícola Alfonso XII, que comprende la Escuela de Agrónomos, la Granja Modelo y todos los campos de experimentación y explotación asociados. Además, desde finales del siglo XIX, se habían realizado diversas cesiones a instituciones de variados usos. En este mismo año 1920, se producen tres cesiones de terreno más: una para construir una Facultad de Medicina y un Hospital Clínico, que nunca llegaría a hacerse efectiva, pero que supondría el germen de la futura Ciudad Universitaria; una segunda asignada al Colegio de Huérfanos Ferroviarios y, por último, una destinada al Estado francés para una residencia para jóvenes artistas e investigadores franceses que quisieran vivir en España (Rodríguez 2015Rodríguez-López, C. 2015: Paisajes de una guerra: la Ciudad Universitaria de Madrid. Servicio de Publicaciones de la UCM, Madrid.: 24 y González y Muñoz 2018González Casas, J. L. y Muñoz Hernández, J. 2018: “Drawing for heritage dissemination. The birth of Madrid’s Ciudad Universitaria”, International Journal of Heritage Architecture, 2 (2), pp. 359-371. https://doi.org/10.2495/HA-V2-N2-359-371.).

El rey Alfonso XIII asume un papel decisivo en la elección de la sede, que queda formalizada en noviembre de 1917 (Chastagneret 2006Chastagneret, G. 2006: 75 Aniversario de la Casa de Velázquez, Memoria gráfica, 1928-2003. Casa de Velázquez, Madrid.: 19), y en 1920 se promulga la ley[32] por la cual se cede a la Escuela de Altos Estudios Hispánicos (EAEH) de Francia, de manera gratuita y por tiempo ilimitado, un terreno en La Moncloa y a cambio Francia cede un terreno similar en París, para construir una Academia Española (Chastagneret 2006Chastagneret, G. 2006: 75 Aniversario de la Casa de Velázquez, Memoria gráfica, 1928-2003. Casa de Velázquez, Madrid.: 53). La parcela destinada a la Casa de Velázquez se encuentra frente a la Escuela de Agrónomos, en un terreno ocupado en parte por huertas y campos de prácticas, que deben ser reubicados a partir de entonces (Muñoz 2018Muñoz Hernández, J. 2018: “La Escuela de Ingenieros Agrónomos en La Florida-Moncloa”, en C. Rodríguez-López y J. Muñoz Hernández (coords.), Hacia el centenario. La Ciudad Universitaria de Madrid a sus 90 años, pp. 101-136. Ediciones Complutense, Madrid.).

El 22 de mayo de 1920 tiene lugar el acto de colocación de la primera piedra y, unos días después, el Ayuntamiento ofrece a la institución francesa la portada del Palacio de Oñate, que es aceptada enseguida –se habla de que funcionaría como “un arco de triunfo” (Delaunay 1994Delaunay, J. M. 1994: Des palais en Espagne: L’École des Hautes Études Hispaniques et la Casa de Velázquez au cœur des relations franco-espagnoles du xxè siècle (1898-1979). Casa de Velázquez, Madrid. https://books.openedition.org/cvz/2223?lang=es [consultado el 12/08/2019].) en el acceso– e incorporada al diseño del edificio. El proyecto se encarga al arquitecto francés Léon Chifflot, que era en aquel momento el arquitecto del Ministerio de Asuntos Exteriores francés. Chifflot se asocia, para llevar a cabo las obras, con el arquitecto español Daniel Zavala.

Chifflot propone un edificio que presenta una imagen arquetípica del palacio madrileño del siglo XVII (Lasso de la Vega et al. 2010Lasso de la Vega Zamora, M., Rivas Quinzaños, P. y Sanz Hernando, A. 2010: Palacios de Madrid. Dirección General del Patrimonio Histórico, Vicepresidencia, Consejería de Cultura y Deporte y Portavocía del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Madrid.: 641). De planta cuadrada y patio en el centro, el edificio se remata, en la fachada principal, con dos torres con chapiteles de pizarra:

… los muros de la fachada serán de fábrica de ladrillo al descubierto, con zócalos, impostas, cornisas, ángulos de los muros y guarniciones de huecos de canteria, habiéndose proyectado colocar en la puerta de ingreso, la canteria de la que fué del Palacio de los Condes de Oñate en la calle Mayor de esta corte, cedida para este objeto por el Exmo. Ayuntamiento de esta Villa[33].

De hecho, con algunos ajustes en el cuerpo inferior –el zócalo de la portada se suplementa para elevarla–, las alturas de las impostas del nuevo proyecto se hicieron coincidir con las de la portada y, así, el famoso balcón principal de Churriguera quedaba al mismo nivel que los balcones de la primera planta de la Casa de Velázquez. En este caso se ve la gran diferencia con una hipotética propuesta de enclavar la portada en un edificio existente: aquí es el nuevo edificio el que se adapta a la obra de cantería para que ésta se ajuste perfectamente (Fig. 9).

Figura 9. Casa Velázquez en Madrid. Daniel Zavala, 1922. AVM, 27-291-17.

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Las obras del edificio ya están en marcha cuando, a mediados de enero de 1922, se informa a los franceses de que el Ayuntamiento retira su propuesta de cesión de la portada. El motivo de esta decisión no está del todo claro. Por un lado, como hemos visto, parece que el Ayuntamiento sigue valorando colocarla en algún edificio municipal, sin haber informado a la EAEH al respecto. Por otro lado, parece que hay un motivo de fondo más allá del aparente olvido o desinterés de la municipalidad. Jean-Marc Delaunay (1994Delaunay, J. M. 1994: Des palais en Espagne: L’École des Hautes Études Hispaniques et la Casa de Velázquez au cœur des relations franco-espagnoles du xxè siècle (1898-1979). Casa de Velázquez, Madrid. https://books.openedition.org/cvz/2223?lang=es [consultado el 12/08/2019].) apunta a una cuestión diplomática. La relación entre España y Francia es entonces tensa debido a la negociación del protectorado de Tánger, y los franceses ya sufren el rechazo durante el comienzo de las obras. Pierre Paris, el director de la EAEH, decide hablar con el Conde de Romanones, con el que tiene una buena relación, para que desde el gobierno pueda ejercer su influencia. Efectivamente, el 30 de enero de 1922 se dicta la Real Orden por la cual el Ministro de Instrucción Pública solicita la cesión, por segunda vez, de la portada para la Casa de Velázquez[34]. Finalmente, el 27 de abril de 1923, se decide en el pleno municipal entregar la portada a la institución francesa (Delaunay 1994Delaunay, J. M. 1994: Des palais en Espagne: L’École des Hautes Études Hispaniques et la Casa de Velázquez au cœur des relations franco-espagnoles du xxè siècle (1898-1979). Casa de Velázquez, Madrid. https://books.openedition.org/cvz/2223?lang=es [consultado el 12/08/2019].). No debió de haber quedado muy clara la causa de todas estas idas y venidas para la opinión pública, pues unos meses antes de la cesión definitiva a la Casa de Velázquez, un periodista se hace eco de las discrepancias entre Ayuntamiento y Estado, por querer colocar el primero la portada en el Teatro Español y el segundo en el nuevo edificio de la institución francesa[35].

Tras todo este enredo diplomático, las obras de la Casa de Velázquez se retoman y, para noviembre del año 1923, ya está la portada reconstruida hasta la mitad de su altura, trabajo que finaliza en 1926[36]. El cuerpo suroeste del edificio, que es el que contiene la fachada principal y la portada, es el primero que se termina e inaugura[37], en una fastuosa celebración, en 1928. Este momento viene a coincidir en el tiempo con el diseño de los primeros bocetos para la Ciudad Universitaria, que se desarrollaría en gran parte de los terrenos de La Moncloa. La construcción de una nueva sede para la universidad madrileña sería una de las actuaciones más importantes y publicitadas de la política cultural española del primer tercio del siglo XX (Pérez-Villanueva 2018Pérez-Villanueva Tovar, I. 2018: “La Ciudad Universitaria de Madrid (1927-1931)”, en C. Rodríguez-López y J. Muñoz Hernández (coords.), Hacia el centenario. La Ciudad Universitaria de Madrid a sus 90 años, pp. 25-67. Ediciones Complutense, Madrid.: 25-31), y estaría también avalada por el rey Alfonso XIII, que hizo de ella un recurso clave para reforzar su imagen pública. Las obras del nuevo campus coindicen, pues, en tiempo y espacio con las de la Casa de Velázquez, que iría quedando rodeada por las distintas facultades –su vecina inmediata, la Escuela de Arquitectura, se construyó en los primeros años 30–, aunque mantendría en todo momento su independencia institucional.

La muerte de Chifflot en 1925, durante el transcurso de las obras, obliga a sustituirlo por el arquitecto Camille Lefèvre, que ese mismo año se entera a través de la prensa de que la puerta de madera que acompañaba a la portada también se encuentra guardada en los almacenes de la Villa, y la solicita para incorporarla al edificio[38]. Gracias a las fotografías conservadas podemos comprobar que, efectivamente, la puerta que se colocó en la Casa de Velázquez era la misma que estuvo en el Palacio de Oñate (Fig. 10).

Figura 10. Casa de Velázquez, fachada principal (detalle). Puede apreciarse que es la puerta de la Fig. 4, todavía en el palacio de Oñate. António Passaporte, ca. 1930. Fototeca del Patrimonio Histórico, LOTY-00368.

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La construcción fue muy lenta, paralizada de tiempo en tiempo por problemas de índole económica y hasta el 14 de mayo de 1935 no se inaugura el edificio terminado, en una ceremonia mucho más discreta que la primera. Poco tiempo se disfrutará de la portada en esta ubicación.

El 18 de julio de 1936 estalla la guerra civil y los insurgentes alcanzan la capital a principios de noviembre. Los sublevados tratan de entrar en Madrid desde el noroeste, y para ello logran cruzar el río Manzanares el 15 de noviembre, penetrando en la recién construida Ciudad Universitaria hasta establecerse en la Escuela de Arquitectura (Calvo 2014Calvo González-Regueral, F. 2014: La Guerra Civil en la Ciudad Universitaria. La Librería, Madrid.: 44-51). Desde esta posición avanzan hacia el interior del campus durante las siguientes jornadas, y consiguen llegar a la Casa de Velázquez, a la Escuela de Agrónomos, al Parque del Oeste y al Hospital Clínico. Finalmente, tras la resistencia encontrada, el general Franco decide abandonar el ataque directo a la capital (Calvo 2014Calvo González-Regueral, F. 2014: La Guerra Civil en la Ciudad Universitaria. La Librería, Madrid.: 65). Así, la penetración en los terrenos de la Ciudad Universitaria forma una pequeña bolsa dentro de las posiciones republicanas, que queda débilmente comunicada con la retaguardia a través de las pasarelas levantadas sobre el río Manzanares. Esto en la práctica supuso que, durante casi tres años, los edificios de La Moncloa se encontraran constantemente expuestos al fuego de las armas. No todos quedan dañados por igual, pero, en el caso que nos ocupa, la Casa de Velázquez tuvo la desgracia de hallarse, junto a la Escuela de Agrónomos, en la primera línea de frente y entre los dos fuegos: el franquista que venía de Arquitectura y el republicano, desde Medicina (Rodríguez-López 2015Rodríguez-López, C. 2015: Paisajes de una guerra: la Ciudad Universitaria de Madrid. Servicio de Publicaciones de la UCM, Madrid.: 61-62).

La parte que queda más dañada del edificio es su fachada principal, semiderruida por el efecto de los proyectiles. Los franceses pensaban que su neutralidad en la contienda bélica les daría inmunidad y protegería el edificio. Su error quedó rápidamente en evidencia, pues ya el 9 de noviembre de 1936 cinco obuses dañaron las torres y parte de la fachada oeste (Delaunay 1994Delaunay, J. M. 1994: Des palais en Espagne: L’École des Hautes Études Hispaniques et la Casa de Velázquez au cœur des relations franco-espagnoles du xxè siècle (1898-1979). Casa de Velázquez, Madrid. https://books.openedition.org/cvz/2223?lang=es [consultado el 12/08/2019].). Antes de que acabara el año 36 un fuego provocado por bombas incendiarias dejó gravemente dañada la parte delantera de la Casa de Velázquez (Calvo 2014Calvo González-Regueral, F. 2014: La Guerra Civil en la Ciudad Universitaria. La Librería, Madrid.: 62). Sorprendentemente, aunque afectada, la portada de Oñate se mantiene en pie durante toda la contienda, aun cuando gran parte de la fachada en la que se encontraba se había derrumbado, tal y como puede verse en una serie de fotografías tomadas durante la batalla y conservadas en la Biblioteca Nacional, de las que hemos seleccionado dos (Fig. 11).

Figura 11. Casa de Velázquez durante la guerra civil, con la portada de Oñate en pie. La fotografía de la izquierda se tomó en agosto de 1937 y la de la derecha, en la que aparece la portada de perfil, en mayo de 1938. P. Luis Torrents, Albero y Segovia. Biblioteca Nacional de España, GC-CAJA/59/6. Elaboración propia sobre las fotografías históricas.

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Una vez terminada la guerra, no es hasta 1943 cuando se procede al fin a la retirada de los escombros (Delaunay 1994Delaunay, J. M. 1994: Des palais en Espagne: L’École des Hautes Études Hispaniques et la Casa de Velázquez au cœur des relations franco-espagnoles du xxè siècle (1898-1979). Casa de Velázquez, Madrid. https://books.openedition.org/cvz/2223?lang=es [consultado el 12/08/2019].) y a la demolición de la crujía delantera completa, en un momento muy complicado políticamente en Europa, con lo que no hay un estudio cuidadoso sobre cómo realizar esa demolición y, a consecuencia de ello, se produce la pérdida definitiva de la portada.

La reconstrucción de esa crujía delantera, que, aparte de la portada, perderá sus características torres con chapiteles, tendrá que esperar todavía más de diez años. El hecho de que el terreno pertenezca al Estado francés, inmerso primero en la Segunda Guerra Mundial y después muy alejado políticamente de España; los problemas financieros y las diferencias de criterios estilísticos (Chastagneret 2006Chastagneret, G. 2006: 75 Aniversario de la Casa de Velázquez, Memoria gráfica, 1928-2003. Casa de Velázquez, Madrid.: 95) hacen que la Casa de Velázquez permanezca como un recuerdo tétrico del conflicto, incluso mucho después de que su entorno esté reconstruido y funcionando.

Tras la demolición quedan, no obstante, algunos fragmentos de la portada diseminados por el jardín de la Casa de Velázquez. Tenemos un testimonio de ello en el cuadro de Séverin de Rigne, realizado en 1949 –y colocado actualmente dentro del edificio, en las escaleras que suben a la biblioteca–, que muestra la Casa de Velázquez tras la demolición de la crujía frontal. Delante, junto a las escaleras de acceso, se encuentran dispersos restos de piedra, en algunos de los cuales pueden apreciarse relieves (Fig. 12).

Figura 12. Madrid. La Casa Velasquez. Séverin de Rigne, 1949. Casa de Velázquez.

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HIPÓTESIS DE LOCALIZACIÓN DE LOS RESTOS ARQUEOLÓGICOS Top

Los fragmentos que existen actualmente han sido comúnmente atribuidos a restos de la portada de Oñate, aunque no nos consta que se hayan localizado dentro del conjunto de la portada. El transcurso de los hechos hace suponer que efectivamente sea así. El dibujo, la toma de datos y la comparación de fuentes gráficas rigurosas nos permitirá confirmarlo.

Como punto de partida, la piedra de todos estos fragmentos es granito, y, más o menos erosionados, conservan relieves ornamentales. Este hecho apoyaría la hipótesis, puesto que se trata de una piedra distinta a la del resto de cantería empleada en la Casa de Velázquez, que era piedra caliza más clara y no estaba decorada.

Los restos se encuentran reunidos en dos grupos, uno en la zona nordeste (1) del jardín, junto a la carretera, y otro en la sudoeste (2) (Fig. 13).

Figura 13. Situación de los restos en el jardín de la Casa de Velázquez. Elaboración propia a partir de dibujos dirigidos por Javier Ortega Vidal para la asignatura de Determinación y restitución gráfica de la arquitectura (2009, ETSAM UPM).

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El grupo 1 está claramente formado por tres fragmentos bien diferenciados. Dos de ellos son más pequeños, lo que complica su identificación, y el tercero es un elemento de tamaño considerable.

El grupo 2 está constituido por dos fragmentos, uno de ellos de lo que parece un basamento invertido y otro de menor tamaño que conserva restos ornamentales.

Para desarrollar la hipótesis de localización de los restos, se han medido y puesto en dimensión los fragmentos con relación a la portada. El primero que hemos identificado, como era previsible, ha sido el fragmento 1A –el de mayor tamaño del grupo 1–, que puede verse en el cuadro de Rigne con sus relieves vegetales. Aunque exige una observación detallada, también en algunas fotografías de la época se advierte el resto en el mismo lugar donde figura en el cuadro (Chastagneret 2006Chastagneret, G. 2006: 75 Aniversario de la Casa de Velázquez, Memoria gráfica, 1928-2003. Casa de Velázquez, Madrid.: 115).

A continuación, procedemos a describir brevemente cada una de las piezas y explicar qué nos ha llevado a fijar su supuesta localización dentro del conjunto de la portada.

Fragmento 1A: este elemento tiene forma de trapecio invertido y una decoración simétrica, relativamente bien conservada, de elementos vegetales que se curvan hacia el centro de la pieza. Esta característica es la que ha hecho más fácil su identificación, y así podemos decir que se trata de parte del elemento central del remate superior de la portada.

Fragmento 1B: es el menor en tamaño de todos los que se conservan y tiene unos tallados curvos, quedando solo la parte trasera sin labrar. Ello nos hace pensar que fuera algún elemento ornamental que sobresaliera y, por el tipo de relieve, más suave, hemos podido identificarlo como parte del angelote esculpido en la ménsula central del balcón, sobre la puerta principal. Para verlo hay que girarlo con respecto a su situación actual y colocarlo en posición vertical: se conserva el torso y la parte superior de la pierna izquierda, algo adelantada pues la figura estaba ligeramente en cuclillas.

Fragmento 1C: en esta pieza situada sobre la 1A, destaca sobre todo un relieve en forma de hoja que ocupa la práctica totalidad del elemento. Solamente está labrada esa cara, y, dado su tamaño y características, nos inclinamos a pensar que formaba parte de los elementos ornamentales de las ménsulas que sostienen el balcón del primer piso. En la fotografía lo hemos señalado en la ménsula derecha, que quedó menos dañada en la guerra, pero no tenemos datos que nos permitan aseverar que era esta y no su simétrica de la izquierda.

Fragmento 2D: este elemento presenta formas rectas y ortogonales. Si tomamos su orientación invertida, se corresponde con un basamento. Dadas sus dimensiones, el número de retranqueos y el número y profundidad de sus molduras, parece que fuera parte del basamento y las basas de las pilastras del nivel inferior, concretamente de la derecha, junto a la puerta principal. En las fotografías de la portada en el palacio, el elemento intermedio del basamento no aparece tallado, ni tampoco en los planos de levantamiento, a diferencia de la piedra actual, en la que las molduras son continuas en todo el recorrido. Sin embargo, en un grabado (Fig. 14) y una fotografía de la Casa de Velázquez sí figuran (Chastagneret 2006Chastagneret, G. 2006: 75 Aniversario de la Casa de Velázquez, Memoria gráfica, 1928-2003. Casa de Velázquez, Madrid.: 25-27), por lo que se habrían tallado posteriormente y por tanto este fragmento pertenecería a esa zona.

Figura 14. La portada de Oñate, fachada principal de la Casa de Velázquez. Grabado, 1924. Casa de Velázquez.

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Fragmento 2E: esta pieza de forma paralelepipédica conserva restos decorativos en una de sus caras, siguiendo un diseño simétrico de dos volutas y zarcillos curvados en torno a un elemento central que se ha perdido. Parece pertenecer a una de las ménsulas que sostienen el balcón superior, junto al escudo.

Finalmente, tomando como base la fotografía histórica de N. Portugal de 1913 (Fig. 4), el grabado de 1924 (Fig. 14) y la restitución gráfica de la portada, hemos incluido los fragmentos existentes en sus hipotéticas localizaciones (Figs. 15 y 16).

Figura 15. Clasificación y localización de los restos en fotografía histórica. Elaboración propia.

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Figura 16. Alzado con la hipotética localización de los restos. Elaboración propia.

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ANDANZAS, VALORES Y NUEVOS CAMINOS: EL DIBUJO DE ARQUITECTURA Top

Hemos visto que, tras la demolición del palacio de la calle Mayor, la portada de Oñate tiene una historia rica en acontecimientos: un primer período de abandono en los jardines del Museo Arqueológico Nacional, varios proyectos municipales de nueva planta, un intento no muy concreto de colocarla en el Teatro Español, su definitiva reconstrucción en la Casa de Velázquez, los daños ocasionados por la guerra, la demolición y la desaparición de la mayor parte de los restos. Algunas de estas inserciones de la portada pueden plantearse mediante el uso del dibujo como instrumento de proyecto para permitir complementar el conocimiento del desarrollo de ciertos procesos. Así, corroboramos que llevarla a un edificio existente, como lo era el Teatro Español, hubiera sido un ejercicio complejo. Mucho menos fue hacerlo en uno de nueva planta, que permitía adaptarse a la portada como punto de partida. Sería interesante realizar este ejercicio con todos los destinos imaginados de la portada de los que aún no tenemos constancia documental.

Asimismo, con el ejercicio compositivo del dibujo se refuerza la idea de que la portada revela cuestiones que trascienden la de la representatividad de la casa nobiliaria de Oñate. Su razón de ser es marcar el acceso a la edificación, resaltarlo frente a otros posibles accesos, y, a la vez, modificar la imagen urbana del edificio. Por eso, en este caso, se utilizan además recursos físicos, como el material granítico que contrasta con el resto de la fachada; recursos compositivos, como la generación de un eje de continuidad vertical que rompe el longitudinal; y recursos estéticos, que son los que buscan complacer la vista y destacar la portada artísticamente frente a otras partes del edificio, según hemos comprobado en los alzados tratados. Por todo ello, no es extraño que su conservación haya sido motivo de debate y se hayan buscado otros destinos a los que añadir su función simbólica: “Todo lo que fué receptáculo de vidas, no importa que caiga, como si en ese fondo estuviesen cotidianizadas las vidas; pero, en cambio, el portal es el que tiene la visión depurada y museal de las vidas que pasaron ó se asomaron á él”[39].

Figura 17. Alzado con siluetas superpuestas de los edificios que aquí se tratan gráficamente. Elaboración propia.

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Las andanzas de la portada nos han permitido afrontar temas de vital importancia en la restauración y conservación del patrimonio arquitectónico. Temas que tratan del porqué de su conservación o de qué supone trasladar un elemento de estas características a un nuevo edificio. Se deja para otra ocasión la determinación de los cambios de la sillería de la portada durante su traslado, del mismo modo que queda por determinar el destino de los restos tras su demolición y otros posibles asuntos como la influencia sobre portadas coetáneas o sobre otras que aparecen en la tendencia neobarroca de principios del siglo XX.

Con la localización mediante el Dibujo de Arquitectura de los restos sobre el conjunto original, se hace posible aclarar su procedencia, en lo que pensamos que aporta un conocimiento esencial en el devenir material de la portada. Así, a partir del enfoque empleado, se vuelve a reivindicar la importancia del uso del dibujo como instrumento fundamental de investigación en arquitectura. Con este método se abren nuevos caminos de conocimiento en torno a la portada de Oñate, que desde su construcción no ha dejado de generar interés teórico.

AGRADECIMIENTOS Y FUENTES DE FINANCIACIÓN Top

Queremos agradecer al Dr. Raúl Gómez Escribano su aportación en la identificación del fragmento 1B como parte del angelote, así como al personal de la Casa de Velázquez, del Museo de Historia de Madrid y del Archivo de la Villa de Madrid por su predisposición para agilizar esta investigación.

Jara Muñoz Hernández cuenta con un contrato predoctoral FPU financiado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (FPU15/01782).

NOTASTop

[1] jara.munoz@upm.es / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-2530-2892
[2] carlos.villarreal.colunga@gmail.com / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-2325-3628
[3] Según la numeración que se organiza en la Planimetría General de Madrid (1749-1774).
[4] Museo del Prado (P003925).
[5] AVM 1-10-46.
[6] Este párrafo se transcribe ya en Veiguela, H. 1913, 19 de marzo: “El Palacio de Oñate”, Mundo Gráfico, año 3, 73, p. 6.
[7] Martín de la Cámara, E. 1923, 29 de julio: “El alma de Madrid. La calle Mayor”, Blanco y Negro, 1680: 31-32.
[8] García Herranz, A. 2016: La Casa de Velázquez de Madrid (1916-1959): un ejemplo de destrucción patrimonial en la Guerra Civil española. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid, p. 175.
[9] Veiguela, H. 1913, 19 de marzo: “El Palacio de Oñate”, Mundo Gráfico, año 3, 73, p. 6.
[10] Actualmente estamos trabajando en la generación de contenidos gráficos en torno al Metro de Madrid y la figura de Antonio Palacios, entre los que se encuentran este edificio y su proyecto (dirigidos por Javier Ortega Vidal y Susana Olivares Abengozar).
[11] Velasco Zazo, A. 1913, 13 de marzo: “La casa de Oñate”, La Bandera Federal, año V, 193, p. 1.
[12] La pregunta pública sobre cuál será el destino de este ejemplo de portada del barroco madrileño aparece en: Echegaray, A. 1913, 7 de marzo: “La portada de la casa de Oñate”, La Correspondencia de España, 20.113, p. 1. Algo a lo que el mismo diario responde con la carta de Manuel Guerra y Cortés, al día siguiente, comentando que el destino ya estaba decidido y que “fué conservar la portada, desmontándola piedra por piedra, y hacer donación de ella al Museo Arqueológico Nacional”.
[13] Entre otros ya citados: “La portada de la Casa de Oñate”, 1913, 9 de marzo, El País, año XXVII, 9.383, p. 1.
[14] En esta época se plantean algunas visiones interesantes, como la del arquitecto Vicente Lampérez, quien desarrolla la hipótesis de la conservación de la portada en el nuevo edificio que sustituye al palacio. Lampérez, V. 1913, 20 de enero: “El palacio de los condes de Oñate en la calle Mayor”, La Época, año LXV, 22.352, p. 1.
[15] “La fachada de la Real Platería”, 1913, 15 de marzo, La Época, año LXV, 22.406, p. 3.
[16] Soria, P. 1913, 9 de diciembre: “La portada de Oñate”, El País, año XXVII, 9.656, p. 3.
[17] AVM 0,59-6-2.
[18] Aranda, Pablo, 1917: “Proyecto de fachada para el Teatro Español con la portada del Palacio de Oñate”. Museo de Historia de Madrid, IN 30974.
[19] Zavala, Daniel, 1922: “Casa Velázquez en Madrid”. AVM, 27-291-17.
[20] Este levantamiento se llevó a cabo como ejercicio de la asignatura Determinación y restitución gráfica de la arquitectura (ETSAM), bajo la dirección del profesor Javier Ortega Vidal, en 2009.
[21] Gómez de la Serna, R. 1929, 26 de enero: “La puerta de Oñate”, La Esfera, 786, pp. 34-35.
[22] “Portada histórica”, 1915, 16 de junio, ABC, año XI, 3.649, p. 19.
[23] “El Monte y la Caja de Ahorros”, 1915, 14 de agosto, La Época, año, LXVII, 23.280, p. 3.
[24] “Ayuntamiento. La sesión de hoy”, 1915, 29 de octubre, La Época, año LXVII, 23.356, p. 3.
[25] “Teatro Español”, 1894, 14 de diciembre, La Iberia, año XL, 14.004, p. 2.
[26] Se utiliza como punto de partida el levantamiento planimétrico realizado en el Departamento de Ideación Gráfica Arquitectónica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (García 2005García Mahíllo, Ó. (coord.). 2005: Levantamiento planimétrico del Teatro Español (Madrid) y todas sus dependencias. Área de Gobierno de las Artes, Dirección General de Patrimonio Cultural, Departamento de Patrimonio Histórico, Madrid.).
[27] Lo que no sería extraño si consideramos que en su proyecto de 1925 para el teatro demuele y construye un nuevo café que sigue los ritmos de la fachada histórica en una estrategia que contrastaría con la realización de una fachada pastiche que no tiene en cuenta la distribución interior del teatro.
[28] “La portada de la casa de Oñate”, 1918, 19 de mayo, El Globo, año XLIV, 14.520, p. 2.
[29] “Ayuntamiento. La sesión municipal de ayer”, 1921, 4 de junio, El Imparcial, año LV, 19.449, p. 6. En relación a las Tenencias de Alcaldía, queremos citar la antigua Tenencia de Alcaldía del distrito de Arganzuela en la calle Ribera de Curtidores número 2. Bajo proyecto (1932) del arquitecto Francisco Javier Ferrero Llusiá, tiene una portada neobarroca que parece una variante de la que nos ocupa. Sería interesante comprobar dimensiones y origen proyectivo de la misma.
[30] También en: “La portada de la casa de Oñate”, 1923, 3 de febrero, La Época, año LXXV, 25.929, p. 6.
[31] Ramírez Ángel, E. 1925, 13 de agosto: “Dependencias municipales. El Almacén General de la Villa y Corte”, ABC, año XXI, 7.056, pp. 3-4.
[32] Ley de 17 de abril de 1920. Gaceta de Madrid, n.º 109, 18 de abril de 1920, p. 194.
[33] Además de en la propia Casa de Velázquez, se conserva una copia del proyecto en el Archivo de Villa. AVM, 27-291-17.
[34] Segovia Campos, I. 2018: La Casa de Velázquez: traslado y destrucción de la portada de Oñate. Trabajo inédito realizado para la asignatura de Historia y Teoría de la Intervención del Máster Universitario en Conservación y Restauración del Patrimonio Arquitectónico de la Universidad Politécnica de Madrid. Profesor Javier García-Gutiérrez Mosteiro, p. 12.
[35] “La portada de la casa de Oñate”, 1923, 3 de febrero, La Época, año LXXV, 25.929, p. 6.
[36] Segovia Campos, I. 2018: La Casa de Velázquez…, p. 12.
[37] Para seguir las fases de construcción de la Casa de Velázquez, véase Mauleón Pérez, L. 2013: La Casa de Velázquez, antes, durante y después de la Guerra Civil. Trabajo inédito incluido dentro del grupo de investigación Dibujo y Documentación de Arquitectura y Ciudad, dirigido por Javier Ortega Vidal.
[38] Ramírez Ángel, E. 1925, 13 de agosto: “Dependencias municipales. El Almacén General de la Villa y Corte”, ABC, año XXI, 7.056, pp. 3-4.
[39] Gómez de la Serna, R. 1929, 26 de enero: “La puerta de Oñate”, La Esfera, 786, pp. 34-35.

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