MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA: UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

La Arqueología de la Arquitectura a revisión[*]

Archaeology of Architecture under review

 

Agustín Azkarate[1]

UPV/EHU, GPAC. Grupo de Investigación en Patrimonio Construido
Cátedra Unesco en Paisajes Culturales y Patrimonio
Centro de Investigación Micaela Portilla, Vitoria-Gasteiz

ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-0240-4960

e-mail: agustin.azkarate@gmail.com, agustin.azcarate@ehu.eus

RESUMEN
La idea de lo que es y caracteriza la Arqueología de la Arquitectura puede variar sensiblemente de unos países a otros en función de sus respectivas tradiciones historiográficas. Está por hacer un estudio de conjunto de los diversos enfoques y metodologías sobre las construcciones y los entornos construidos, una realidad material que contiene múltiples dimensiones y que puede ser observada desde las más variadas escalas, temporales, espaciales y conceptuales. Con esta breve aportación se quiere ofrecer una primera síntesis de este complicado rompecabezas, pensando sobre todo en quienes quieren introducirse en la materia. Se reivindica una Arqueología de la Arquitectura abierta, plural, responsable y comprometida.
PALABRAS CLAVE: Archeologia dell’Architettura; Household Archaeology; síntesis de tendencias; Europa; América Latina.

ABSTRACT
The perception of what is understood by Archaeology of Architecture may vary significantly from one country to another depending on their respective historiographical traditions. A comprehensive study must still be conducted of the various approaches and methodologies regarding constructions and built environments; a material reality that contains multiple dimensions and that can be observed from a wide range of time, spatial and conceptual scopes. With this brief paper, we would like to provide an initial synthesis of this complicated puzzle, particularly for those starting out in this subject. It promotes an open, plural, responsible, and committed approach to the Archaeology of Architecture.
KEYWORDS: Archaeology of Architecture; Household Archaeology; trend overview; Europe; Latin America.

Recibido: 25-06-2020. Aceptado: 09-07-2020. Publicado online: 10-12-2020

Cómo citar este artículo / Citation: Azkarate, A. 2020: “La Arqueología de la Arquitectura a revisión”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e101. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.009

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

CONTENIDOS

RESUMEN
ABSTRACT
1. INTRODUCCIÓN
2. HOUSEHOLD ARCHAEOLOGY
3. ARCHEOLOGIA DELL’ARCHITETTURA
4. LA DIFUSIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN EUROPA
5. MIRANDO AL FUTURO
NOTAS
BIBLIOGRAFÍA

1. INTRODUCCIÓN Top

Son muchos los autores que han reflexionado sobre la importancia del binomio espacio-tiempo en su relación con los objetos elaborados por el ser humano. The Shape of Time de Georges Kluber constituyó, en fecha temprana, una propuesta atrevida y avanzada sobre el flujo tanto del tiempo como del espacio en una secuencia ininterrumpida de cambios continuos (Kluber 1962Kluber, G. 1962: The Shape of Time. Yale University Press, New Haven and London.): todo un reto al pensamiento estático que había construido la historia del arte basada en la prevalencia de los estilos. De manera similar se expresaría también Elliott Jaque en The Form of Time dos décadas después. Según este autor, de la misma manera que el tiempo era la concepción formulada de la transformación de los objetos que continúan existiendo en diferentes puntos, el espacio sería también la concepción formulada de la experiencia de la extensión que ciertos objetos tienen en el mismo momento (de manera simultánea), así como de su localización en el mismo momento en relación unos con otros (Jaque 1984Jaque, E. 1984: La forma del tiempo. Editorial Paidós: Buenos Aires, : 68). Ambos tratan de expresar cómo el tiempo se configura o adquiere forma (The Shape/The Form of Time) a través de los espacios construidos, porque “en ausencia de manifestaciones fenoménicas del tiempo, este ha de representarse en términos de espacio” (Castillo Sánchez 2017Castillo Sánchez, O. 2017: “La forma del tiempo en la arquitectura”, ASRI. Arte y Sociedad Revista de Investigación, 13. http://asri.eumed.net/13/tiempo-arquitectura.pdf).

El propio Heidegger, en su afamada conferencia de 1951 ‒Construir Habitar Pensar (Bauen Wohnen Denken)‒ había defendido la naturaleza espacial de la propia existencia, enfatizando la importancia de los espacios construidos, capaces de determinar para el ser humano “el carácter de su viaje a través del tiempo” (Heidegger 2015Heidegger, M. 2015: Construir Habitar Pensar (Bauen Wohnen Denken). Edición bilingüe, trad. J. A. Escudero y A. Leyte. La Oficina, Barcelona. [1951]). La historia de los espacios construidos acaba convirtiéndose, de esta manera, en una “topografía de las complejas constelaciones cotidianas” (Teyssot 1996Teyssot, G. 1996: “Hábitos/Habitus/Hábitat”, Presentes y futuros. Arquitectura en las ciudades. Centro de cultura Contemporánea de Barcelona, CCCB, Barcelona. http://www.cccb.org/rcs_gene/habitat_cast.pdf) que se tejen en las relaciones sociales (Azkarate y Solaun 2012Azkarate, A. y Solaun, J. L. 2012: “Tipologías domésticas y técnicas constructivas en la primitiva Gasteiz (País Vasco) durante los siglos VIII al XII d.C.”, Arqueología de la Arquitectura, 9, pp. 103-128. https://doi.org/10.3989/arqarqt.2012.10010: 104; Azkarate 2013Azkarate, A. 2013: “La construcción y lo construido. Arqueología de la Arquitectura”, en J. A. Quirós (dir.), La materialidad de la historia. La arqueología en los inicios del siglo XXI, pp. 281-308. Ed. Akal, Madrid.: 286). Es en este contexto en el que comprendemos mejor cómo la arquitectura, como portadora de heterogéneos significados “no-verbales” (Rapoport 1982Rapoport, A. (ed.) 1982: The Meaning of the Built Environment: A Non-Verbal Communication Approach. Sage, Beverly Hills.), puede y debe ser “leída” desde perspectivas múltiples (Azkarate 2013Azkarate, A. 2013: “La construcción y lo construido. Arqueología de la Arquitectura”, en J. A. Quirós (dir.), La materialidad de la historia. La arqueología en los inicios del siglo XXI, pp. 281-308. Ed. Akal, Madrid.: 286). Es inevitable, en consecuencia, que los testimonios arquitectónicos hayan constituido un irresistible foco de atracción para las más diversas disciplinas científicas y que las aproximaciones teóricas efectuadas sean de una riqueza y de una variedad extraordinarias. Estamos, en definitiva, ante una realidad material que contiene múltiples dimensiones, que puede ser observada desde las más variadas escalas, temporales y espaciales –“desde la Mobil Home de cazadores recolectores al Cityscape y el Landscape” (Steadman 2015Steadman, S. R. 2015: Archaeology of domestic Architecture and the Human Use of Space. Routledge, New York.)– y que acostumbra a ser analizado desde las más variadas perspectivas teóricas y conceptuales (Buchli 2013Buchli, V. 2013: An Anthropology of Architecture. Bloomsbury, London-New Delhi-New York-Sidney.; Beaudry 2015Beaudry, M. C. 2015: “Households beyond the House. On the Archaology and Materiality of Historical Households”, en K. R. Fogle, J. A. Nyman y M. C. Beaudry (eds.), Beyond the walls: new perspectives on the archaeology of historical households, pp. 1-22. University Press of Florida, Gainesville.; Steadman 2015Steadman, S. R. 2015: Archaeology of domestic Architecture and the Human Use of Space. Routledge, New York.). Ello explica la infinidad de miradas y aproximaciones diversas que existen en torno al binomio arqueología-arquitectura y el crecimiento imparable de una producción bibliográfica que resulta cada vez más difícil de seguir y de sintetizar.

La situación se complica aún más al observar que, bajo el paraguas de una misma denominación, conviven tradiciones muy distintas que con frecuencia trabajan en paralelo, ignorándose mutuamente. Veamos un ejemplo significativo de mano de una de las investigadoras más prolíficas en esta cuestión:

Recent years have seen the publication of a number of insightful and original studies focusing on architecture, particularly domestic architecture, from an archaeological perspective. As a consequence, a rapidly growing corpus of literature concerning the topic of human culture and the built environment now exists; this general area of investigation falls under the rubric of what may be termed the “archaeology of architecture” (Steadman 1996Steadman, S. R. 1996: “Recent Research in the Archaeology of Architecture: Beyond the Foundations”, Journal of Archaeological Research, 4 (1), pp. 51-93. https://doi.org/10.1007/bf02228838: 51).

Puede apreciarse, y ello no deja de ser llamativo, que por las mismas fechas en las que Tiziano Mannoni acuñaba en italiano el concepto de archeologia dell’architettura (Mannoni 1990aMannoni, T. 1990a: “Archeologia dell’Architettura”, Notiziario di Archeologia Medievale, 54, pp. 28-29., 1990bMannoni, T. 1990b: “Conoscenza e recupero edilizio”, Notiziario do Archeologia Medievale, 53, pp. 3-4., 1996Mannoni, T. 1996: Archeologia della produzione. Einaudi, Torino.)[2] para referirse a un campo de la arqueología caracterizada sobre todo por la aplicación de criterios estratigráficos y cronotipológicos al estudio de los edificios históricos, edificios en pie y en uso la mayoría de ellos, Sharon R. Steadman utilizara en inglés el mismo concepto de archaeology of architecture para aludir en este caso a la arqueología de los entornos domésticos y al análisis de los patrones espaciales de los restos arquitectónicos (Steadman 1996Steadman, S. R. 1996: “Recent Research in the Archaeology of Architecture: Beyond the Foundations”, Journal of Archaeological Research, 4 (1), pp. 51-93. https://doi.org/10.1007/bf02228838: 51), mayormente en ruina o bajo cota 0. La misma denominación para dos realidades geográfica, temática, material y metodológicamente muy alejadas entre sí[3].

Los problemas no acaban ahí. Todavía hay arqueólogos que consideran que el estudio de los edificios históricos es algo ajeno a su disciplina y propio, más bien, de historiadores del arte o de la arquitectura, de geógrafos, etnógrafos o historiadores y preservacionistas locales (Hicks y Horning 2006Hicks, D. y Horning, A. 2006: “Historical archaeology and buildings”, en D. Hicks y M. C. Beaudry (eds.), The Cambridge Companion to Historical Archaeology, pp. 273-293. Cambridge University Press, Cambridge.; Reynolds 2009Reynolds, A. 2009: “The archaeology of buildings: introduction”, World Archaeology, 41 (3), pp. 345-347. https://doi.org/10.1080/00438240903148470; Wood 2015Wood, J. 2015: “The Archaeological Study of Buildings”, en M. Carver, B. Gaydarska y S. Montón-Subías (eds.), Field Archaeology from around the World. Ideas and Approaches. pp. 53-62. Springer Briefs in Archaeology, Springer International Publishing Switzerland, Basel.). Pero los hay también quienes creen que trabajar en arqueología de la arquitectura se reduce a hacer lecturas estratigráficas de los muros de los edificios históricos. Lamentablemente, actitudes reduccionistas como estas son muy habituales en la bibliografía. Este texto quiere reivindicar la necesidad de ampliar nuestra mirada para reclamar una observación más global e integradora para el campo de la Arqueología de la Arquitectura, concebida como el estudio arqueológico de los entornos construidos. Con esta breve aportación lo que queremos es ofrecer una síntesis de este complicado rompecabezas, pensando sobre todo en quienes quieren introducirse en la materia.

2. HOUSEHOLD ARCHAEOLOGY Top

Probablemente donde el binomio arqueología-arquitectura ha generado una mayor riqueza teórica e interpretativa y una mayor producción bibliográfica no ha sido, como pudiera creerse en algunos círculos europeos, en el ámbito de los estudios estratigráficos de arquitecturas históricas más o menos monumentales, sino en el contexto de los entornos domésticos. La arqueología de la domesticidad ha ido creciendo imparablemente desde la década los 70 y será a ella a la que dediquemos este primer capítulo, por ser generalmente menos atendida en las síntesis europeas sobre Arqueología de la Arquitectura.

Sus orígenes se remontan a las décadas de los 60 y 70 cuando, en el contexto teórico procesual de entonces, la Settlement Archaeology (Chang 1968Chang, K. 1968: Settlement Archaeology. National Press Books, Palo Alto.; Clarke 1977Clarke, D. L. 1977: Spatial Archaeology. Academic Press, London.), los arqueólogos comenzaron a centrar su atención en el estudio de los espacios domésticos, concebidos como escenarios de actividades que, en su diversidad, eran susceptibles de reflejar los comportamientos sociales de sus habitantes. En este primer marco interpretativo, de enfoque funcionalista y adaptativo, los cambios observados en el patrón arqueológico se explicaban en referencia a influencias sociales o ambientales de carácter externo (King 2006King, J. A. 2006: “Household archaeology, identities and biographies”, en D. Hicks y M. C. Beaudry (eds.), The Cambridge Companion to Historical Archaeology, pp. 293-313. Cambridge University Press, Cambridge.). Estos enfoques se ejemplificaron colectivamente con el volumen editado por Flannery (1976Flannery, K. V. (ed.) 1976: The Early Mesoamerican Village. Academic Press, New York.) sobre los orígenes de la vida en las aldeas y los hogares del Periodo Formativo en el Valle de Oaxaca. En esta obra se trató de analizar la estructura de la casa, las áreas de actividad especializadas y específicas de género, y el intercambio a escala local y regional, tratando de demostrar que todo ello pudiera servir de enlace entra las teorías del cambio social y la cultura material. Lejos, sin embargo, de mostrarse como realidades estandarizadas y estáticas, los estudios de los entornos domésticos –tanto los efectuados en la arqueología prehistórica como en la Historical Archaeology[4]se mostraron siempre con una gran variación intercultural y una enorme diversidad significativa, tanto espacial como temporal (Nash 2009Nash, D. J. 2009: “Household Archaeology in the Andes”, Journal of Archaeological Research, 17, pp. 205-261. https://doi.org/10.1007/s10814-009-9029-7; Parker y Foster 2012Parker, B. J. y Foster, C. P. (eds.) 2012: New perspectives on household archaeology. Eisenbrauns, Sinona Lake.; Douglass y Gonlin 2012Douglass, G. y Gonlin, N. 2012: Ancient Households of the Americas: Conceptualizing What Households Do. University Press of Colorado.; Steadman 2015Steadman, S. R. 2015: Archaeology of domestic Architecture and the Human Use of Space. Routledge, New York.).

La diversificación de los modelos interpretativos iba a ser, por tanto, inevitable. Ya para finales de los 70, el estructuralismo de Claude Lévi-Strauss y los desarrollos lingüísticos de Noam Chomsky habían comenzado a dejar una impronta significativa en obras tan influyentes como las del folklorista Henry Glassie (1975Glassie, H. 1975: Folk Housing in Middle Virginia: A Structural Analysis of Historic Artifacts. University of Tennessee Press, Knoxville.) o James Deetz (1977Deetz, J. 1977: In Small Things forgotten: The Arcaeology of Early American Life. Boubleday, New York.), uno de los padres de la arqueología histórica norteamericana. Glassie tiene una especial significación por ser uno de los primeros investigadores que se ocupó del análisis de la arquitectura de épocas más recientes (periodo colonial) y su trabajo permitió establecer lo que más tarde se describiría como el orden y la cosmovisión georgianos dentro de las formas arquitectónicas[5] (King 2006King, J. A. 2006: “Household archaeology, identities and biographies”, en D. Hicks y M. C. Beaudry (eds.), The Cambridge Companion to Historical Archaeology, pp. 293-313. Cambridge University Press, Cambridge.; Buchli 2013Buchli, V. 2013: An Anthropology of Architecture. Bloomsbury, London-New Delhi-New York-Sidney.). También dentro de esta misma década dará a conocer Michel Foucault una obra de profunda influencia en muchos ámbitos –y también en el de la Arqueología de la Arquitectura‒ y en la que el filósofo francés proyectaba su mirada sobre la arquitectura contemplándola como un espacio coercitivo al servicio del poder (Foucault 1984Foucault, M, 1984: Vigilar y Castigar [Paris, 1975]. Siglo XXI, Madrid.).

A caballo entre los 70 y los 80 se van a generar, procedentes de distintas disciplinas, importantes trabajos de carácter seminal y de profundas resonancias para quienes ‒desde las perspectivas más dispares‒ tuvieran interés en investigar en el ámbito del trinomio arqueología-arquitectura-antropología. Podríamos citar la aportación de Amos Rapaport (1969Rapoport, A. 1969: House Form and Culture. Prentice-Hall, Upper Saddle River. , 1976Rapoport, A. (ed.) 1976: The Mutual Interaction of People and the Built Environment. Mouton, The Hague., 1982Rapoport, A. (ed.) 1982: The Meaning of the Built Environment: A Non-Verbal Communication Approach. Sage, Beverly Hills.), con sus estudios sobre la conexión entre la cultura humana y los lugares y la interacción mutua de las personas y su entorno construido (The Meaning of the Built Environment, 1982Rapoport, A. (ed.) 1982: The Meaning of the Built Environment: A Non-Verbal Communication Approach. Sage, Beverly Hills.); la decisiva contribución de Claude Lévi-Strauss, con su propuesta sobre “le system à maison” o “société à maisons” (Lévi-Strauss 1975Lévi-Strauss, C. 1975: La voie des masques. Skira, Genève.); o las insustituibles contribuciones de Bill Hillier y Julienne Hanson (1984Hillier B. y Hanson J. 1984: The Social Logic of Space. Cambridge University Press, Cambridge.) sobre syntax space –herederas de las tempranas aportaciones procedentes de la antropología (Hall 1974Hall, M. 1974: Handbook for Proxemic Research, Society for the Anthropology of Visual Communication. Society for the Anthropology of Visual Communication, Washington DC.)‒ que ofrecieron un elenco de valiosas herramientas de análisis con sus mapas de convergencia, sus gráficas de accesibilidad (gamma analysis), sus gráficas de visibilidad, etc.[6]

Pronto se cumplirán cuatro décadas desde que Richard Wilk y William Rathje (1982Wilk, R. y Rathje, W. 1982: “Household Archaeology”, American Behavioral Scientist, 25 (6), pp. 617-639.) acuñaran el concepto de household archaeology, enfatizando la importancia de los “hogares” como elementos esenciales en la reconstrucción de las sociedades pasadas. Estos hogares o unidades domésticas fueron vistos como un nivel esencial de investigación para poder avanzar desde las grandes teorías de cambio cultural, capturando rápidamente el interés de los arqueólogos, transformándose en uno de los principales escenarios de debate, especialmente en la arqueología prehistórica (Steadman 2015Steadman, S. R. 2015: Archaeology of domestic Architecture and the Human Use of Space. Routledge, New York.: 14-15). Sin embargo, Wilk y Rathje advertían también que, lejos de ser agentes estandarizados y estáticos, estas unidades domésticas eran dinámicas en sus aspectos tanto formales, funcionales como conductuales, variando de un lugar a otro y de uno a otro periodo (Wilk y Rathje 1982Wilk, R. y Rathje, W. 1982: “Household Archaeology”, American Behavioral Scientist, 25 (6), pp. 617-639.: 621)

No es de extrañar, en consecuencia, que a lo largo de la década de los 80 se fueron multiplicando los enfoques teóricos. El tema es muy complejo, hasta el punto de que entender la relación entre “casa” (house) como estructura física y “hogar” (household) como unidad social sigue siendo uno de los objetivos y desafíos fundamentales de la arqueología doméstica en cualquier ubicación geográfica y en cualquier periodo de tiempo (Gray 2014Gray, A. E. 2014: “Households and Domesticity: Historical Archaeology”, en C. Smith (ed.), Encyclopedia of Global Archaeology, pp. 3495-3499. Springer, New York. ). Ha habido, de hecho, una archaeology of houses, ámbito que siempre interesó en el ámbito de la arqueología histórica y una household archaeology, más americana ‒mesoamericana en origen‒ (King 2006King, J. A. 2006: “Household archaeology, identities and biographies”, en D. Hicks y M. C. Beaudry (eds.), The Cambridge Companion to Historical Archaeology, pp. 293-313. Cambridge University Press, Cambridge.; Nash 2009Nash, D. J. 2009: “Household Archaeology in the Andes”, Journal of Archaeological Research, 17, pp. 205-261. https://doi.org/10.1007/s10814-009-9029-7) que, pese al escepticismo crítico de algunos (Parker y Foster 2012Parker, B. J. y Foster, C. P. (eds.) 2012: New perspectives on household archaeology. Eisenbrauns, Sinona Lake.), se ha extendido a todo el mundo[7], convertida en soporte fundamental de las investigaciones arqueológicas sobre los espacios construidos (Steadman 2015Steadman, S. R. 2015: Archaeology of domestic Architecture and the Human Use of Space. Routledge, New York.).

La década de los 90 y especialmente los dos primeros decenios del nuevo siglo han traído nuevas propuestas que insistirán en la necesidad de contemplar la arquitectura y los espacios construidos no solo como portadores sino como generadores también de significados, permitiéndonos el acceso a dimensiones tanto simbólicas como sociales. Ya nos hemos referido antes a la inspiración posestructuralista en la obra de Matthew Johnson (1993Johnson, M. 1993: Housing Culture. Traditional architecture in an English landscape. University College London Press, London.). Este cambio del tradicional punto de vista de la unidad doméstica como unidad productiva a un nuevo enfoque que la contempla como un complejo sistema de relaciones cambiantes, lugares de negociación continua y de construcción de sentido, ha potenciado la aparición de nuevas miradas de una fecundidad extraordinaria, tan variadas y numerosas que no caben en esta breve aportación. Existen, por fortuna, importantes obras de consulta más que aconsejable (King 2006King, J. A. 2006: “Household archaeology, identities and biographies”, en D. Hicks y M. C. Beaudry (eds.), The Cambridge Companion to Historical Archaeology, pp. 293-313. Cambridge University Press, Cambridge.; Allison 2008Allison, P. M. 2008: “Household archaeology”, en D. Pearsall (ed.), Enclyclopedia of Archaeology, pp. 1449-1458. Elservier Ltd., Oxford.; Douglass y Gonlin 2012Douglass, G. y Gonlin, N. 2012: Ancient Households of the Americas: Conceptualizing What Households Do. University Press of Colorado.; Beaudry 2015Beaudry, M. C. 2015: “Households beyond the House. On the Archaology and Materiality of Historical Households”, en K. R. Fogle, J. A. Nyman y M. C. Beaudry (eds.), Beyond the walls: new perspectives on the archaeology of historical households, pp. 1-22. University Press of Florida, Gainesville.; Steadman 2015Steadman, S. R. 2015: Archaeology of domestic Architecture and the Human Use of Space. Routledge, New York.).

La arqueología doméstica configura en la actualidad una potente plataforma para el análisis de la desigualdad. Resultaba desconcertante, por ejemplo, el “silencio ensordecedor” (King 2006King, J. A. 2006: “Household archaeology, identities and biographies”, en D. Hicks y M. C. Beaudry (eds.), The Cambridge Companion to Historical Archaeology, pp. 293-313. Cambridge University Press, Cambridge.: 303) que durante mucho tiempo ha existido en la investigación sobre el papel de las mujeres, la división sexual del trabajo y de los espacios y, en definitiva, las perspectivas de género en las investigaciones sobre las actividades domésticas. Otro tanto cabe decir de las diferencias étnicas y de clase, no siempre aparentes en los patrones de cultura material y presentes, sin embargo, de maneras sutiles y sorprendentes.

De gran interés resultan finalmente las aportaciones desde la “etnografía arqueológica”, o simplemente desde la “arqueología” como prefiere González-Ruibal (2017González-Ruibal, A. 2017: “Etnoarqueología, arqueología etnográfica y cultura material”, Complutum, 28 (2), pp. 267-283. https://doi.org/10.5209/cmpl.58430: 270). Una arqueología capaz de “transferir el modo en el que los arqueólogos median con la materialidad cotidiana de mundos pasados a los contextos presentes” (ibidem: 278) y practicar, en consecuencia, una arqueología auténticamente contemporánea. El análisis arqueológico de la domesticidad –en sus múltiples variables‒ está permitiendo el abordaje de planteamientos comprometidos e innovadores (Haber 2011Haber, A. 2011: La casa, las cosas y los dioses. Arquitectura doméstica, paisaje campesino y teoría local. Encuentro Grupo Editor, Córdoba.; Alonso-González y González-Álvarez 2016Alonso-González, P. y González-Alvarez, D. 2016: “A Contemporary Archaeology of Cultural Change in Rural North-Western Spain: From Traditional Domesticity to Postmodern Individualisation”, International Journal of Historical Archaeology, 20, pp. 23-44. http://doi.org/10.1007/s10761-015-0317-2; González-Álvarez y Alonso-González 2019aGonzález-Álvarez, D. y Alonso-González, P. 2019a: “Houses and Cultural Change: An Interdisciplinary Methodology for the Exploration of the Built Environment in Contemporary Rural Spain”, Arqueología de la Arquitectura, 16, e085. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2019.007, 2019bGonzález-Álvarez, D. y Alonso-González, P. 2019b: “Arqueologías del desarraigo. Una aproximación al proceso de abandono y destrucción rural: el caso de Hontanillas (Guadalajara, España)”, VestígiosRevista Latino-Americana de Arqueología Histórica, 13 (2), pp. 113-140. https://doi.org/10.31239/vtg.v2i13.15389).

3. ARCHEOLOGIA DELL’ARCHITETTURA Top

Tras la lectura del capítulo precedente queda claro que la Arqueología de la Arquitectura ni comienza ni termina con la lettura stratigrafica dei paramenti. Ha habido cierto “adanismo” en la historiografía europea a este respecto, especialmente en la hispanoitaliana, que no siempre ha tomado en consideración otras experiencias ni otros horizontes que no fueran los propios.

Aunque parezca paradójico dada su trayectoria, la archeologia dell’architettura italiana nació al calor de las intervenciones arqueológicas de subsuelo. E. C. Harris (1979Harris, E. C. 1979: Principles of Archaeological Stratigraphy. Academic Press, Londres.) había sugerido, aunque no desarrollado, la posibilidad de que sus secuencias estratigráficas pudieran aplicarse a edificios sobre cota 0, pero hacía falta quien protagonizara la “transición” desde una arqueología acostumbrada a mirar solamente al suelo a otra que levantara la mirada para prestar atención a los edificios en pie y en uso[8]. Había que verificar si ciertos instrumentos cognoscitivos que ya funcionaban en la arqueología del subsuelo, podrían funcionar también en las investigaciones sobre cota 0. Las primeras comprobaciones se realizaron en el complejo de San Silvestro, en lo alto de la Collina de Génova (Tagliabue 1993Tagliabue, R. 1993: Architetto e archeologo. Confronto fra campi disciplinari. Guerini e Associati, Milano. ; Gelichi 1997Gelichi, S. 1997: Introduzione all’archeologia medievale. Storia e ricerca in Italia. Carocci, Roma.), en una investigación que fue pionera en Italia y en Europa y en la que “los excavadores italianos tuvieron la intuición de extender sus lecturas estratigráficas más arriba del nivel de pavimentación” (Quirós 2006Quirós, J. A. 2006: “Arqueología de la Arquitectura. Objetivos y propuestas para la conservación del Patrimonio Arquitectónico”, Arqueología Medieval (Portal web), http://www.arqueologiamedieval.com/articulos/74/). La vocación medievalística de los primeros seguidores de esta nueva “mentalitá stratigrafica” (Doglioni 1997Doglioni, F. 1997: Stratigrafia e restauro. Tra conoscenza e conservazione dell’architettura. Lint Editoriale Associati, Trieste.: 275-286, 2008Doglioni, F. 2008: Nel restauro. Progetti per le architetture del passato. Marsilio, Venecia.) y el compromiso de muchos de ellos con la conservación del gran patrimonio de época medieval presente todavía en Europa (Italia y España como paradigmas) generó un subcampo de la arqueología (Archeologia della’Architettura/Arqueología de la Arquitectura) con personalidad propia y gran capacidad de innovación, considerada justamente como una de las aportaciones más originales que ha producido la arqueología mediterránea de las sociedades históricas en los últimos decenios (Quirós 2016Quirós, J. A. 2016: “Arqueología de la Arquitectura: de la torre de Babel a la sectorialización disciplinar”, en A. García Porras (ed.), Arqueología Medieval y Restauración, pp. 35-49. Nakla, Colección de Arqueología y Patrimonio, Granada.).

¿Dónde radica su originalidad respecto a las tradiciones precedentes? Fue Tiziano Mannoni quien lo explicó con más claridad:

Es evidente que si existe una ‘historia de la arquitectura’ basada en los estilos y cánones estéticos…, debe existir también una ‘arqueología de la arquitectura’ basada en sus caracteres constructivos y en las transformaciones de los edificios, es decir, en el análisis objetivo de los mismos artefactos (Mannoni 1996Mannoni, T. 1996: Archeologia della produzione. Einaudi, Torino.: 5)[9].

Analizar y comprender la compleja evolución diacrónica de los edificios –y sus diversos avatares históricos‒ será, por lo tanto, una de las claves distintivas de esta propuesta metodológica. En adelante, los edificios históricos no deberían ser vistos nunca más como modelos congelados en el tiempo, tal y como la historia del arte y de la arquitectura enseñaron durante decenios. Y no solo la historia del arte y de la arquitectura. La arqueología tampoco está libre de culpa. Como ha señalado Yanis Hamilakis, los arqueólogos han acostumbrado tradicionalmente a fijar la datación de los materiales en un momento específico del pasado “a menudo priorizando su producción inicial y génesis, a expensas de todos los demás momentos de su vida […]. La arqueología, como práctica mnemónica, ha escogido recordar selectivamente” (la cursiva es nuestra), de modo que otros momentos anteriores o posteriores en la vida de un edificio “son deliberadamente olvidados” (Hamilakis 2015aHamilakis, Y. 2015a: Arqueología y los Sentidos. Experiencia, Memoria y Afecto. JAS Arqueología, Madrid.: 153). Todo ello no ocurre por casualidad, sino por la suma de intereses diversos. Aquellos de carácter nacional son los más obvios (aunque no los únicos): se recuerda selectivamente porque las naciones –como “comunidades imaginadas” en expresión de Benedict Anderson‒ necesitan priorizar momentos, objetos, fechas o eventos sobre los que construir su pasado imaginario. Pero, y en este punto coincidimos con Hamilakis, las memorias materiales no son fáciles de eliminar por sus propias cualidades durativas, lo que las convierte en materiales “multitemporales” (Hamilakis y Labanyi 2008Hamilakis, Y. y Labany, I. 2008: “Introduction: Time, materiality, and the work of memory”, History and Memory, 20 (2), pp. 5-17.; Hamilakis 2015aHamilakis, Y. 2015a: Arqueología y los Sentidos. Experiencia, Memoria y Afecto. JAS Arqueología, Madrid., 2015bHamilakis, Y. 2015b: “Arqueología y sensorialidad. Hacia una ontología de afectos y flujos”, Vestígios – Revista Latino-Americana de Arqueología Histórica, 9 (1), pp.31-45.).

¿Cómo atreverse –advertíamos hace prácticamente dos décadas‒ a elegir un retazo del pasado y prescindir de otro? El restaurador (como agente individual) no es un demiurgo, ni posee las virtudes del oráculo de Delfos para interpretar qué debe o no ser recordado, qué espera o no la colectividad que se recuerde y, en consecuencia, se reproduzca y perpetúe selectivamente en el futuro. De ahí la necesidad de la interdisciplinariedad, de la toma de decisiones democrática. Y de ahí, sobre todo, la necesidad de asumir unas rutinas de control que regulen y programen los esfuerzos necesarios para contemplar, de manera integral, todas las dimensiones relevantes del patrimonio edificado (Azkarate 2002Azkarate, A. 2002:” Intereses cognoscitivos y praxis social en Arqueología de la Arquitectura”, en I Seminario Internacional de Arqueología de la Arquitectura, pp. 55-72. Vitoria-Gasteiz.: 59).

Consecuentemente, los edificios y los espacios construidos deberán ser contemplados como el resultado último de un complejo desarrollo histórico que los acabará convirtiendo en objetos “pluriestratificados y pluritipologizados” (Caballero 2009Caballero, L. 2009: “Edificio Histórico y Arqueología: un compromiso entre exigencias, responsabilidad y formación”, Arqueología de la Arquitectura, 9, pp. 11-19.). G. P. Brogiolo, reflexionando sobre esta cuestión, preferirá enfatizar en la naturaleza dinámica de la arquitectura, susceptible de conocer hasta cinco estadios diferentes: el del momento de su construcción; el de sus posibles transformaciones por necesidades funcionales o por los efectos de agentes naturales; el de su abandono y degradación progresiva; el de su colapso; y, finalmente, el de su conversión en un depósito arqueológico enterrado[10]. “Estos cinco estadios sólo podrán ser correctamente comprendidos [en opinión del autor italiano] mediante un proceso cognitivo basado en el análisis estratigráfico” (Brogiolo 2010Brogiolo, G. P. 2010: “Temi e prospettive di ricerca”, Archeologia dell’Architettura, 15, pp.11-14.). Y ello es así, tal y como apuntábamos hace ya un decenio,

porque la materialización del tiempo en un mismo espacio únicamente es posible mediante la superposición estratigráfica de los retazos de pasado que lograron sobrevivir, retazos de memoria que sólo pueden ser reordenados diacrónicamente mediante el análisis de sus relaciones de anteroposterioridad y no a través de analogismos formales o del estudio de los estilos (Azkarate 2010Azkarate, A. 2010: “El análisis estratigráfico en la restauración del patrimonio construido”, en Arqueología Aplicada al estudio de edificios históricos. Últimas tendencias metodológicas, pp. 51-54. Ministerio de Cultura, Madrid.: 54).

Es obligado reconocer la labor de quienes fueron los primeros alfabetizadores de la escritura estratigráfica aplicada al patrimonio edificado, tanto en Italia (Francovich y Parenti 1988Francovich, R. y Parenti R. 1988: Archeologia e restauro dei monumenti (Siena, 1987). All’Insegna del Giglio, Firenze; Brogiolo y Cagnana 2012Brogiolo, G. P. y Cagnana, A. 2012: Archeologia dell’Architettura. Metodi e interpretazioni. All’Insegna di Giglio, Firenze.) como en España (Caballero 1995Caballero, L. 1995: “Método para el análisis estratigráfico de construcciones históricas o ‘lectura de paramentos”, Informes de la construcción, 46 (435), pp. 37-46., 1996Caballero, L. 1996: “El análisis estratigráfico de construcciones históricas”, en L. Caballero y C. Escribano (eds.), Actas Arqueología de la Arquitectura. El método arqueológico aplicado al proceso de estudio y de intervención en edificios históricos, pp. 55-74. Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, Burgos y Salamanca). Gracias a sus aportaciones y a las de otros muchos hay un protocolo de análisis mínimamente consensuado, aunque no hay que ocultar que existan las inevitables diferencias –más de forma que de fondo‒ entre diversas escuelas y países. El análisis estratigráfico de los edificios históricos constituye un proceso bien definido, pero no es el objeto de este artículo referirnos a cuestiones metodológicas que son abordadas en otra aportación de este mismo monográfico. Nos limitaremos a presentar el cuadro-resumen que a este respecto se elaboró en la experiencia de la Catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz (Fig. 1).

Figura 1. Proceso de trabajo en el análisis estratigráfico. Elaboración propia, basada en Azkarate et al. (2001: 113).

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4. LA DIFUSIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN EUROPA Top

La historiografía de la Arqueología de la Arquitectura en España, de hondas resonancias italianas, ha sido objeto de atención en diversos trabajos, algunos de ellos muy pormenorizados, por lo que no abundaremos en ello (Caballero y Fernández Mier 1997Caballero L. y Fernández Mier M. 1997: “Análisis arqueológico de construcciones históricas en España. Estado de la cuestión”, Archeologia Medievale, II, pp. 147-158.; Azkarate 2001Azkarate, A. 2001: Arqueología de la Arquitectura (Experiencias de investigación desde la Universidad del País Vasco). Lección inaugural de apertura del Curso Académico de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, 2001-2002. Universidad del País Vasco, Bilbao., 2013Azkarate, A. 2013: “La construcción y lo construido. Arqueología de la Arquitectura”, en J. A. Quirós (dir.), La materialidad de la historia. La arqueología en los inicios del siglo XXI, pp. 281-308. Ed. Akal, Madrid., 2020Azkarate, A. 2020: “Archaeology of Architecture – Buildings Archaeology”, en Ch. E. Orser, A. Zarankin, P. Funari, L. Susan y J. Symonds, The Routledge Handbook of Global Historical Archaeology. Routledge, New York.; Mañana et al. 2002Mañana, P., Blanco, R. y Ayán, V. 2002: Arqueotectura 1: bases teórico metodológicas para una arqueología de la arquitectura. Laboratorio de Patrimonio, Paleoambiente e Paisaxe, Instituto de Investigacións Tecnolóxicas, Universidade de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela.; Ayán et al. 2003Ayán, X., Blanco-Rotea, R. y Mañana, P. 2003: Archaeotecture. Archaeology of Architecture. BAR International Series 1175.; Quirós 2002Quirós, J. A. 2002: “Arqueología de la Arquitectura en España”, Arqueología de la Arquitectura, 1, pp. 27-38., 2016Quirós, J. A. 2016: “Arqueología de la Arquitectura: de la torre de Babel a la sectorialización disciplinar”, en A. García Porras (ed.), Arqueología Medieval y Restauración, pp. 35-49. Nakla, Colección de Arqueología y Patrimonio, Granada.; Utrero 2010Utrero, M. A. 2010: “Archaeology, Archeologia. Arqueología. Hacia el análisis de la arquitectura”, en E. De Vega y C. C. Martín (eds.), Arqueología aplicada al estudio e interpretación de edificios históricos. Últimas tendencias metodológicas, pp. 11-23. Ministerio de Cultura, Madrid. ; Blanco-Rotea 2017Blanco-Rotea, R. 2017: “Arquitectura y paisaje. Aproximaciones desde la arqueología”, Arqueología de la Arquitectura, 14, e051. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2017.007). Como ya apuntábamos en otro lugar, las experiencias más madrugadoras de metodología estratigráfica aplicada a la arquitectura se llevaron a cabo en el campo de la conservación y restauración del patrimonio edificado (López Mullor 2002López Mullor, A. 2002: “Veinte años después”, Arqueología de la Arquitectura, I, pp. 159-174. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2002.13), ejecutándose en algún caso proyectos de gran envergadura que se convirtieron pronto en modelos de intervención en contextos de aplicación muy complejos (para la ciudad de Vitoria, Azkarate et al. 2001Azkarate, A., Camara, J. I., Lasagabaster, J. I. y Latorre, P. 2001: Plan Director para la Restauración de la Catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz. Vitoria-Gasteiz. Diputación Foral de Álava, Vitoria-Gasteiz.; para la ciudad de Sevilla, Tabales 2008Tabales, M. A. 2008: El Alcázar de Sevilla. Reflexiones sobre su origen y evolución en la Edad Media (Memoria de Investigación Arqueológica 2000-2005). Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Sevilla.). No menos importante ha sido el desarrollo de importantes líneas de investigación histórica, fundamentalmente en torno a la arquitectura medieval, tanto cristiana como islámica (Caballero y Mateos 2000Caballero, L. y Mateos, P. (eds.), 2000: Visigodos y Omeyas. Un debate entre la Antigüedad Tardía y la Alta Edad Media. Anejos de AEspA, XXIII. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid.; Sanjurgo-Sánchez et al. 2019Sanjurgo-Sánchez, J., Blanco-Rotea, R. y Sánchez-Pardo, J. C. 2019: “An interdisciplinary study of early mediaeval churches in North-Western Spain (Galicia)”, Heritage, 2 (1), pp. 599-610. https://doi.org/10.3390/heritage2010039), alcanzándose en este ámbito un notable grado de excelencia.

En las regiones francófonas europeas, l’Archéologie du bâti o Archéologie des élévations fue desarrollándose, al igual que en el resto de los países europeos, en los años 80. En Francia el estudio de la arquitectura histórica acumulaba una sólida tradición (Bessac 1986Bessac, J. C. 1986: “L’outillage traditionnel du tailleur de pierre de l’antiquité à nos jours”, Revue Archéologique de Narbonnaise, supplément 14. Editions du CNRS, Paris.) que descansaba no tanto sobre el análisis estratigráfico de sus fábricas, sino sobre el estudio de las técnicas constructivas, las investigaciones estructurales, los análisis seriados o los análisis morfoespaciales (Derieux 2004Derieux, D. 2004: “L’archéologie du bâti en Europe: comparaison entre la France et la Suisse”. Les Nouvelles de l’archéologie, 95, pp. 47-50. ; Parron-Kontis y Reveyron 2005Parron-Kontis, I. y Reveyron, N. (eds.) 2005: Archéologie du bâti. Editions Errance, Paris.; Reveyron 2011Reveyron, N. 2011: “L’Archéologie du bâti en France”, en G. P. Brogiolo (ed.), Archeologia dell’Architettura: Temi e prespettive di ricerca, pp. 29-46. All’Insegna del Giglio, Firenze. ; Bolle et al. 2014Bolle, C., Coura, G. y Léonard, J. M. 2014: “L’archéologie des bâtiments en question. Un outil pour les connaître, les conserver et les restaurer. The Archaeology of Buildings in Perspective. How to Better Understand, Preserve and Restore Buildings”, Collection Etudes et Documents. Archéologie, 35. Service Public de Wallonie, Namur.). No es una sorpresa, por tanto, que sea precisamente desde Francia, desde donde se esté impulsando l’archéologie de la construction (Camporeale et al. 2008Camporeale S., Dessalles H., Pizzo, A., 2008: Arqueología de la Construcción I, Los Procesos Constructivos en el Mundo Romano: Italia y las Provincias Occidentales. Anejos de AEspA, L. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Mérida.; Pizzo 2009Pizzo, A. 2009: “La Arqueología de la Construcción. Un laboratorio para el análisis de la arquitectura de Roma”, Arqueología de la Arquitectura, 6, pp. 31-45. https://doi.org/10.3989/arqarqt.2009.09001), concebida por alguno de sus promotores como “una fórmula complementaria que se integra en el cuadro general de la arqueología de la arquitectura” (Pizzo 2009Pizzo, A. 2009: “La Arqueología de la Construcción. Un laboratorio para el análisis de la arquitectura de Roma”, Arqueología de la Arquitectura, 6, pp. 31-45. https://doi.org/10.3989/arqarqt.2009.09001: 35), pero reivindicada por otros no como una “simple coquetterie verbale” sino como una nueva y necesaria orientación disciplinar (Dessales 2017Dessales, H. 2017: “L’archéologie de la construction. Une nouvelle approche de l’architecture romain”, Annales HSS, 72 (1), pp. 75-94. https://doi.org/10.1017/s039526491700004x: 77).

En las regiones europeas de habla alemana, los términos Baurforschung (el propio método científico) y Bauforscher (el experto en arquitecturas arqueológicas) nacen en el ámbito de los importantes estudios que realizan los alemanes en contextos arqueológicos del Mediterráneo Clásico y Oriente Próximo desde fines del siglo XIX (Schmidt 2002Schmidt, H. 2002: “Building research from the Past to Present. The Development of Methods in Germany since the 19th Century”, en K. De Jonge y K. Van Balen (eds.), Preparatory Architectural Investigation in the Restoration of Historical Buildings, pp. 15-30. Leuven University Press, Leuven.; Schuller 2002aSchuller, M. 2002a: Monuments y sites VII: Building archaeology. ICOMOS, Múnich., 2002bSchuller, M. 2002b: “The Application of Bauforschung. Methodology and Presentation”, en K. De Jonge y K. Van Balen (eds.), Preparatory Architectural Investigation in the Restoration of Historical Buildings, pp. 31-48. Leuven University Press, Leuven.). La base del método de trabajo es la documentación y registro exactos y precisos del edificio o conjunto de edificios a estudiar, de forma que, a partir de dicha documentación, puedan ser interpretados científicamente. Dada la precisión exigida, es un trabajo que ha de ser ejecutado por un Bauforscher, con formación generalmente de arquitecto, familiarizado con la arquitectura histórica y con experiencia en yacimientos arqueológicos (Schuller 2002aSchuller, M. 2002a: Monuments y sites VII: Building archaeology. ICOMOS, Múnich.: 7). Aunque la metodología estratigráfica de los países mediterráneos está probablemente menos valorada, ello no es obstáculo para que los resultados ‒desarrollados en un contexto interdisciplinar‒ alcancen normalmente un alto grado de precisión y calidad.

Terminaremos este capítulo con una inevitable referencia a Gran Bretaña, pionera en cuestiones de estratigrafía arqueológica pero que, sorprendentemente, no lideró de igual manera el análisis estratigráfico sobre cota 0. En opinión de algunos autores, las excavaciones urbanas de la posguerra habían creado un excelente caldo de cultivo para el desarrollo de la arqueología estratigráfica. Pero la traslación de esta metodología a la arqueología sobre cota 0 fue más lenta debido probablemente al peso de tradiciones locales muy consolidadas en el registro y preservación tanto de la arqueología vernacular (Pearson y Meeson 2001Pearson, S. y Meeson, B. (eds.) 2001: Vernacular buildings in a changing world: understanding, recording and conservation. Council for British Archaeology Research Reports, 126. Council for British Archaeology, York.) como de la arqueología industrial (Martin 2009Martin, P. E. 2009: “Industrial Archaeology”, en T. Majewski y D. Gaimster (eds.), International Hanbook of Historical Archaeology, pp. 285-298. Springer, New York.), ambas dominadas por enfoques de carácter tipológico (Hicks y Horning 2006Hicks, D. y Horning, A. 2006: “Historical archaeology and buildings”, en D. Hicks y M. C. Beaudry (eds.), The Cambridge Companion to Historical Archaeology, pp. 273-293. Cambridge University Press, Cambridge.; Reynolds 2009Reynolds, A. 2009: “The archaeology of buildings: introduction”, World Archaeology, 41 (3), pp. 345-347. https://doi.org/10.1080/00438240903148470; Giles 2014Giles, K. 2014: “Buildings Archaeology”, en C. Smith (ed.), Encyclopedia of Global Archaeology, pp. 1033-1041. Springer, New York.; Wood 2015Wood, J. 2015: “The Archaeological Study of Buildings”, en M. Carver, B. Gaydarska y S. Montón-Subías (eds.), Field Archaeology from around the World. Ideas and Approaches. pp. 53-62. Springer Briefs in Archaeology, Springer International Publishing Switzerland, Basel.). No será hasta 1993 cuando se introduzca el término building archaeology con motivo de la conferencia del Building Special Interest Group, dentro del Institute of Field Archaeologist (Morris 2000Morris, R. K. 2000: The Archaeology of Buildings. NPI Media Group, Stroud.). Tampoco se libró Gran Bretaña de cierta resistencia a aceptar la aplicación de los principios estratigráficos al estudio de la arquitectura. La actitud de ciertos sectores discutiendo esta posibilidad (Morris 2000Morris, R. K. 2000: The Archaeology of Buildings. NPI Media Group, Stroud.) parece estar retrocediendo en la actualidad, gracias a las convincentes experiencias acreditadas por algunos arqueólogos (Giles 2014Giles, K. 2014: “Buildings Archaeology”, en C. Smith (ed.), Encyclopedia of Global Archaeology, pp. 1033-1041. Springer, New York.: 1039). Los ámbitos en los que la building archaeology británica se ha convertido en ejemplo para otros países, son el del registro y documentación de los edificios (Swallow et al. 2004Swallow, P., Dallas, R., Jackson, S. y Watt, D. 2004: Measurement and recording of historic buildings. Donhead, London.; Letellier 2012Letellier, R. 2012: Recording, documentation and information management for the conservation of heritage places. Donhead Publishing Ltd, Shaftesbury.; Giles 2014Giles, K. 2014: “Buildings Archaeology”, en C. Smith (ed.), Encyclopedia of Global Archaeology, pp. 1033-1041. Springer, New York.; Lane 2016Lane, R. 2016: Understanding Historic Buildings: a guide to good recording practice. English Heritage, Swindon.), con sus guías (CIFA 2014-2019CIFA 2014-2019: Standard and guidance for the archaeological investigation and recording of standing buildings or structures. Chartered Institute for Archaeologists. https://www.archaeologists.net/news/update-standard-and-guidance-archaeological-investigation-and-recording-standing-buildings-or [Consultado: 18/06/2020].), pragmáticas y referenciales.

5. MIRANDO AL FUTURO Top

Resulta difícil encarar ninguna reflexión sobre el futuro de la Arqueología de la Arquitectura sin tocar previamente el tema quizá más recurrente de los últimos años en nuestra disciplina, que no es otro que el futuro de la propia arqueología en general. La preocupación viene de antiguo. Arqueólogas y arqueólogos han visto negros nubarrones sobre su futuro prácticamente desde siempre. Hace 50 años había ya quienes, reflexionando sobre la naturaleza de la propia disciplina, concluían su trabajo advirtiendo que, a menos que se encontrasen nuevas formas de convertir la arqueología en algo relevante para la sociedad, esta seguiría adelante sin necesidad de arqueólogo alguno (Fritz y Plog 1970Fritz, J. M. y Plog, F. T. 1970: “The Nature of Archaeological Explanation”, American Antiquity, 35 (4), pp. 405-412. https://doi.org/10.2307/278113: 412). Curiosamente esta diagnosis viene siendo replicada, casi en sus mismos términos, medio siglo después. “La arqueología actual –apuntaba un conocido profesor español‒ no parece relevante en la mayor parte de las sociedades contemporáneas. Hay demasiados indicadores que apuntan […] a una ausencia de necesidad social de la Arqueología” (Ruiz Zapatero 2014Ruiz Zapatero G. 2014: “Arqueología: abrir ojos cada vez más grandes”, ArqueoWeb, 15, pp. 295-299.: 297).

El denominador común en este tipo de diagnósticos es una insatisfacción muy extendida que conduce a formulaciones concluyentes sobre la necesidad de asumir un “cambio radical de paradigma” (Walid y Pulido 2014Walid, S. y Pulido J. J. 2014: “Socialización del patrimonio, patrimonio expandido y contextualización de la cultura”, ArqueoWeb, 15, pp. 326-333.: 330), de practicar “una arqueología diferente” (Almansa 2014Almansa J. 2014: “Bendita crisis, maldita profesión”, ArqueoWeb, 15, pp. 295-299.: 325) y de efectuar una “reformulación” (Sánchez 2014Sánchez Yustos, P. 2014: “Los márgenes del pasado. La producción transdisciplinar del saber arqueológico”, Complutum, 23, pp. 9-16. https://doi.org/10.5209/rev_cmpl.2014.v25.n1.45352: 14; Querol, en prensaQuerol, M. A., en prensa: “La arqueología urbana: viejas repeticiones y nuevos planteamientos”, en Congreso Internacional La arqueología urbana en las ciudades de la Hispania Romana. Mérida.) o una “reconfiguración” (Hamilakis 2015bHamilakis, Y. 2015b: “Arqueología y sensorialidad. Hacia una ontología de afectos y flujos”, Vestígios – Revista Latino-Americana de Arqueología Histórica, 9 (1), pp.31-45.: 34) del propio concepto de arqueología, porque “tal y como la hemos comprendido hasta la fecha no se puede mantener” (Criado 2012Criado, F. 2012: Arqueológicas. La razón perdida. La construcción de la inteligencia arqueológica. Bellaterra Arqueología, Barcelona.: 114). Por tanto, quizá llegó el momento ‒se ha dicho recientemente‒ en el que “debería precipitarse el colapso arqueológico y crear de esas cenizas una nueva disciplina, una nueva forma de ver el pasado desde el presente” (Lendoño 2019Lendoño, W. 2019: “Comentarios a: González-Ruibal, A., Alonso González P. y Criado-Boado, F. 2019. En contra del populismo reaccionario: hacia una nueva arqueología pública”, Chúngara. Revista de Antropología Chilena, 51, 1, pp. 125-128: 126).

Así están las cosas. Hemos vivido en persona esta misma insatisfacción y hace años que dejamos de sentirnos arqueólogos pese a los títulos o cargos académicos. Acabaron aburriéndonos los interminables debates de finales de la pasada centuria ‒entre arquitectos y arqueólogos, sobre todo‒ cuando, en un contexto neoliberal muy jerarquizado y corporativista (que, por supuesto, sigue más que vivo), nos sentíamos obligados a reivindicar en los diversos foros “la mirada interdisciplinar o mejor aún transdisciplinar, una mirada que no fuera utilitarista, tecnocrática, unidireccional, sino transfronteriza, respetuosa, mestiza, dialogante y democrática” (Azkarate 2004Azkarate, A. 2004: “La interdisciplinariedad, ¿una concesión al lenguaje políticamente correcto?”, en J. L. Lasagabaster (dir.), II Bienal de Restauración Monumental, pp. 41-44. Fundación Catedral Santa María, Vitoria-Gasteiz.: 44).

No creemos que aquellos esfuerzos sirvieran de mucho. Acabamos cansados, aunque convencidos de que la verdadera clave estaba en el hacer y no en el decir, en la intervención y no en la representación, porque, como dijo Hacking “discourse does not do the work” (1998Hacking, I. 1998: Mad Travelers: Reflections on the Reality of Transient Mental Ilness. Harvard University Press, Cambridge.: 86) y porque, como aprendimos por experiencia propia, es relativamente fácil decir cómo se hace una cosa, lo verdaderamente complicado es hacerla. Hay demasiado discurso en la Academia.

Esto no quiere decir que estemos en contra de las propuestas renovadoras que están surgiendo en los últimos años. Desde diversos foros se viene poniendo en relieve la curiosa paradoja de que mientras la arqueología ha sido durante mucho tiempo fuente de metáforas y de inspiración para otros ámbitos del conocimiento, los arqueólogos han estado más interesados en tomar prestadas teorías de otros campos disciplinares. Según este punto de vista, ello habría distraído la verdadera naturaleza de nuestra disciplina, desmaterializándola de alguna manera y llevándola a una situación de subordinación respecto de otras. Para revertir esta situación y lograr que la arqueología volviera a ser relevante ‒y seguimos en este punto el pensamiento de González-Ruibal (2013González-Ruibal, A. (ed.), 2013: Reclaiming Archaeology. Beyond the Tropes of Modernity, Routledge, Londres. )‒ sería necesario retornar a lo que es esencialmente arqueológico, rematerializar los tropos propios, revalorizándolos y reinventándolos si fuera preciso. De ser una disciplina acostumbrada a trabajar con el pensamiento teórico de otros campos, debería comenzar a mirarse en su propio interior asumiendo que la fuerza heurística de la arqueología reside en su relación con el material en el que se ha registrado el pasado (Moro 2007Moro, O. 2007: “La “arqueología simétrica” o la irrupción de la sociología del conocimiento científico en arqueología”, Complutum, 18, pp. 283-319.; Edgeworth 2012Edgeworth. M. 2012: “Follow the Cut, Follow the Rhythm, Follow the Material”, Norwegian Archaeological Review, 45 (1), pp. 76-92. https://doi.org/10.1080/00293652.2012.669995, 2016Edgeworth, M. 2016: “Grounded Objects: archaeology and Speculative Realism”, Archaeological Dialogues, 23 (1), pp. 93-113. https://doi.org/10.1017/s138020381600012x; González-Ruibal 2013González-Ruibal, A. (ed.), 2013: Reclaiming Archaeology. Beyond the Tropes of Modernity, Routledge, Londres. ; Olivier 2013Olivier, L. 2013: “The business of archaeology is the present”, en A. González-Ruibal (ed.), Reclaiming Archaeology: Beyond the Tropes of Modernity, pp. 117-129. Routledge, London.).

De la lectura de estas propuestas puede comprobarse cómo todavía subyace, poderoso, el tropo por excelencia de la arqueología, que no es otro que la excavación, la arqueología bajo cota 0. No es que estemos particularmente en contra de ello. Recientemente (Azkarate y Solaun 2020Azkarate, A. y Solaun, J. L. 2020: “Cultura material y procesos formativos en Arqueología. Sobre la importancia de poner las cosas en su sitito”, en S. Gutiérrez Lloret. y C. Doménech Belda (coord.): El sitio de las cosas: La Alta Edad Media en contexto, pp. 15-32. Publicacions de la Universitat d’Alacant, Serie Arqueología, Alicante) reivindicábamos la excavación arqueológica como un espacio insustituible para la producción y transformación del conocimiento, como ese lugar de fluidez, proceso, cambio y contingencia (Edgeworth 2012Edgeworth. M. 2012: “Follow the Cut, Follow the Rhythm, Follow the Material”, Norwegian Archaeological Review, 45 (1), pp. 76-92. https://doi.org/10.1080/00293652.2012.669995; Lucas 2012Lucas, G. 2012: Understanding the Archaeological Record. Cambridge University Press, Cambridge.: 166; Jones y Alberti 2017Jones, A. A. y Alberti, B. 2017: “Archaeology after Interpretation”, en B. Alberti, A. Jones y J. Pollard (eds.), Archaeology after Interpretation, pp. 13-35. Left Coast Press, Walnut Creek.) al que deberíamos prestar la máxima atención.

Junto con la excavación, cobra también relevancia la investigación en superficie –una especie de excavación metafórica (González-Ruibal 2013González-Ruibal, A. (ed.), 2013: Reclaiming Archaeology. Beyond the Tropes of Modernity, Routledge, Londres. )‒ potenciada por la importancia que la arqueología del paisaje ha ido adquiriendo desde finales del pasado siglo (Criado 1999Criado, F. 1999: Del Terreno al Espacio: Planteamientos y perspectivas para la Arqueología del Paisaje. CAPA, 6. CSIC, Santiago de Compostela.), hasta el punto de creer que “la perspectiva paisajista en Arqueología se ha convertido, de manera involuntaria […] en el mejor ejemplo arqueológico de construcción del conocimiento del pasado” estimulando la comprensión multidimensional de dicho fenómeno (Sánchez Yustos 2014Sánchez Yustos, P. 2014: “Los márgenes del pasado. La producción transdisciplinar del saber arqueológico”, Complutum, 23, pp. 9-16. https://doi.org/10.5209/rev_cmpl.2014.v25.n1.45352: 14).

Los ámbitos de “la construcción” y de lo “construido”, sin embargo, no están recibiendo la atención que creemos merecen. Y ello no deja de ser paradójico, puesto que si en algún ámbito la agencia de la cultura material puede mostrar su verdadero potencial es precisamente en el del entorno construido (González-Ruibal 2012González-Ruibal, A. 2012: “Archeology and the Study of Material Culture: Synergies With Cultural Psychology”, en J. Valsiner (ed.), The Oxford Handbook of Culture and Psychology. Oxford. http://doi.org/10.1093/oxfordhb/9780195396430.013.0008). Existen magníficos estudios que lo demuestran (Buchli 2013Buchli, V. 2013: An Anthropology of Architecture. Bloomsbury, London-New Delhi-New York-Sidney.; Beaudry 2015Beaudry, M. C. 2015: “Households beyond the House. On the Archaology and Materiality of Historical Households”, en K. R. Fogle, J. A. Nyman y M. C. Beaudry (eds.), Beyond the walls: new perspectives on the archaeology of historical households, pp. 1-22. University Press of Florida, Gainesville.; Steadman 2015Steadman, S. R. 2015: Archaeology of domestic Architecture and the Human Use of Space. Routledge, New York.). Sin embargo, tenemos la sensación de que la arquitectura –especialmente la que está todavía en pie y en uso‒ corre el riesgo de quedar injustamente relegada. Las causas son diversas: existen arqueólogos que, como decíamos al inicio de este artículo, siguen creyendo que el estudio de los edificios históricos es algo ajeno a su disciplina. Aunque sospechamos (Azkarate 2013Azkarate, A. 2013: “La construcción y lo construido. Arqueología de la Arquitectura”, en J. A. Quirós (dir.), La materialidad de la historia. La arqueología en los inicios del siglo XXI, pp. 281-308. Ed. Akal, Madrid.; Azkarate et al. 2018Azkarate, A., García-Gómez, I. y Mesanza-Moraza, A. 2018: “Análisis clúster: un primer paso sobre técnicas cuantitativas en Arqueología de la Arquitectura”, Arqueología de la Arquitectura, 15, e066. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2018.014 ) que algo tendrá que ver el hecho de que desde la propia Arqueología de la Arquitectura se hayan potenciado algunas tendencias autolimitantes, al marcar un perfil excesivamente específico en lo temático y en lo metodológico. Nos estamos refiriendo, por una parte, a la preferencia instrumental por el análisis estratigráfico de paramentos ‒en forma casi de monocultivo‒ y, por otra, a la marcada predilección de muchos especialistas por la arquitectura de la Edad Media, un error estratégico para una disciplina que nació con una vocación más atemporal y holística, y que debería seguir la estela de la Archeologia Globale que marcó en su día el maestro Tiziano Mannoni (1994Mannoni, T. 1994: “Metodi di datazione dell’edilizia storica”, Archeologia Medievale, 11, pp. 396-403.).

Las posibilidades heurísticas que ofrece la Arqueología de la Arquitectura concebida como el estudio arqueológico de los entornos construidos, sean a la escala que fueren[11], son enormes e impensables hace no mucho tiempo, tanto en el ámbito rural como en el urbano.

Tal y como hemos visto de manera resumida en el capítulo dedicado a la Household Archaeology, los primeros estudios de entre finales del pasado siglo y la centuria actual marcaron el inicio de una línea de trabajo sobre las casas y los entornos domésticos, de recio abolengo en los estudios etnoarqueológicos de corte funcionalista y procesual. Contestados en los 80 y 90 por distintas alternativas interpretativas, las propuestas teóricas fueron multiplicándose hasta transformar la arqueología de la domesticidad en uno de los campos más creativos de la arqueología en general. Finalizábamos aquel capítulo haciendo referencia al abordaje de planteamientos comprometidos e innovadores que, de forma reciente en España y con más solera en Latinoamérica (Funari y Zarankin 2003Funari, P. y Zarankin, P. 2003: “A social archaeology of housing from a Latin American perspective: a case study”, Journal of Social Archaeology, 3 (1), pp. 23-45. https://doi.org/10.1177/1469605303003001097; Haber 2011Haber, A. 2011: La casa, las cosas y los dioses. Arquitectura doméstica, paisaje campesino y teoría local. Encuentro Grupo Editor, Córdoba.), están abriendo un campo enormemente esperanzador para la arqueología. Algunas de estas investigaciones ‒transitando de la “etnoarqueología” a la “arqueología contemporánea” (González-Ruibal 2008González-Ruibal, A. 2008: “De la Etnoarqueología a la Arqueología del presente”, en J. Salazar, I. Domingo, J. M. Azkárraga y H. Bonet (eds.), Mundos Tribales. Una visión etnoarqueológica, pp. 16-27. Diputación de Valencia, Museu de Prehistòria de València, Valencia.)‒, vienen desarrollando enfoques interdisciplinarios críticos y extremadamente sugerentes para el entorno construido contemporáneo en las comunidades rurales, analizando las diferentes articulaciones de identidades pre y posindustriales en un contexto de cambio global extremadamente complejo y diversificado (Alonso-González y Fernández-Fernández 2013Alonso-González, P. y Fernández-Fernández, J. 2013: “Rural Development and Heritage Commons Managemente in Asturias (Spain): The Ecomuseum of Santo Adriano”, Journal of Settlements and Spatial Planning, 4 (2), pp. 245-253.; Alonso-González y González-Álvarez 2016Alonso-González, P. y González-Alvarez, D. 2016: “A Contemporary Archaeology of Cultural Change in Rural North-Western Spain: From Traditional Domesticity to Postmodern Individualisation”, International Journal of Historical Archaeology, 20, pp. 23-44. http://doi.org/10.1007/s10761-015-0317-2; González-Álvarez y Alonso-González 2019aGonzález-Álvarez, D. y Alonso-González, P. 2019a: “Houses and Cultural Change: An Interdisciplinary Methodology for the Exploration of the Built Environment in Contemporary Rural Spain”, Arqueología de la Arquitectura, 16, e085. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2019.007, 2019bGonzález-Álvarez, D. y Alonso-González, P. 2019b: “Arqueologías del desarraigo. Una aproximación al proceso de abandono y destrucción rural: el caso de Hontanillas (Guadalajara, España)”, VestígiosRevista Latino-Americana de Arqueología Histórica, 13 (2), pp. 113-140. https://doi.org/10.31239/vtg.v2i13.15389).

Terminaremos haciendo referencia al ámbito urbano por ser el contexto que mejor conocemos. Hace ya años que N. Smith había alertado sobre la emergencia de un nuevo urbanismo que se está redefiniendo de una forma dramática y en el que los viejos contenedores conceptuales hacen aguas por todas partes (Smith 2001Smith N. 2001: “Nuevo globalismo y Nuevo urbanismo”, Documents de Anàlisi Geogràfica, 38, pp. 15-32.: 25). Los paisajes urbanos nacidos en el contexto del nuevo globalismo están necesitados de nuevas herramientas de análisis e interpretación que coadyuven a una mejor legibilidad e identificación de los vertiginosos modos de estructuración de los mismos. ¿Está la arqueología preparada para hacer frente a estos desafíos? Aún a riesgo de equivocarnos, nos atreveríamos a decir que no, que la arqueología que se practica en muchas de nuestras ciudades contemporáneas sigue respondiendo a otras épocas con otros valores posiblemente ya periclitados. Los habituales debates sobre “excavar en las ciudades o historiar las ciudades” (Quirós 2005Quirós, J. A. 2005: “¿Excavar en las ciudades o historiar las ciudades? El debate sobre la arqueología urbana a la luz de la experiencia europea”, Arqueología y Territorio Medieval, 12, pp. 107-132. https://doi.org/10.17561/aytm.v12i1.1722) tan importantes en otros tiempos, resultan insuficientes y han quedado obsoletos.

En su obra Capitalism, Socialism and Democracy (1942), el austríaco Joseph Schumpeter hizo célebre la idea de que el proceso de Destrucción Creativa constituía el hecho esencial del capitalismo, pensamiento luego repetido y comentado hasta la saciedad. Han sido varios los autores que han utilizado este concepto en relación con la evolución de la ciudad contemporánea.

En un mundo dominado por un capitalismo salvaje […], lo que la aplicación de la máxima schumpeteriana significa es, simple y llanamente, la destrucción de un trozo de ciudad, de un ‘capital fijo ya creado’ para aprovechar las ventajas que la ciudad ya ofrece (infraestructuras y servicios) y colocar en el hueco provocado una ‘nueva mercancía inmobiliaria’ que multiplique abusivamente los beneficios sobre la inversión que la espuria remodelación urbana supone[12].

En la misma línea apuntará E. López-Morales al recordar que

en contraste con otros sectores económicos más volátiles, el espacio urbano es una forma eficiente para fijar el capital, que permite a los procesos de acumulación trabajar dentro de ciertos niveles de estabilidad […]. Ya sea como un commodity o un mecanismo de aseguramiento de la plusvalía, el espacio urbano es creado, transformado, destruido y expandido[13].

Ha habido quien, con razón, ha criticado la indiferencia de la arqueología ante el abandono y transformación de lo rural (Olivier 2013Olivier, L. 2013: “The business of archaeology is the present”, en A. González-Ruibal (ed.), Reclaiming Archaeology: Beyond the Tropes of Modernity, pp. 117-129. Routledge, London.; Millán Pascual 2015Millán Pascual R. 2015: “Arqueología Negativa. Las fronteras arqueológicas del presente”, Cumplutum, 26 (1), pp. 49-69. https://doi.org/10.5209/rev_cmpl.2015.v26.n1.49340). Pero siendo ello cierto, deberíamos decir también que la indolencia de muchos arqueólogos ante la destrucción sistemática del patrimonio edificado de nuestras ciudades contemporáneas, resulta aún más escandalosa. La clave de la transformación que se demanda está en la concepción de una arqueología comprometida no solo con la ciudad antigua, con la ciudad histórica, sino fundamentalmente con la ciudad contemporánea. Las identidades no siempre están en los arcanos de los tiempos. Las biografías y las identidades tienen frecuentemente escala barrial y se identifican con esquinas, con bulevares, con rincones, con esa red de recuerdos y emociones que demuelen y hacen desaparecer impunemente los promotores neoliberales[14]. Si quiere de verdad renovarse, la arqueología necesita ir mucho más allá de la explicación y gestión de los “sobrantes” generados por una sociedad en la que la presión por el cambio es el factor dominante (Azimzadeh y Bjur 2009Azimzadeh M. y Bjur H. 2009: “Discovering Space as Cultural Heritage. Hidden properties of the urban palimpsest”, en H. Bjur y B. Santillo Frizell (eds.), Via Tiburtina. Space, Movement y Artefacts in the Urban Landscape, pp. 181-191. Svenska institutet i Rom, Stockholm.). Pero ello supone aceptar una metanoia radical que demandará nuevos objetivos, nuevos partners, nuevas herramientas de trabajo, nuevas formas de comunicación y nuevos valores (Azkarate, en prensaAzkarate, A., en prensa: “La arqueología y los paisajes urbanos históricos”, en Congreso Internacional La arqueología urbana en las ciudades de la Hispania Romana. Mérida.).

NOTASTop

[*] Trabajo realizado en el marco de los siguientes proyectos de investigación: 1. “La Arqueología de la Arquitectura: nuevos retos metodológicos y su aplicación en Europa y América Latina” (HAR2015-64439-P), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y 2. “Arqueología de la Arquitectura entre el viejo y el nuevo mundo: de la estratigrafía del edificio a la estratigrafía de la trama urbana” (PID2019-109464GB-100), financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad.
[1] agustin.azkarate@gmail.com, agustin.azcarate@ehu.eus / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-0240-4960
[2] Tras dos décadas en las que venía recibiendo las más variadas denominaciones: archeologia muraria archeologia del soppravvissuto, archeologia degli elevati, archeologia dell’edilizia storica, archeologia del costruito, etc.
[3] Puede verse un intento pionero en España por integrar ambas líneas en un mismo trabajo en Julia Sánchez (1998Sánchez, J. 1998: “La arqueología de la arquitectura. Aplicación de nuevos modelos de análisis a estructuras de la Alta Andalucía en época ibérica”, Trabajos de Prehistoria, 55 (2), pp. 89-109. https://doi.org/10.3989/tp.1998.v55.i2.305).
[4] Pueden leerse algunas consideraciones sobre la Historical Archaeology (pensadas más bien para arqueólogos europeos no anglosajones) en Azkarate y Escribano 2014Azkarate, A. y Escribano, S. 2014: “De la arqueología histórica a la arqueología del colonialismo, Una reflexión desde la experiencia europea”, en F. Vela (ed.), Arqueología de los primeros asentamientos urbanos españoles en la América Central y Meridional, pp. 87-109. Mairea Libros, Madrid..
[5] Años después Matthew Johnson (1993Johnson, M. 1993: Housing Culture. Traditional architecture in an English landscape. University College London Press, London.) en sus investigaciones sobre las formas arquitectónicas de los siglos a caballo entre la Edad Media y la Moderna (1350-1530) se alejó de los puntos de vista estructuralistas más estáticos de Glassie, reclamando la consideración de los hogares como espacios de práctica y de construcción de sentido, en los que el significado no es una cosa única o unitaria sino algo renegociado y transformado permanentemente (1993Johnson, M. 1993: Housing Culture. Traditional architecture in an English landscape. University College London Press, London.: 31).
[6] Sobre los acuerdos y desacuerdos sobre cuestiones metodológicas, puede verse la interesante reflexión de J. Bermejo “space syntax vs archeologia dell’architettura” (Bermejo 2009Bermejo, J. 2009: “Leyendo los espacios: una aproximación crítica a la sintaxis espacial como herramienta de análisis arqueológico”, Arqueología de la Arquitectura, 6, pp. 47-62. https://doi.org/10.3989/arqarqt.2009.09004: 57-59, 2015Bermejo, J. 2015: “Aplicaciones de sintaxis espacial en Arqueología: una revisión de algunas tendencias actuales”, Arqueología de la Arquitectura, 12, e031. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2015.122).
[7] Es llamativo el tardío interés de algunos sectores de la arqueología europea hacia la arqueología de lo doméstico, probablemente por el peso que tuvo siempre el estudio de lo monumental en detrimento del estudio de contextos arqueológicos menos espectaculares (Huebner y Nathan 2016Huebner, S. R. y Nathan G. (eds.) 2016: Mediterranean Families in Antiquity: Households, Extended Families, and Domestic Space. Wiley-Blackwell, Oxford.). La situación en la arqueología española está cambiando paulatinamente (González-Ruibal 2006González-Ruibal, A. 2006: “House societies vs. Kinship-shaped societies: An archaeological case for Iron Age Europe”, Journal of Anthropological Archaeology, 25 (1), pp. 144-173. https://doi.org/10.1016/j.jaa.2005.09.002; Quirós 2012Quirós, J. A. (ed.) 2012: “Arqueología de la arquitectura y arquitectura del espacio doméstico en la alta Edad Media Europea”, dosier monográfico, Arqueología de la Arquitectura, 9, pp. 138-265. https://doi.org/10.3989/arqarqt.2012.i9; Gutiérrez-Lloret y Grau 2013Gutiérrez Lloret, S. y Grau, I. (eds.) 2013: De la estructura doméstica al espacio social. Lecturas arqueológicas del uso social del espacio. Servicio de publicaciones de la Universidad de Alicante, Alicante.; Bermejo 2014Bermejo, J. 2014: “Household Archaeology y el análisis de las sociedades antiguas en la Península Ibérica: definiciones, aplicaciones y posibilidades, Materialidades”, Perspectivas e cultura material, 2, pp. 48-92.; Azkarate y Solaun 2015Azkarate, A. y Solaun, J. L. 2015: “Espacios domésticos, urbanos y rurales, de época medieval en el País Vasco”, en M. E. Díez y J. Navarro (eds.), La casa medieval en la Península Ibérica, pp. 541-575. Sílex Ediciones, Madrid.; Ayán 2016Ayán, X. 2016: “Household Archaeology in Mediterranean Spain: Households, Extended Families, and Domestic Space”, en S. R. Huebner y G. Nathan (eds.), Mediterranean Families in Antiquity: Households, Extended Families, and Domestic Space, pp. 137-153. Wiley-Blackwell, Oxford.). Latinoamérica, por el contrario, ya desde muy temprano (Flannery 1976Flannery, K. V. (ed.) 1976: The Early Mesoamerican Village. Academic Press, New York.) fue mucho más receptiva y viene participando en primera línea de la investigación con estudios sobre arquitectura, crianza y domesticidad en entornos construidos de época precolombina (Nash 2009Nash, D. J. 2009: “Household Archaeology in the Andes”, Journal of Archaeological Research, 17, pp. 205-261. https://doi.org/10.1007/s10814-009-9029-7; Albeck et al. 2010Albeck, M. E., Scattolin, M. C. y Korstanje, M. A. 2010: El hábitat prehispánico. Arqueología de la arquitectura y de la construcción del espacio organizado. Editorial de la Universidad Nacional de Jujuy, San Salvador de Jujuy.; Gordillo 2010Gordillo I. 2010: De piedra, “Tierra y madera. Arquitectura y prácticas sociales en la Iglesia de los Indios (Ambato, Catamarca)”, en M. E. Albeck, M. C. Scattolin y M. A. Korstanje (eds.), El hábitat prehispánico. Arqueología de la arquitectura y de la construcción del espacio organizado, pp. 155-185. Editorial de la Universidad Nacional de Jujuy, San Salvador de Jujuy.; Carballo 2011Carballo, D. 2011: “Advances in the Household Archaeology of Highland Mesoamerica”, Journal of Archaeological Research, 19, pp. 133-189. https://doi.org/10.1007/s10814-010-9045-7; Haber 2011Haber, A. 2011: La casa, las cosas y los dioses. Arquitectura doméstica, paisaje campesino y teoría local. Encuentro Grupo Editor, Córdoba.; Scattolin et al. 2015Scattolin, M. C., Bubliani, M. F., Pereyra Domingorena, L., Cortés, L. I., Lazzari, M., Izeta, A. D. y Calo, C. M. 2015: “Habitar, circular, hacer. El punto de vista de La Quebrada”, en A. Korstanje y M. Lazzari (comps.), Crónicas materiales precolombinas. Arqueología de los primeros poblados del Noroeste Argentino. Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.).
[8] Este es un proceso que, a día de hoy, sigue inconcluso. Los tropos de la excavación y de la prospección en superficie (potenciado este último por el auge de todo lo relaciona con los landscapes y sus cada vez más sofisticados sistemas de análisis) siguen siendo dominantes. El arqueólogo ha mirado tradicionalmente al suelo y bajo el suelo. Ahora ha aprendido a también a la lejanía o a los cielos estrellados, pero con alguna excepción (González-Ruibal 2016González-Ruibal, A. 2016: Volver a las trincheras. Alianza Editorial, Madrid: 83-89), sigue sin tener en suficiente consideración a los espacios construidos aún en pie y en uso.
[9] La traducción es nuestra.
[10] Como apunta Hamilakis reflexionado acerca del pensamiento bergsoniano sobre la relación entre materia, memoria y tiempo, Bergson “reconoció que una propiedad fundamental de la materia era su duración; esto es, su capacidad de durar. Como tal, incorporaba varios tiempos a la vez: el tiempo de su creación y producción original, su posterior modificación y redistribución, su reanimación y reactivación por procesos sensoriales y experienciales” (Hamilakis 2015aHamilakis, Y. 2015a: Arqueología y los Sentidos. Experiencia, Memoria y Afecto. JAS Arqueología, Madrid.: 48).
[11] Ver, en este mismo monográfico, Mesanza-Moraza et al. 2020Mesanza-Moraza, A., García-Gómez, I., Azkarate, A. “Del edificio al paisaje, una panorámica metodológica de la Arqueología de la Arquitectura en el banco de pruebas de Vitoria-Gasteiz (País Vasco)”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e102. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2020.011.
[12] http://clubdebatesurbanos.org/2013/05/03/opinion-contestacion-a-francisco-lopez-groh-sobre-la-destruccion-creativa_eduardo-mangada/
[13] López-Morales, 2012Lopez Morales, E. 2012: Urbanismo proempresarial y destrucción creativa: Un estudio de caso de la estrategia de renovación urbana en el Pericentro de Santiago de Chile 1990-2005. Premio Iberoamericano de Tesis de Investigación sobre vivienda sostenible, INFONAVIT-REDALYC, Universidad Autónoma del Estado de México., cap. I: “Destrucción creativa: hacia una teoría histórica de la renovación urbana pericentral”.
[14] “I was born in the fifties, was a child in the sixties, a teenager in the seventies... The second half of the twentieth century is my whole life. And you know, when I go back none of the places from that part of my live exist anymore... It’s as if my life is being erased in my wake” (Stropin y Marsden 2001Stropin, F. y Marsden, S. (eds.) 2001: Twentieth Century Heritage: Marking the Recent Past, Australian Heritage Information Network, Adelaida.: 3, cit. Schofield y Gray Johnson 2006Schofield, J. y Gray Johnson, W. 2006: “Archaeology heritage and the recent and contemporary past”, en D. Hicks y M. C. Beaudry (eds.), The Cambridge Companion to Historical Archaeology, pp. 104-122. Cambridge University Press, Cambridge.: 105).

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