MONOGRÁFICO: ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA: UNA FUSIÓN DE TENDENCIAS / MONOGRAPH: ARCHAEOLOGY OF ARCHITECTURE IN LATIN AMERICA: A FUSION OF TRENDS

Conclusiones: Um novo olhar. La arqueología de la arquitectura amplía horizontes

 

Sergio Escribano Ruiz[1]

Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU)
GPAC. Grupo de Investigación en Patrimonio Construido

ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-2220-0831

e-mail: sergio.escribanor@ehu.eus

Cómo citar este artículo / Citation: Escribano Ruiz, S. 2020: “Conclusiones: Um novo olhar. La arqueología de la arquitectura amplía horizontes”, Arqueología de la Arquitectura, 17: e108.

Copyright: © CSIC, 2020. © UPV/EHU Press, 2020. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN
UN NUEVO MARCO CONCEPTUAL PARA EL ESTUDIO ARQUEOLÓGICO DE LA ARQUITECTURA
UNA MIRADA ABIERTA, INCLUSIVA E INNOVADORA
UN COMPROMISO CRECIENTE CON LOS ESPACIOS CONSTRUIDOS Y VIVIDOS
EL POR-VENIR
NOTAS
BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN Top

Escribo estas líneas desde la óptica de un arqueólogo europeo que ha trabajado durante casi dos décadas en Arqueología de la Arquitectura (en adelante AA) y que hace una década comenzó a inmiscuirse en la arqueología de Latinoamérica. Y siento la satisfacción de ver cómo en este volumen monográfico convergen ambas realidades, que hasta la fecha se habían desarrollado principalmente en paralelo. Escribo también desde la responsabilidad, con la agridulce sensación de tener que rematar un loable esfuerzo colectivo y hacerlo brillar más, si cabe. En este empeño, a lo largo de las líneas que siguen pretendo valorar la contribución de los textos de este monográfico al desarrollo de la AA. Para ello, seguiré la rica, razonada y brillante síntesis historiográfica con la que A. Azkarate contribuye a este volumen, y emplearé su texto introductorio como soporte adicional. Mirados desde esta base, los trabajos presentados brindan una oportunidad única para valorar el estado de la AA latinoamericana. Algunos de los textos ofrecen sendas síntesis de las prácticas relacionadas con el estudio arqueológico de la arquitectura en Argentina, Colombia o Brasil (Igareta, Cohen, Ferreira). Otros autores realizan una recapitulación reflexiva de su propia trayectoria de investigación a partir de casos de estudio que se extienden del País Vasco a Brasil o Argentina (Mesanza et al.; Zarankin y Funari). Por su parte, el único texto basado en el desarrollo de un caso de estudio específico, proporciona matices que enriquecen y actualizan las formas de aproximarse a la materialidad de la arquitectura argentina (Schavelzon).

No se me ocurre un conjunto de materiales más óptimo para poder acometer una reflexión general sobre el estado de desarrollo de la AA latinoamericana. Máxime si consideramos que los trabajos reunidos en este monográfico fueron previamente presentados y discutidos en unas jornadas a las que tuve la suerte de participar. En lo que sigue me limitaré a resaltar los aspectos que, en mi opinión, son más destacables y representativos del conjunto de trabajos que componen este volumen. Considero que, entre otras muchas otras cuestiones, los trabajos aquí compilados representan: un nuevo régimen conceptual para el estudio arqueológico de la arquitectura; una mirada abierta, inclusiva e innovadora; y un compromiso creciente con los espacios construidos y vividos. Tras analizar cada uno de estos aspectos de forma individualizada, terminaré este epílogo de forma propositiva, planteando algunas cuestiones que considero podrían enriquecer la práctica de la AA y otras que entiendo como los principales retos en su porvenir.

UN NUEVO MARCO CONCEPTUAL PARA EL ESTUDIO ARQUEOLÓGICO DE LA ARQUITECTURA Top

En una aproximación historiográfica de vocación multivocal, Azkarate (este volumen) bosqueja una Arqueología de la Arquitectura plural en la que convergen, por un lado, una rica tradición de estudios arquitectónicos desarrollados en el marco de la excavación arqueológica y, por otro lado, nuevas formas de aproximarse a los edificios en pie, a las ciudades o al propio paisaje. El conjunto de trabajos que componen este volumen monográfico actúa de forma consecuente. Analizan su marco historiográfico con objeto de explicar y valorar las distintas aproximaciones a los espacios construidos desde su condición material, ahondando en la condición de la arquitectura histórica como recurso para conocer mejor el pasado. Las distintas aproximaciones se aúnan bajo un mismo paraguas en este monográfico por compartir objeto de estudio y objetivos, por entender los espacios construidos como un medio para trabajar con la memoria material de los lugares y los materiales que estudia (Olivier 2013aOlivier, L. 2013a: “Time”, en P. Graves-Brown, R. Harrison y A. Piccini (eds.), The Oxford Handbook of the Archaeology of the Contemporary World, pp. 167-177. Oxford University Press, Oxford., 2013bOlivier, L. 2013b: “The business of archaeology is the present”, en A. González-Ruibal (ed.), Reclaiming Archaeology: Beyond the Tropes of Modernity, pp 124-126. Routledge, Londres y Nueva York.). Los resultados de los trabajos de este volumen legitiman y validan de facto el planteamiento historiográfico de partida. Lo consiguen llevar de la teoría a la práctica y se convierten así en un nítido testimonio de la apertura de la mirada de la AA.

Además de aunar distintas perspectivas analíticas y marcos historiográficos en los que se ha desarrollado la AA en distintos lugares de Latinoamérica, este volumen representa un replanteamiento de dos de los conceptos más básicos de la arqueología: la antigüedad y el yacimiento. Por un lado, deja patente la extensión del arco temporal abarcado por la arqueología, que ha dejado de preocuparse únicamente por “cosas antiguas”. Aunque este proceso ya fue anunciado a principios del siglo XXI (Hicks 2003Hicks, D. 2003: “Archaeology Unfolding: Diversity and the Loss of Isolation”, Oxford Journal of Archaeology, 22 (3), pp. 315-329. https://doi.org/10.1111/1468-0092.00190), se manifiesta con total claridad en este monográfico. Y lo hace en varios sentidos, tanto por la cronología relativamente reciente de los casos presentados, como por superar la primigenia vocación medieval de la AA europea (Azkarate, este volumen). Los casos recogidos analizan con la misma legitimidad tanto los conjuntos monumentales prehispánicos como las casas del presente, si bien la gran mayoría estudian arquitecturas recientes, desde la Edad Moderna en adelante. Por otro lado, refleja la ampliación del ámbito de estudio, extendiendo el concepto de yacimiento de los restos exhumados en una excavación a los muros en pie, a los conjuntos edificados y a su propio entorno. Consecuentemente, los trabajos de este monográfico representan el paisaje como un marco modificado por el ser humano a diferentes escalas. Desde un entorno natural humanizado pero con una dinámica propia (un bosque), hasta un paisaje altamente antropizado (una ciudad), pasando por apropiaciones de espacios determinados mediante la materialidad (edificaciones individuales o conjuntos de edificios).

UNA MIRADA ABIERTA, INCLUSIVA E INNOVADORA Top

A un nivel más epistemológico, el conjunto de trabajos de este volumen monográfico ofrece una visión compensada. A la gran variabilidad del tipo de edificaciones que representan los ejemplos de casos latinoamericanos, se suma el abordaje integral del fenómeno urbano o el propio paisaje vasco. Los excesos de unos planteamientos ayudan a compensar las carencias de los otros y viceversa. Porque el registro arquitectónico y arqueológico no está, como se defiende para el caso de la arquitectura latinoamericana, mayormente fracturado y disperso (Igareta, este volumen), sino esperando a que el arqueólogo o arqueóloga alce su mirada por encima del suelo y amplíe su horizonte a su entorno inmediato (centro urbano) y/o lejano (paisaje). Y porque, al contrario, no todos los casos de estudio deben contar con una densidad biográfica que estrictamente exija un abordaje de base estratigráfico (Mesanza et al., este volumen). Precisamente, la falta de edificios de gran densidad biográfica ha permitido aumentar la casuística de tipos de construcciones estudiadas y ampliar el muestrario arquitectónico. Consideramos que, en este sentido, la aportación latinoamericana reside en incorporar al estudio de la AA edificaciones estructurantes a nivel social (escuelas, casas, hospitales), pero también espacios para confinar a quienes no encajan o no se desean en esas estructuras (manicomios, prisiones, iglesias afroamericanas) o a quienes se pretende eliminar de las mismas (centros clandestinos de detención). Incorporando este último elenco de edificaciones, algunas de las cuales están representadas en este volumen, la AA consigue representar a sectores subalternos, si no expulsados a los márgenes del pasado, borrados de la historia y, por ende, del presente.

Estos sectores subalternos rara vez cuentan con edificaciones de naturaleza monumental. Más bien al contrario, estas construcciones son utilizadas para representar, justificar y naturalizar la identidad de las clases sociales hegemónicas. El presente monográfico contiene algunas reflexiones críticas sobre el empleo de estos edificios monumentales y determinadas técnicas constructivas en la imposición de una identidad nacional de base colonial (Cohen, Ferreira, en este volumen). De esta crítica se deriva una importante reflexión sobre la naturaleza y representatividad del patrimonio monumental, aquel que sigue en pie y se decide convertir en un bien de dominio público que debe ser estudiado, conservado y socializado. Pero es evidente que los palacios incas o coloniales, los templos aztecas o cristianos, y los castillos árabes o castellanos, representan una pequeña y sesgada muestra del pasado que perdura en el presente. Sin embargo, el estudio de los edificios corrientes que siguen en pie, como casas o colegios (Zarankin y Funari, Cohen, Ferreira, este volumen), sigue siendo desatendido por la arqueología de ambos lados del Atlántico. Varios de los trabajos de este monográfico se suman así al estado de excepción que representan algunos trabajos que tratan de subvertir esta situación asimétrica[2].

Este volumen completa su vocación abierta, inclusiva e innovadora con el cúmulo de planteamientos metodológicos que resulta de los trabajos que forman parte de este monográfico. La riqueza analítica y la capacidad heurística demostrada en los trabajos de este monográfico resultan ejemplares. Además, bien sea de forma conjunta, bien de forma individual, superan los escollos metodológicos antagónicos que se atribuyen a cada una de las tradiciones: el estratigrafismo europeo, o la ausencia de estratigrafía latinoamericana. Por un lado, las hipotéticas visiones más tradicionales rebosan creatividad y exploran más allá de los límites de un pretendido estratigrafismo. Es el caso de Mesanza y compañía (este volumen), que en el estudio de una red viaria determinada vuelven a los postulados arqueológicos más esenciales, similares a los que Stukeley aplicó en Avebury (Schofield et al. 2011Schofield, J., Carman, J. y Belford, P. 2011: Archaeological Practice in Great Britain. A Heritage Handbook. Springer, Nueva York.: 27). Porque, a pesar de que su planteamiento de base sea estratigráfico, ni estudian una arquitectura al uso, ni su procedimiento analítico puede ser considerado tradicional en el marco de la AA. Algo similar sucede en su estudio de un bosque concreto por parte de estos mismos autores, en el que prácticamente nada se corresponde con las posturas defensoras de la ortodoxia estratigráfica. Por otro lado, ni la presencia de revestimientos ni la cronología reciente de las construcciones han impedido que los autores latinoamericanos indaguen y ahonden en la memoria material de lo construido en este volumen. Considerados en conjunto, todos los trabajos contemplan el uso de varios de los siguientes instrumentos analíticos: excavación, lectura de alzados, análisis cronotipológico, prospección, análisis configuracional, documentación histórica e iconográfica, lectura sintáctica de espacios, arqueometría, análisis cluster o micro-estratigrafía. De este modo, muestran las múltiples formas en las que se puede acceder al conocimiento biográfico de los espacios construidos.

UN COMPROMISO CRECIENTE CON LOS ESPACIOS CONSTRUIDOS Y VIVIDOS Top

La necesidad de aproximaciones analíticas e interpretativas que se ajusten a la especificidad física y a contingencia histórica de la arquitectura ha servido de motivación y guía a algunos de los trabajos de este monográfico (Ferreira, Cohen, este volumen). En estos casos, su compromiso con lo estudiado les ha llevado a reclamar su participación en las decisiones que afecten a los espacios construidos. Lo mismo sucedió previamente en algunas experiencias europeas en las que tanto arquitectos como arqueólogos llegaron a demostrar la necesidad de decidir las modificaciones de un edificio histórico de forma consensuada y colegiada (Azkarate y Lasagabaster 2006Azkarate, A. y Lasagabaster, J. I. 2006: “La arqueología y la recuperación de las ‘arquitecturas olvidadas’. La catedral de Santa María y las primitivas murallas de Vitoria-Gasteiz”, en J. Rivera Blanco (ed.), Arqueología, arte y restauración: actas del IV Congreso Internacional “Restaurar la Memoria”, Valladolid 2004, pp. 137-160. Diputación de Valladolid, Junta de Castilla y León, Valladolid.). Si las mismas reivindicaciones se han producido en contextos particulares, es porque responden a problemas comunes que emergen en el marco de la gestión de las construcciones históricas en pie. Pero también porque comparten la idea del edificio como repositorio o archivo histórico, por la que los restos materiales se convierten en síntomas de una memoria material determinada (Olivier 2013aOlivier, L. 2013a: “Time”, en P. Graves-Brown, R. Harrison y A. Piccini (eds.), The Oxford Handbook of the Archaeology of the Contemporary World, pp. 167-177. Oxford University Press, Oxford.), que debe ser considerada no solo en las decisiones sobre el pasado, sino también del presente. Es precisamente en ese contexto en los que los repositorios van a ser destruidos o modificados, en el arqueólogo debería asumir su responsabilidad en representación de la memoria material del elemento amenazado.

La gestión de los restos del pasado apela directamente al presente. Incluso podría decirse, de acuerdo con autores como L. Olivier, que lo único que es arqueológico es el presente. Un presente entendido no como lo que está sucediendo ahora, sino como la acumulación de tiempos pasados que han perdurado, al haber sido conservados materialmente (Olivier 2013bOlivier, L. 2013b: “The business of archaeology is the present”, en A. González-Ruibal (ed.), Reclaiming Archaeology: Beyond the Tropes of Modernity, pp 124-126. Routledge, Londres y Nueva York.: 122-123). Por tanto, el compromiso social y político que asumamos como técnicos es fundamental en el desarrollo de procesos complejos como la transformación urbana o paisajística. Esta responsabilidad ha sido reclamada en varios trabajos anteriores (por ejemplo, Azkarate 2011Azkarate, A. 2011: “Archeologia dell´Architettura in Spagna”, Archeologia dell´ Architettura 7, pp. 15-26.: 21-24; Azkarate y Escribano-Ruiz 2014Azkarate, A. y Escribano Ruiz, S. 2014: “De la Arqueología Histórica a la Arqueología del Colonialismo. Una reflexión desde la experiencia europea”, en F. Vela (coord.), Arqueología de los primeros asentamientos urbanos españoles en la América Central y Meridional, pp. 87-109. Universidad Politécnica de Madrid, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Madrid.), pero la llamada aún no ha tenido la respuesta deseada. Como gestores de esos repositorios de memoria, no podemos mantenernos al margen de lo que les sucede. No podemos seguir confinados en un mundo “descontextualizado y autista”, sino implicarnos directamente en la gestión del presente (Gnecco 2017Gnecco, C. 2017: Antidecálogo: diez ensayos (casi) arqueológicos. JAS Arqueología, Popayán.: 201-215). Conscientes de que la arquitectura ofrece una oportunidad única de actuación, en este monográfico varios autores reclaman explícitamente una arqueología desde el presente y para el presente (Zarankin y Funari, Azkarate, este volumen). Implícitamente se ofrecen varias formas de hacerlo, bien sea de modo directo (mediante la conservación y gestión de edificios o del urbanismo) o indirecto (formando a quienes tienen la capacidad de intervenir en estos contextos o haciendo pensar a la sociedad).

Una vez sumidos en el tan oscuro como inesperado horizonte que nos ha dibujado el año 2020, parece más necesaria que nunca una arqueología cuyo objetivo no sea tanto conocer el mundo cuanto transformarlo (Azkarate y De la Fuente 2013Azkarate, A. y De la Fuente, A. 2013: “La arqueología urbana”, en A. Azkarate y J. L. Solaun (eds.), Arqueología e Historia de una ciudad: los orígenes de Vitoria-Gasteiz, Tomo I, pp. 61-63. Universidad del País Vasco, Vitoria-Gasteiz.: 62). De ello dependerá, como destaca el propio Azkarate en este volumen, el devenir de la arqueología como disciplina. En sintonía con estos planteamientos, y haciendo uso de un certero eslogan feminista, creemos que la arqueología será socialmente comprometida o no será. Algunos de los textos de este monográfico reflejan esta actitud en la medida que denuncian la existencia de determinados sectores sociales borrados del sistema y de la historia (afroamericanos, represaliados políticos, indígenas) y tratan de aportar materia para reflexionar, con la intención de contribuir a una sociedad más democrática y justa. Como ya planteamos hace unos años, el poder solo se puede combatir identificando, primero, y recordando, después, sus mecanismos (Escribano-Ruiz 2016Escribano Ruiz, S. 2016: “Desde una arqueología inclusiva, por un pasado mejor. Un ensayo epistemológico y axiológico”, Complutum 27 (1), pp. 21-30. https://doi.org/10.5209/cmpl.53215). Siguiendo este mismo razonamiento, algunos trabajos de este volumen proponen la AA como un instrumento de denuncia y cuestionamiento de las estrategias reproductivas de los sistemas de poder (Zarankin, Funari, este volumen) o denuncian el empleo de determinadas arquitecturas en la configuración y “blanqueo” de la identidad colectiva (Cohen, Ferreira, este volumen). Así, al traer a la luz un pasado que no se ha muerto sino sigue afectando al presente, ofrecen una muestra del rol social que la arqueología debería desempeñar (Olivier 2013bOlivier, L. 2013b: “The business of archaeology is the present”, en A. González-Ruibal (ed.), Reclaiming Archaeology: Beyond the Tropes of Modernity, pp 124-126. Routledge, Londres y Nueva York.: 128).

EL POR-VENIR Top

El presente volumen monográfico ofrece un sólido plantel de trabajos que abarcan y ejemplifican el complejo recorrido de las aproximaciones arqueológicas a la arquitectura. Además, al explorar nuevas realidades temporales y materiales, este conjunto de textos ayuda a expandir la AA en sus planteamientos prácticos y teóricos. En este sentido, el monográfico sienta las bases de una AA necesariamente crítica, reflexiva y activa. Aunque tradicionalmente se ha considerado que su capacidad innovadora es una de las principales características de la AA europea, es patente que esa dinámica se ha ralentizado. En este contexto, varios de los trabajos de este volumen suponen un revulsivo y representan un contrapunto esencial a las prácticas europeas. También podrían incentivar la praxis en Latinoamérica al constituir casos empíricos más cercanos, abordados desde la proximidad geográfica y heurística. Un claro ejemplo son los trabajos que resuelven el problema de las “arquitecturas revestidas” planteado por Azkarate en su introducción al volumen. A su vez, la síntesis de las experiencias vascas puede servir de muestrario del potencial que ofrece el bagaje europeo, aportando claves operativas para mediar, por ejemplo, en los procesos de transformación de las ciudades históricas latinoamericanas, tal y como se reclama en varios textos de este volumen (Azkarate, Ferreira).

Quedan por señalar algunos vacíos que hemos identificado en el monográfico y reseñar algunas cuestiones que se han planteado de forma tangencial, y no se han desarrollado de acuerdo a su importancia en ninguno de los trabajos presentados. En relación con los planteamientos teóricos, se añora un lineamiento que exceda el marco teórico del post-procesualismo. Los estudios arqueológicos de arquitectura deben beneficiarse de algunos de los principales debates teóricos del siglo XXI, tan pertinentes como el planteamiento bergsoniano de la persistencia, que ha quedado representado a lo largo de este texto mediante la influencia de L. Olivier. Pero también puede resultar muy oportuno, por ejemplo, el corpus de reflexiones sobre los ensamblajes o assemblages (aproximaciones deleuzianas para comprender una arquitectura basada en la fluidez y conectividad), el nuevo giro ontológico hacia las cosas (que trae a un primer plano lo material y obliga a pensar en los efectos de la arquitectura sobre los seres vivos e inertes) o las aproximaciones fenomenológicas (que ponen el énfasis en sentir y experimentar los propios espacios construidos). Todas estas ideas podrían permitir crear nuevas visiones sobre el pasado a partir de manifestaciones materiales tan importantes como los espacios construidos y vividos.

En esa pretendida aproximación al pasado hemos añorado la representación de más grupos subalternos. Destaca, por ejemplo, la ausencia de los pueblos indígenas o sociedades originarias en un monográfico mayoritariamente latinoamericano. Pese a que estos grupos han sido indirectamente mencionados por algunos autores (Cohen, Ferreira, en este volumen), no cuentan con un desarrollo específico en sus textos. A este respecto, resulta significativo que su arquitectura tampoco esté presente en algunos de los principales trabajos de arqueología que tratan sobre los pueblos indígenas (por ejemplo, Gnecco y Ayala 2010Gnecco, C. y Ayala P. 2010: Pueblos indígenas y arqueología en América Latina. Universidad de los Andes, Bogotá.). Esta ausencia reiterada apunta a la necesidad de diseñar un programa de investigación ad hoc. La problemática del género en relación con la arquitectura también es señalada por Ferreira (este volumen), aunque se limita a una mera mención. Y es otro de los principales retos a marcar en nuestra agenda, en la medida en la que la mujer fue y sigue siendo el eje central de la vida doméstica (Montón 2000Montón, S. 2000: “Las mujeres y su espacio: una historia de los espacios sin espacio en la Historia”, Arqueología Espacial, 22, pp. 45-59.; Falcó 2003Falcó, R. 2003: La arqueología del género: Espacios de mujeres, mujeres con espacio. Centro de Estudios sobre la Mujer, Alicante. ). También cabría prestar una mayor atención a la duración de los elementos construidos, profundizando en la aludida interpretación bergsoniana de aquellos elementos que perduran, en vez de centrarnos principalmente en relatar lo que cambia[3]. De forma significativa, la idea de la historia vista desde la óptica predominante del cambio se vinculada a la subjetividad masculina y es por ello por lo que las grandes narrativas han ignorado la continuidad (Montón y Hernando 2018Montón, S. y Hernando, A. 2018: “Modern colonialism, eurocentrism and historical archaeology: some engendered thoughts”, European journal of archaeology, 21 (3), pp. 455-471. https://doi.org/10.1017/eaa.2017.83).

También añoramos en los textos de este monográfico un mayor protagonismo del conjunto de las comunidades y colectivos que heredaron por la fuerza el patrimonio arquitectónico (Ayán y Gago 2012Ayán, X. y Gago, M. 2012: Herdeiros pola forza. Patrimonio cultural, poder e sociedad de na Galicia do século XXI. 2.0 Editora, Ames.), representados de forma explícita en un único trabajo (Ferreira), pero a quienes intuimos se destinan los resultados de los trabajos que forman este monográfico. Creemos que se debe prestar mayor atención a los colectivos del presente, que son a la vez custodios, mecenas y usuarios de los espacios construidos que estudiamos. Debemos hacerles partícipes y destinatarios directos de los proyectos y de sus resultados. Reiteramos que, en nuestra opinión, la solución a los verdaderos problemas de la AA no vendrá de la mano de la tecnología, ni de los planteamientos teóricos, sino de las respuestas que seamos capaces de ofrecer a los problemas del presente mediante el pasado. Esto exige ir más allá de la interpretación (Alberti et al. 2016Alberti, B., Jones, A. M. y Pollard J. (eds.) 2016: Archaeology after interpretation: returning materials to archaeological theory. Routledge, Abingdon y Nueva York), reconocer la importancia del pasado para el presente y actuar de forma consecuente. Reservamos las últimas palabras para incitar la práctica de una arqueología que mejore y enriquezca la experiencia humana (Shanks 2012Shanks, M. 2012: The archaeological imagination. Left Coast Press, Walnut Creek, CA. : 149), sea del modo que sea. En este sentido, hay una importante semilla en este monográfico. Todo lo que está por venir depende de que esta germine y florezca en la praxis de la AA.

NOTASTop

[1] sergio.escribanor@ehu.eus / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-2220-0831
[2] Entre otros, Vegas et al. 2001Vegas, F., Mileto, C. y Zuccolotto, M. 2001: Memoria construida: arquitectura tradicional del Rincón de Ademuz. Loggia-Restauración, Valencia. y dos tesis doctorales que, a pesar de representar excepciones, evidencian a su vez un cambio de tendencia: Rolón, G. 2013. La vivienda popular riojana del ámbito rural: patrones arquitectónicos y contexto social en los valles durante el Período Republicano. Tesis doctoral inédita. UBA, Buenos Aires; Benedet, V. 2019. Patrimonio residencial urbano del siglo XX: hacia un protocolo de valoración y gestión inclusiva. Casos de estudio en el País Vasco. Tesis doctoran inédita. UPV/EHU, Vitoria-Gasteiz.
[3] Un ejemplo reciente será publicado próximamente en las actas del VI Congreso de Arqueología Medieval, de España y Portugal: Escribano-Ruiz, S. en prensa: “La reutilización de espacios religiosos medievales en el País Vasco. El caso del Santuario de Nuestra Señora del Yermo”.

BIBLIOGRAFÍATop

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Montón, S. 2000: “Las mujeres y su espacio: una historia de los espacios sin espacio en la Historia”, Arqueología Espacial, 22, pp. 45-59.
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