Arqueología de la Arquitectura 19
enero-diciembre 2022, e124
ISSN: 1695-2731, eISSN: 1989-5313
https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2022.001

Gorgociles del Escabezado II (Jumilla, Murcia). Aportaciones al uso del espacio y a la arquitectura de la Edad del Bronce del sudeste de la península ibérica*Este artículo ha sido desarrollado dentro del proyecto de investigación de I+D+i PID2020-115956GB-I00 “Origen y conformación del Bronce Valenciano”, concedido por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España. María Pastor Quiles es investigadora Juan de la Cierva-formación (FJC2019039469-I) financiada por el mismo ministerio.

Gorgociles del Escabezado II (Jumilla, Murcia). Contributions to the use of space and building features in the Bronze Age architecture of the Southeast of the Iberian Peninsula

María Pastor Quiles

Institut Català d’Arqueologia Clàssica

https://orcid.org/0000-0001-6112-6422

Francisco Javier Jover Maestre

INAPH. Universidad de Alicante

https://orcid.org/0000-0001-5213-2361

Emiliano Hernández Carrión

Museo Arqueológico Municipal Jerónimo Molina de Jumilla

https://orcid.org/0000-0001-6703-4406

Ricardo E. Basso Rial

INAPH. Universidad de Alicante

https://orcid.org/0000-0002-5323-2281

Juan Antonio López Padilla

Museo Arqueológico Provincial de Alicante, MARQ

https://orcid.org/0000-0002-1506-4731

RESUMEN

Gorgociles del Escabezado II es un pequeño enclave cerrado por un gran muro perimetral de tendencia circular-ovalada, habitado durante un breve periodo de tiempo una vez iniciado el II milenio BC. Su estudio permite profundizar en su desarrollo arquitectónico y formas constructivas, realizadas con mampostería y amasado de barro, así como en la organización social y características del poblamiento del altiplano murciano en la Edad del Bronce. Su singular planta combina muros de tendencia recta y curva, situándonos entre rasgos arquitectónicos característicos del Calcolítico y de la Edad del Bronce. Se han podido reconocer distintas estructuras para el equipamiento interno de las estancias, incluyendo un posible troje, con una completa documentación de su materialidad en relación con sus espacios. Ello supone una aportación fundamental al conocimiento de las comunidades humanas que habitaron dicho territorio, así como a la investigación de los grupos arqueológicos del sudeste de la península ibérica en estas cronologías.

Palabras clave: 
Prehistoria reciente; asentamientos; edificación; materiales constructivos; distribución espacial; organización social.
ABSTRACT

Gorgociles del Escabezado II is a small enclave closed by a perimeter wall of circular-oval form, inhabited during a short period in the beginning of the 2nd millennium BC. Research on this settlement allows to deepen the knowledge on its architectural development and building forms, of masonry as well as cob, but also on the social organization and the characteristics of the settlements in the Murcia Altiplano during the Bronze Age. Its singular layout combines curved and rectilinear walls, architectural features characteristic of the Chalcolithic and Bronze Age respectively. Different structures have been recorded for its internal equipment, including a possible granary, along with the complete documentation of its materiality in relation to its spaces. Its study contributes to the knowledge on the human communities that inhabited this area, as well as on the archaeological groups of the Southeast of the Iberian Peninsula in these chronologies.

Key words: 
Late Prehistory; settlements; construction; building materials; spatial distribution; social organisation.

Recibido: 19-10-2021. Aceptado: 23-11-2021. Publicado: 26-04-2022

Cómo citar este artículo/Citation: Pastor Quiles, M., Jover Maestre, F. J., Hernández Carrión, E., Basso Rial, R. E. y López Padilla, J. A. 2022: “Gorgociles del Escabezado II (Jumilla, Murcia). Aportaciones al uso del espacio y a la arquitectura de la Edad del Bronce del sudeste de la península ibérica”, Arqueología de la Arquitectura, 19: e124. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2022.001

CONTENIDO

1. INTRODUCCIÓN

 

En los últimos años, las investigaciones arqueológicas emprendidas sobre buena parte de la Prehistoria reciente europea coinciden en señalar importantes transformaciones socioeconómicas y políticas en torno al 2200 cal BC (Lull et al. 2011Lull Santiago, V., Micó Pérez, R., Rihuete Herrada, C. y Risch, R. 2011: “Límites históricos y limitaciones del conocimiento arqueológico: la transición entre los grupos arqueológicos de Los Millares y El Argar”, Arqueología, sociedad, territorio y paisaje, Bibliotheca Praehistórica Hispana XXVIII, pp. 75-94. ; 2015aLull Santiago, V., Micó Pérez, R., Rihuete Herrada, C. y Risch, R. 2015a: “Transition and conflict at the end of the 3rd millennium BC in south Iberia”, en 2200 BC - A climatic breakdown as a cause for the collapse of the old world?(1ª ed., pp. 365-407). (Tagungen des Landesmuseums für Vorgeschichte Halle).; Meller et al. 2015Meller, H., Arz, H. W., Jung, R. y Risch, R. (Hrsg.) 2015: 2200 BC - Ein Klimasturz als Ursache für den Zerfall der Alten Welt? 2200 BC - A climatic breakdown as a cause for the collapse of the old world?, 7. Mitteldeutscher Archäologentag vom 23, bis 26. Oktober 2014 in Halle (Saale). Tagungen des Landesmuseums für Vorgeschichte Halle 12. Landesamt für Denkmalpflege und Archäologie Sachsen-Anhalt, Halle [Saale].). Con independencia de que estas transformaciones fuesen consecuencia de eventos climáticos, movimientos poblacionales o de la intensificación en la interacción económica a larga distancia en manos de las elites (Kristiansen 2005Kristiansen, K. 2005: The rise of Bronze Age society: travels, transmissions and transformations. Cambridge University Press, Cambridge. ; Kölling et al. 2015Kölling, M., Lull, V., Micó, R., Rihuete, C. y Risch, R. 2015: “No indication of increased temperatures around 2200 BC in the south-west Mediterranean derived from oxygen isotope ratios in marine clams (Glycymeris sp.) from the El Argar settlement of Gatas, south-east Iberia”, en H. Meller, H. W. Arz, R. Jung y R. Risch (eds.), 2200 BC-A climatic breakdown as a cause for the collapse of the old world? 7th Archaeological Conference of Central Germany, October 23-26, 2014 in Halle, Saale, Tagungen des Landesmuseums für Vorgeschichte Halle, pp. 449-460. Landesamt für Denkmalpflege und Archäologie Sachsen-Anhalt, Halle.; Lillios et al. 2016Lillios, K., Blanco-González, A., Lee Drake, B. y López, J. A. 2016: “Mid-late Holocene climate, demography, and cultural dynamic in Iberia: a multi-proxy approach”, Quaternary Science, 135 (1), pp. 138-153. https://doi.org/10.1016/j.quascirev.2016.01.011 ; Blanco-González et al. 2018Blanco-González, A., Lillios, K. T., López-Sáez, J. A. y Drake, B. L. 2018: “Cultural, Demographic and Environmental Dynamics of the Copper and Early Bronze Age in Iberia (3300-1500 BC): Towards an Interregional Multiproxy Comparison at the Time of the 4.2 ky BP Event”, Journal of World Prehistory, 31 (1), pp. 1-79. https://doi.org/10.1007/s10963-018-9113-3 ; Olalde et al. 2019Olalde, I., Mallick, S., Patterson, N., Rohland, N., Villalba-Mouco, V., Silva, M…. y Reich, D. 2019: “The genomic history of the Iberian Peninsula over the past 8000 years”, Science, 363 (6432), pp. 1230-1234. http://doi.org/10.1126/science.aav4040 ; entre otros) en distintos lugares de Europa se constata la consolidación de un proceso de desarrollo social que implicó importantes reconfiguraciones sociopolíticas. En términos evolutivos, se estaban dando los primeros pasos de un nuevo periodo que denominamos “Edad del Bronce”. La península ibérica y, en concreto, su cuadrante suroriental, no fue ajena a esta dinámica histórica. Mientras en el sudeste se configuraba El Argar (Lull 1983Lull Santiago, V. 1983: La Cultura del Argar. Un modelo para el estudio de las formaciones económico-sociales prehistóricas. Akal, Madrid.; Aranda et al. 2015Aranda Jiménez, G., Montón-Subías, S. y Sánchez Romero, M. 2015: The archaeology of Bronze Age Iberia. Argaric societies. Routledge, Nueva York.; Hernández Pérez et al. 2021Hernández Pérez, M. S., López Padilla, J. A. y Jover Maestre, F. J. 2021: “En los orígenes de El Argar: la cerámica decorada como indicador arqueológico de su espacio social inicial”, Trabajos de Prehistoria, 78 (1), pp. 86-103. https://doi.org/10.3989/tp.2021.12266 ), en La Mancha y el Levante surgían nuevos grupos arqueológicos que han venido a englobarse bajo la denominación de Bronce de La Mancha (Nájera 1984Nájera Colino, T. 1984: La Edad del Bronce en La Mancha oriental. Tesis doctoral, Universidad de Granada, Granada.; Nieto y Sánchez Meseguer, 1988Nieto Gallo, G. y Sánchez Meseguer, J. 1988: “Bases para la sistematización del estudio de la Edad del Bronce de La Mancha”, en I Congreso de Historia de Castilla-La Mancha, II, pp. 222-227. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Toledo.; Martín et al. 1993Martín Morales, C., Fernández-Miranda, M., Fernández-Posse, M. y Gilman, A. 1993: “The Bronze Age of La Mancha”, Antiquity, 67, pp. 23-45. https://doi.org/10.1017/s0003598x00045038 ; Fernández Posse et al. 2008Fernández Posse, M. D., Gilman, A., Martín, C. y Brodsky, M. 2008: Las comunidades agrarias de la Edad del Bronce en La Mancha Oriental (Albacete). Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Historia, Instituto de Estudios Albacetenses, Madrid.; Benítez de Lugo 2011Benítez de Lugo Enrich, L. 2011: “Orígenes, desarrollo y ocaso de la cultura del Bronce de La Mancha. Nuevas aportaciones a la interpretación de los procesos de transformación y cambio en el Alto Guadiana durante la prehistoria reciente”, Quaderns de Prehistòria i Arqueologia de Castelló, 29, pp. 47-75.; entre otros) y Bronce Valenciano (Tarradell 1963Tarradell Mateu, M. 1963: El País Valenciano del Neolítico a la iberización. Ensayo de síntesis, Anales de la Universidad de Valencia, XXXVI. Universidad de Valencia, Valencia.; Jover 1999Jover Maestre, F. J. 1999: Una nueva lectura del “Bronce Valenciano”. Publicaciones de la Universidad de Alicante, Alicante.; De Pedro 2005De Pedro Michó, M. J. 2005: “L’Edat del Bronze al nord del País Valencià: hàbitat i territori”, Cypsela 15, pp. 103-122. ), respectivamente.

Precisamente los cambios observados en el patrón de asentamiento, prácticas funerarias y cultura material, con respecto a los momentos previos calcolíticos y entre espacios geográficos, han servido de argumento para caracterizar a cada uno de los grupos arqueológicos aludidos. En esta misma línea, también han sido considerados algunos cambios organizativos en la gestión de las áreas de actividad doméstica (Delgado-Raack y Risch 2015Delgado-Raack, S. y Risch, R. 2015: “Social change and subsistence production on the Iberian Peninsula during the 3rd and 2nd millennia BCE”, en J. Kneisel, M. Dal Corso, K. Wiebke, H. Scholz, N. Taylor y V. Tiedtke (eds), Proceedings of the International Workshop “Socio-Environmental Dynamics over the Last 12,000 Years: The Creation of Landscapes III (15th - 18th April 2013), pp. 22-47. Rudolph Habelt, Kiel.), sin olvidar el surgimiento de nuevas formas en las infraestructuras defensivas (Lull et al. 2014Lull Santiago, V., Micó Pérez, R., Rihuete Herrada, C. y Risch, R. 2014: “The La Bastida fortification: new light and new questions on the Early Bronze Age societies in the Western Mediterranean”, Antiquity, 88 (340), pp. 395-410. https://doi.org/10.1017/S0003598X00101073 ). Sin embargo, esta serie de cambios también se observan en otras esferas en las que es necesario profundizar. Es el caso de la construcción de los espacios de residencia, con la implementación de nuevas formas arquitectónicas, desarrolladas con determinados materiales y técnicas constructivas.

En el presente artículo abordamos los cambios experimentados en la organización social entre finales del III y principios del II milenio cal BC, a través del análisis de las formas constructivas y la distribución de las áreas de actividad, tomando como caso de estudio el asentamiento de Gorgociles del Escabezado II (Jumilla, Murcia), un núcleo de muy pequeño tamaño situado a mitad de camino entre El Argar, el Bronce de La Mancha y el Bronce Valenciano. Su singularidad urbanística, los materiales utilizados en su edificación, conservados de distinta forma en el registro arqueológico, y la distribución espacial del conjunto de evidencias documentadas son los elementos que, en esencia, permiten determinar los cambios gestados en la organización social y productiva de aquellas comunidades agropecuarias de la zona del altiplano murciano, ubicadas a escasos kilómetros del espacio social argárico (Hernández Pérez et al. 2021Hernández Pérez, M. S., López Padilla, J. A. y Jover Maestre, F. J. 2021: “En los orígenes de El Argar: la cerámica decorada como indicador arqueológico de su espacio social inicial”, Trabajos de Prehistoria, 78 (1), pp. 86-103. https://doi.org/10.3989/tp.2021.12266 ).

2. BREVE HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA EDAD DEL BRONCE EN EL ALTIPLANO MURCIANO

 

La investigación sobre la Edad del Bronce en el altiplano murciano concentra la mayor parte de su desarrollo en las últimas décadas del siglo pasado (Molina Grande y Molina García 1973Molina Grande, M. A. y Molina García, J. 1973: Carta arqueológica de Jumilla. Real Academia Alfonso X el Sabio, Murcia. ; Nieto y Martín 1983Nieto Gallo, G. y Martín de la Cruz, J. C. 1983: “El cerro de la Campana y su cronología según el C14 (Yecla, Murcia)”, en Crónica del XVI Congreso Nacional de Arqueología, pp. 295-302. Universidad de Zaragoza, Zaragoza. ; Lull 1983Lull Santiago, V. 1983: La Cultura del Argar. Un modelo para el estudio de las formaciones económico-sociales prehistóricas. Akal, Madrid.; Martínez 1998Martínez Peñarroya, J. 1998: “La prehistoria Reciente en el altiplano del Norte de Murcia: estado actual de la investigación sobre el III y el II milenio a.C. en Yecla”, Yakka. Revista de Estudios Yeclanos, 8, pp. 7-18.; Sánchez Meseguer et al. 2008Sánchez Meseguer, J., Poyato Holgado, M. C., Galán Saulnier, C. y Fernández Vega, A. M. 2008: “La estratigrafía del cerro de la Campana (Yecla, Murcia)”. Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehistoria y Arqueología, 1, pp. 275-298. https://doi.org/10.5944/etfi.1.2008.1926 ; Hernández Carrión 2018Hernández Carrión, E. 2018: Nuevo complejo cultural de la Edad del Bronce Pleno en el Sureste de la Península Ibérica. Discurso de apertura del Curso Académico 2018 de la Real Academia Alfonso X el Sabio. ; entre otros). Aunque en la zona de Jumilla se conocen cerca de una veintena de enclaves, inicialmente considerados como argáricos (Molina Grande y Molina García 1973Molina Grande, M. A. y Molina García, J. 1973: Carta arqueológica de Jumilla. Real Academia Alfonso X el Sabio, Murcia. ), trabajos posteriores vinieron a desestimarlo sin haberse efectuado hasta hace poco ninguna excavación sistemática (Molina Grande y Molina García 1991Molina Grande, M. A. y Molina García, J. 1991: Carta arqueológica de Jumilla. Addenda. Real Academia Alfonso X el Sabio, Murcia.; Hernández Carrión 2018Hernández Carrión, E. 2018: Nuevo complejo cultural de la Edad del Bronce Pleno en el Sureste de la Península Ibérica. Discurso de apertura del Curso Académico 2018 de la Real Academia Alfonso X el Sabio. ).

Uno de los pocos asentamientos excavados en la zona fue el Cerro de la Campana (Yecla) (Nieto 1986Nieto Gallo, G. 1986: “Panorama arqueológico del Altiplano Jumilla-Yecla”, en Actas de las I Jornadas de Historia de Yecla.Homenaje a Cayetano de Mergelina, pp. 19-42. Excmo. Ayuntamiento de Yecla.; Nieto y Martín 1983Nieto Gallo, G. y Martín de la Cruz, J. C. 1983: “El cerro de la Campana y su cronología según el C14 (Yecla, Murcia)”, en Crónica del XVI Congreso Nacional de Arqueología, pp. 295-302. Universidad de Zaragoza, Zaragoza. ; Sánchez Meseguer et al. 2008Sánchez Meseguer, J., Poyato Holgado, M. C., Galán Saulnier, C. y Fernández Vega, A. M. 2008: “La estratigrafía del cerro de la Campana (Yecla, Murcia)”. Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehistoria y Arqueología, 1, pp. 275-298. https://doi.org/10.5944/etfi.1.2008.1926 ). Si bien no han sido publicados datos sobre sus restos arquitectónicos, las primeras valoraciones llevaron a considerarlo como un yacimiento enclavado en los territorios más orientales del Bronce de La Mancha (Andreu 1988Andreu Mediero, E. 1988: “Recursos explotables de los diferentes ecosistemas de Castilla-La Mancha y el poblamiento durante la Edad del Bronce”, en I Congreso de Historia de Castilla-La Mancha II, pp. 229-264. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Toledo. ; Martínez y Sánchez Meseguer 1988Martínez Peñarroya, J. y Sánchez Meseguer, J. 1998: “La Edad del Bronce en La Mancha suroriental. Aproximación socioeconómica”, en I Congreso de Historia de Castilla-La Mancha. t. II, pp. 264-270. Toledo.; Burgaleta y Sánchez Meseguer 1988Burgaleta Mezo, J. y Sánchez Meseguer, J. 1988: “Consideraciones en torno a la industria lítica de la Edad del Bronce en La Mancha”, en I Congreso de Historia de Castilla-La Mancha, T. II, pp. 291-300. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Toledo.; Martínez 1998Martínez Peñarroya, J. 1998: “La prehistoria Reciente en el altiplano del Norte de Murcia: estado actual de la investigación sobre el III y el II milenio a.C. en Yecla”, Yakka. Revista de Estudios Yeclanos, 8, pp. 7-18.). Revisiones posteriores de su conjunto material han venido a proponer un grupo arqueológico específico del altiplano murciano (Martínez 1998Martínez Peñarroya, J. 1998: “La prehistoria Reciente en el altiplano del Norte de Murcia: estado actual de la investigación sobre el III y el II milenio a.C. en Yecla”, Yakka. Revista de Estudios Yeclanos, 8, pp. 7-18.; Sánchez Meseguer et al. 2008: 297Sánchez Meseguer, J., Poyato Holgado, M. C., Galán Saulnier, C. y Fernández Vega, A. M. 2008: “La estratigrafía del cerro de la Campana (Yecla, Murcia)”. Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehistoria y Arqueología, 1, pp. 275-298. https://doi.org/10.5944/etfi.1.2008.1926 ), haciendo evidente, al menos, que en este amplio territorio no están presentes ninguno de los rasgos propios de El Argar y que este espacio sería una zona de frontera, de contacto e hibridación cultural (Lull 1983Lull Santiago, V. 1983: La Cultura del Argar. Un modelo para el estudio de las formaciones económico-sociales prehistóricas. Akal, Madrid.; Molina García 1986: 416Molina García, J. 1986: “La expansión argárica hacia el País Valenciano a través del Altiplano Jumilla-Yecla”, en Homenaje a Luis Siret 1934-1984 (Cuevas de Almanzora, 1984), pp. 405-417. Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Sevilla.; Molina Grande y Molina García 1991Molina Grande, M. A. y Molina García, J. 1991: Carta arqueológica de Jumilla. Addenda. Real Academia Alfonso X el Sabio, Murcia.; Ayala 1995Ayala Juan, M. M. 1995: “La Edad del Bronce antiguo y medio: La Cultura Argárica”, en J. J. Eiroa García (coord.), Prehistoria de la región de Murcia. Universidad de Murcia, Murcia, pp. 227-261. ; Martínez 1998Martínez Peñarroya, J. 1998: “La prehistoria Reciente en el altiplano del Norte de Murcia: estado actual de la investigación sobre el III y el II milenio a.C. en Yecla”, Yakka. Revista de Estudios Yeclanos, 8, pp. 7-18.; Simón et al. 1999Simón García, J. L., Hernández Carrión, E. y Gil González, F. 1999: La metalurgia en el Altiplano de Jumilla-Yecla: Prehistoria y Protohistoria. Museo Municipal “Jerónimo Molina de Jumilla, Jumilla.; Hernández Pérez 2003Hernández Pérez, M. S. 2003: “Mirando hacia el Sureste. A propósito de la Edad de los Metales”, en S. F. Ramallo Asensio (coord.), Estudios de Arqueología dedicados a la profesora Ana María Muñoz Amilibia, pp. 43-56. Publicaciones de la Universidad de Murcia, Murcia.; Eiroa 2004Eiroa García, J. J. 2004: La Edad del Bronce en Murcia. Real Academia Alfonso X el Sabio, Murcia.; Hernández Carrión 2018Hernández Carrión, E. 2018: Nuevo complejo cultural de la Edad del Bronce Pleno en el Sureste de la Península Ibérica. Discurso de apertura del Curso Académico 2018 de la Real Academia Alfonso X el Sabio. ).

Si bien conocemos sobradamente el poblamiento del III milenio cal BC gracias a las excavaciones en Fuente de Isso (Hellín) (García, 2010García Atiénzar, G. 2010: El yacimiento de Fuente de Isso (Hellín) y el poblamiento neolítico en la provincia de Albacete. Instituto de Estudios Albacetenses “Don Juan Manuel”, Diputación de Albacete, Albacete.), El Prado (Jumilla) (Jover et al. 2012Jover Maestre, F. J., García Atiénzar, G., Moratalla Jávega, J., Segura Herrero, G., Biete Bañón, C., Tormo Cuñat, C. y Martínez Monleón, S. 2012: “Continuidad residencial e intensificación productiva durante la primera mitad del III milenio cal BC en el Levante de la península Ibérica: las aportaciones del asentamiento de El Prado (Jumilla, Murcia)”, Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social, 14, pp. 15-54.) y Vilches IV (Hellín-Torre Uchea) (García y Busquier 2020García Atiénzar, G. y Busquier Corbí, J. D. (coords.) 2020: El poblado calcolítico de Vilches IV (Torre Uchea, Hellín, Albacete). Un asentamiento del III milenio a.C. en la Submeseta sur. Publicaciones de la Universidad de Alicante, Alicante.), la Edad del Bronce en este territorio ha sido un periodo olvidado. Las excavaciones en curso en el cerro del Tío Pimentón y las ya finalizadas en Gorgociles del Escabezado II, permitirán avanzar en este aspecto y proponer su adscripción cultural a una de las áreas culturales definidas hasta la fecha.

3. EL ASENTAMIENTO DE GORGOCILES DEL ESCABEZADO II

 

Gorgociles del Escabezado II se encuentra en la sierra del Escabezado-La Pedrera, en la zona noroccidental del término municipal de Jumilla y aproximadamente a 5,5 km de distancia de Albatana (Albacete) (Fig. 1a). Sus coordenadas son (Datum ETRS 89; Huso 30): X: 631.489; Y: 4.265.571. Se cita por vez primera en la carta arqueológica de Jumilla (Molina Grande y Molina García 1973: 112Molina Grande, M. A. y Molina García, J. 1973: Carta arqueológica de Jumilla. Real Academia Alfonso X el Sabio, Murcia. ), como un asentamiento de la Edad del Bronce argárico, al igual que se consideraba por entonces al resto de yacimientos de la comarca para los que se apuntaba una cronología similar.

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Figura 1.  a. Ubicación de Gorgociles del Escabezado II. b. Vista desde el llano de la elevación sobre la que se construyó. c. Fotografía panorámica del asentamiento en proceso de excavación, tomada desde su extremo occidental, donde la conservación del depósito es menor. Nótese la amplia visibilidad desde el enclave sobre el territorio circundante. d. Altimetría y sección noroeste-sudeste.

Se trata de una gran edificación construida en altura sobre una pequeña elevación (Fig. 1b), a unos 30 m sobre el llano, con muy buena visibilidad sobre el entorno circundante, tanto hacia el interior meseteño, como hacia el sur y controlando todo el llano con excepción de la dirección este, donde se sitúa Gorgociles del Escabezado I, otra construcción situada solo a unos 100 m de distancia.

Gorgociles del Escabezado II fue un núcleo de dimensiones reducidas, de unos 270 m2 de extensión. Parte del trazado de los muros que organizan su espacio, tanto el que cierra su perímetro como los que delimitan su interior, ya eran visibles en superficie antes de comenzar las excavaciones arqueológicas. La base rocosa sobre la que se asienta directamente no presenta demasiado desnivel y los procesos erosivos han afectado especialmente al extremo occidental del enclave (Fig. 1c), conservándose un mayor depósito arqueológico en la parte oriental (Fig. 1d).

Se han documentado dos fases constructivas y de ocupación. De la primera y principal han sido datados dos elementos que nos permiten aproximarnos a la fecha tanto de su construcción como de su abandono como consecuencia de un incendio. Un resto óseo recuperado en los rellenos de acondicionamiento de la UH 8 ha proporcionado una fecha media próxima al 1930 cal BC (Beta-569287: 3560±30 BP ‒1953-1880 cal BC (1s)‒). Dado que el mayor rango de probabilidad se encuentra entre 1980 y 1868 cal BC -76,1 %-, la edificación de esta estancia, junto con el resto de ambientes, se habría producido iniciado el II milenio cal BC. Del incendio de este espacio que seguramente ocasionó su abandono y derrumbe fue datada una semilla de cebada carbonizada, localizada justo sobre el preparado arcilloso del suelo del que procede la anterior muestra. Ha proporcionado una fecha en torno al 1860 cal BC (Beta-585439: 3550±30 BP ‒1943-1782 cal BC (1s)‒).

4. LA ARQUITECTURA DE GORGOCILES DEL ESCABEZADO II

 

El asentamiento está conformado por un muro perimetral que lo cierra, hecho de mampostería con grandes bloques de piedra unidos con barro, y por distintos muros radiales interiores (Fig. 2a) que delimitan las ocho unidades habitacionales -UUHH a partir de ahora− (Fig. 2b), de su primera y principal fase de ocupación, adosadas unas a otras y compartiendo estos muros entre ellas.

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Figura 2.  a. Vista de Gorgociles del Escabezado II una vez excavado. b. Plano del asentamiento indicando las distintas unidades habitacionales diferenciadas.

El muro de cierre es de doble paramento, incluso triple en algunos tramos, y cuenta con dos contrafuertes al noreste y sudeste, de más de 1 m de grosor. En su espacio interior, parte de las paredes de las UUHH 1 y 2, al menos, se construyeron con recorrido curvo, siendo el resto de tendencia rectilínea. Las UUHH 5, 6 y 7, conservadas completas, son trapezoidales y la UH 8 presenta una planta cuadrangular. De la segunda fase detectada solamente se han documentado los restos de un ambiente −UH 9− superpuesto a la UH 8.

Los alzados laterales de las estancias cuentan con una base de mampostería. La desigual altura conservada de la fábrica con piedra y barro de estos muros radiales, descendente desde el extremo este en su contacto con el muro de cierre, hacia el centro y la parte occidental del enclave, ha de relacionarse con la citada conservación desigual del depósito arqueológico. Considerando el conjunto de la información recuperada, inferimos que buena parte del resto del alzado de estos muros se habría construido con tierra, partes constructivas que se habrían materializado en los estratos de tierra disgregada documentados en los derrumbes y, especialmente, en el interior de la UH 8 (Fig. 3a), afectada por el incendio, en restos constructivos de barro endurecido (Fig. 3c).

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Figura 3.  a. Restos de la UH 8 con los niveles de incendio en proceso de excavación. b. Lateral de esta estancia con los restos del muro radial que la separa de la UH 7 contigua. c. Tierra disgregada y apelmazada que pertenecería a partes constructivas y elementos de barro endurecido en el estrato de derrumbe en esta zona de la estancia 8, junto a los restos de mampostería del alzado.

Por las propiedades de los distintos materiales utilizados para construir y los factores que permiten su conservación, los restos de las estructuras sacados a la luz tras las excavaciones y que permanecen in situ son en su mayor parte de piedra. Sobre la base de roca natural, el asentamiento comenzó a construirse utilizando los bloques de biocalcarenita disponibles en el entorno y en la propia base del emplazamiento (Fig. 4a), conformando su estructuración básica en este material con un uso fundamental y estratégico como aislante de las partes superiores construidas con tierra. Si bien el suelo de ocupación de las distintas estancias habría podido ser la misma roca base, algunos puntos de los espacios 6 y 8 fueron pavimentados o acondicionados parcialmente con tierra apisonada.

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Figura 4.  a. Restos del muro de cierre de Gorgociles del Escabezado II en su extremo sur, construido con el mismo tipo de material pétreo que los grandes bloques de la base natural sobre los que se asienta. b. Aprovechamiento de la base rocosa en el interior de la UH 1, donde un gran rehundimiento se utilizó como hogar y se acondicionaron varios calzos de poste en la roca.

En referencia a la techumbre, aunque no exclusivamente a ella, es necesario considerar, junto a la tierra, el empleo de la madera de pino, utilizada tanto en calidad de postes calzados (Fig. 4b) para sustentarla, como de travesaños y una cubierta integrada por troncos y ramaje de pino, encina/coscoja y acebuche en su mayoría. El estudio antracológico efectuado por M. Ruiz-Alonso así lo evidencia (Fig. 5).

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Figura 5.  Resultados relativos de los materiales antracológicos dispersos estudiados en Gorgociles del Escabezado II (Qi/c: Quercus ilex/coccifera; QsQ: Quercus subgénero Quercus). Estudio y gráfica de Mónica Ruiz-Alonso.

De igual modo, se han estudiado alrededor de 300 fragmentos constructivos de barro recuperados durante las excavaciones, siendo especialmente informativos los procedentes de la UH 8. Estos restos arquitectónicos permiten conocer que la tierra se utilizó para construir mediante su mezcla con, al menos, otro elemento principal, la materia vegetal añadida como estabilizante. Parte de estos fragmentos presentan improntas de superficie circular y reducido calibre, posiblemente correspondientes a cañas, sin superar los 4,5 cm de diámetro. No obstante, estos elementos de barro con improntas están ausentes en los niveles arqueológicos de casi todas las estancias y son muy escasos en la UH 8, cuyos restos se hallaron en buen estado de preservación favorecido por el incendio. El reducido grupo de fragmentos térreos con improntas de caña de la UH 8 podría pertenecer a la unión de las techumbres con la parte más alta de los alzados de barro.

No obstante, a nivel general, los fragmentos constructivos de barro recuperados en los derrumbes no muestran indicios de la presencia de paneles de bajareque, de cañas o ramas paralelas o entrelazadas y cubiertas con barro y tampoco se han hallado improntas de ataduras. De este modo, debemos colegir que las cubiertas habrían sido construidas solo con madera y elementos vegetales −de los que se habrían conservado algunos fragmentos carbonizados como consecuencia del incendio, fragmentos de maderas carbonizadas cubiertos por tierra apelmazada, pudiendo haber formado parte de ella ramas de enebro, encina/coscoja, acebuche u otros−, quizá originalmente cubiertos con tierra seca pero sin el añadido de barro, en el que seguramente habrían dejado huellas negativas de su presencia. En el caso de la UH 8 debemos considerar la acción que el fuego pudo tener sobre esta parte constructiva vegetal.

La mayor parte de los restos de barro estudiados son piezas amasadas, con formas modeladas más o menos redondeadas y con una cantidad variable de huellas de vegetales de tallo largo en sus superficies (Fig. 6a), barro con el que podemos plantear que se construyeron las partes altas de los alzados, así como estructuras de equipamiento de los espacios, habiéndose identificado distintos casos construidos en combinación con bloques o lajas de piedra. En este yacimiento, pocas de estas unidades amasadas se han conservado completas, presentando distinto tamaño y forma. Si bien algunos de los restos constructivos se pueden asociar con claridad a la técnica del amasado de barro en forma de bolas, bien documentada en asentamientos de la Edad del Bronce como el argárico de Caramoro I (Elche, Alicante) (Pastor et al. 2018Pastor Quiles, M., Jover Maestre, F. J., Martínez Monleón, S. y López Padilla, J. A. 2018: “La construcción mediante amasado de barro en forma de bolas de Caramoro I (Elche, Alicante): Identificación de una nueva técnica constructiva con tierra en un asentamiento argárico”, Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, 44, pp. 81-99. https://doi.org/10.15366/cupauam2018.44.004 ; Jover et al. 2019Jover Maestre, F. J., Pastor Quiles, M., Basso Rial, R., Martínez Monleón, S. y López Padilla, J. A. 2019: “Secuencia de ocupación y desarrollo constructivo del asentamiento de Caramoro I (Elche, Alicante): aportaciones a la arquitectura argárica”, Arqueología de la Arquitectura, 16, e083. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2019.005 ), en la que estas se disponen unas junto a otras previamente a su secado (Fig. 6b), en otros casos el peor estado de conservación de estos materiales no permite observar rasgos morfológicos distintivos de dicha técnica. A pesar de ello, la mayor parte de los restos del derrumbe contenido en la UH 8 −UUEE 1801 y 1802− pueden ser fragmentos de estas unidades amasadas con huellas de vegetales de tallo largo en su parte externa, resultantes de la misma forma de construir. Además, a la hora de considerar su morfología, es importante tener en cuenta que a las piezas de barro más o menos esféricas, ovaladas o alargadas que todavía no están secas cuando son utilizadas en las partes arquitectónicas, se les puede modificar la forma en el momento de su disposición para modelar la forma deseada en la superficie que se está construyendo, perdiendo esta morfología original y dificultando su interpretación.

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Figura 6.  a. Elementos de barro amasado con huellas de vegetales en sus superficies redondeadas, procedentes de las UUEE 1801 y 1802 de derrumbe de la UH 8, de Gorgociles del Escabezado II. b. Construcción experimental con unidades de barro amasado y vegetales (Perello 2015: 3, fig. 5Perello, B. 2015: “Pisé or not pisé? Problème de définition des techniques traditionnelles de la construction en terre sur les sites archéologiques”, ArchéOrient - Le Blog [en línea]. https://archeorient.hypotheses.org/4562 [consultado el 17-10-2021]). c. Alzado construido con esta técnica (Slup, República checa) (Schäfer 2014: 2Schäfer, D. 2014: “Lehm und seine Anwendung. Dünner-Lehmbrot-Bauweise”, Clay Messenger, 2, pp. 1-4.).

Los elementos constructivos que pueden asociarse al amasado en forma de bolas identificados en Gorgociles del Escabezado II proceden en su gran mayoría de los niveles de derrumbe de la UH 8. No obstante, otras cuatro piezas con huellas vegetales de tallo largo en su superficie proceden de las UUHH 5, 6 y 7. Es necesario tener muy en cuenta las condiciones de preservación desigual entre espacios y en relación con el incendio de este ambiente, por lo que otras, si no todas las estancias de esta fase principal de construcción y uso pudieron haberse edificado del mismo modo.

Por otra parte, con una combinación de piedra y barro se construyeron dos tabiques o muretes individuales para separar espacios, identificados en la UH 5 y entre las UUHH 1 y 8 (Fig. 7a). En estas dos últimas se han conservado también restos de varias estructuras de actividad o instalaciones inmuebles adosadas a la cara interna del muro perimetral (Fig. 7b), tres aproximadamente semicirculares en la UH 8 y una mayor, a modo de banco rectangular, en la UH 1 (Fig. 7c).

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Figura 7.  a. UH 8 y las distintas instalaciones identificadas en esta estancia. En primer plano, tabique de separación entre ésta y la UH1 y, dispuestas a lo largo del muro en el lateral derecho de la imagen, tres estructuras de barro y piedra, bloques y lajas, como en la del fondo de la estancia. b. Detalle de esta estructura. c. Tabique de separación entre UH 8 y 1 y banco rectangular en ésta. d. Tabiques en la UH 5 y, sobre todo, delimitando el espacio interior de la UH 6, con base de tierra y piedras alineadas.

Asimismo, debemos resaltar que el espacio interno de la UH 6 se encontraba delimitado por los restos de varias líneas de muretes, dos de tendencia rectilínea sucesivos y, en el espacio entre ambos, uno curvo de mayor longitud (Fig. 8). De estas instalaciones se conservaba la parte baja de su cuerpo de arcilla y, en buena parte de sus tramos, distintas piedras alineadas. Estas estructuras podrían corresponderse con la delimitación de este espacio para el almacenamiento de distintos productos en estos compartimentos abiertos de amplitud variable, posiblemente cereales y quizá frutos, al modo de trojes, atrojes o algorines -graneros tabicados- que pueden encontrarse hasta hoy en día en edificaciones tradicionales del medio rural. Así, estas separaciones podrían no haber alcanzado una altura mucho mayor a la conservada y la discontinuidad de estos tabiques en ciertos puntos puede corresponderse con aberturas dejadas intencionalmente, mediante las que depositar o acceder a los productos almacenados con mayor facilidad. El empleo de trojes se ha planteado en algunos asentamientos del II milenio BC del sudeste y Levante, en el marco de la necesidad de almacenar en el interior de los asentamientos un producto tan esencial en la subsistencia de estos grupos como es el cereal, junto con otros sistemas más conocidos, como silos, vasos cerámicos, sacos y otros contenedores de materia orgánica. A este uso podrían corresponderse una superficie rehundida situada al lado de un pequeño tabique en la UH 1 de Terlinques (Machado et al. 2009: 81Machado Yanes, M. D. C., Jover Maestre, F. J. y López Padilla J. A. 2009: “Antracología y paleoecología en el cuadrante suroriental de la Península Ibérica: las aportaciones del yacimiento de la Edad del Bronce de Terlinques (Villena, Alicante)”, Trabajos de Prehistoria, 66 (1), pp. 75-97. https://doi.org/10.3989/tp.2009.09013 , Pérez 2013: 188Pérez Jordà, G. 2013: La agricultura en el País Valenciano entre el VI y el I milenio a.C., Tesis doctoral, Universitat de València, Valencia.), o las estructuras rectangulares de tierra y piedra identificadas en las estancias II y V de Puntal dels Llops (De Pedro 2002De Pedro Michó, M. J. 2002: “El poblado de la Edad del Bronce”, en H. Bonet y C. Mata (eds.), El Puntal dels Llops. Un fortín edetano, Serie de Trabajos Varios del SIP, 99, pp. 223-257. Diputación Provincial de Valencia, Valencia.; Pérez 2013: 189Pérez Jordà, G. 2013: La agricultura en el País Valenciano entre el VI y el I milenio a.C., Tesis doctoral, Universitat de València, Valencia.). Estructuras que pueden interpretarse con mayor claridad como trojes se han documentado en distintos asentamientos del I milenio BC, como las de Alt de Benimaquia (Denia, Alicante) de finales del siglo VII a. C. (Gómez y Guérin 1995Gómez Bellard, C. y Guérin, P. 1995: “Los lagares del Alt de Benimaquia (Denia): en los inicios del vino ibérico”, en S. Celestino (ed.), Arqueología del vino. Los orígenes del vino en Occidente, pp. 241-270. Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Jerez-Xeres-Sherry y Manzanilla Sanlúcar de Barrameda, Jerez de la Frontera.; Pérez 2013: 289Pérez Jordà, G. 2013: La agricultura en el País Valenciano entre el VI y el I milenio a.C., Tesis doctoral, Universitat de València, Valencia.) y en enclaves posteriores.

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Figura 8.  a. Planta de la UH 6 con las subdivisiones internas de su espacio. b-d. Diferentes vistas de estos tabiques.

5. USO DEL ESPACIO CONSTRUIDO Y DISTRIBUCIÓN DE ACTIVIDADES EN GORGOCILES DEL ESCABEZADO II

 

La brevedad en la ocupación de Gorgociles del Escabezado II hace del mismo un documento excepcional para el estudio de este hábitat construido, con importantes implicaciones para el conocimiento de los grupos de la Edad del Bronce en el altiplano murciano. A partir del análisis de los espacios y de los equipamientos conservados sobre el suelo de ocupación es posible inferir diversas áreas de actividad que, puestas en relación, permiten interpretar el carácter funcional y la gestión de algunas de las UUHH (Fig. 9). Si bien es cierto que la calidad del registro arqueológico difiere entre ellas -por razones de conservación, alteraciones postdeposicionales, etc.−, la mayoría ofrecen evidencias significativas del último momento de uso al que estuvieron destinadas cuando se produjo su abandono.

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Figura 9.  Áreas de actividad inferidas a partir de la distribución espacial de evidencias sobre el suelo de ocupación de cada una de las estancias.

El complejo estructural 1-8 ofrece el mejor registro, gracias a la menor pendiente de la superficie, posición −en la orografía del cerro y en relación con el muro perimetral− y a un evento de incendio y destrucción que selló los niveles de uso en su fase inicial y permitió la construcción posterior de un nuevo departamento, lo que ayudó a contener el paquete arqueológico. No sucede lo mismo con las UUHH 2, 4 y 5. Estas estancias presentan el mayor número de alteraciones postdeposicionales y, por tanto, un menor número de restos artefactuales. No obstante, es palmario que en los mismos no fueron construidos bancos ni hogares, exclusivos del complejo 1-8. Tampoco queremos pasar por alto que, si las UUHH 4 y 5 se encontraban junto al acceso principal del poblado, como antesala del patio o distribuidor UH 3 y en ellas estaban ausentes los hogares, bancos, instrumental de trabajo y contenedores cerámicos en sus niveles de uso, es porque podrían haber funcionado como espacios destinados a otras actividades alejadas del consumo, producción y descanso del grupo residente. De esta manera, tendría sentido la ausencia de vano en el muro UE 2800 en su parte oriental, puesto que funcionaría como separación entre los espacios habitables, donde se desarrollarían las actividades productivas, de consumo y almacenamiento del grupo y estos otros espacios.

Lo contrario sucede en el complejo estructural 1-8, donde están presentes los únicos bancos documentados y el único hogar, situado justo a los pies del de mayor tamaño ubicado en la UH 1. El incendio que supuso su destrucción, bien documentado, obligó a un abandono súbito del espacio, dejando en su interior gran parte de los enseres domésticos allí utilizados. En la UH 1 y frente al banco y el hogar, destaca la presencia de dos molinos de distinto tamaño, asociados a molederas, lo que, sumado a la presencia de algunos recipientes cerámicos para el consumo individual -cuencos- y la contención de líquidos -vasijas carenadas de finas paredes con asas-, nos sitúa en un espacio destinado a las actividades propias de consumo, molturación y mantenimiento alimenticio y calorífico del grupo. Tampoco podemos olvidar la presencia de una hoz en las proximidades del vano de acceso a la estancia, además de un buen número de restos de talla de sílex -núcleos y lascas- distribuidos por toda ella.

Por su parte, la UH 8, espacialmente condicionada por la UH 1, funcionaría como su complemento en la articulación de actividades desempeñadas en este complejo estructural. En ella documentamos no solo el mayor número de vasijas cerámicas, sino también la mayor diversidad formal y de capacidad en lo que a estos respecta, entre los que se incluye el único contenedor de grandes dimensiones documentado, con una capacidad superior a los 60 litros. Su posición y asociación a otras vasijas contenedoras de tamaños intermedios y al conjunto de semillas de cebada carbonizadas más numeroso de los recuperados en las distintas habitaciones, permite inferir la existencia de un área de almacenamiento, localizada además en el extremo oriental de dicho ámbito, coincidiendo a su vez con el lugar más recóndito y protegido de todo el asentamiento. Cerca de los muros transversales al fondo de la estancia también están presentes las vasijas de diverso tamaño y funcionalidad, las cuales seguramente estarían colgadas a ambos lados o encastradas sobre o entre los bancos de la zona suroriental del muro perimetral. Pero, además, en esta estancia también se realizaban labores productivas. Por un lado, contamos con dos pesas de telar halladas en la zona noroccidental de la habitación que, como en tantos otros yacimientos donde han sido documentados este tipo de artefactos (Jover y López 2013Jover Maestre, F. J. y López Padilla, J. A. 2013: “La producción textil durante la Edad del Bronce en el cuadrante suroriental de la Península ibérica: materias primas, productos, instrumentos y procesos de trabajo”, Zephyrus, LXXI, pp.149-171.), se encontraba sobre el suelo, junto al muro y a escasos centímetros del vano de acceso, pudiendo asociarlo con la existencia de un área de producción textil justo en la entrada a este ámbito. Y, por otro lado, el hallazgo de dos fragmentos de metal, junto a la presencia de placas de arenisca y una placa perforada de tipo brazal de arquero, sugiere que en este espacio se llevó a cabo el mantenimiento de instrumentos metálicos.

La otra unidad habitacional que merece ser destacada en este texto por sus estructuras internas y evidencias materiales es la UH 6. La complejidad de su estructuración mediante pequeños tabiques elaborados a base de arcilla rojiza local depurada, también empleada para aislar algunos puntos del suelo, fragmentaría notablemente su espacio utilizable. Estos tabiques bastante estrechos, cuyo alzado alcanzaría unos pocos centímetros más de los conservados, delimitarían al menos tres ámbitos con distinta superficie útil para actividades alejadas de la producción y el consumo. Mientras el ambiente 6b contaría con una superficie próxima a los 4,89 m2, el 6c no superaría los 2 m2, siendo el espacio 6a la antesala o zaguán desde el distribuidor UH 3. En cuanto a las evidencias artefactuales destaca la presencia en su acceso de un vaso carenado con capacidad para unos 4 litros y otro conjunto de dientes de hoz, que, aunque fueron documentados fuera de la habitación, parecen corresponderse con una hoz, posiblemente colgada en la entrada de la estancia. Del ambiente 6b destaca la presencia de varias vasijas, la mayoría de ellas ollas de mediano tamaño, alcanzado una de ellas entre 8-10 litros y de un molino fracturado y dos molederas, apoyados en el muro 2000, en clara posición de reserva. Por su parte, el ambiente 6c, estrecho en su zona de acceso y más abierto en el fondo, aunque ocupado en gran medida por un gran poste de sustentación -UE 1611−, ofreció la presencia de dos cuencos, uno grande y otro muy pequeño y las únicas semillas de trigo y guisante detectadas. Las reducidas dimensiones de los ambientes interiores, construidos con tabiques de escaso alzado y la ausencia de hogares, bancos e instrumentos de molienda activos, permiten proponer que esta estancia sería un troje o granero dividido mediante tabiques, de los que tan solo contamos con evidencias similares en los niveles del Bronce Tardío de Puntal dels Llops (Pérez 2013: 188-191Pérez Jordà, G. 2013: La agricultura en el País Valenciano entre el VI y el I milenio a.C., Tesis doctoral, Universitat de València, Valencia.). De ser así, y teniendo en cuenta las dimensiones y alzado de los tabiques, que pudieron alcanzar más de 30 cm, el espacio 6b con una superficie útil de 4,89 m2 pudo haber contenido cerca de 1467 litros de grano. Por su parte, el espacio 6c, con 2 m2, llegaría a alcanzar los 600 litros.

Entre esta habitación y el complejo estructural 1-8 se encuentra la UH 7, donde los materiales muebles fueron documentados en menor medida y las estructuras inmuebles están completamente ausentes. De todos modos, se trata de una unidad habitacional con las mismas dimensiones que la UH 8, donde se hallaron algunos recipientes cerámicos como cuencos y ollas, y diversos instrumentos líticos como un mortero, un alisador con acanaladura central, una afiladera y dos instrumentos de molienda apilados y apoyados sobre el muro oriental en situación de reserva. En esta habitación es difícil poder delimitar espacialmente áreas de actividad específicas, aunque la presencia de los objetos señalados orienta su interpretación hacia el desarrollo de actividades relacionadas con la preparación y el consumo de alimentos.

6. DISCUSIÓN

 

Gorgociles del Escabezado II es un ejemplo privilegiado de asentamiento de corta duración de inicios del II milenio BC cuyos elementos constructivos y espacios de uso se encuentran concentrados y excavados en su totalidad. Sus rasgos constructivos pueden explicarse mejor considerando la tradición anterior que arranca al menos desde la primera mitad del III milenio BC, tanto como los elementos novedosos que comienzan a observarse con mayor frecuencia en los núcleos de hábitat de inicios del II milenio BC.

En la trayectoria investigadora de la Prehistoria del sudeste peninsular, el empleo destacado de la piedra en los asentamientos, en sus alzados y muros de cierre, rasgo que sin duda caracteriza al asentamiento que nos ocupa, arranca entre finales del IV y principios del III milenio BC con casos emblemáticos como Los Millares (Santa Fe de Mondújar, Almería) (Monks 1997Monks, S. J. 1997: “Conflict and Competition in Spanish Prehistory: The Role of Warfare in Societal Development from the Late Fourth to Third Millennium BC”, Journal of Mediterranean Archaeology, 10 (1), pp. 3-32. https://doi.org/10.1558/jmea.v10i1.3 ; Molina y Cámara 2005Molina González, F. y Cámara Serrano, J. A. 2005: Guía del Yacimiento Arqueológico Los Millares. Junta de Andalucía, Sevilla.). Esta novedad respecto a los materiales de construcción utilizados supone una clara mejora técnica, favoreciendo la conservación de las áreas superiores de las estructuras construidas con tierra. Y es que, a pesar de la evidente mejor conservación y mayor visibilidad de las partes constructivas pétreas en los contextos arqueológicos durante la Edad de los Metales en territorio peninsular, la arquitectura de tierra no solo no deja de practicarse, sino que no dejó de crecer en su importancia constructiva en los asentamientos (Sánchez García 1997aSánchez García, Á. 1997a: “La problemática de las construcciones con tierra en la Prehistoria y Protohistoria peninsular. Estado de la cuestión”, en Actas del XXIII Congreso Nacional de Arqueología (Elche, 1995) 1, pp. 349-358. Ayuntamiento de Elche, Elche.; Pastor 2021Pastor Quiles, M. 2021: Procesos constructivos y edificación con tierra durante la Prehistoria reciente en las tierras meridionales valencianas, Serie de Trabajos Varios del SIP, 126. Diputación de Valencia, Valencia.), desarrollándose nuevos sistemas y soluciones constructivas, como el ya mencionado amasado de barro en forma de bolas, el uso de arcillas impermeabilizantes en instalaciones internas o la producción de mezclas de base geológica para enlucir y proteger las superficies, como la cal (Jover et al. 2016bJover Maestre, F. J., Pastor Quiles, M., Martínez Mira, I. y Vilaplana Ortego, E. 2016b: “El uso de la cal en la construcción durante la Prehistoria reciente en el Levante de la península ibérica: nuevas aportaciones para su identificación”, Arqueología de la Arquitectura, 13, e039. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2016.005 ).

Las formas arquitectónicas del Calcolítico del sudeste están asociadas, por un lado, a la planta circular u oval, con postes perimetrales y sin zócalo de piedra, como en Terrera Ventura (Tabernas, Almería) (Gusi 1975Gusi Jener, F. 1975: “La aldea eneolítica de Terrera Ventura (Tabernas, Almería)”, en XIII Congreso Nacional de Arqueología (1973, Huelva), pp. 311-314. Seminario de Arqueología de la Universidad de Zaragoza, Zaragoza.), Casa Noguera de Archivel (Caravaca de la Cruz, Murcia) (Brotons 2004Brotons Yagüe, F. 2004: “El poblado calcolítico de Casa Noguera de Archivel. Excavaciones urgentes durante 1997 en Calle Reyes-Calle Casa Noguera”, Memorias de Arqueología, 12 (1997), pp. 215-234.) (Fig. 10a) o La Salud (Lorca, Murcia) (Eiroa 2006: 107Eiroa García, J. J. 2006: “Aportación al estudio del Patrimonio Arqueológico de Lorca y su comarca: los yacimientos prehistóricos, del Paleolítico a la Edad del Bronce”, Estudios sobre Lorca y su comarca, pp. 101-140.). Pero también en estas cronologías las estructuras circulares se construyen de otro modo, con zócalos pétreos, como en El Badil (Cantoria, Almería) (Gusi y Olària 2009: 19Gusi Jener, F. y Olària i Puyoles, C. 2009: “Excavación de una vivienda en el asentamiento calcolítico de El Badil (Cantoria, Almería)”, Quaderns de Prehistòria i Arqueologia de Castelló, 27, pp. 9-28.) (Fig. 10b), Los Millares (Arribas 1959Arribas Palau, A. 1959: “El urbanismo peninsular durante el Bronce primitivo”, Zephyrus X, pp. 81-128.; Molina González y Cámara 2005: 49Molina González, F. y Cámara Serrano, J. A. 2005: Guía del Yacimiento Arqueológico Los Millares. Junta de Andalucía, Sevilla.), Cerro de la Virgen (Delgado-Raack 2013Delgado-Raack, S. 2013: Tecnotipología y distribución espacial del material macrolítico del Cerro de la Virgen de Orce (Granada). Campañas 1963-1970: una aproximación paleoeconómica, British Archaeological Reports, Int. Ser. 2518. Archaeopress, Oxford.), la cabaña 3 de la Illeta dels Banyets (El Campello, Alicante) (Soler Díaz 2006Soler Díaz, J. A. (coord.) 2006: La ocupación prehistórica de la Illeta dels Banyets (El Campello, Alicante). Diputación de Alicante, Museo Arqueológico de Alicante, Alicante.) o Vilches IV (Torre Uchea-Hellín, Albacete) (García et al. 2016García Atiénzar, G., Busquier Corbí, J. D., Mataix Albiñana, J. J., Cañizares Navarro, F., Domene Prats, P., Carrión Marco, Y… y Soriano Llopis, I. 2016: “El poblado de Vilches IV: un asentamiento calcolítico en altura en el campo de Hellín (Albacete)”, en B. Gamo, R. Sanz (coords.), Actas de la I Reunión Científica de Arqueología de Albacete, pp. 313-329. Instituto de Estudios Albacetenses “Don Juan Manuel”, Albacete.; García y Busquier 2020García Atiénzar, G. y Busquier Corbí, J. D. (coords.) 2020: El poblado calcolítico de Vilches IV (Torre Uchea, Hellín, Albacete). Un asentamiento del III milenio a.C. en la Submeseta sur. Publicaciones de la Universidad de Alicante, Alicante.; García y Jover 2021García Atiénzar, G. y Jover Maestre, F. J. 2021: “Del documento arqueológico al proceso histórico: las aportaciones de Vilches IV (Hellín, Albacete) al análisis de los cambios sociales en la Submeseta sur durante el III milenio cal. BC”, Pyrenae, 52 (1), pp. 85-113. https://doi.org/10.1344/Pyrenae2021.vol52num1.3 ) (Fig. 10c). El caso de Les Moreres (Crevillente, Alicante) (González Prats 1986González Prats, A. 1986: “El poblado calcolítico de Les Moreres en la Sierra de Crevillente, Alicante”, en El Eneolítico en el País Valenciano, pp. 89-99. Instituto de Estudios Juan Gil-Albert, Alicante.), en la segunda mitad del III milenio BC, ejemplifica los asentamientos en los que pueden encontrarse estructuras de muros curvos tanto con zócalos de piedra como sin ellos, y construidas con postes de madera y barro. También contaban con un zócalo de piedra las edificaciones de planta elíptica de El Prado (Jumilla, Murcia), levantadas sobre una fase constructiva previa caracterizada por estructuras sin zócalos y sostenidas por postes (Jover et al. 2012Jover Maestre, F. J., García Atiénzar, G., Moratalla Jávega, J., Segura Herrero, G., Biete Bañón, C., Tormo Cuñat, C. y Martínez Monleón, S. 2012: “Continuidad residencial e intensificación productiva durante la primera mitad del III milenio cal BC en el Levante de la península Ibérica: las aportaciones del asentamiento de El Prado (Jumilla, Murcia)”, Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social, 14, pp. 15-54.; García et al. 2014García Atiénzar, G., Jover Maestre, F. J., Moratalla Jávega, J. y Segura Herrero, G. 2014: “El yacimiento de ‘El Prado’. Nuevas evidencias sobre la ocupación neolítica en el Altiplano de Jumilla (Murcia, España)”, en V. S. Gonçalves, M. Diniz y A. C. Sousa, 5º Congresso do Neolítico Peninsular, Faculdade de Letras da Universidade de Lisboa (7-9 abril 2011), pp. 331-338.).

Es sobre todo a partir de mediados del III milenio BC cuando se documentan cambios en el patrón de asentamiento en la zona de estudio, uniéndose al poblamiento en llano la aparición de enclaves construidos en ladera y en altura, como puede observarse en Vilches IV (García y Jover 2021García Atiénzar, G. y Jover Maestre, F. J. 2021: “Del documento arqueológico al proceso histórico: las aportaciones de Vilches IV (Hellín, Albacete) al análisis de los cambios sociales en la Submeseta sur durante el III milenio cal. BC”, Pyrenae, 52 (1), pp. 85-113. https://doi.org/10.1344/Pyrenae2021.vol52num1.3 ) y en Peñón de la Zorra (Villena, Alicante) (Jover y De Miguel 2002Jover Maestre, F. J. y De Miguel Ibáñez, M. P. 2002: “Peñón de la Zorra y Puntal de los Carniceros (Villena, Alicante): revisión de dos conjuntos de yacimientos campaniformes en el corredor del Vinalopó”, Saguntum-PLAV 34, pp. 59-74.; García 2014García Atiénzar, G. 2014: “Primeras aportaciones del proyecto de excavaciones arqueológicas en el poblado campaniforme del Peñón de la Zorra (Villena, Alicante)”, MARQ. Arqueología y museos, Extra 1, pp. 196-201., 2016García Atiénzar, G. 2016: “El Peñón de la Zorra (Villena, Alicante) y la caracterización del Campaniforme (2400-2100 cal AC) en el Alto Vinalopó”, en Del neolític a l’edat del bronze en el Mediterrani occidental. Estudis en homenatge a Bernat Martí Oliver, Serie de Trabajos Varios del SIP 119, pp. 365-377. Diputación Provincial de Valencia, Valencia., 2017García Atiénzar, G. 2017: “La secuencia crono-cultural del yacimiento de Peñón de la Zorra (Villena, Alicante)”, en Iber-crono. Actas del Congreso de Cronometrías para la Historia de la Península Ibérica (Barcelona, 17-19 octubre 2016), pp. 128-142.), con un incremento del uso constructivo de la piedra, en muros de cierre y contención, en los que se favorecería su resistencia en terrenos inclinados. La ubicación de los enclaves en estos puntos encumbrados acentúa el aprovechamiento y la adaptación de las formas constructivas a la orografía y al área disponible en los puntos escogidos para instalarlos. Esta tendencia hacia el asentamiento en altura junto al llano y el mayor uso de la piedra se mantuvo en el tiempo durante la Edad del Bronce, tanto en el área argárica, como en el Bronce de La Mancha.

Por otra parte, tampoco debemos olvidar que ya en el III milenio BC se edificaron asimismo construcciones con muros rectilíneos, que integran los zócalos de piedra, permitiendo mayores posibilidades de ampliar y subdividir los espacios. Alzados rectilíneos están presentes en Los Millares (Arribas et al. 1981Arribas Palau, A., Molina González, F., Sáez Pérez, L., De la Torre Peña, F., Aguayo de Hoyos, P. y Nájera Colino, T. 1981: “Excavaciones en los Millares (Santa Fe de Mondújar, Almería). Campañas de 1978 y 1979”, Cuadernos de Prehistoria de la Universidad de Granada, 4, pp. 61-109.; Molina González et al. 2004Molina González, F., Cámara Serrano, J. A., Capel Martínez, J., Nájera Colino, T. y Sáez Pérez, L. 2004: “Los Millares y la periodización de la Prehistoria reciente del sureste”, en Las primeras sociedades metalúrgicas en Andalucía. Homenaje al profesor Antonio Arribas Palau, III Simposio de Prehistoria Cueva de Nerja, pp. 142-158. Fundación Cueva de Nerja, Nerja.), Puente de Santa Bárbara (Huércal-Overa, Almería) (González Quintero et al. 2018: 80, fig. 10González Quintero, P., Mederos Martín, A., Díaz Cantón, A., Bashore Acero, C., Chamón Fernández, J. y Moreno Benítez, M. A. 2018: “El poblado fortificado metalúrgico del Calcolítico Medio y final de Puente de Santa Bárbara (Huércal-Overa, Almería)”, Zephyrus, 81, pp. 71-91. https://doi.org/10.14201/zephyrus2018817191 ), o Cabezo del Plomo (Mazarrón, Murcia), donde se excavaron estructuras de planta circular, pero también de muros rectilíneos con extremo absidal (Muñoz 1993: 150Muñoz Amilibia, A. M. 1993: “Neolítico final-Calcolítico en el sureste peninsular: El Cabezo del Plomo (Mazarrón, Murcia)”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie 1, Prehistoria y Arqueología, 6, pp. 133-180. https://doi.org/10.5944/etfi.6.1993.4583 ). La integración de partes curvas en alzados predominantemente rectilíneos mediante terminaciones absidales se practica en distintos asentamientos de la Edad del Bronce, en especial, en los argáricos, siendo ejemplo de ello las primeras construcciones de Laderas del Castillo (Callosa de Segura, Alicante), de planta rectangular con esquinas redondeadas (López et al. 2020López Padilla, J. A., Jover Maestre, F. J., Pastor Quiles, M., Basso Rial, R., Martínez Monleón, S. y Sánchez Lardiés, A. 2020: “Laderas del Castillo (Callosa de Segura, Alicante). Nuevas aportaciones para el estudio de la cultura argárica”, en M. Ponce González, F. E. Tendero Fernández, Y. Alamar Bonet, L. Alapont Martín (coords.), Jornades d’arqueologia de la Comunitat Valenciana. 2016, 2017, 2018, pp. 51-60. Generalitat Valenciana, Valencia.), también presentes en La Bastida de Totana (Lull et al. 2015aLull Santiago, V., Micó Pérez, R., Rihuete Herrada, C. y Risch, R. 2015a: “Transition and conflict at the end of the 3rd millennium BC in south Iberia”, en 2200 BC - A climatic breakdown as a cause for the collapse of the old world?(1ª ed., pp. 365-407). (Tagungen des Landesmuseums für Vorgeschichte Halle).).

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Figura 10.  Distintos modelos de plantas y organización del espacio en asentamientos del III y II milenio BC en el sudeste. a. Casa Noguera de Archivel (Brotons 2004: 222, lám. 1Brotons Yagüe, F. 2004: “El poblado calcolítico de Casa Noguera de Archivel. Excavaciones urgentes durante 1997 en Calle Reyes-Calle Casa Noguera”, Memorias de Arqueología, 12 (1997), pp. 215-234.). b. El Badil (Gusi y Olària 2009: 12, foto 4Gusi Jener, F. y Olària i Puyoles, C. 2009: “Excavación de una vivienda en el asentamiento calcolítico de El Badil (Cantoria, Almería)”, Quaderns de Prehistòria i Arqueologia de Castelló, 27, pp. 9-28.). c. Vilches IV (García et al. 2016: 53, fig. 2García Atiénzar, G., Busquier Corbí, J. D., Mataix Albiñana, J. J., Cañizares Navarro, F., Domene Prats, P., Carrión Marco, Y… y Soriano Llopis, I. 2016: “El poblado de Vilches IV: un asentamiento calcolítico en altura en el campo de Hellín (Albacete)”, en B. Gamo, R. Sanz (coords.), Actas de la I Reunión Científica de Arqueología de Albacete, pp. 313-329. Instituto de Estudios Albacetenses “Don Juan Manuel”, Albacete.). d. Barranco Tuerto (Jover y López 1999: 247, fig. 5Jover Maestre, F. J. y López Padilla, J. A. 1999: “Campesinado e Historia. Consideraciones sobre las comunidades agropecuarias de la Edad del Bronce en el corredor del Vinalopó”, Archivo de Prehistoria Levantina, XXIII, pp. 233-257.). e. Gorgociles del Escabezado II. f. Terlinques (Jover y López 2016: 432, fig. 4.Jover Maestre, F. J. y López Padilla, J. A. 2016: “Nuevas bases para el estudio de las comunidades campesinas de la Edad del Bronce en el Levante peninsular: el asentamiento de Terlinques (Villena, Alicante)”, en Del neolític a l’edat del bronze en el Mediterrani occidental. Estudis en homenatge a Bernat Martí Oliver, Serie de Trabajos Varios del SIP, 119, pp. 427-449. Diputación Provincial de Valencia, Valencia.).

Por su parte, las compartimentaciones en el interior de las estructuras se han documentado en núcleos calcolíticos como Cerro de las Canteras (Vélez-Blanco, Almería) (Motos 1918Motos, F. 1918: “La Edad neolítica en Vélez Blanco”. Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, Memoria 19.). No obstante, los tabiques internos son mucho más frecuentes ya en la primera mitad del II milenio BC en asentamientos muy diferentes, también en las motillas (Nájera y Molina González 2004: 194-195Nájera Colino, T. y Molina González, F. 2004: “Las Motillas. Un modelo de asentamiento con fortificación central en la llanura de La Mancha”, en M. R. García Huerta, y J. Morales Hervás (coords.), La Península Ibérica en el II milenio a. C. Poblados y fortificaciones, Colección Humanidades, 77, pp. 173-214. Ediciones Universidad Castilla-La Mancha, Cuenca.), en el marco de una mayor organización, integración y subdivisión de los espacios construidos, tabiques que son alzados con mampostería, pero también con tierra maciza o con bajareque, con un esqueleto de madera o materia vegetal cubierto con barro. La mayor complejidad de la arquitectura que puede observarse en el registro arqueológico en estas cronologías del II milenio BC se plasma también en el hallazgo de escaleras, como en Cabezo Pardo (López 2014: 107López Padilla, J. A. (coord.) 2014: Cabezo Pardo (San Isidro/Granja de Rocamora). Excavaciones arqueológicas en el yacimiento de la Edad del Bronce, Memorias Excavaciones Arqueológicas, 6. Diputación de Alicante, Museo Arqueológico de Alicante, Alicante.) o Cabezo Redondo (Villena, Alicante) (Soler García 1987: 69, 147, 301, lám. 28Soler García, J. M. 1987: Excavaciones arqueológicas en el Cabezo Redondo (Villena-Alicante). Diputación Provincial de Alicante, Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, Ayuntamiento de Alicante, Alicante.; Hernández Pérez et al. 2016: 37, 72Hernández Pérez, M. S., García Atiénzar, G. y Barciela González, V. 2016: Cabezo Redondo (Villena, Alicante). Publicaciones de la Universidad de Alicante, Alicante.); de jambas o dinteles, como en La Almoloya (Lull et al. 2015b: 117Lull Santiago, V., Micó Pérez, R., Rihuete Herrada, C., Risch, R., Celdrán Beltrán, E., Fregeiro Morador, M. I…. y Velasco Felipe, C. 2015b: La Almoloya (Pliego, Murcia). Ruta Argárica, Guías Arqueológicas 2. Integral, Sociedad para el Desarrollo Rural, ASOME-UAB, Murcia.), pero también en Cerro de El Cuchillo (Hernández Pérez et al. 1994: 36Hernández Pérez, M. S., Simón García, J. L. y López Mira, J. A. 1994: Agua y poder. El Cerro de El Cuchillo (Almansa, Albacete). Excavaciones 1986/1990. Publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Toledo.), además de indicios que permiten plantear segundas alturas (Lull et al. 2015cLull Santiago, V., Micó Pérez, R., Rihuete Herrada, C. y Risch, R. 2015c: La Bastida y la Tira del Lienzo (Totana, Murcia), Ruta argárica, Guías arqueológicas 1. Integral, Sociedad para el Desarrollo Rural, ASOME-UAB, Murcia.; Jover y López 2016: 436, 437, 443Jover Maestre, F. J. y López Padilla, J. A. 2016: “Nuevas bases para el estudio de las comunidades campesinas de la Edad del Bronce en el Levante peninsular: el asentamiento de Terlinques (Villena, Alicante)”, en Del neolític a l’edat del bronze en el Mediterrani occidental. Estudis en homenatge a Bernat Martí Oliver, Serie de Trabajos Varios del SIP, 119, pp. 427-449. Diputación Provincial de Valencia, Valencia.). En este fenómeno de mayor desarrollo constructivo, que comienza a evidenciarse desde los inicios de la Edad del Bronce, se enmarca asimismo la construcción de cisternas, que ya se habrían podido construir ocasionalmente en el III milenio BC, como en Los Millares (Arribas et al. 1981: 95Arribas Palau, A., Molina González, F., Sáez Pérez, L., De la Torre Peña, F., Aguayo de Hoyos, P. y Nájera Colino, T. 1981: “Excavaciones en los Millares (Santa Fe de Mondújar, Almería). Campañas de 1978 y 1979”, Cuadernos de Prehistoria de la Universidad de Granada, 4, pp. 61-109.; Molina González y Cámara 2005Molina González, F. y Cámara Serrano, J. A. 2005: Guía del Yacimiento Arqueológico Los Millares. Junta de Andalucía, Sevilla.).

Ahora bien, centrándonos en el espacio geográfico donde se ubica Gorgociles del Escabezado II, la combinación de muros curvos y rectos es particularmente visible en Vilches IV (Hellín, Albacete) (Fig. 10c) (García et al. 2016García Atiénzar, G., Busquier Corbí, J. D., Mataix Albiñana, J. J., Cañizares Navarro, F., Domene Prats, P., Carrión Marco, Y… y Soriano Llopis, I. 2016: “El poblado de Vilches IV: un asentamiento calcolítico en altura en el campo de Hellín (Albacete)”, en B. Gamo, R. Sanz (coords.), Actas de la I Reunión Científica de Arqueología de Albacete, pp. 313-329. Instituto de Estudios Albacetenses “Don Juan Manuel”, Albacete.; García y Busquier 2020García Atiénzar, G. y Busquier Corbí, J. D. (coords.) 2020: El poblado calcolítico de Vilches IV (Torre Uchea, Hellín, Albacete). Un asentamiento del III milenio a.C. en la Submeseta sur. Publicaciones de la Universidad de Alicante, Alicante.; García y Jover 2021García Atiénzar, G. y Jover Maestre, F. J. 2021: “Del documento arqueológico al proceso histórico: las aportaciones de Vilches IV (Hellín, Albacete) al análisis de los cambios sociales en la Submeseta sur durante el III milenio cal. BC”, Pyrenae, 52 (1), pp. 85-113. https://doi.org/10.1344/Pyrenae2021.vol52num1.3 ), con tres edificaciones excavadas, de la primera mitad-mediados del III milenio BC, de planta circular y alzados de mampostería, pero conservando tramos de muros rectilíneos que parten de las mismas, construidos con la misma técnica. La conservación de estos tramos permite observar una ampliación del espacio construido y regulado, más allá del núcleo central, circular y cerrado, creando patios o espacios semicerrados entre cabañas.

El caso de Gorgociles del Escabezado II reúne las incorporaciones fundamentales a la arquitectura mencionadas del III milenio BC: el mayor uso de la piedra disponible, en relación con las funciones de contención sobre un emplazamiento en altura y de aislamiento de las partes construidas con tierra, así como la edificación de muros rectilíneos, aunque sin abandonar los trazados de tendencia curva, en clara adaptación a la orografía. Estas estructuras de muros rectilíneos y radiales permiten organizar más fácilmente su limitado espacio en la cima aplanada del cerro y, pudiendo compartir paredes medianeras, permiten su mayor aprovechamiento. Así, en Gorgociles del Escabezado II se desarrollan, aunque concentrados en un mismo complejo de planta circular, rasgos como los muros medianeros entre espacios, además de los tabiques internos y otras estructuras de equipamiento construidas con una combinación de tierra y piedra, elementos frecuentes en otros enclaves en altura y característicos de la Edad del Bronce en el sudeste, tanto en el Bronce valenciano, como en El Argar o el Bronce de La Mancha.

Considerando el modelo de Vilches IV como elemento de comparación por su proximidad geográfica con Gorgociles, en este último los distintos espacios construidos ya no son individualmente circulares y con un espacio exterior propio, sino que pasan a construirse unos directamente adosados a los otros y en el interior de un mismo complejo arquitectónico circular/oval, englobado a partir de un mismo muro curvo externo que resguarda el conjunto. El espacio UH 3 habría sido concebido y utilizado posiblemente como distribuidor entre las estancias, como se utilizan los espacios claramente interpretables como calles en asentamientos del área valenciana como Terlinques (Villena, Alicante) (Fig. 10f) (Jover y López 2016Jover Maestre, F. J. y López Padilla, J. A. 2016: “Nuevas bases para el estudio de las comunidades campesinas de la Edad del Bronce en el Levante peninsular: el asentamiento de Terlinques (Villena, Alicante)”, en Del neolític a l’edat del bronze en el Mediterrani occidental. Estudis en homenatge a Bernat Martí Oliver, Serie de Trabajos Varios del SIP, 119, pp. 427-449. Diputación Provincial de Valencia, Valencia.) o, en la zona argárica, Cabezo Pardo en su fase II-III (San Isidro/Granja de Rocamora, Alicante) (López 2014: 97, 126López Padilla, J. A. (coord.) 2014: Cabezo Pardo (San Isidro/Granja de Rocamora). Excavaciones arqueológicas en el yacimiento de la Edad del Bronce, Memorias Excavaciones Arqueológicas, 6. Diputación de Alicante, Museo Arqueológico de Alicante, Alicante.), La Tira del Lienzo (Delgado-Raack et al. 2015Delgado-Raack, S., Lull Santiago, V., Martin, K., Micó Pérez, R., Rihuete Herrada, C. y Risch, R. 2015: “Espacios de forja en El Argar. El edificio central de Tira del Lienzo (Totana, Murcia)”, MARQ. Arqueología y museos, 6, pp. 45-64.; Lull et al. 2015cLull Santiago, V., Micó Pérez, R., Rihuete Herrada, C. y Risch, R. 2015c: La Bastida y la Tira del Lienzo (Totana, Murcia), Ruta argárica, Guías arqueológicas 1. Integral, Sociedad para el Desarrollo Rural, ASOME-UAB, Murcia.) o, en su versión más estrecha, las calles de asentamientos como La Almoloya (Lull et al. 2015bLull Santiago, V., Micó Pérez, R., Rihuete Herrada, C., Risch, R., Celdrán Beltrán, E., Fregeiro Morador, M. I…. y Velasco Felipe, C. 2015b: La Almoloya (Pliego, Murcia). Ruta Argárica, Guías Arqueológicas 2. Integral, Sociedad para el Desarrollo Rural, ASOME-UAB, Murcia.), que aprovecharían al máximo el espacio disponible en el interior del perímetro.

Pero, además, quizás el cambio más significativo que muestra Gorgociles con respecto a los momentos previos se relaciona directamente con los sistemas de almacenamiento de alimentos. Durante el Neolítico y el Calcolítico, el cereal o las leguminosas eran almacenadas esencialmente en silos practicados en el subsuelo próximo a las cabañas (Pérez 2013Pérez Jordà, G. 2013: La agricultura en el País Valenciano entre el VI y el I milenio a.C., Tesis doctoral, Universitat de València, Valencia.). Serían interminables los ejemplos de asentamientos de estos momentos previos a la Edad del Bronce en los que han sido hallados silos, aunque, no podemos olvidar que también serían empleadas vasijas cerámicas y sacos o cestos para su almacenaje. Estos mismos sistemas siguieron siendo empleados durante la Edad del Bronce, pero con algunos cambios significativos de especial relevancia. En concreto, para la zona del Levante y La Mancha cabe señalar:

  1. Durante la Edad del Bronce se siguieron construyendo silos, aunque ahora ubicados preferentemente en el interior de edificios, como se ha puesto de manifiesto en Terlinques (Villena, Alicante) (Jover y López 2016Jover Maestre, F. J. y López Padilla, J. A. 2016: “Nuevas bases para el estudio de las comunidades campesinas de la Edad del Bronce en el Levante peninsular: el asentamiento de Terlinques (Villena, Alicante)”, en Del neolític a l’edat del bronze en el Mediterrani occidental. Estudis en homenatge a Bernat Martí Oliver, Serie de Trabajos Varios del SIP, 119, pp. 427-449. Diputación Provincial de Valencia, Valencia.), Cabezo del Polovar (Jover et al. 2016aJover Maestre, F. J., Martínez Monleón, S., Pastor Quiles, M., Poveda Hernández, E. y López Padilla, J. A. 2016a: “Los asentamientos de pequeño tamaño de la Edad del Bronce en tierras valencianas: A propósito del Cabezo del Polovar (Villena, Alicante)”, Recerques del Museu d´Alcoi, 25, pp. 47-68.) o Cerro de El Cuchillo (Almansa, Albacete) (Hernández et al. 1994Hernández Pérez, M. S., Simón García, J. L. y López Mira, J. A. 1994: Agua y poder. El Cerro de El Cuchillo (Almansa, Albacete). Excavaciones 1986/1990. Publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Toledo.).

  2. Se comienzan a producir grandes contenedores cerámicos que llegan a sextuplicar su capacidad con respecto a los calcolíticos. Mientras en el área del Bronce Valenciano y el altiplano murciano estos contenedores no parecen superar los 65 litros, en el ámbito nuclear de La Mancha podrían llegar a duplicar a estos y, en El Argar, a sextuplicarlos.

  3. Pero el sistema más novedoso sería la aparición, por primera vez en el área del sudeste y Levante, de trojes o graneros tabicados, plenamente integrados en la organización de los espacios construidos. La UH 6 de Gorgociles del Escabezado II sería el troje más antiguo de los conocidos hasta la fecha en todo el cuadrante suroriental de la península ibérica.

Estos rasgos, unidos a una mayor organización y división de las actividades de producción, consumo y almacenamiento por ámbitos estructurales, como se observa en Gorgociles, ponen en evidencia el salto cualitativo que se produjo a nivel organizativo en las sociedades del sudeste y Levante peninsular a finales del III milenio cal BC.

7. CONCLUSIONES

 

En el tránsito del III al II milenio cal BC, la forma en que se organizan las edificaciones −aisladas, exentas, agregadas y contiguas o con estancias concentradas en el interior de un mismo complejo, como en Gorgociles del Escabezado II− y sus muros −radiales, sean curvos o rectos, o compartiendo pared trasera o medianera−, responden a factores y condiciones de distinto orden. Entre otros, creemos importante resaltar aspectos como la orografía en la que se sitúan, el número de habitantes y sus posibilidades de crecimiento, así como sus estrategias de organización social −jerarquías, composición de las unidades domésticas−, económica −por ejemplo, necesidades de almacenamiento, construcciones de uso temporal− y de protección frente a distintos factores externos.

En este sentido, las formas constructivas de Gorgociles del Escabezado II se corresponden con el núcleo de hábitat y trabajo de un grupo humano muy reducido, ocupado durante un breve periodo de tiempo, emplazado en un lugar con un buen control visual del territorio y adaptado a su orografía. Su arquitectura puede entenderse en un punto intermedio entre elementos que en el sudeste caracterizan a los núcleos de hábitat del III milenio y a los del II milenio BC, en lo referido a su planta y a la organización de sus espacios. Erigido con materiales disponibles en el entorno natural, entre las técnicas constructivas empleadas en su arquitectura, la mampostería es la más visible en sus restos arqueológicos, pero cabe señalar su combinación con el amasado de barro, una forma de construir mucho menos conocida pero bien documentada en otros asentamientos (Sánchez 1997bSánchez García, Á. 1997b: “La arquitectura del barro en el Vinalopó durante la Prehistoria reciente y la Protohistoria: metodología y síntesis arqueológica”, en M. C. Rico Navarro (coord.), Agua y territorio. I Congreso de estudios del Vinalopó (Petrer-Villena, 1997), 1, pp. 139-162. CaixaPetrer, Ayuntamiento de Petrer, Ayuntamiento de Villena, Petrer-Villena.; Pastor et al. 2018Pastor Quiles, M., Jover Maestre, F. J., Martínez Monleón, S. y López Padilla, J. A. 2018: “La construcción mediante amasado de barro en forma de bolas de Caramoro I (Elche, Alicante): Identificación de una nueva técnica constructiva con tierra en un asentamiento argárico”, Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, 44, pp. 81-99. https://doi.org/10.15366/cupauam2018.44.004 ; Pastor 2021Pastor Quiles, M. 2021: Procesos constructivos y edificación con tierra durante la Prehistoria reciente en las tierras meridionales valencianas, Serie de Trabajos Varios del SIP, 126. Diputación de Valencia, Valencia.). Uno de los elementos característicos de la arquitectura de la Edad del Bronce del Sudeste mejor representados en este asentamiento son las estructuras de equipamiento interno. De hecho, las investigaciones realizadas permiten plantear que una de sus estancias, la UH 6, se subdividió y destinó específicamente al almacenamiento de alimentos en este espacio interior, lo que supone un salto cualitativo fundamental en la forma de almacenar y gestionar las cosechas.

Pero este asentamiento no es un unicum. Es la expresión arquitectónica de residencia más pequeña en las que se organizarían los grupos humanos a principios del II milenio cal BC en la zona del altiplano murciano y en buena parte del Levante peninsular. Teniendo en cuenta sus características, en especial su tamaño, este enclave responde a lo que etnográficamente sería una “granja”. Se trataría de un pequeño asentamiento creado a partir de la escisión de una, dos o tres familias nucleares desde un núcleo humano de mayor tamaño -por ejemplo, del cerro del Tío Pimentón, cinco veces mayor y situado a 400 m en la misma sierra del Escabezado-. Este grupo escindido colonizaría nuevos espacios geográficos cercanos al núcleo de origen, manteniendo la vinculación o integración parental. Este hecho es el que ahonda en la preeminencia de los lazos de parentesco como principal forma de organización sociopolítica en estos grupos (Jover y López 2016Jover Maestre, F. J. y López Padilla, J. A. 2016: “Nuevas bases para el estudio de las comunidades campesinas de la Edad del Bronce en el Levante peninsular: el asentamiento de Terlinques (Villena, Alicante)”, en Del neolític a l’edat del bronze en el Mediterrani occidental. Estudis en homenatge a Bernat Martí Oliver, Serie de Trabajos Varios del SIP, 119, pp. 427-449. Diputación Provincial de Valencia, Valencia.).

Así, las nuevas formas arquitectónicas surgidas en el tránsito del III al II milenio cal BC, más integradas que las observadas siglos antes en asentamientos como Vilches IV (García y Jover 2021García Atiénzar, G. y Jover Maestre, F. J. 2021: “Del documento arqueológico al proceso histórico: las aportaciones de Vilches IV (Hellín, Albacete) al análisis de los cambios sociales en la Submeseta sur durante el III milenio cal. BC”, Pyrenae, 52 (1), pp. 85-113. https://doi.org/10.1344/Pyrenae2021.vol52num1.3 ), expresan una clara planificación en la organización y localización espacial de las áreas de producción, consumo y almacenamiento necesarias para la sostenibilidad del grupo. Estas nuevas formas de organizarse, también observadas en el registro arqueológico de asentamientos próximos como Terlinques (Jover y López 2016Jover Maestre, F. J. y López Padilla, J. A. 2016: “Nuevas bases para el estudio de las comunidades campesinas de la Edad del Bronce en el Levante peninsular: el asentamiento de Terlinques (Villena, Alicante)”, en Del neolític a l’edat del bronze en el Mediterrani occidental. Estudis en homenatge a Bernat Martí Oliver, Serie de Trabajos Varios del SIP, 119, pp. 427-449. Diputación Provincial de Valencia, Valencia.) ya desde aproximadamente el 2150 cal BC, muestran cómo las actividades productivas, de consumo y almacenamiento pasaron a realizarse en el interior de las edificaciones -frente al Calcolítico, donde una buena parte de las mismas se realizaban en espacios contiguos al aire libre (Delgado Raack 2013Delgado-Raack, S. 2013: Tecnotipología y distribución espacial del material macrolítico del Cerro de la Virgen de Orce (Granada). Campañas 1963-1970: una aproximación paleoeconómica, British Archaeological Reports, Int. Ser. 2518. Archaeopress, Oxford.; Delgado-Raack y Risch 2015Delgado-Raack, S. y Risch, R. 2015: “Social change and subsistence production on the Iberian Peninsula during the 3rd and 2nd millennia BCE”, en J. Kneisel, M. Dal Corso, K. Wiebke, H. Scholz, N. Taylor y V. Tiedtke (eds), Proceedings of the International Workshop “Socio-Environmental Dynamics over the Last 12,000 Years: The Creation of Landscapes III (15th - 18th April 2013), pp. 22-47. Rudolph Habelt, Kiel.; García y Jover 2021García Atiénzar, G. y Jover Maestre, F. J. 2021: “Del documento arqueológico al proceso histórico: las aportaciones de Vilches IV (Hellín, Albacete) al análisis de los cambios sociales en la Submeseta sur durante el III milenio cal. BC”, Pyrenae, 52 (1), pp. 85-113. https://doi.org/10.1344/Pyrenae2021.vol52num1.3 )-, con una estudiada distribución de las actividades, con el fin de facilitar su mejor desarrollo y asegurar la preservación y protección de los bienes. Por tanto, estaríamos ante la evidencia de la unidad mínima de producción y reproducción que integraría una sociedad concreta correspondiente, en apariencia, a una formación socio-económica de tipo tribal (Bate 1998Bate Petersen, L. F. 1998: El proceso de investigación en arqueología. Crítica, Barcelona.; Jover 1999Jover Maestre, F. J. 1999: Una nueva lectura del “Bronce Valenciano”. Publicaciones de la Universidad de Alicante, Alicante.), coetánea y periférica a otras en las que se ha constatado un mayor grado de desarrollo social y complejidad arquitectónica, caso de El Argar.

A tenor de los datos disponibles hasta el momento para la zona del altiplano murciano-Campo de Hellín, no parece que esta nueva forma de organización territorial supusiera la ruptura de los lazos de parentesco vigentes desde momentos previos, así como tampoco un cambio sustancial en sus bases socioeconómicas tal y como se advierte a partir de los sistemas constructivos de las unidades habitacionales y del registro biótico y abiótico recuperado. Gorgociles del Escabezado II sería, por tanto, la expresión material de un proyecto de reproducción social de una nueva sociedad concreta en la que los lazos de parentesco siguieron siendo determinantes en la forma de explotar y gestionar el espacio ocupado y en las formas de relación intersocial, aunque con un mayor grado de integración y control sobre la distribución espacial de las actividades y la producción resultante de la que serían propietarios.

AGRADECIMIENTOS

 

Agradecemos a Guillem Pérez Jordà sus comentarios sobre los trojes identificados hasta el momento y a Mónica Ruiz-Alonso su estudio sobre los restos antracológicos.

NOTE

 
*

Este artículo ha sido desarrollado dentro del proyecto de investigación de I+D+i PID2020-115956GB-I00 “Origen y conformación del Bronce Valenciano”, concedido por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España. María Pastor Quiles es investigadora Juan de la Cierva-formación (FJC2019039469-I) financiada por el mismo ministerio.

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