1. MARCO GENERAL DEL ESTUDIO. FÉLIX HERNÁNDEZ GIMÉNEZ Y HENRI TERRASSE ENTRE GUERRAS
⌅1.1. Objetivos y circunstancia del trabajo
⌅La investigación cuyos resultados presentamos aquí se inscribió inicialmente en la dinámica de un proyecto colectivo cuyo objetivo era la clasificación y el estudio del archivo de D. Félix Hernández Giménez,1
Varias razones inducían a emprender el estudio de estos apuntes. Por un lado, al haber sido Félix Hernández uno de los mejores especialistas de arquitectura islámica de su tiempo, famoso tanto por sus trabajos en Madīnat al-Zahrā’ y en la mezquita aljama de Córdoba como por su labor de restaurador de edificios históricos de gran parte de Andalucía y de Extremadura, podíamos esperar que sus croquis y comentarios fueran a arrojar nueva luz sobre las construcciones visitadas y generar incluso nuevas hipótesis al respecto. Ya en aquella época, compartir las experiencias adquiridas en al-Andalus y el Magreb sobre monumentos medievales concebidos en un ámbito cultural común parecía fundamental para progresar en la comprensión de los procesos estudiados (desde la difusión artística y la movilidad de los talleres, hasta las fórmulas de legitimación política a través de programas arquitectónicos suntuarios). Por otro lado, este cuaderno constituye un testimonio original de la cooperación científica, casi comunión, entre dos grandes investigadores, el propio Félix Hernández y el historiador del arte Henri Terrasse, que ya habían emprendido al menos un proyecto común en la península: un corpus de fortalezas “hispanomusulmanas”. Este documento es, por tanto, una pieza significativa que verter al dosier de la historiografía de la arqueología andalusí y magrebí.
Intentaremos a través del estudio minucioso de estos apuntes y croquis (lo que supone una identificación sistemática –y no siempre fácil– de los monumentos), descifrar las motivaciones de Félix Hernández y determinar qué tipo de provecho científico esperaba obtener.2
1.2. Félix Hernández Giménez y Henri Terrasse
⌅Quizá sea útil, para los lectores poco familiarizados con la historiografía de la arqueología de al-Andalus y del Magreb, hacer una breve semblanza de quienes eran Félix Hernández Giménez (1889-1975) y su anfitrión en Marruecos, Henri Terrasse (1895-1971), más allá del hecho de que ambos desempeñaron un papel clave en el desarrollo de la arqueología de Occidente islámico.
El primero nació en Barcelona donde obtuvo su título de arquitecto en 1912.3
Sin embargo, Félix Hernández Giménez no nos ha legado muchas publicaciones. Entre las principales, figuran sus obras sobre el codo en la historiografía de la mezquita mayor de Córdoba y sobre el alminar de este mismo monumento publicado días antes de su fallecimiento (Hernández Giménez 1961Hernández Giménez, F.1961: El codo en la historiografía árabe de la Mezquita mayor de Córdoba. Maestre, Madrid. y 1975Hernández Giménez, F.1975: El alminar de ‘Abd al-Raḥmān III en la Mezquita Mayor de Córdoba. Patronato de la Alhambra y Generalife, Granada.), además de –eso sí– numerosos artículos de geografía histórica (Hernández Giménez 1994Hernández Giménez, F.1994: Estudios de geografía histórica española. Tomo I. Ediciones Polifemo, Madrid. y 1997Hernández Giménez, F.1997: Estudios de geografía histórica española. Tomo II. Ediciones Polifemo, Madrid., reediciones de artículos publicados con anterioridad en la revista Al-Andalus). Lo que debería haber sido su obra mayor sobre Madīnat al-Zahrā’ se quedó en el estado de manuscrito incompleto, aunque se publicó como tal, diez años después de su muerte (Hernández Giménez 1985Hernández Giménez, F.1985: Madinat Al-Zahra': arquitectura y decoración. Patronato de la Alhambra, Granada.).
Nacido en Vrigny (cerca de Orléans), Henri Terrasse fue movilizado en 1914 al declararse la primera guerra mundial y no pudo obtener su título de agrégation hasta 1919.4
No sabemos cuándo ni en qué circunstancias Félix Hernández y Henri Terrasse (seis años más joven) se conocieron, solo que tenían ya lazos de amistad en octubre de 1925, según una carta del historiador francés a su colega español fechada en 30 de aquel mes. Es probable que el primer encuentro fuera solicitado por Henri Terrasse cuando este empezó a preparar su tesis de Estado sobre la arquitectura hispanomusulmana, obra publicada años más tarde (Terrasse 1932Terrasse, H.1932: L’art hispano-mauresque des origines au XIIIe siècle, París: Van Oest.); quizá 1923, año en el que el arquitecto español sucedió a Ricardo Velázquez Bosco en Madīnat al-Zahrā’. Muy pronto trabajaron en un proyecto de investigación común, suerte de corpus de las fortalezas de al-Andalus (califales a lo largo de los grandes ejes de comunicación y nazaríes a lo largo de la frontera del reino de Granada). Sus turiferarios consideran que estas campañas se llevaron a cabo durante dos meses cada año, de 1926 a 1935 (Fernández Puertas 1974-1975Fernández-Puertas, A.1974-1975: “Bosquejo sobre la labor científica de Don Félix Hernández Giménez”, Cuadernos de la Alhambra, 10-11, pp. 1-9., 5; 1975, 138; López Guzmán 2018López Guzmán, R.2018: “Henri Terrasse y su contribución historiográfica”, en M.Marcos Cobaleda (dir.), Al-Murābiṭūn (los Almorávides): un imperio islámico occidental, pp. 19-33. Memoría 4. Junta de Andalucía, Granada., 28).6
1.3. El contexto científico y político
⌅Según como enfocamos la cuestión, los años 30 del siglo pasado, durante los cuales los contactos entre Félix Hernández y Henri Terrasse fueron los más fuertes, se sitúan entre las dos guerras mundiales (1918-1939), entre la imposición del protectorado en Marruecos y el final de la “pacificación” en el sur del país (1912-1934) o, por último, entre el final de la guerra del Rif y el inicio de la guerra civil española (1926-1936). Lo estrecho de esta última horquilla cronológica explica probablemente por qué Félix Hernández no viajó a Marruecos ni antes ni después. De hecho, Mohcin A. Cheddad (2022Cheddad, A. M.2022: “Les relations franco-espagnole au Maroc durant le Protectorat”, Hespéris-Tamuda, LVII (2), pp. 23-38., 31) apunta que las relaciones entre arqueólogos de la zona española de Marruecos y los de la zona francesa no se inician verdaderamente antes de 1926. No obstante, está claro que, en los decenios siguientes del protectorado, estos lazos se tejen casi solo entre arqueólogos de la Antigüedad (Raymond Thouvenot, Georges Souville, Pierre Cintas por el lado francés; César Luis de Montalbán y sobre todo Miguel Taradell por el lado español). Para Henri Terrasse, quien había publicado en 1926 un artículo superficial –por falta de datos disponibles– sobre el patrimonio monumental del Rif y quien se interesó más tarde por dos asentamientos medievales del Marruecos español (Belyounech y Alcázarseguir) además de por vestigios de Tánger y Ceuta, su interlocutor más directo era más bien Tomas García Figueras, alto funcionario de la administración franquista. Entre los arqueólogos de al-Andalus en la península, tenía trato con Leopoldo Torres Balbás (que nunca viajó a la zona francesa) y, en menor medida, con Manuel Gómez-Moreno. Sus colegas españoles más próximos, salvando el propio Félix Hernández, eran arabistas, no arqueólogos: Miguel Asín Palacios, Isidro de las Cagigas, Emilio García Gómez, Ángel González Palencia, Melchor [Martínez] Antuña, Jaime Oliver Asín, etc., todos –o casi– defensores del carácter profundamente hispano de al-Andalus. Volviendo a la arqueología del protectorado, Mohcin A. Cheddad (2022Cheddad, A. M.2022: “Les relations franco-espagnole au Maroc durant le Protectorat”, Hespéris-Tamuda, LVII (2), pp. 23-38., 31) considera que “Los franceses se han esforzado más para acercarse a los yacimientos arqueológicos del norte de Marruecos que los españoles para los yacimientos de la zona francesa del protectorado”. Ello no impide que Henri Terrasse no haya participado ni asistido al I Congreso arqueológico del Marruecos español (Tetuán 23-26 de junio de 1953).8
En este contexto, por tanto, la visita de Félix Hernández a Henri Terrasse y su recorrido común por algunos de los mayores monumentos medievales de Marruecos constituye un caso único, lo que confiere a su cuaderno de apuntes un valor científico particular.
2. EL VIAJE DE FÉLIX HERNÁNDEZ A MARRUECOS
⌅2.1. Las múltiples invitaciones de Henri Terrasse a Félix Hernández Giménez en sus intercambios epistolarios
⌅Henri Terrasse confiaba mucho en el buen juicio científico de Félix Hernández y le invitó en múltiples ocasiones a visitarle en Marruecos, donde se había instalado desde el año 1921, para poder enseñarle sus últimos descubrimientos y/o trabajos de restauración en curso. También le habría gustado emprender con él campañas de prospección similares a las que habían realizado juntos en Andalucía sobre fortalezas islámicas.
Así, el 6 de julio de 1935 le escribe: “Espero ante todo que el equipo andaluz se volverá a reunir de este lado del Estrecho. Sabe que tendrá aquí todas las facilidades que pueda esperar. Pienso que vendrá este otoño o durante la primavera para que demos una vuelta juntos por Marruecos. Necesito mucho sus consejos” (Carta n.º FH_70_04_047).9
Llama la atención el hecho de que, en ninguna de estas invitaciones, Henri Terrasse haga referencia a un posible viaje anterior de Félix Hernández en Marruecos. Sin embargo…
2.2. ¿Cuándo viajó Félix Hernández a Marruecos?
⌅En sus cartas a Félix Hernández, Henri Terrasse solo nos da indicios indirectos y confusos sobre la(s) fecha(s) del (de los) viaje(s) que pudo haber hecho el arquitecto español a Marruecos. Así, el 18 de octubre de 1933, escribe: “Quizá nos dará el gran placer de volver a pasar por Marruecos a su vuelta de Kairouan”, sin que sepamos si este “volver” se refiere a una anterior visita a Marruecos o simplemente al trayecto de ida de Andalucía a Túnez a principios del mismo viaje (Carta n.º FH_70_04_019). No obstante, cinco años después, el 30 de diciembre de 1938, le pregunta a su amigo si tiene “copias o clichés de los planos de Tandjat Balia y de los dos alminares de Taza cuyo levantamiento hicimos juntos” (Carta n.º FH_70_04_067_001),14
En una carta inédita a Leopoldo Torres Balbás, el propio don Félix hace un resumen de su viaje de tres semanas a Marruecos y le nombra las ciudades y yacimientos visitados con Henri Terrasse.15
Finalmente, como era de esperar, es el cuaderno de apuntes el que nos da la clave, aunque solo en los folios 24 y 27, donde dos dibujos (plantas de la “Bab Filala en Fez” y de la “Bab Seba”) llevan una discreta fecha: “2/4/930”, dos de abril de 1930 (Archivo de Félix Hernández: documentos n.º FH_8_04_001_024d y FH_8_04_001_027d). Se puede pensar entonces que Félix Hernández había llegado en marzo a Rabat… y que había procurado volver a Córdoba para la Semana Santa que caía aquel año del 13 al 20 de abril.
No nos consta que haya vuelto jamás a Marruecos después, al menos en la zona francesa del protectorado.
2.3. ¿A dónde viajó Félix Hernández en Marruecos?
⌅En la carta inédita de Félix Hernández a Leopoldo Torres Balbás, a la que aludimos más arriba, don Félix se muestra muy satisfecho de su estancia en Marruecos y lo expresa en los términos siguientes:16
El viaje a Marruecos muy bueno allí he pasado tres semanas y he podido ver gracias al amigo Terrasse bastante de lo bueno que allí hay. De todo lo mejor sin duda el mimbar de la Kutubiya; dice Terrasse y desde luego lleva razón es cosa mejor que los mismos marfiles de las arquetas hispano árabes. Fez no sé si decirle que como paisaje tan bueno o mejor que Granada. Allí vimos en la Qairawin el mimbar almorávide y toda una serie de capiteles omeyas y aun uno romano que con los otros fue a parar allí desde Córdoba.17
le enviaré copias. En Rabat sobre todo las puertas; Udaias, Bab er Ruah, Bab el Hadid, Bab el Had, y Bab el alu, sobre todo estas tres últimas muy sencillas obligan a pensar en Bab al Bonaida.20
El cuaderno de apuntes nos permite reconstruir el orden seguido por estas visitas: Rabat, Marrakech, Taza, Fez, Volubilis,24
3. EL CUADERNO DE APUNTES. DESCRIPCIÓN
⌅El cuaderno en el que F. Hernández Giménez tomó sus apuntes y dibujó los croquis de algunos monumentos medievales de Marruecos cuenta con cuarenta folios (formato 17,5 × 27 cm). A posteriori, los conservadores del archivo solo han dado un número al anverso de cada folio, escaneándolo en un único documento con el reverso del anterior. En la mayoría de los casos, esta numeración no plantea problemas, dado que casi siempre F. Hernández utilizó solo el anverso, pero cuando recurrió también al reverso no hay correspondencia unívoca entre número de folio y número de documento escaneado.25
La calidad de los dibujos –o más bien croquis– es desigual y, en muchos de ellos, no hay ninguna indicación sobre el monumento o la ciudad concernida. Generalmente están hechos a tinta, aunque también se emplea el lápiz para realizar el encaje preliminar de algunos dibujos. El carácter endemoniado de la letra del autor hace que los pocos apuntes o comentarios que van asociados sean muy difíciles de descifrar y explica las numerosas lagunas de nuestras trascripciones.26
Para dar mayor coherencia a este trabajo hemos desistido de presentar por orden cronológico los datos gráficos reunidos en el cuaderno: hemos preferido agruparles por temas (“Puertas y recintos”, “Mezquitas, madrasa-s y zāwiya-s”, “diversos”) y, dentro de cada una de estas categorías, ordenarlos primero por ciudad y segundo por monumento.27
4. LOS MONUMENTOS
⌅4.1. Puertas28
Posteriormente a la visita de Félix Hernández, las puertas de Rabat han sido estudiadas en particular por Caillé (1949), trabajo retomado por Pavón Maldonado (1996, 52-62); las de Salé, mariníes, por Terrasse (1922) y Pavón (1996, 64-65). Allain y Deverdun (1957) han publicado un artículo sobre las de Marrakech, estudio utilizado por Wilbaux (2001, 192-203). Se han publicado recientemente los resultados de la excavación de Bāb Agnaw (Rguig et al. 2023) y se han estudiado los estragos de la erosión por la contaminación de este edificio (Lazzarini et al. 2007). No existe trabajo de conjunto sobre las de Fez, aunque Le Tourneau (1949) les ha dedicado muchas páginas (con pocas referencias a su arquitectura). Las que han sido publicadas son mariníes, del recinto de Fās Ŷdīd, por Terrasse (1947), Bressolette y Delarozière (1982-1983). Recientemente, Almela Legorburu (2023) ha realizado un estudio pormenorizado de Bāb al-Sab‘. Cressier (2006a, 2006b) ha abordado la cuestión de las puertas almohades y post-almohades de Marruecos de forma más global. Márquez Bueno, Gurriarán Daza y Martínez Núñez (en prensa) están ultimando un estudio detallado de las portadas de aparato almorávides y almohades. Por último, el sitio internet creado por Antonio Almagro sobre la arquitectura almohade (ATARAL), dedica varias de sus páginas a las puertas urbanas de aparato, así como a las grandes mezquitas de esta época: https://www.ataral.es/introduccion.php y recintos
⌅4.1.1. Qaṣba de los Udāya. Recinto de Mawlay Rašīd (Rabat)
⌅Anverso del folio 3. Documento n.º FH_8_04_001_003d (Fig. 2). Se trata de un plano esquemático totalmente mudo del conjunto de la ampliación alauita de la Qaṣba de los Udāya, en el que el dibujante ha insistido sobre la puerta lateral en doble codo.
En su libro sobre “Rabat hasta el protectorado francés”, Jacques Caillé (1949Caillé, J.1949: La ville de Rabat jusqu’au protectorat français. Histoire et archéologie, Publications de l’Institut des Hautes Études Marocaines XLIV. Les Éditions d’Art et d’Histoire, París (3 vols.)., t. I, 377-392, fig. 97) ha estudiado este recinto y ha subrayado el carácter arcaico de este acceso en doble codo.29
4.1.2. Puerta de la Qaṣba de los Udāya (Rabat)
⌅Anverso del folio 33. Documento n.º FH_8_04_001_033d (Fig. 3). En el ángulo superior izquierdo, en cuatro líneas:
En el ángulo inferior derecho: “∂ y en la misma línea”. El dibujo no está identificado, pero la planta del edificio es bastante reconocible: se trata de la puerta monumental de acceso a la Qaṣba de los Udāya en Rabat, llamada a veces Bāb Lakbīr (Rguig et al. 2023Rguig, H., Fili, A., Marou, A. y El Kacimi, A.2023: “Recherches archéologiques à ʻBab Agnaouʼ de Marrakech (fin XIIème siècle) : Premiers résultats”, Hespéris-Tamuda LVIII (1), pp. 65-93., 67), ampliamente estudiada por otros investigadores en los decenios siguientes.30
En 1927, poco antes de la visita del arquitecto español, Marçais (1927Marçais, G.1927: Manuel d’Art musulman. L’architecture. Tunisie, Algérie, Maroc, Espagne, Sicile. I. Du IXe au XIIe siècle. Éditions Auguste Picard, París., 354, fig. 192, recogida por Terrasse 1932Terrasse, H.1932: L’art hispano-mauresque des origines au XIIIe siècle, París: Van Oest., 294, fig. 40b) había publicado una planta bastante esquemática de esta puerta,32
4.1.3. Bāb Mrisa y Bāb al-Faran (Salé)
⌅Anverso del folio 32. Documento n.º FH_8_04_001_032d (Fig. 4). Este folio lleva dos plantas muy esquemáticas de puertas con acceso directo –toda vez que no se trate de plantas parciales, por supuesto– entre dos torres cuadrangulares.
El dibujo superior no va acompañado de ninguna indicación de procedencia. Para el inferior se precisa “Bab Mansa-Rabat” o “Bab Marisa-Rabat” (la letra de don Félix se presta a confusión). Este pie de figura, aparentemente explícito en cuanto a la ciudad, nos ha llevado a buscar en un primer momento entre las puertas alauitas de Rabat (pues ninguna de las almohades presenta un acceso recto), tanto más en cuanto que la mención “Bab Marisa” vuelve a aparecer tres páginas más adelante, acompañando esta vez el dibujo de un arco (FH_8_04_001_035d). No obstante, no documentamos ninguna puerta que llevase este nombre –ni que tuviese las dimensiones aquí apuntadas– en los recintos post-medievales de Rabat (muralla “andalusí”, del Mexuar o del Agdal).33
Cotejando las medidas anotadas por Félix Hernández con las tomadas por nosotros, y volviendo al artículo precursor de Terrasse (1922Terrasse, H.1922: “Les portes de l’arsenal de Salé”, Hespéris, II (4), pp. 357-371.) sobre las puertas de las atarazanas de Salé,34
El dibujo superior corresponde a la puerta lateral, Bāb al-Faran.36
Bāb Mrisa está dibujada con mayor precisión, incluyendo la doble mocheta. Según los datos apuntados por Félix Hernández, el ancho total, incluidas las torres de flanqueo sería de 20,60 m para Bāb al-Faran y 18,85 m para Bāb Mrisa.
En todo caso se trata de croquis muy poco ambiciosos, respecto a la importancia tanto monumental como histórica de estas dos puertas saletinas. Tanto la puerta del Mar de Hunayn, uno de los puertos de Tremecén (Argelia; Marçais 1957Marçais, G.1957: “Honaïn”, en Mélanges d’histoire et d’archeólogie de l’Occident musulman, t. I Articles et conférences de Georges Marçais, pp. 161-172. Imprimerie officielle, Argel.) como el llamado “Ṭanŷa Balia” en la bahía de Tánger (Gozalbes Cravioto 2010-2011Gozalbes Cravioto, C.2010-2011: “Tánger el Viejo-Tandja el Balia y las Atarazanas. El enigma de unas fortificaciones norteafricanas”, Cuadernos del Archivo Central de Ceuta, 19, pp. 47-65.; El Boudjay 2016El Boudjay, A.2016: “Dar Sinaa de Tanger”, en A.Teixera (coord.), Entre les deux rives du Détroit de Gibraltar : Archéologie de frontières aux 14-16e siècles / En las dos orillas del Estrecho de Gibraltar: Arqueología de fronteras en los siglos XIV-XVI, pp. 323-334. Centro de História d’Aquém e d’Além-Mar - Faculdade de Ciências Sociais e Humanas – Universidade Nova de Lisboa e Universidade dos Açores, CHAM, Lisboa.) dan cuenta del prolongado esfuerzo de los sultanes mariníes para fortificar y mejorar sur red portuaria.
4.1.4. Šālla (Rabat). Almenas de la puerta principal
⌅Anverso del folio 34. Documento n.º FH_8_04_001_034d (Fig. 5).
- almenas de la puerta de Chella
- ancho 0,85 x grosor 0,44 x altura 0,80 almena
- 0,67 entre almenas
- 0,85 parapeto alto
- Llevan las almenas una espiga central remate del paramento
No sabemos cuál de las almenas de la puerta de aparato de Šālla, la gran necrópolis mariní fundada frente a Rabat (Basset y Lévi-Provençal 1923Basset, H. y Lévi-Provençal, É.1923: Chella. Une nécropole mérinide, É. Larose, París.), ha sido dibujada por Félix Hernández. Cuando iniciamos nuestra investigación sobre esta puerta, en 2013, solo quedaba una de las originales, todas las demás habían sido reconstruidas a lo largo de varias restauraciones (Cressier et al. 2021Cressier, P., Gurriarán Daza, P., Márquez Bueno, S., Martínez Núñez, M.ª A. y Touri, A.2021: “Un cas unique d’épure d’architecture en Occident islamique. La représentation de l’arc et du décor de la grande porte mérinide de Šālla (Rabat)”, Arqueología de la Arquitectura, 18, e116. 10.3989/arq.arqt.2021.008).
4.1.5. Bāb al-Ruwaḥ (Rabat)
⌅Anverso del folio 4. Documento n.º FH_8_04_001_004d (Fig. 6). Probable arranque izquierdo del arco de entrada, con la mención “Bab ar Ruah”, transcripción simplificada de Bāb al-Ruwaḥ.
Se trata de la primera dovela resaltada, de perfil cóncavo-convexo, cobijada por el arco mayor lobulado. Para su representación se ha tenido en cuenta el contexto de los elementos arquitectónicos circundantes.
Es muy posible que la peculiar forma de estas dovelas fuera objeto de la atención de Félix Hernández por su vínculo formal con las de la Kutubiyya, dibujadas más adelante en este cuaderno (FH_8_04_001_008d y FH_8_04_001_012d), o de algún edificio almohade de Andalucía que le interesaba más concretamente.
Parece que Bāb al-Ruwaḥ ha sido el segundo monumento visitado por Félix Hernández al llegar a Rabat, después de la Qaṣba de los Udāya. Volverá sobre ambos con más atención a la vuelta de su recorrido por el país con Henri Terrasse.
Reverso del folio 34. Documento n.º FH_8_04_001_035i (Fig. 7). Planta de puerta monumental con indicaciones de medidas. Los escasos comentarios están dispuestos cabeza abajo. En la esquina inferior izquierda:
En el lado opuesto del dibujo:
- Debe tener 0,50 porque hay un alto rebaje […] 0,26.37
Este comentario parcialmente descifrado parece aludir a las dimensiones de las mochetas almohades posteriormente embebidas en la reducción de vano, en época alauita.
Aunque no haya ninguna indicación sobre la procedencia de esta planta, la organización característica de los espacios y las dimensiones (ancho del vano 4,13 m, ancho de las torres 7,37 m) no se prestan a duda: se trata de la Bāb al-Ruwaḥ en Rabat, la más rica y espléndida de las grandes portadas almohades magrebíes, erigida en tiempos del califa Abū Yūsuf Ya‘qūb al-Manṣūr. Su pasadizo interior consta de cuatro codos. Su frente exterior se organiza mediante un esquema tripartito formado por dos torres de flanqueo que protegen el gran arco central, que alberga el acceso.38
En 1930, cuando Félix Hernández midió Bāb al-Ruwaḥ, solo De la Nézière (1921De La Nézière, J.1921: Les Monuments mauresques du Maroc. Albert Lévy, París.) había publicado una planta de este monumento, muy elemental y escasamente satisfactoria. Fue la que recogieron poco después Marçais (1927Marçais, G.1927: Manuel d’Art musulman. L’architecture. Tunisie, Algérie, Maroc, Espagne, Sicile. I. Du IXe au XIIe siècle. Éditions Auguste Picard, París., 353, fig. 191) y Terrasse (1932Terrasse, H.1932: L’art hispano-mauresque des origines au XIIIe siècle, París: Van Oest., 294, fig. 49a). Félix Hernández, en su croquis distingue la estructura original de la refacción alauita, en la zona de los arcos de entrada, desde extramuros e intramuros.
4.1.6. Puerta de los Zaer (Rabat)
⌅Anverso del folio 35. Documento n.º FH_8_04_001_035d (Fig. 8). Dos dibujos superpuestos con comentarios.
El de arriba, con indicación “Bab al Hadid” es la planta parcial de una puerta monumental: solo está dibujado un acceso rectilíneo entre dos torres cuadrangulares. Un largo párrafo precede el croquis:
- Es almohade pero ha sido muy modificada sobre todo en su // planta interior según acusa trazado de los arcos de dos centros pero // en puntos al centro […] de los arcos.
- Además tanto internamente como externamente (en la parte posterior que- // dan restos de partes bajas de la antigua disposición.
- Un muro puede ser de lo antiguo es en el exterior en que las
- torres y el arco son antiguos aunque luego se […] en el
- otro arco. pero al parecer respeta […] hueco de la jamba
El nombre de Bāb al-Ḥadid (“Puerta de Hierro” o “Puerta de las Armas”), recogido por Félix Hernández, es el de una puerta, hoy en día inaccesible a la observación por estar incluida en los edificios del palacio real de Rabat, aunque su planta ha sido publicada por Caillé (1949Caillé, J.1949: La ville de Rabat jusqu’au protectorat français. Histoire et archéologie, Publications de l’Institut des Hautes Études Marocaines XLIV. Les Éditions d’Art et d’Histoire, París (3 vols.)., t. I, 44-145, t. II, fig. 51), quien ha dado una breve descripción del monumento.39
El dibujo inferior representa esquemáticamente la fachada de una puerta cuyas proporciones del arco y las dovelas descritas como “resaltadas” permiten asegurar que se trata aquí también de la Puerta de los Zaer.
En la parte izquierda interna de la rosca, en vez de representar las dovelas, se anota: “+12 dovelas resaltadas”, mientras que a la derecha se lee “Dovelaje con despieze [sic] de la misma época”.
A la derecha de este dibujo unas indicaciones sobre la toma de fotografías del monumento (“foto 10 mañana sol […]”) y a su izquierda indicaciones similares a propósito de otra puerta (“Bab Marisa foto […]”).42
4.1.7. Bāb al-Ḥad43Su nombre procede probablemente del mercado del domingo (al-Ḥad) que se celebraba frente a ella. (Rabat)
⌅- Reverso del folio 35. Documento n.º FH_8_04_001_036i (Fig. 9). Junto al dibujo, en cuatro líneas:
Se trata de un croquis de la escalera interior de acceso a la terraza de Bāb al-Ḥad, cuya planta general figura en el anverso del folio siguiente. Se sitúa en el paño interior señalado como b-b’.
- Anverso del folio 36. Documento n.º FH_8_04_001_036d (Fig. 10). Aunque no se precise en el dibujo, se trata de la planta de Bāb al-Ḥad en Rabat, reconocible por su estructura interna similar a la de Bāb al-Ruwaḥ (aunque difiere por su sistema de cobertura) y sus dos torres pentagonales.44
4.1.8. Bāb al-Alū (Rabat)
⌅Anverso del folio 37. Documento n.º FH_8_04_001_037d (Fig. 11). Planta de una puerta monumental, flanqueada por dos torres cuadrangulares, y con acceso en cuádruple codo.45
Tanto estas como la estructura interna así dibujada nos permiten asegurar que se trata de la Bāb al-Alū (“Puerta de la Altura”) en Rabat.46
En 1930, no se había publicado todavía ninguna planta de esta puerta.
4.1.9. Puerta (¿Marrakech?): ¿Bāb al-Maḫzan o Bāb al-‘Arīsa?
⌅Anverso del folio 16. Documento n.º FH_8_04_001_016d (Fig. 12). Cuatro croquis superpuestos, el segundo desde arriba y el último abajo, representan la planta de la fachada exterior de una misma puerta abierta entre dos torres pentagonales. Se ha duplicado el dibujo para poder colocar todas las medidas de los distintos elementos. El croquis superior y el tercero desde arriba, más esquemáticos todavía, dan cuenta del ritmo de las torres cuadrangulares (ancho 7 m, saliente 4,30 m) del tramo de recinto, de un lado y otro de esta puerta: 27,0 m, 38,40 m, 37,50 m hacia la izquierda, 38 m hacia la derecha.
Además de las medidas, figuran varias pequeñas anotaciones:
- […] que parece de las […]
- Centro del arco
- En esta parte las torres // son pequeñas y muy próximas
- Las torres parecen asentadas sobre lo // antiguo con ligeras [...] en ancho
Por su localización en el cuaderno, se trata de una puerta de Marrakech: el dibujo anterior se refiere a la Kutubiya y el siguiente a Bāb Āgnāw. Por lo que sabemos, solo dos puertas del recinto de Marrakech tienen torres pentagonales (o semi-octogonales, según cómo se lee la planta): Bāb al-Majzan y Bāb al-‘Arīsa.47
Muchos autores más recientes admiten tácitamente que las puertas de Marrrakech son almorávides. Sin embargo, las similitudes de Bāb al-Majzan y Bāb al-‘Arīsa con algunas del recinto de Rabat (Bāb al-Ḥad y Bāb al-Ḥadid) nos hace pensar que aquellas son parte de las obras de remodelación de la muralla de Marrakech por los califas almohades.
4.1.10. Bāb Āgnāw (Marrakech)
⌅Anverso del folio 17. Documento n.º FH_8_04_001_017d (Fig. 13). Dos croquis ocupan este folio. En la parte superior parece tratarse de la planta de un elemento de fachada (quizá uno de los laterales de una puerta), con posibles nicho y resalto, sin indicación manuscrita que permita identificar el monumento, aunque con numerosas medidas y los datos siguientes:
- Ladrillo 0,29 × 0,135 × 0,05
- Mortero de cal y arena
- Torreón y arcada homogénea en absoluto
- El torreón da unas líneas verticales // y horizontales del aparejo fingido
El croquis inferior corresponde claramente al vano de una puerta monumental (ancho de 4,8 m), identificada esta vez como Bāb Āgnāw. Los arranques de los muros de las torres huecas están dibujados de forma algo exagerada:
- Bab Agnau
- En realidad no puede // más que el paramento // que se ve
- muros que levant(an) // una banqueta 0,70 de // suelo
Bāb Āgnāw, puerta de aparato que daba acceso a la qaṣba almohade fundada por Abū Yūsuf Ya‘qūb al-Manṣūr como ciudad anexa a esta, con el nombre primitivo de Tāmurākušt, es la única de las puertas de Marrakech con decoración epigráfica y de atauriques, veneras y columnillas, similar a la de la Qaṣba de los Udāya y a Bāb al-Ruwaḥ en Rabat (cf. supra). Solo se conserva la fachada: en tanto que las dos torres probablemente huecas que la flanqueaban como la parte trasera del edificio han desaparecido. Está edificada en piedra local (o piedra de Gueliz). Una excavación reciente (Rguig et al. 2023Rguig, H., Fili, A., Marou, A. y El Kacimi, A.2023: “Recherches archéologiques à ʻBab Agnaouʼ de Marrakech (fin XIIème siècle) : Premiers résultats”, Hespéris-Tamuda LVIII (1), pp. 65-93.) ha mostrado que el edificio conoció un periodo de abandono y ocupación doméstica a partir del siglo XV. No se sabe con certeza cuando aparece el nombre de Āgnāw (quizá relacionado con la guardia negra de los califas almohades). Al haber sido el acceso a la qaṣba y al palacio almohade esta puerta ha sido llamada también Bāb al-Qaṣr por varios autores medievales.
4.1.11. ¿Elementos de puerta monumental? (Marrakech)
⌅Anverso del folio 18. Documento n.º FH_8_04_001_018d (Fig. 14). El dibujo no lleva indicación relativa al edificio del que se ha representado una planta parcial y, más abajo, el despiece de un dintel. El dibujo superior podría corresponder a la parte lateral de la fachada de una puerta urbana, con un nicho ancho de 0,92 m. En todo caso, el cotejo de nuestros levantamientos fotogramétricos recientes de Bāb Āgnāw (ver Fig. 13) nos permite afirmar que no se trata de un detalle de este edificio.
4.1.12. Tramo de muralla con puerta. Probablemente Fez
⌅Anverso del folio 20. Documento n.º FH_8_04_001_020d (Fig. 15). No hay ningún comentario asociado a este croquis: dada su localización en el cuaderno, este tramo de muralla podría situarse tanto en Marrakech (ya que hemos atribuido a esta ciudad el folio 18) como en Fez, admitiendo que los folios 21 y 22 se refieran a mezquitas de esta capital.49
Se trata de dos torres casi cuadradas distantes de 11,40 m. Dos de los lados de la primera miden 6,15 m y el tercero 6,90 m. La segunda (10,35 × 11,15 m) parece ser más bien una puerta cuyo vano (ancho 3,24 m) se abre en la fachada perpendicular a la muralla. Dada la disposición peculiar de esta abertura, el acceso debía hacerse en codo único.
Sin planta disponible a buena escala, nos ha sido imposible localizar este tramo de muralla y su puerta.
4.1.13. Puerta de la Qaṣba de los Filāla también llamada Bāb Šurfa (Fez)
⌅- Anverso del folio 23. Documento n.º FH_8_04_001_023d (Fig. 16). Tres dibujos de pequeño tamaño. El de arriba es la planta esquemática de una puerta flanqueada de dos torres de saliente pentagonal.
- Puert Puert // Puerta de la Kasba // de los Filala
- La parte baja parece […] acusar // una puerta de torres de planta cuadrada
- La actual se acusa como puerta de tres crujías
Esta puerta se llama localmente Bāb Šurfa y da acceso à la qaṣba de los Filāla (ver documento siguiente).50
- Anverso del folio 24. Documento n.º FH_8_04_001_024d (Fig. 17).
- Fez. Bab Filala? Entrada de la Qasba de los // Filala
- 2/4/930
- Parece escalera
- m = u = m’
- e planta cuadrada
- ß planta rectangular Largo = 2 × Ancho
- Ancho C = ancho D y D’
- Largo E = 2/3 ancho E = 2/3 ancho
- Largo F = Largo E
- Los anchos pilares todos uniformes // e igual 0’66; los salientes también // uniformes = 0,26
El origen de la qaṣba de los Filāla se conoce bastante mal.51
Bāb Šurfa es la única puerta de acceso a la qaṣba. A pesar de que haya sido considerada a menudo como construcción alawita, su estructura todavía próxima a las grandes puertas de aparato almohades –tal como lo muestra la planta levantada por Félix Hernández– implicaría que fuese bastante anterior. No obstante, la curiosa disposición del paño de sebka por encima del arco de entrada y las proporciones de este no permiten asignar la fecha de construcción en un momento temprano de la dinastía mariní. De hecho no deja de tener una cierta similitud con los paños de sebka de las torres que flanquean Bāb al-Manṣūr al-‘Ilŷ en Mequínez.52
4.1.14. Bāb Sba‘(Fez)
⌅Anverso del folio 27. Documento n.º FH_8_04_001_027d (Fig. 18). Planta detallada, aunque parcial, de Bāb Sba‘ en Fez, con solo parte de sus torres de flanqueo.53
Se trata de una de las puertas de aparato de la fundación mariní de Fās al-Ŷadīd, por Abū Yūsuf Ya‘qūb en 1276 y daba acceso a esta nueva ciudad desde el norte (Le Tourneau 1949Le Tourneau, R.1949: Fès, avant le protectorat. Étude économique et sociale d’une ville de l’Occident musulman. Société marocaine de librairie et d’édition, Casablanca. [reed., La Porte, Rabat, 1987]., 67).
Ha sufrido numerosas transformaciones desde su edificación, entre ellas la construcción del Mexuar nuevo, amplia plaza cercada por murallas almenadas que se extiende al norte de ella. De los tres vanos de la fachada interior, solo el occidental es original; el central se abrió en 1884 y el oriental en 1912.
Almela Legorburu (2023Almela Legorburu, I.2023: “El conjunto de Bāb al-Sab‘: evolución de un acceso en la ciudad palatina de Fās al-Ǧadīd (Fez, Marruecos)”, Arqueología de la Arquitectura, 20, e137. 10.3989/arq.arqt.2023.004) acaba de publicar una interesante y extensa monografía de este monumento complejo, que asocia estructuras defensivas e hidráulicas. Remitimos a ello para una información detallada y la contextualización histórica de este conjunto.
4.1.15. Bāb Dkakīn (Fez)
⌅Anverso del folio 28. Documento n.º FH_8_04_001_028d (Fig. 19). Se trata de un simple croquis, sin ninguna indicación de dimensiones, con la mención “Bab Dukala” tachada y sustituida por “Bab Dekakène”.
4.1.16. Bāb al-Sammārīn (Fez)
⌅Anverso del folio 30. Documento n.º FH_8_04_001_030d (Fig. 20). Planta de una puerta monumental, presumiblemente de la muralla urbana de Fez.55
- Toda la obra aparece homogénea // ladrillo […] 0,644
- Solo este disponen // en frente de la arcada a […]
- Cubo […]
- Bóveda [o baída]
- Todo el aparejo// antiguo a la // línea // de jambas
- Muy verticales// […] del alfiz// y de […] en arco
- […] debe pues medir 5,20 [Anotado en vertical ]
- la puerta// a la vista // parece centrada [Anotado boca abajo].
Bāb al-Sammārīn, se abre en el tramo sur de la muralla de Fās al-Ŷadīd, al final del eje norte-sur procedente de Bāb al-Sba‘, que estructura la ciudad nueva. Su paso en doble codo es heredado de los modelos almohades: ¿referencia voluntaria, imposición poliorcética o simple arcaísmo?
4.1.17. Las puertas urbanas: ¿una investigación pionera?
⌅Cuando Félix Hernández abordó la documentación de algunas de las grandes puertas de aparato almohades y mariníes del Magreb, se encargó de iniciar una investigación ciertamente novedosa. Hasta ese momento no estaban publicadas y su investigación era aún precaria; de este modo, fue necesario esperar hasta mediados del siglo XX para que los estudiosos franceses presentaran los primeros trabajos sobre las puertas de Rabat y algo más tarde las de Marrakech (cf. infra). Por lo que respecta a tierras andalusíes, quedaban todavía algunos años para que Leopoldo Torres Balbás hiciera referencia a algunas de las más importantes portadas almohades, tal fue el caso de las conservadas en la alcazaba de Badajoz (Torres Balbás 1938Torres Balbás, L.1938: “Paseos arqueológicos por la España musulmana: La alcazaba de Badajoz”, Revista de Estudios Extremeños, 12 (3), pp. 225-277. y 1941Torres Balbás, L.1941: “La alcazaba almohade de Badajoz”, Al-Andalus, VI, pp. 168-203.), incluyendo su planimetría.
Suponemos que, para el arquitecto barcelonés, la investigación de estos verdaderos arcos de triunfo hubo de suponer un auténtico revulsivo, ya que implicaba conocer un tipo de obras militares muy diferentes de las almohades conservadas en la península. Mientras que estas eran sobrias en su concepción arquitectónica, con escasos elementos decorativos, sus homólogas magrebíes presentaban una auténtica eclosión ornamental56
4.2. Mezquitas, madrasa y zāwiya
⌅4.2.1. Zāwiya al-Nusak (Salé)
⌅Reverso del folio 37. Documento n.º FH_8_04_001_038i (Fig. 21).
- Zawyat an-Na… [sic] // foto ‘7’ {1-2/1-5 a la sombra a las 12 h 5 contra luz
- Tapial
- La parte rebordeada sillares // el resto de la puerta, mampostería mampostería [sic] todo // el primer entre las dos mochetas; o sillarejo por hiladas // y en ambas por 2 […]
- Contiguo y […] junto al camino existe un fragmento grande // de coronación de estalactitas que es un paño de la puerta
El dibujo representa la planta de la única puerta conservada de las dos que tenía la zāwiyat al-Nussak, en las afueras de Salé. Años después de la visita de Félix Hernández este conjunto monumental mariní fue excavado y publicado por Meunié (1957Meunié, J.1957: “La zaouiat En Noussak. Une fondation mérinite aux abords de Salé”, Mélanges d’Histoire et d’archéologie de l’Occident musulman, t. II, Hommage à Georges Marçais, pp. 129-146. Imprimerie officielle du Gouvernement général de l’Algérie, Argel.). En años anteriores, Terrasse (1923Terrasse, H.1923: “Le décor des portes anciennes du Maroc”, Hespéris, III (2), pp. 148-174., passim y lám. IX) había tratado de su ornamentación.
La referencia de Félix Hernández a un bloque de estalactitas o muqarnas llama la atención, pues estas no podían proceder de la puerta principal, la única conservada en su época, sino de la que se había derrumbado unos años antes (probablemente en 1912: Meunié 1957Meunié, J.1957: “La zaouiat En Noussak. Une fondation mérinite aux abords de Salé”, Mélanges d’Histoire et d’archéologie de l’Occident musulman, t. II, Hommage à Georges Marçais, pp. 129-146. Imprimerie officielle du Gouvernement général de l’Algérie, Argel., 133) y que sí tenía un friso cimero de este tipo, tal como lo atestigua una fotografía de J. B. Morana que tuvo bastante difusión como tarjeta postal a principios del siglo pasado así como los clichés de Antonio Cavilla publicados en varias ocasiones en fechas similares.57
4.2.2. Mezquita Ḥasan (Rabat). Planta parcial
⌅Anverso del folio 5. Documento n.º FH_8_04_001_005d (Fig. 22). Los dos dibujos de esta página no van acompañados de textos que permitan su identificación.
Uno es un simple croquis que representa la esquina de un edificio hipóstilo, con dos naves paralelas a un muro alargado (un simple trazo rectilíneo), y separadas por una línea de columnas o pilares circulares. Esta parte del edificio debía dar a un espacio vacío a través de amplios vanos definidos por pilares de planta más compleja. Una puerta flanqueada de contrafuertes se abría en el muro exterior.
El segundo dibujo es una ampliación de la planta de aquella puerta con las indicaciones detalladas de sus medidas.
Unos pocos indicios (las dos naves alargadas paralelas, la forma de los pilares), nos permiten identificar el edificio: se trata del ángulo sureste de la mezquita de Ḥasan en Rabat, tal como se puede comprobar en la monografía que le dedicó Caillé (1954Caillé, J.1954: La mosquée de Hassan à Rabat, Publications de l’Institut des Hautes Études Marocaines LVII. Arts et Métiers Graphiques, París (2 vols)., t. II, figs. 44 y 45) casi un cuarto de siglo después de la visita de Félix Hernández.58
4.2.3. Torre Ḥasan (Rabat) y mezquita al-Qarawiyyin en Fez
⌅Anverso del folio 19. Documento n.º FH_8_04_001_019d (Fig. 23). En el ángulo superior izquierdo de la página, Félix Hernández ha escrito claramente “Rabat. Torre de Hassan”. No obstante, esta indicación parece vinculada solo a la figura cuadrada dibujada justo por debajo. En efecto, el valor de 16,15 m indicado para uno de los lados es compatible con las medidas del gran alminar almohade de Rabat, hermano del de la Kutubiyya y de la Giralda de Sevilla. De hecho, en su monografía del edificio, Jacques Caillé (1954Caillé, J.1954: La mosquée de Hassan à Rabat, Publications de l’Institut des Hautes Études Marocaines LVII. Arts et Métiers Graphiques, París (2 vols)., t. I, 95, nota 5) da la medida de 16,12 m para los lados de la Torre Ḥasan, lo que habría dado una altura total de 87 m en caso de haber tenido las mismas proporciones que la Kutubiyya.
El alminar de la mezquita aljama de Córdoba como prototipo de los que levantaron más tarde los almohades era un tema que interesaba tanto a Félix Hernández como, más tarde, a Jacques Caillé. De hecho, en 1953, este último escribió una carta a don Félix para interesarse sobre los módulos de los sillares del minarete cordobés en vista a una comparación con los de la torre Ḥasan (Carta n.º FH_71_01_053 del 24 de agosto de 1953, Archivo de don Félix, Museo Arqueológico Provincial de Córdoba). No consta que haya recibido una contestación, pues no se alude a esta cuestión en los dos volúmenes que publicó el año siguiente sobre este monumento.
Es más difícil saber si el dibujo a lápiz, esquemático si no descuidado, que figura en la parte izquierda del folio 19, constituye el esbozo de una de las caras del alminar de esta misma mezquita de Ḥasan, o –mejor dicho– de lo que hubiera podido ser esta fachada una vez completada la construcción del cuerpo principal (aunque sin contar todavía con el cuerpo superior o “linterna”). Desentrañar el significado del entramado de líneas dibujadas por Félix Hernández nos ayudará a responder a esta pregunta. Creemos que se puede interpretar como la sucesión, desde arriba hasta abajo, de tres elementos: un remate con cinco merlones dentados; un friso de arcos ciegos, representado por rayones; y un dintel adovelado que se identifica por sus extremos inclinados. Por debajo de ellos se extendería el paño de sebka aquí solo sugerido por el trazo de su marco rectangular. Obviamente, este “croquis” no da cuenta de apuntes tomados in situ: se debe tratar más bien de un dibujo apenas esbozado, trazado con prisa, para apoyar una argumentación, probablemente en el curso de una conversación con un interlocutor. Si los merlones dentados son omnipresentes en los alminares occidentales en todas épocas, lo son en particular en los almohades. Frisos de arcos ciegos cimeros se dan en la Kutubiyya (Marrakech) y en la Giralda (Sevilla), mientras que el dintel adovelado se encuentra tanto en la cara norte de la misma torre de Ḥasan como en la cara este de la Kutubiyya. Pero la composición sugerida aquí no existe en ninguno de los grandes alminares almohades anteriores (Kutubiyya) o contemporáneos (Giralda y mezquita de la Qaṣba en Marrakech). Estas observaciones nos llevan a pensar que, aunque este dibujo algo desconcertante no represente necesariamente la torre Ḥasan, sí se ha realizado a propósito de ella.
Muy distinto del anterior es el dibujo esquemático de alminar que figura en la parte derecha del mismo folio 19 y que no lleva ninguna referencia. Esta vez, no se puede asignar al alminar almohade de Rabat, siquiera si fuera una visión idealizada después de una eventual restauración. Tanto el resalto de la parte superior, subrayado por molduras y cornisas, como el edículo superior y su cúpula esférica remiten a los minaretes zenatas de Fez y más concretamente al de la mezquita al-Qarawiyyin que, en una carta a Leopoldo Torres Balbás (cf. supra), Félix Hernández confirma haber visto durante su estancia en Marruecos.59
Este dibujo no debe haber sido trazado in situ, pues su emplazamiento en el cuaderno no es lógico (todo lo que concierne a Fez aparecen más adelante, en los folios 23 a 30). Quizá haya servido más bien a Félix Hernández como soporte para una argumentación de viva voz con algún interlocutor.
4.2.4. Mezquita(s) ¿en Taza o en Fez?
⌅- Anverso del folio 21. Documento n.º FH_8_04_001_021d (Fig. 24). Estudio del alminar de una mezquita, probablemente en Taza. Seis croquis de la plataforma superior y del edículo superior, una sección de la escalera y una sección de la bóveda del edículo.
Estos dibujos van acompañados de breves comentarios:
- Bóveda tabicada // de una hoja en yeso
- Bóveda esférica
- El núcleo central ladrillo con junta más pura en el lateral // de unos mampuestos con revestimiento interior mortero de cal // decorado con chevrons à la truelle.60
Félix Hernández utiliza aquí unos términos franceses: se trata de unas incisiones en forma de espigas (chevrons) hechas con una paletilla (truelle).
Por las medidas indicadas, se trata del mismo edificio que el del folio 22. Suponemos que está localizado en Taza porque los folios concernidos se encuentran entre los dedicados con certeza a Marrakech y otros dedicados con igual certeza a Fez. Sabemos, además, por su carta a Leopoldo Torres Balbás (cf. supra), que Félix Hernández estuvo en Taza y que vio allí la interesante mezquita de los Andaluces. Y sabemos también, esta vez por Henri Terrasse, que él y Félix Hernández tomaron medidas de “dos pequeñas mezquitas en Taza” (Carta n.º FH_70_04_067_001 del 30 de diciembre de 1938). Aunque no podamos descartar en todo rigor que este alminar pertenezca a un edificio de Fez, pensamos que podría tratarse aquí de la mezquita de los Andaluces de Taza (Maslow 1937Maslow, B.1937: Les mosquées de Fès et du Nord du Maroc, Publications de l’Institut des Hautes Études Marocaines XXX. Les Éditions d’Art et d’Histoire, París., 162-164, lám. XLIX; ElKhammar 2022).
- Anverso del folio 22. Documento n.º FH_8_04_001_022d (Fig. 25). Croquis de la parte superior de la fachada de un alminar, con indicaciones de los aparejos (mampuestos y ladrillos). El resalto de la plataforma está bien dibujado y el edículo superior solo esbozado.
Por las indicaciones de medidas (ancho de la torre de unos 3,38 m por debajo del parapeto), se excluye que se trate de la mezquita mayor de Taza, cuyo minarete es de mayor tamaño (5,9 m de lado).61
Además de la mezquita aljama y de la de los Andaluces ya mencionada, la ciudad de Taza contaba con varias mezquitas antiguas: la de Sīdī ‘Alī al-Darrar, la de Sīdī Azūz y la Ŷam‘a al-Sūq. Prosper Ricard, en la edición de la Guía Azul de 1925, señala que el alminar de esta última es más ancho en su parte alta que en su base (Ricard 1925Ricard, P.1925: Maroc. Les Guides bleus, Hachette, París., 321-322). Esta descripción se refiere quizá al resalto que acabamos de señalar, a nivel de la plataforma superior. Por tanto, Ŷam‘a al-Sūq podría ser también la mezquita que midió y dibujó Félix Hernández.
4.2.5. Madrasa Bū ‘Ināniya (Fez)
⌅Anverso del folio 25. Documento n.º FH_8_04_001_025d (Fig. 26). Tres motivos elementales de los paneles de sebka del alminar de la mezquita de la madrasa, dispuestos en dos columnas.
- Al lado del motivo superior izquierdo: “Lado N // Bu Anania”
- Al lado del motivo inferior izquierdo: “Bu // Anania // casi ! // Lado E”
- Al lado del motivo superior derecho: “verde”
- Al lado del motivo inferior derecho, detalle de la misma página, dos croquis representan cada uno la parte superior de una esquina del alminar, con su sistema de cornisa y molduras superpuestas.
La madrasa Bū ‘Ināniya fue edificada par el sultán mariní Abū ‘Inān entre 1350 y 1355. Su papel de mezquita aljama explica la presencia del alminar.62
4.2.6. Ŷam‘a al-Kabīr de Fās Ŷdīd (Fez)
⌅- Anverso del folio 31. Documento n.º FH_8_04_001_031d (Fig. 27). Tres motivos elementales de los paneles de sebka del alminar de la mezquita. El motivo intermedio parece un intento fallido de dibujar el que se plasmó finalmente un poco más abajo.
- Al lado del motivo superior: “Djema // Fes Djedid // Costado O”
- Al lado del motivo inferior: “Djama // Fes Djedid // Costado N”
Por debajo a la derecha, planta esquemática de un lado de una puerta, que parece ser de otro edificio, con carácter monumental, por las dimensiones del saliente (prof. 2,25 m, L. = 3,47 m) que flanquea el vano y que por ahora no hemos identificado.
Se trata de la mezquita estudiada y publicada con el nombre de “Jamaa Kebir” por Boris Maslow siete años más tarde (Maslow 1937Maslow, B.1937: Les mosquées de Fès et du Nord du Maroc, Publications de l’Institut des Hautes Études Marocaines XXX. Les Éditions d’Art et d’Histoire, París., 38-53). O sea la mezquita mayor de la ciudad nueva de Fās al-Ŷadīd fundada en 1275 por el sultán mariní Abū Yūsuf Ya‘qūb (Le Tourneau 1949Le Tourneau, R.1949: Fès, avant le protectorat. Étude économique et sociale d’une ville de l’Occident musulman. Société marocaine de librairie et d’édition, Casablanca. [reed., La Porte, Rabat, 1987]., 61-78). La construcción de este edificio religioso se suele considerar contemporánea de la ciudad, aunque una lápida empotrada en una de las paredes la atribuya a Abū Fāris en 1395,64
La orientación de los paños de sebka dada por Félix Hernández no corresponde a la indicada por Maslow (1937Maslow, B.1937: Les mosquées de Fès et du Nord du Maroc, Publications de l’Institut des Hautes Études Marocaines XXX. Les Éditions d’Art et d’Histoire, París., 48, fig. 12, caras norte y sur; 49, fig. 13, caras este y oeste; lám. XXIII-47, esquina noreste; y lám. XXIII-48, cara este) para quien el motivo superior sería el que se utiliza en las caras norte y sur, y el motivo inferior sería el empleado en las caras este y oeste.
Al igual que los croquis de la madrasa Bū ‘Ināniya, los de la Ŷam‘a al-Kabīr de Fās Ŷdīd dan fe del interés de Félix Hernández por la ornamentación de los alminares, interés claramente mostrado también por los numerosos dibujos de los arcos de las fachadas del de la Kutubiyya. No obstante, si el minarete de la gran mezquita almohade de Marrakech podía considerarse como un heredero directo del de la mezquita aljama de Córdoba, estudiado por el arquitecto barcelonés, los paneles de sebka de las torres mariníes poco tenían que ver con los lejanos antecedentes omeyas.
- Reverso del folio 22. Documento n.º FH_8_04_001_023i. La página solo lleva una breve nota manuscrita: “Djama Derb el Bouac”, este último término corregido por debajo en “Bouwak”. No hay dibujo.
Por la página donde está apuntado este nombre de mezquita, debe referirse a Fez, donde un barrio de la ciudad antigua se llama Darb al-Buwak.65
4.2.7. Mezquita Kutubiyya (Marrakech)
⌅La mezquita Kutubiyya de Marrakech, la primera mezquita aljama construida por los almohades en su nueva capital, es el edificio que ha despertado el mayor interés por parte de Félix Hernández a lo largo de su periplo por Marruecos, puesto que ocupa diez folios de su cuaderno (folios 6 a 15 del cuaderno, documentos n.º FH_8_04_001_006d a FH_8_04_001_015d del Archivo Félix Hernández). Sus apuntes y sus croquis conciernen principalmente al alminar y en menor medida a los pilares de la sala de oración y al gran aljibe, arruinado, de la Kutubiyya primitiva. Por coherencia de la reflexión, hemos saltado el orden cronológico de las observaciones para agrupar temáticamente los documentos, empezando por el alminar y acabando por el aljibe. Cinco años antes de que lo visitara don Félix el edificio había sido objeto de una publicación conjunta de Basset y Terrasse (1925Basset, H. y Terrasse, H.1925: “Sanctuaires et forteresses almohades. III. Le minaret de la Kotobîa”, Hespéris, V (3), pp. 311-376.), a la que nos referiremos a continuación en las notas. Recientemente, la página en internet del proyecto ATARAL (“Atlas de arquitectura almohade”), dirigido por Antonio Almagro Gorbea da acceso a una rica documentación fotográfica y planimétrica sobre esta mezquita,66
- Anverso folio 6. Documento n.º FH_8_04_001_006d (Fig. 28). Aunque el autor del dibujo no indica qué alminar ha representado aquí, no hay duda de que se trate del de la Kutubiyya de Marrakech, y más concretamente de su cara noreste.68
El dibujo, esquemático, pero de efecto muy realista (ver cómo están representados el yamur y la escuadra donde se iza la bandera de llamada a la oración), se acompaña de cuatro párrafos destinados a esclarecer algunos puntos de detalle:
- Aparejo llevado por hiladas // horizontales // arcadas de herraduras juntas // a punto medio de arranques // y parte baja enjarjada y con [pieza] de clave.
- Arcos interiores dos centros […] bastante sobre el arranque // y no muy juntos.
- Despiezo con clave // y cada rama del arco // a su centro sin enjarjes.
- De los tres arcos internos abierto el central los otros dos ciegos.
A la derecha del dibujo del alzado del alminar, otro dibujo –dispuesto a la italiana– asocia una ampliación de la arquería inferior, con particular atención al dovelaje y a la sillería, así como otro detalle del arco central de esta composición.69
- Anverso folio 7. Documento n.º FH_8_04_001_007d (Fig. 29). Detalle de la cara noreste: segundo panel de arcaturas a partir de la base.70
- Arco que cobija la composición 17 lóbulos // Arco bajo 7 lóbulos // hueco central practicable […], los laterales cuyo // juego de tres huecos en su dintel fin- // gido en el estuco despiezado al centro de la // línea de antepecho.
- Los tres arcos cobijados bajo de dos centro // bastante por encima de línea de arranque y // separados.
- Los arcos lobulados bajo y el grande en punta […] // que en la parte derecha ([…]) // libre del estuco se ve manifiesta- // mente y su despiezo parece converger // al punto medio de una línea que une // los centros de los dos lóbulos bajos.
- El lobulado está hecho a // base del revestido recubriendo // los extremos // inferiores del dovelaje
- línea de centros.
- En realidad la proporción // del arco es un // poco más achatada que en el // dibujo.
- En este adintelado no ha habido dovelaje sino // despiezo co- // rriente de sillares.
El alzado recoge el tramo central e izquierdo del panel, aunque se representa el arco de diecisiete lóbulos completo. Así mismo, se muestran elementos de decoración arquitectónica como la bífora de la albanega izquierda y el dintel adovelado del alfiz de la trifora interior. Félix Hernández dibuja incluso los trazos sueltos por debajo de la bífora de la albanega que se corresponden con decoración pictórica casi invisible hoy en día.
- Reverso folio 7. Documento n.º FH_8_04_001_008i (Fig. 30). Planta del cuerpo superior del alminar con detalle de las medidas de los pilares que definen los arcos.
No hay duda sobre la identidad del monumento. Esta planta esquemática corresponde en sus dimensiones (cuadrado de 6,89 m de lado) y en su organización (2 vanos en cada lado) con la planta que publicó Gallotti (1923Gallotti, J.1923: “Le lanternon du minaret de la Koutoubia à Marrakech (1194-1197 J.-C.)”, Hespéris, III, 1923, pp. 37-68., desplegable entre pp. 50 y 51) en la revista Hespéris unos años antes. Este cuerpo superior que corona el alminar está constituido por una sala cuadrada, de más de 5 m de altura y cubierta por una cúpula octogonal.
Félix Hernández no presta atención a muchos detalles y no señala, por ejemplo, el recrecimiento interior de los muros. Parece interesarse ante todo en las mochetas de los vanos.
Un primer intento de dibujar esta figura en la página siguiente (anverso del folio 8) en la que solo está dibujado un ángulo de edículo (cf. infra).
- Anverso folio 8. Documento n.º FH_8_04_001_008d (Fig. 31). Dibujo del tercer panel de la cara noreste del alminar,71
El dibujo del despiece de este falso aparejo indica sus dimensiones: altura de las hiladas 0,82 m; ancho de los tizones 0,33 m; ancho de las sogas 0,86 m.
Las dovelas del alfiz general del panel también fueron objeto de atención de Henri Basset y Henri Terrasse (1925Basset, H. y Terrasse, H.1925: “Sanctuaires et forteresses almohades. III. Le minaret de la Kotobîa”, Hespéris, V (3), pp. 311-376., 363, fig. 58), cuya representación es realmente coincidente con la de Félix Hernández.
Por debajo de la representación de este panel está dibujado un ángulo de la sección del cuerpo superior del alminar con medidas de detalle (Fig. 30), en complemento del dibujo del reverso del folio 7 (n.º FH_8_04_001_008i).
- Anverso folio 12. Documento n.º FH_8_04_001_012d (Fig. 32). Esta misma composición de arcos adorna dos de las caras del alminar de la Kutubiyya, la sureste73
- El despiezo del dovelaje rústico y constitutivo del arco // converge a los puntos a y b según indica el dibujo.
El alzado muestra algo más de la mitad izquierda del arco angrelado que cobija una pareja de arcos túmidos con despiece sobre sus respectivos alfices. También se representan, en el extremo derecho del alfiz del panel, los vestigios del falso despiece de dovelas, actualmente casi desaparecidas pero que Basset y Terrasse (1925Basset, H. y Terrasse, H.1925: “Sanctuaires et forteresses almohades. III. Le minaret de la Kotobîa”, Hespéris, V (3), pp. 311-376., 330, fig. 40e) habían publicado anteriormente y con mayor detalle. Llama la atención que el pequeño arco que Félix Hernández representa con forma de herradura en la albanega izquierda, actualmente muestra un perfil semicircular. Por otra parte, el arco de la enjuta derecha, que él no dibuja, sí conserva su forma prístina de herradura.75
Dos indicios hacen pensar que podría tratarse de una representación de la cara noroeste del alminar y no de la noreste: Félix Hernández dibuja un hueco del nudo sobre la clave, elemento que falta en la composición de la cara sureste, mientras que el arco angrelado del dibujo es bastante achatado, muy similar a lo que se puede observar ahora en esta cara noroeste.
- Anverso folio 13. Documento n.º FH_8_04_001_013d (Fig. 33). Detalle de la cara suroeste: panel inferior.76
- Adintelado general [pintado]
- Línea de despiezo // (separan entre los […])
- Línea de despiezo
- Línea centro
- El hueco entre arco parece // corresponder al plano // del fondo del alfiz
- Proporción del arco // es algo más // aplastada/apar[…]
- Por […] // 5 cuadrado(s) // y parece empezar // abajo en […] // […] // […]
El boceto se centra en el gran arco lobulado de dos cintas entrelazadas en las que cada lóbulo mayor de una cinta cobija al menor de la otra. Los “ates” o entrelazos aparecen muy marcados, así como en el alzado publicado por Henri Basset y Henri Terrasse (1925Basset, H. y Terrasse, H.1925: “Sanctuaires et forteresses almohades. III. Le minaret de la Kotobîa”, Hespéris, V (3), pp. 311-376., fig. 45). Del mismo modo que estos, Félix Hernández señala lo que atisbó del falso despiece de la albanega izquierda. También marca parte del dovelaje del alfiz que enmarca la trifora inferior, despiece que vuelve a reproducir debajo del alzado. Sin embargo, tanto él como sus predecesores, ni coinciden en la interpretación de la forma de tales dovelas, ni las dibujan con corrección, según se infiere de fotografías actuales.77
- Anverso folio 14. Documento n.º FH_8_04_001_014d (Fig. 34). Cara noroeste, segundo panel desde la base del alminar.80
- arco ciego
- lazos con ates al revés
- No se conserva // el adintelado
- arco herradura
- Frente Norte del alminar
- La parte a junta profunda
- La parte b rehundida o sea
- Lo negro rehundido de unos 0,08 de ancho.
El dibujo resalta muchos detalles como los “ates” de las cintas que forman los arcos pentalobulados y nudo tetralobulado izquierdo. Sin embargo, no refleja el encintado del arco ciego de la albanega izquierda. Sí dibuja la mitad izquierda del arco polilobulado que cobija los dos arcos de herradura, de los que representa el izquierdo con el falso despiece de su alfiz.
- Anverso folio 15. Documento n.º FH_8_04_001_015d. (Fig. 35). Cara sureste, panel mediano.81
Aparecen detalles, hoy perdidos, como el trazado de la cinta anudada en las claves de los arcos lobulados, que habían sido recogidos por Jean Hainaut en su dibujo para el artículo primicia de Basset y Terrasse (1925Basset, H. y Terrasse, H.1925: “Sanctuaires et forteresses almohades. III. Le minaret de la Kotobîa”, Hespéris, V (3), pp. 311-376., fig. 39). Por otra parte, Félix Hernández se centra en los elementos propios de la construcción y de ornamentación arquitectónica, tales como la cinta anudada del intradós del gran arco ultrasemicircular, obviando la presencia de decoración pictórica de ataurique, que sí registraron los investigadores franceses (Basset y Terrasse 1925Basset, H. y Terrasse, H.1925: “Sanctuaires et forteresses almohades. III. Le minaret de la Kotobîa”, Hespéris, V (3), pp. 311-376.). Extrañamente, refiere como “perdido el dovelaje adintelado” el espacio que señala sobre el alfiz del arco túmido izquierdo (que no representa). Cuando, realmente, si seguimos el estudio publicado cinco años antes (Basset y Terrasse 1925Basset, H. y Terrasse, H.1925: “Sanctuaires et forteresses almohades. III. Le minaret de la Kotobîa”, Hespéris, V (3), pp. 311-376.), la superficie en que se emplazaría tal supuesto dovelaje, en realidad estaba ocupada por una labor de lacería. También representa una banda vertical, en la izquierda del alfiz del panel, tangente a la banda del trasdós de la cinta anudada de los arcos pentalobulados; cuando en realidad no hay ni rastro de tal elemento, ni en la actualidad ni en la figura referida de Henri Basset y Henri Terrasse.
- Anverso folio 9. Documento n.º FH_8_04_001_009d (Fig. 36). Plantas de nueve pilares dispuestas en cuatro líneas, las tres primeras de tres ejemplares, la última de dos, con numerosas medidas de detalle.82
- 1.1. Pilar normal // 1.2. Colaterales […] // 1.3. arquería
- 2.1. Normal quibla // 2.2. colaterales Mihrab quibla // 2.3. arquería Mihrab quibla
- 3.1. Cúpula lateral […] quibla // 3.2. Cúpula arquería quibla” // 3.3. sin indicación
- 4.1. Muro N. // 4.2. Ángulo Patio
En esta lámina, Félix Hernández no precisa si los pilares dibujados son los de la primera Kutubiyya, de la que solo subsisten las ruinas excavadas en 1949 por Jacques Meunié y Charles Allain bajo la supervisión de Henri Terrasse,83
El tipo de pilar 1.1. es efectivamente el mayoritario en las arquerías de las naves de la sala de oración, excepto las tres axiales, tal como están dibujados también tanto en el plano de Meunié y Allain como en el de Ewert (1991Ewert, Ch.1991: Forschungen zur almohadischen Moschee. 4: Die Kapitelle der Kutubīya-Moschee in Marrakesch und der Moschee von Tinmal, Madrider Beiträge 16. Philipp von Zabern, Maguncia., fig. 43).85
Los tipos 2.1. a 2.3. así como 3.1. corresponden a algunos de los pilares de la larga arquería paralela a la qibla y perpendicular a las diecisiete naves de la sala de oración. 2.1 es el más frecuente. 2.2., 2.3. y 3.1. se señalan por la presencia de un mayor número de columnillas que sostienen los estrechos arcos fajones perpendiculares a la qibla (respectivamente simples y dobles). El tipo 2.3. está situado en la intersección de la nave axial con la arcatura ante-qibla y el tipo 3. 1 en la intersección de esta con la arcatura más oriental. 3.2. no representa un pilar sino la zona del muro oeste del oratorio en la que viene a apoyarse la arcatura paralela a la qibla.
El tipo 3.3. corresponde a los pilares de la arcatura que define la fachada sur del patio en su prolongación hacia el este y el oeste.
Finalmente 4.1. corresponde a los pilares entregados en el muro norte de la sala de oración, en el que vienen a apoyarse las arquerías de las cuatro naves laterales este y las cuatro oeste, mientras que 4.2. define por su parte el ángulo suroeste del patio.
No está clara la razón por la que los pilares de la Kutubiyya interesaban tanto a Félix Hernández. Quizá, en aquel año 1930, trataba más bien de ayudar a su amigo Henri Terrasse quien estaba deseando levantar la planta del oratorio de esta gran mezquita. Dos años más tarde, esta planta no debía haberse levantado, pues el historiador del arte francés no la publicó en su obra de síntesis L’art hispano-mauresque des origines au XIIIe siècle.
- Anverso folio 10. Documento n.º FH_8_04_001_010d (Fig. 37). Planta de dos pilares y amplios comentarios sobre los arcos de la sala de oración de la Kutubiyya.
- El lóbulo superior de los arcos an- // grelados son siempre en el interior // de la mezquita de […] conopiales. En algunos ha desaparecido el ápice su- // perior por restauraciones posteriores; en // algunas, esta desaparición corresponde // a la restauración (de) 1930.
- Los arcos de estalactitas llevan tam- // bién en el lóbulo central superior […] cene // fas […] que conservan sólo algunos de // ellos.
- Entre el doble festón de los // arcos de lambrequines en los tres // de la cúpula del mihrab, hay deco- // rado de estalactitas.
- El arco del mihrab es // de dos centros. Muy próximos.
- Apeando el festoneado de lambrequines // del frente O del arco E de la // cúpula del mihrab columna de // serpentina compañera // de calle 2 de Embajadores de Sevilla.86
Salón de Embajadores del Alcázar de Sevilla, utilizado como sala del trono del rey don Pedro I, donde recibía en audiencia a las personalidades importantes. - En la arcada N patio contrafuertes // en centros de pilares de 0,44 de saliente x 0,77 de ancho.
El dibujo superior representa la planta de unos de los pilares de los arcos por los que la sala de oración se abre al patio. El dibujo situado por debajo corresponde a la planta del pilar situado en la intersección de la arquería más oriental con la que prolonga hacia el este la fachada norte del patio.
- Anverso folio 11. Documento n.º FH_8_04_001_011d (Fig. 38). Aljibe de la primera Kutubiyya. No se menciona el lugar, pero es reconocible por su posición en el cuaderno (entre pilares de la sala de oración y arcos del alminar de la mezquita), así como por sus características constructivas.
- En sentido transversal sólo dos naves […] diez // el que los muros conservados sólo […] un muro // divisorio de los dos conservados pero no en los otros // dos así como en los sectores en que falta la bóveda // se ve el relleno de tierra antiguo que […] sus naves // sin que aparezca la bóveda de otro cañón […] curva obligada // por que el poco espesor del // macizo entre ambos cañones // hubiese determinado un // desprendimiento.
- Ladrillos de los arcos, aljibe // 0,268 x 0,133 x 0,04 // Juntas de 0,030–0,025
- – El reparto en ejes menores […] // […] puede admitirse el mismo en // todos // Como mínimo 4 compartimientos // altura actual 2,10 metros.
- Detalle // clave de uno // de los tramos del // cañón
- El reparto […] con relación // eje mihrab pide 5 tramos
- A. // B. // C. // En la segunda // dispositivo // de ojos y ß // D. // En la tercera // solo los ß pero // sin ojos
- 4 pequeños y 4 grandes.
Félix Hernández vio este aljibe cuando estaba todavía en gran parte colmatado. Casi veinte años después fue excavado por Charles Allain y Jacques Meunié en el marco de una investigación dirigida por Henri Terrasse, cuyo objetivo era la identificación tanto del primer estado de la mezquita Kutubiyya (sala de oración y saḥn) como de las construcciones anteriores (en particular el Qaṣr al-Haŷar, fortaleza y palacio, residencia del emir almorávide).87
El aljibe está constituido por dos naves alargadas paralelas que comunican entre sí por dos tipos de vanos, alternados: arcos de medio punto abiertos hasta al nivel del suelo y pequeñas aperturas aparentemente trilobuladas abiertas a media altura. La fábrica es de hormigón con mampuestos y hay un paramento interior en ladrillos. Las bóvedas están también construidas con ladrillos.
Las dos naves, divididas en cuatro tramos por arcos fajones, están cubiertas por bóvedas de cañón que Félix Hernández dibuja claramente ojivales, pero que las fotografías de los excavadores muestran como de medio punto. Su altura bajo clave es de unos 3 m.88
Jacques Meunié y Charles Allain opinaban, a partir de ciertos argumentos que no podemos desarrollar aquí, que este aljibe era anterior a la construcción de la mezquita y vinculado al palacio almorávide. Sin embargo, otros aspectos, tales como la concordancia de las orientaciones del aljibe y del saḥn de la primera Kutubiyya o el hecho de que esta cisterna se encuentra fuera de lo que se identificó como los vestigios del palacio almorávide, militan a favor de una datación almohade.89
4.2.8. Una mezquita por encima de las demás: la Kutubiyya de Marrakech
⌅Deducimos de los apuntes tomados por Félix Hernández en edificios religiosos que este estuvo particularmente atento a los aparejos constructivos (tipos y metrología) y las formas arquitectónicas (arcos y vanos), como fue habitual en gran parte de su producción científica (Hernández Giménez 1961Hernández Giménez, F.1961: El codo en la historiografía árabe de la Mezquita mayor de Córdoba. Maestre, Madrid. y 1975Hernández Giménez, F.1975: El alminar de ‘Abd al-Raḥmān III en la Mezquita Mayor de Córdoba. Patronato de la Alhambra y Generalife, Granada.).
No obstante, entre estos apuntes, la mezquita de la Kutubiyya en Marrakech parece haberle llamado particularmente la atención: once de cuarenta páginas, o sea algo más de la cuarta parte del cuaderno. En esta colección de apuntes, destaca una serie de alzados de las pantallas de arcos, composiciones o pseudoportadas90
En primer lugar, las formas generales de los elementos representados están restituidas ortogonalmente, como si de un alzado ideal91
¿Cuál fue el motivo que impulsó a don Félix a interesarse tan especialmente por estas composiciones de la famosa torre de Marrakech? Quizás, la respuesta resida en una de sus escasas obras publicadas. Nos estamos refiriendo al extenso estudio sobre el alminar de la mezquita mayor de Córdoba. El texto de la solapa precisa que el libro es una “obra de madurez, gestada a lo largo de muchos lustros”.92
5. Diversos
⌅5.1. Tetuán. Pilas de mármol
⌅Anverso del folio 38. Documento n.º FH_8_04_001_038d (Fig. 39). En la parte superior de la página, las menciones “Pila visigótica de Tetuán” y “0,48 × 2,17” están dispuestas encima del croquis de la cara trapezoidal de una supuesta pila, decorada con dos registros superpuestos, el superior de círculos no tangentes y el inferior de rectángulos. No está indicado que estos círculos y rectángulos encerraban algunos motivos ornamentales.
- À la derecha: “Doble […] semicírculo de tipo bizantino”.
- Por debajo: “Empleada como taza en la fuente de la puerta de la Reina”.
En la parte mediana de la página, se da las medidas de lo que parece ser otra pila, más pequeña:
- alto = 0,34 ancho = 0,44 largo = 1,31; siguen las menciones “Fuente Seca Tetuán” y “El Kamal Sidi Naji”.
En los años 50 del siglo pasado, Fernando Valderrama Martínez se interesó por el culto de las fuentes en Tetuán y su alrededor, así como por las inscripciones árabes de la ciudad, y entre ellas las de varias fuentes públicas (Valderrama (1954Valderrama, F.1954: “Culto a las fuentes de Tetuán”, en I Congreso arqueológico del Marruecos español (Tetuán, 22-26 junio, 1953), pp. 491-500, Tetuán., 1975Valderrama, F.1975: Inscripciones árabes de Tetuán, Cuadernos del “Seminario de Arte y Arqueología” 2. Instituto Hispano-árabe de Cultura, Madrid., este como recopilación de artículos antiguos). Estudió la epigrafía de la conocida como “de la Puerta de la Reina”, de su verdadero nombre Bāb al-‘Uqla,93
En cuanto a la “Fuente Seca”, por ahora no hemos logrado localizar el topónimo. Tampoco hemos conseguido identificar al personaje llamado El Kamal Sidi Naji.
5.2. Variados, indeterminados
⌅- Reverso del folio 38. Documento n.º FH_8_04_001_039d (Fig. 40). Tres croquis superpuestos, muy torpes, probablemente del mismo edificio: ¿dos torres de un lado y otro de un patio bordeado por un pórtico? En este caso, el mediano podría representar su planta y el inferior una sección del mismo.
Por haber sido dibujados estos croquis al final del cuaderno, no nos permiten proponer, siquiera a título de hipótesis, una identificación del edificio en cuestión.
- Reverso del folio 39. Documento n.º FH_8_04_001_040d (Fig. 41). Dos croquis superpuestos. El de abajo es la planta de un miḥrāb pentagonal sin ninguna precisión manuscrita. El de arriba, dispuesto a la italiana y de trazado bastante descuidado, podría representar la fachada exterior de un edificio de tres naves con techos a dos aguas, o, más sencillamente, tres de las puertas de una mezquita (en una disposición semejante a las de la Kutubiyya o de la de la Qaṣba en Marrakech; Ewert 2006Ewert, Ch.2006: “Moscheetore – Triumphbögen des Islam”, en Th. G.Schattner, F.Valdés Fernández (eds.), Stadttore. Puertas de la ciudad / Bautype und Kunstform. Tipos arquitectónicos y formas artísticas, pp. 431-457. Iberia Archaeologica 8. Deutsches Archäologische Institut-Diputación de Toledo-Real Fundación de Toledo, Philipp von Zabern, Maguncia.; Almela Legorburu 2020Almela Legorburu, I.2020: “La mezquita de al-Manṣūr en la Qaṣba de Marrakech. Aproximación a su configuración almohade”, Arqueología de la arquitectura, 17, e096. 10.3989/arq.arqt.2020.005).
Al croquis de arriba se han añadido varias indicaciones manuscritas, la mayoría relativas a las aperturas de diafragma adoptadas para fotografías de monumentos de Rabat y Marrakech.
De arriba abajo:
5.3. Mención manuscrita
⌅Por último, en el ángulo superior derecho de la página, está apuntado: “Mammeri”, con letra distinta de la de Félix Hernández. Este es un apellido relativamente frecuente en Argelia, pero en este caso concreto es muy probable que se trate de Azouaou Lucien Mammeri (1890-1954), pintor argelino quien, después de un rico y complejo recorrido vital, fue profesor de dibujo en Fez (1927), inspector regional de las Artes Indígenas en Rabat (1928) e inspector de las Artes Marroquíes en Marrakech (1929 hasta su jubilación en 1948), donde Félix Hernández pudo conocerle. También había disfrutado de una beca del Gobierno General de Argelia para una estancia larga en España (Córdoba, Granada, Sevilla y Toledo), de 1922 a 1924.94
6. A MODO DE CONCLUSIÓN
⌅Ante todo, debemos recordar que estos apuntes no estaban previstos para publicarse sino como datos potencialmente utilizables, todo o en parte, en investigaciones posteriores del propio Félix Hernández y otros colegas como Henri Terrasse. No obstante, nos pareció útil sacar este documento “bruto” del olvido por dos razones principales. La primera es que constituye un testimonio único de la forma de trabajar de un arquitecto y arqueólogo excepcional por la calidad tanto de sus estudios científicos como de su obra de restaurador sobre edificios andalusíes. La segunda es que ofrece una imagen del estado de la investigación del momento, con novedades respecto a lo que había sido publicado anteriormente (por ejemplo, las plantas de puertas de aparato).
Podemos distinguir tres tipos de dibujos en su cuaderno de apuntes:
- los simples “garabatos”, sin medidas ni comentarios añadidos, trazados como “muletas” en el curso de una conversación con otra persona o incluso durante una reflexión personal (por ejemplo, la planta de la torre Ḥasan, como un simple cuadrado).
- los dibujos aproximativos, con o sin medidas. Sirven de apuntes para memorizar fórmulas arquitectónicas que le han llamado la atención (así la planta del recinto alauita de la Qaṣba de los Udāya) o todo tipo de datos utilizables posteriormente para eventuales comparaciones con monumentos de la península (por ejemplo, los motivos de sebka de dos alminares de Fez).
- los dibujos muy detallados con muchas medidas que permitan dibujar ulteriormente una planta exacta del edificio (ante todo varias puertas urbanas de aparato de Rabat y Fez) o sin medidas, pero reflejando lo más fielmente posible los detalles del aparejo o de la ornamentación (esencialmente el sistema de arcos de las fachadas del alminar de la Kutubiyya). Sin embargo, en lo que se refiere a las puertas urbanas, la minuciosidad de las mediciones destinadas a dibujar las plantas contrasta con la extrema escasez de datos gráficos y métricos que, igualmente, deberían haber servido para realizar los alzados de las portadas monumentales correspondientes. A partir de los datos recogidos en su cuaderno, y en caso de haber tenido la intención de emplear este material, Félix Hernández solo habría podido dibujar las plantas, pero no los alzados. Bien es cierto que, con los medios de entonces, tomar medidas de alturas hubiera necesitado más esfuerzo y, sobre todo, más tiempo.
En cuanto a las indicaciones manuscritas, son claramente de uso personal, tal y como lo atestiguan el recurso a numerosas (y a veces misteriosas) abreviaturas, por no hablar de una caligrafía que desafía todo intento de desciframiento, así como una sintaxis bastante descuidada. En su mayoría aportan precisiones puntuales sobre el aparejo constructivo, las dimensiones y proporciones, el tipo de material empleado, etc. Pueden ser también palabras aisladas, utilizadas como recordatorios. La transcripción de los nombres árabes no es nada rigurosa mezclando fonética española y francesa y, cuando en algunos casos se intenta corregir tachando un término para sustituirlo por otro supuestamente más exacto, la solución propuesta no es necesariamente mejor.
Muy instructiva para el lector de hoy es la selección de los monumentos visitados y, dentro de cada uno de estos edificios, la de los elementos dibujados, supuestamente los que más llamaron la atención de Félix Hernández: ¿Por qué se interesaba en este edificio específico y por qué recogía allí estos datos concretos? Constatamos que arquitectura religiosa y defensiva están tratadas en casi igual proporción, lo que nos remite a dos de las temáticas estudiadas por el autor en la península (sus investigaciones con Henri Terrasse sobre las grandes fortalezas y su labor sobre el alminar de la gran mezquita aljama de Córdoba). Aquí, no obstante, la mayoría de los casos son de época almohade, tanto en una como en la otra. Los mariníes son minoritarios mientras que no hay ninguno almorávide ni saadí a pesar de que el autor había permanecido en Marrakech (¿no vio la qubba al-Bārūdiyyin, no accedió a las tumbas de los sultanes saadíes?). Bien es cierto que la elección de los monumentos dependió probablemente no solo de los intereses científicos del propio Félix Hernández, sino también de los de su anfitrión Henri Terrasse, quien le debió acompañar en todo momento y esperaba quizá obtener la opinión del especialista español sobre uno u otro tema de arquitectura magrebí. Puede ser también que no hubiera dispuesto del tiempo suficiente: no tenemos idea de la duración de su estancia en Marruecos. Si, desde Marrakech, no fue a visitar ni la mezquita almohade de Tinmal ni la fortaleza almorávide del Tasgīmūt es probablemente porque, en ausencia de carreteras transitables en aquel momento temprano del protectorado, la excursión hubiera sido difícil y larga: la carretera del Tizi n’Test que enlaza Marrakech con Tarudant se construyó entre 1926 y 1930.
En algunos monumentos de mayor importancia no se apuntó más que un detalle menor: de la madrasa Bū ‘Ināniya de Fez, dos motivos de sebka del alminar; de la necrópolis dinástica de Šālla solo el dibujo de una almena. En cambio, 11 páginas del cuaderno están dedicadas a la Kutubiyya de Marrakech (todos los arcos de una fachada del alminar, una tipología de los pilares de la sala de oración y del patio, y un croquis del aljibe).
Ya vimos que algunos aspectos han llamado particularmente la atención del arquitecto. Unos remiten a temas más o menos relacionados con sus objetos de estudio en Andalucía: los alminares (Taza, Kutubiyya), como herederos del minarete desaparecido de la mezquita mayor de Córdoba; los aparejos y falsos aparejos (en particular el despiece de las dovelas); la fortificación urbana (plantas detalladas y alzados esquemáticos de puertas de aparato). Otros son más sorprendentes, como las plantas de los pilares (Kutubiyya y mezquita de Ḥasan) y de las jambas de algunas puertas (zāwiya al-Nussak, mezquita aljama de Fās Ŷdīd).
En vista a lo que se acaba de exponer, es inevitable preguntarse si este cuaderno fue el único soporte de los apuntes de Félix Hernández durante su viaje en Marruecos. En efecto, ciertas ausencias son particularmente llamativas y la toma sistemática de fotografías no puede ni explicar ni compensarlas.95
Por último, es importante subrayar que, cuando Félix Hernández viajaba por Marruecos, la mayoría de los monumentos sobre los que tomó apuntes e hizo croquis eran inéditos siendo las únicas excepciones Chella/Šālla en Rabat y la Kutubiyya de Marrakech, aunque su planta no había sido levantada. En efecto, las puertas de aparato de Rabat solo se publicaron en 1949 por Jacques Caillé, las de Marrakech en 1957 por Charles Allain y Gaston Deverdun, y algunas de las de Fez mucho más tarde todavía (Almela Legorburu 2023Almela Legorburu, I.2023: “El conjunto de Bāb al-Sab‘: evolución de un acceso en la ciudad palatina de Fās al-Ǧadīd (Fez, Marruecos)”, Arqueología de la Arquitectura, 20, e137. 10.3989/arq.arqt.2023.004). Hubo que esperar a 1943 para que Henri Terrasse publicase la monografía de la mezquita de Taza y 1952 para que viese la luz una planta completa de la Kutubiyya, con sus pilares y su aljibe (Meunié et al. 1952Meunié, J., Terrasse, H. y [Deverdun, G.]1952: Recherches archéologiques à Marrakech, Publications de l’Institut des Hautes Études Marocaines LIV. Arts et Métiers Graphiques, París.). La mezquita mayor de Fās Ŷdid la publicó Boris Maslow en 1937,96